—Una nueva etapa—

—Una cualidad más que conveniente, digamos… — Volvió a acomodarse el cabello, pero con la mano libre — Me llamo Almendra. Tú tampoco me has dicho tu nombre. Y mira, ya estamos tomados de la mano — Otra vez sonrió de medio lado.

--

—Lamento todo esto. La verdad es que la fiesta la han hecho mis hermanos menores, yo no quería que nada de esto sucediera. Buscaré alguna ropa que pueda quedarte, no hace falta que me la devuelvas — Tenía una expresión de preocupación.
Lo que menos quería en el día era que alguien se enfermara, pero por lo que podía ver, muchos estaban enfermos; vomitando, con fiebre intestinal… en fin. Tampoco es que pudiera atender a toda la gente. Se sentía impotente.
Condujo a la chica al cuarto de sus padres, el cual se encontraba cerrado con llave y con un código (por lo cual nadie pudo entrar) y bastante alejado de las demás habitaciones. Se retiró por un momento y le trajo una toalla que guardaban en otro cuarto continuo. De milagro había encontrado una y limpia. Volvió y se la dio.

—Ahora te alcanzo la ropa. Espero que no te moleste el hecho de que sea de varón… verás, no hay ninguna mujer a excepción de mi madre, pero no sé donde guarda las cosas y quiero evitar revolver todo — La miraba todo el tiempo a los ojos mientras le hablaba con aquel tono apacible que tenía.

--

Sin embargo, Maya lo había seguido con gran disimulo cuando salió de la piscina, todo en medio de una odisea, ya que la cantidad de gente seguía siendo impresionante a pesar de que algunos ya habían quebrado.
Salió de la oscuridad del estacionamiento como si fuera un fantasma , ya que prácticamente no había hecho algún tipo de ruido.

— ¡Hey! ¡Hola!— Saludó con una gran sonrisa casi infantil en su rostro — Perdona lo que han hecho mis amigos, están locos de remate. Estoy dispuesta a pagar los daños, espero no haberte arruinado la fiesta por esa tontería— Parpadeó un par de veces con sus largas pestañas— Como vi que saliste caminando, descarté la idea de que te había lastimado… — Sacudió la cabeza — En fin — Alzó los hombros mientras se cruzaba de brazos, sintiendo un gran frío por estar toda mojada ; sin embargo , no borró aquella mueca simpaticona de su cara.

Estuvo a punto de preguntar "¿Como la semilla?" pero se abstuvo, seguramente se lo decían todo el tiempo o hacían alguna referencia a la comida y lo mas seguro es que le molestara, y lo ultimo que quería era ponerse pesado.

-Tienes un nombre precioso-Le respondió embolsando una pequeña sonrisa. -Mi nombre es Andrew, pero todos me llaman Andy.-

Se dio cuenta que lo que decía era cierto, no le había soltado la mano desde que se levanto de aquel sillón.

-Perdón, no me di cuenta.-

__

-¿Pagar los daños?- Pregunto algo escéptico. -No te preocupes por eso, le saque la batería a mi celular y deje que se secara, parece que no le paso nada... salvo la ropa mojada solo podría reclamarte por esa tipa con la que estaba platicando, pero estaba a punto de mandarme al diablo antes de que la echaras al agua... así que no te preocupes.- También se cruzo de brazos para calentarse un poco, se había sacado la camisa y se había puesto la sudadera encima, pero aun estaba empapado de la cintura para abajo.

—Gracias—Le devolvió la sonrisa, una simpática y bastante agradable que podría hacer sentir cómodo a cualquiera — Tampoco es que me moleste… An-dy.

¿Cómo la llamaban a veces, esas zorras que pretendían molestarla pero no lo lograban? Ah, sí, atrevida. Siquiera llegaba a molestarla. Sabía que era atrevida y eso era una cualidad que apreciaba mucho de su propia personalidad. ¿Qué sería de ella si no fuera de esa manera? No podría encarar a la gente, según ella.

--

—De seguro debes verte muy bonita con aquella ropa. Con cualquiera, en realidad — La halagó de forma amable, sin ánimos de ofenderla o ponerla incómoda. Sonrió, tierno. En verdad creía que lo que dijo.

Se frotó las manos como si tuviera mucho frío.

—No te llames de esa manera, por favor. La gente no se mide según el dinero que se tenga — Suspiró — Digamos que si te digo mi nombre, te va a sonar de algún lado. Soy Alan Dotremont.

Hizo una pausa.

—Si te suena, bueno, eso quiere decir que, según los demás, soy una persona muy popular. Y bueno, al parecer lo soy tanto que mis hermanos menores aprovecharon esa fama no consentida por mí y empezaron a repartir panfletos. Obviamente, vino toda clase de gente, porque se corrió la voz.
>>A veces no es fácil ser el hermano mayor o el hijo de un millonario.

