۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

Esa mañana me había levantado temprano para ir al mercado a compra algo para Amaya, aunque no tenia nada en mente aquel día compre todo lo que encontré de color purpura, fuese telas, piedras pasteles o lo que sea.

Me levanté por un breve rato a buscar algo : Algunas de mis prendas cuando era bebé. Estaba segura de que Elizabeth se vería como una muñeca preciosa de porcelana con esa ropita.
Cuando la encontré , aguardé hasta el momento en que abriera los ojos para pedirme algo con su llanto.

Pasada una hora y media , ella despertó , pero sin llorar. Yo me encontraba leyendo , pero la miraba de vez en cuando.
Aproveché aquel momento para vestirla con esas ropas blancas , a lo cual respondió con un llanto desconsolado , del frío. La calmé y admiré en mis brazos.

-Hermosa~

Me dirigía de vuelta al palacio cuando me di cuenta que estaba siendo perseguido, probablemente por los guardias que el rey nos había asignado, pero por el polvo no alcanzaba a distinguir muy bien, así que detuve mi caballo y espere a mitad del camino a ver de que se trataba.

Se trataba de la caballería del sur.

Unos días atrás a la llegada de Amaya, el rey del Norte le había pedido a Lucifenia que le “prestara” sus mejores hombres para poder reforzar la guardia durante la estadía de la princesa. Estaba tomando medidas para que no hubiera más desastres en ese tiempo.
Recién estaban llegando, dado que se habían retrasado por un par de cositas (Como estrenar el nuevo cambio de armadura y esperar a que estuvieran listas las nuevas armas que usarían) y los días que tomaba llegar a tierras Norteñas.

En ese momento, te quitabas del medio o te pasaban por encima.

Al ver a tan apresurada caballería me hice a un lado del camino, no pude reconocer de quienes se trataban, perosin duda parecían soldados.

Una vez dentro de regreso en el castillo me di cuenta que la seguridad empezaba a reforzarse, aunque no me tranquilizaba en lo absoluto, pues ya estaba mas que confirmado que a ellos no se les detenía por medios convencionales.

Tan solo deseaba que los días pasaran rápido para poder volver al Éste y dejar atrás toda esta locura.

Mientras observaba lo adorable que se veía mi Eli con aquella ropita, iba traduciendo poco a poco lo que quedaba del libro.
Con cada palabra que traducía, más fácil se me hacía seguir avanzando y ya me estaba aprendiendo aquel dialecto como para también hablarlo. De todos modos revisaba dos o tres veces lo que había llevado a mi idioma, para cerciorarme que estuviera todo en orden y no debiera corregir nada.

—Tal vez tu madre sea inútil en algunas cuestiones, pero si de algo debes estar segura, que yo pondré hasta el cuerpo para protegerte si es necesario y es lo único que pueda llegar a hacer— Le hablé a la niña, que me prestó atención y dirigió su vista hacia la mía. Sonreí — Y tu futuro será diferente al mío.

Me pare en el marco de la puerta como acostumbraba hacerlo mientras me comía uno de los pastelillos de moras que había comprado para Amaya.

-"Contándole historias de terror a la niña?"-

—No , solamente diciéndole lo que sería capaz por amarla tanto— Sonreí — Terminé de traducir el libro… completo. No me preguntes nada , ven a verlo tú mismo.

-"De acuerdo, pero lo haré despues... Ahora solo quiero dedicarme a tu, esos malditos desgraciados pueden esperar"-

Me pare frente a ella a pocos centímetros de distancia

-Está bien... ¿Que tienes planeado hacer conmigo? - Alcé a la pequeña que intentaba hacer fuerza para levantar su cabeza y observarnos mejor.

-"Ohh no me hagas esas preguntas que se me vienen malos pensamientos a la cabeza... pero bueno, como se que es algo difícil sacarte de la habitación pensé que podíamos pasar un buen día juntos aquí mismo... Solo tu, yo y la pequeña Eli."-
.

-Está bien , es una buena idea - Despejé con el brazo libre la cama que estaba llena de papeles enumerados y puse los libros en la mesita que estaba al lado - ¿Te gusta la nueva ropa de Eli? Adivina de quien fue...

-"Esta preciosa, entonces era tu ropa... por cierto, como estas de ahí abajo, no ha habido complicaciones?"-

-No ha habido complicaciones , por el momento. Y si no quiero que las haya debo permanecer aquí , sentada , aburriéndome. Buh. - Odiaba estar sentada sin hacer nada cuando yo quería hacer algo y movilizarme. Estaba acostumbrada a pasearme por cualquier lugar.

-"Tal vez en un par de días pueda sacarte por lo menos la jardín... Si quieres."- Le acaricie la mejilla y me regrese a la puerta para traer las cosas que había comprado.

-Por mi no hay problema. Ya sabes que haría cualquier cosa e iría a cualquier lado para no estar encerrada aquí.

Eli por fin , luego de tantos intentos , alzó la cabeza para examinar los alrededores y todo lo que había. Parecía que le llamaba la atención los adornos de oro , las cosas brillantes. Igual que a mi...

Lleve todo lo que había comprado y vacie la primer bolsa en la cama, la cual estaba llena de Flores de todo tipo, pero todas color purpura.

-"Se supone que ahora debería decir algo como: Una flor para otra flor o algo así, pero no se me ocurrió nada"-

-¡Con eso es suficiente! ¡Que bonitas! - Mis ojos brillaron intensamente al ver el color de aquellas flores tan bonitas. A pesar que las acacias amarillas siempre serían el amor de mi vida , estas por su color eran tesoros invaluables para mi... y más de quién provenía este regalo - Muchas gracias , una es más hermosa que la otra - Las recogí con una alegría propia de un niñito.

-"no es nada... De hecho es lo menos que podía hacer"- Me sentía como si tuviera una deuda enorme con ella, por todo lo que estaba pasando y por no ser capas de le pararlo.

-"También fui con tu amigo el anciano de las piedras... Solo que no traje nada, pues le encarte un trabajo muy especial"-

Me quedé contemplando las flores. Cuando mencionó lo de las piedras , recordé que debía darle el colgante con la amatista a Eli.

-¿Quieres ponerle el colgante que representa nuestro amor para con ella a Eli?

-"No se si eso sea muy seguro... Podría meterselo en la boca o algo, aunque podríamos ponérselo cuando... Nos hagamos esa pintura que te prometí."- Aunque me estremecía la idea del cuadro, era algo que prometía hacerla feliz, y no tenia que sacarla de la habitación.

-Está bien. Mientras tanto hasta que llegue ese momento lo tendré y cuidaré yo - Volví a ponerme el colgante con la piedra en el cuello.

-"Y también mientras tanto también te puedes ir comiendo lo que traje en la otra bolsa mientras están frescos."-

Hice un espacio en la cama y me de recoste.

Me fijé dentro de la bolsa. Metí la mano y comencé a comer con lágrimas en los ojos. Qué delicia...

-Oye... Los de anoche... Eran los de la guardia especial. Me di cuenta por el estandarte bordado en hilo de oro en sus ropas. No estoy muy segura que pueden hacer.

-"Me tienen sin cuidado... Aunque hay algo extraño con ellos no me preocupa que puedan ser un peligro, aunque preferiría tenerlos como aliados."-

Me lleve las manos detrás de la nuca para contemplarla mejor.

-"Mas tarde iré a limar asperezas con ellos..."-