Siempre está ahí, mirada verde, orejas a las vivas, esperando a que las tinieblas se alcen para rendirle tributo a su verdadero amo.
sí, les estoy hablando de mi gato.
La pesadilla comienza un viernes por la tarde, esperaba el autobús cuando un escalofrío cruzó por mi espalda, el mismo que te alerta de que algo puede y va a salir mal, pero me distrajo un maullido proveniente de una caja, era un pequeño gato negro, ojos verdes y nariz rosada, debo llevarlo a casa, no pasará nada si lo llevo a casa.
Debía darle leche, el minino tenía esa mirada, como la de un animal que no ha comido en mucho tiempo, pero no me sentía cómoda dejándolo solo, así que le pedí a mi hermana que le echara un vistazo mientras yo iba a la cocina.
Al subir de regreso a mi habitación he notado algo, mi hermana no está; Pensé que era una irresponsable, que no podía confiarle nada, pero noté algo… El gato ya no me miraba como si tuviera hambre, estaba más tranquilo, lo dejé en una caja debajo mi cama con la leche a un lado y me dispuse a dormir.
En la mañana, mi madre nos ha llamado para desayunar, la habitación de mi hermana está en orden, supuse que ya había bajado, no le dí importancia.
Mi madre preguntó por mi hermana, nadie sabe dónde está, pero ella era así, salía sin hacer ruido alguno, ya la veríamos en la tarde, debía ir a la escuela.
Regresando de clases, vi mi habitación hecha un desorden, mi hermana había regresado y lo había destrozado todo, y el gato, el gato estaba bien, pero mi hermana estaba en problemas. Mientras me dirigía a la sala, escuchaba sollozos, era mi mamá, estaba llorando, no sabía qué había pasado hasta que entré a la habitación y me dijeron que, mi hermana estaba muerta… Su cuerpo había sido descubierto en el bote de ropa sucia… De mi habitación. Su cadáver estaba hecho pedazos, en trozos irregulares pero cortado con un filo impresionante, como si animales salvajes lo hubieran desmembrado, masticado y rasguñado; Estaba helada. Las miradas se tornaron contra mía, como si yo hubiera hecho algo… El gato, sonará loco, pero el gato ha asesinado a mi hermana.
-Fue el gato- Les dije, pero no me escucharon, dos hombres me tomaron por los brazos mientras mi madre lloraba. Intenté liberarme para poder explicar la situación, no pude esos hombres me sujetaron con fuerza, me llevaron a rastras fuera de mi hogar, mientras era jalada hacia la salida, sólo pude notar al maldito gato en la escalera, mirándome mientras es alzado por mi madre que busca consuelo para darle protección.
Hoy, estoy en un hospital psiquiátrico diagnosticada con esquizofrenia y psicosis… Con la carga de haber asesinado a mi hermana en medio de la noche, comerla y luego ocultarla en mi cesto de ropa.
Él sabe lo que hizo, lo sabe y por eso sonríe, sonríe porque nunca lo van a culpar por nada, es inocente, es un animalito inocente que maulla en una caja pidiendo por un hogar, fundiéndose con la melancolía del espacio que lo envuelve, buscando quién lo alimente, maldito, maldito seas gato suertudo de mirada verde.