--

Maya comenzó a reír a carcajadas de repente, como si le hubiera contado un chiste bastante gracioso. Sentía que sus pulmones iban a colapsar por la falta de aire. Incluso se puso muy roja.

—Lo siento. No es que me hayas dicho algo gracioso, pero es que veo tus pantalones y… bueno, sonará tonto, pero imagino que te orinaste encima — Siguió riendo , esta vez un poco más bajo , mientras lo miraba de reojo y estornudaba de vez en cuando. Se estaba enfriando.

Su risa era bastante cantarina, fuerte y contagiosa.

En todo ese rato no había podido encontrar ni una sola botella sin abrir, y no podía seguir dando vueltas por ahí, pues tarde o temprano esa chica perdería la paciencia y terminaría mandándolo al carajo.

Ahora parecía que realmente estaba interesada, ya no tenia tiempo para ponerse simpático, tenia que hablarle estando completamente sobrio o se iría, así que junto algo de valor y se animo a dar el primer paso.

-Entonces... te gustaría hacer algo ademas de buscar cerveza?, realmente no me importaba si encontraba alcohol o no, lo que quería era sacarte de ese sillón y... bueno, esta es la parte en la que tenia planeado invitarte a bailar.- "Si es que a lo que hace la gente en la pista se podía considerar baile". Pensó.

__

Chris se molesto mucho con eso ultimo. esa tipa parecía estar completamente drogada riéndose descaradamente así de El.

-Como te atreves a venirte a reírte en mi cara... después de todo fuiste tu la culpable de que este así... tu y tus amigos.-

>> No tenia ni cinco minutos... cuando tu y tus idiotas amigos me echaron todo a perder, y ahora estoy aquí en un maldito estacionamiento congelandome por que ni siquiera puedo entrar al auto y encender la calefacción por que mi maldito hermano se llevo las llaves.-

Realmente estaba colérico, todo se le había ido por el caño con esa zambullida, mientras que adentro las cosas debían empezar a ponerse interesantes con el brebaje que había puesto en la cerveza.

-Sabes que, olvídalo. Esto debió haber sido alguna mala suerte de karma instantáneo... no es tu culpa.- Dijo mientras se frotaba los brazos para, aunque de forma inutil, quitarse un poco el frio.

Eso la tomó un poco por sorpresa, pues no se lo esperaba, la verdad.

—Qué considerado— Rió un poco— Bueno, acepto tu propuesta.

Aunque la música que estaba puesta no le agradaba demasiado, prefirió callarse para no arruinar el momento. Podría ir a hablar con el DJ para hacer una travesura y hacer aun más interesante la situación. No hizo falta que de repente todos los sonidos del equipo de audio dejaron de resonar.
Todos se preguntaron qué pasaba e incluso se oyeron quejas en el aire. Uno de los hermanos de Alan agarró el micrófono y comenzó a hablar.

— ¡Tranquilos, chicos y chicas! ¡Espero que se estén divirtiendo en esta gran fiesta! ¡Todos son bienvenidos, así que estaremos poniendo música diferente cada tanto para que todos disfrutemos por igual! Como vemos que se han formado muchas parejas de baile y que se están animando a más, la casa les dedica unos lentos…

Almendra sonrió aun más ampliamente.

--

—Ya veo… — Le respondió a lo primero — ¡Ah! Es un gusto. Lo siento por mi torpeza. Ahora te traigo la ropa de mis hermanos y un café caliente (si es que encuentro el frasco donde estaba). Por cierto, en cuanto me vaya, no le abras la puerta a nadie a menos que sea yo. No sé qué clase de personas sin escrúpulos pudo haber venido y…ya sabes. Bueno, volveré.

--

Maya guardó silencio y se puso a lagrimear del arrepentimiento. Ella era así, muy emocional y bastante cambiante según como se diera la situación. Hizo una especie de puchero.

—Vamos a mi auto, entonces — Respondió con un tono algo más animado — Bueno, al de uno de mis amigos. Es enorme, ya lo verás — Lo agarró del brazo como si nada y comenzó a caminar — Y tiene unas mantas contra incendios, tal vez sirva. Por cierto, se te forma unas lindas líneas cuando te enojas.

-No estaba preparado para esto.- Dijo en voz baja.

Cuando la música empezó a sonar todo el mundo se agarro como si estuvieran abrazados, o mas bien como para bailar un vals. "El mono ve, el mono hace" Se le vino a la mente, pues es lo que su madre le decía cuando lo había enseñado a bailar, solo debía seguir a los otros y estaría bien, aunque no conociera el baile.

-Esto es mas que solo tomarte la mano... espero que aun no te moleste.-

__

-Auto grande?, mantas contra incendios?- Pregunto sorprendido después de que le diera ese jalón. -Acaso vienes en un camión de bomberos?-

"esta mujer debe estar muy drogada" Pensó, pero ya no tenia cigarrillos y estaba cada vez mas helado, así que decidió seguirla, así por lo menos podría calentarse un poco dentro del auto... o camión.

