La muñeca hinchable de Hitler:
Según cuenta un artículo que circula por internet, Hitler ordenó la fabricación de una muñeca hinchable para sus soldados con el objetivo de evitar que contrajeran enfermedades venéreas. Este peculiar proyecto del 'führer', bastante más inocuo y naïf que otras ideas que salieron de su cabeza, recibió el nombre de Borghild, un personaje femenino de la mitología nórdica. Sirva este dato para hacernos a la idea que la tal Borghild tenía que ser alta, rubia y esbelta como la protagonista de un anuncio de seguros de vida.
De hecho, para diseñar la muñeca, las autoridades militares alemanas solicitaron a la actriz Käthe Von Nagy prestar su rostro para hacer un molde de bronce para la cara del juguete. Parece ser que la actriz se negó, pero dos deportistas, Wilhemina Von Bremen y Annette Walter, accedieron a colaborar con la causa y alquilar (es una forma de hablar) sus esculturales cuerpos para que las Borghild tuvieran su apariencia. Por lo visto, el proyecto de muñeca hinchable para las tropas alemanas se vio frustrado cuando el bombardeo aliado de la ciudad alemana de Dresde destruyó la fábrica que había recibido el encargo de desarrollar el inusual encargo.
Hasta aquí la parte bonita, por decirlo de alguna manera, de la historia. Como suele suceder en estos casos, hay que tomarse este tipo de informaciones, que no vienen avaladas por ninguna institución académica o por el trabajo de ningún historiador, con mucha prevención. Sobre todo cuando se trata de noticias o anécdotas que atañen a la sexualidad humana, aunque sea de manera tan tangencial como la historia narrada en el anterior párrafo. La falta de rigor y de estudios serios sobre estas cuestiones, además de unas ganas de cachondeo generales, son fuente de numerosas leyendas urbanas e informaciones inventadas que, a fuerza de repetirlas, se convierten en una verdad. Y de esto los nazis sí que sabían mucho. Posiblemente más que de muñecas hinchables.
Del artículo que cuenta esta fascinante historia circulan en internet varias versiones, todas ellas conteniendo datos con pelos y señales que, a la que uno se pone a comprobar antes de meter la pata y difundirlo a los cuatro vientos, caen por su propio peso. Algunos textos citan a un presunto médico danés, Olen Hannussen, como el encargado en diseñar y dar vida a la muñeca de Hitler. Ni que decir tiene que no hay rastro de este señor en toda la red. En cuanto a las dos deportistas que, según la historia, sirvieron de modelo para crear la muñeca para la soldadesca nazi, sucede algo parecido. La tal Wilhemina Von Bremen (parece más bien el nombre de una cantante de copla teutona) fue una atleta norteamericana de los años 30. Cabe la posibilidad que se trate del caso de uno de los miles de alemanes que tuvieron que salir por patas del Reich en cuanto los nazis llegaron al poder, aunque en ninguna parte se menciona este punto.
Algunos textos citan a un presunto médico danés, Olen Hannussen, como el encargado en diseñar y dar vida a la muñeca de Hitler.
En cuanto a la segunda, Annette Walter, no consta ninguna atleta de aquella época con semejante nombre. Eso sí, la novia del difunto batería de los Who, Keith Moon, una modelo sueca, se llamaba así. Pero en los años 40 todavía no había roto el huevo. Otro dato que provoca que toda la historia en sí huela a chamusquina es la referencia al bombardeo de la ciudad de Dresde como punto y final del experimento de muñeca hinchable aria. Si tenemos en cuenta que dicho bombardeo tuvo lugar en 1945, apenas doce semanas antes de la capitulación alemana, cuando al movimiento nacionalsocialista le quedaba un telediario, cuesta creer que los militares alemanes tuvieran muchas ganas de hacer el tonto con muñecas hinchables con la que les estaba cayendo. Y nunca mejor dicho.
En definitiva, después de darle vueltas y más vueltas al asunto, he topado con este otro interesante artículo en el que se cuenta que la historia de la muñeca hinchable fue una invención del periódico sensacionalista alemán 'Bild' que, a fuerza de ser reproducida y ampliada en internet, ha acabado siendo aceptada y asumida como real. No te puedes fiar de nadie.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/10/28/camaredonda/1256720596.html