Bienvenida, House.

--

La verdad es que Almendra no sabía siquiera dar un paso en un lento, y mucho menos con la plataforma de sus sandalias. Tenía el presentimiento que al pobre lo iba a pisotear todo y dejarle los pies como dos berenjenas.

—No me molesta. De hecho, nada de lo que has hecho hasta ahora me ha incomodado. Así que no hay problema — Le regaló una amigable sonrisa.

Con una disimulada impulsividad, entrelazó los brazos en su cuello.

--

— ¡Para nada!— Exclamó dándole la espalda y yéndose por donde vino.

Le costó un mundo (por no decir otra cosa) encontrar el café. Tuvo que abrir una bolsa de granos para prepararlo. Encima la máquina estaba toda sucia…

“Demonios”

Así que, en medio de todo el lío y la gente que apretujaba contra la mesada, haciendo malabares pudo conseguir su objetivo.
Acto seguido, tuvo cuidado al llevar aquella taza, pues los adolescentes casi lo empujaron en varias ocasiones. Una vez llegó a la habitación de uno de sus hermanos, el varón de 16 años –era el que poseía la talla más pequeña- , agarró lo más decente que vio y lo colocó en su brazo , de modo que colgara de este.

— ¡Puedes abrir! Soy Alan… con el café, la ropa y me falta la…

En cuanto dobló para llegar al pasillo y por ende al cuarto de sus padres, vio un sujeto que quería forzar la cerradura para entrar.

— ¡HEY!

Alan no era un hombre violento, sin embargo, cuando alguien corría peligro y más aun una dama, o se metían con sus cosas de manera agresiva, podía tornarse muy temerario y transformar aquella personalidad tierna en considerada en una totalmente opuesta.

— ¡NO ABRAS LA PUERTA! — Exclamó, pero ya era demasiado tarde… Aquella tierna chica lo había hecho, creyendo, ingenua, que era él.

--

Lo condujo hacia un Subaru XV de color rojo, bastante espacioso por dentro. Maya no tenía ni la más pálida idea de autos, motocicletas, camionetas o lo que sea que tuviera un motor y ruedas. Pero si notaba el confort que brindaban ciertos modelos. Este era uno.
Apretó los botones de la alarma para que no sonara y se puso a buscar en el baúl las mantas.

—Digamos que el padre del dueño de este auto es bombero… — Le alcanzó una — ¡Sube! No creo que a mi amigo le importe que mojes su auto…con agua — Hizo de nuevo aquella pésima broma y volvió a reír de nuevo, aunque esta vez algo más moderada.
>>Por cierto, me llamo Maya , chico guapo.

((bienvenu a la casa de los hijos no planeados :v ))

Se había puesto a explorar la habitación, no es que pensaba robar nada simplemente, le entro la curiosidad ver que tanto tenia esa gente por ahí, ya que el chico estaba tardando algo de tiempo, seguro no era fácil encontrar cafe entre todo ese mar de gente, se puso a posar frente al espejo del tocador de la señora de la casa, divertida cuando pensó en que se miraba diverida posando como marilin monrou con una toalla blanca encima, era mas corta que el vestido de esa mujer

Cuando escucho el picaporte de la puerta ser movido con insistencia, acaso era alan?, se acerco a la puerta cuando escucho la voz del chico y se calmo un poco abrio la puerta con una leve sonrisa-hey conseguiste to-su sonrisa se congelo al ver a otro tipo al otro lado de la puerta, no era el dueño de la casa y ella estaba en paños menores y seguramente el otro estaba ebrio esa es una mala combinación, intento cerrar la puerta pero el otro sujeto la empujaba para que no lograra su objetivo

-Tu solo sigue mis pies...esta gente esta muy borracha, asi que no importa si lo hacemos mal, ellos lo harán peor.-

Miro como la pareja de enfrente hacia también lo mismo, solo que estos estaban bebiendo el licor que Chris había adulterado.

El tipo de atrás le puso ambas manos en el trasero a la mujer que lo acompañaba, pero a esta no le importo, solo seguían dando vueltas mientras bebían y se besuqueaban. El brebaje empezaba a surtir efecto y la gente comenzaba a ponerse eufórica, como animales excitados.

__

-No seras de esas personas que llevan a la gente a lugares apartados y luego... ya sabes, les hacen cosas, Verdad?.-

Subió a la camioneta aun algo desconfiado, pero se estaba muriendo de frió y la oferta era demasiado tentadora: mientras no le pidiera que se quitara los pantalones no diría nada mas al respecto.

-Chris... solo llamame Chris.-

(Me encanta como la familia se agranda...rá)

---

Almendra era lo suficientemente alta con las plataformas como para ver que lo estaba sucediendo a su alrededor por encima del hombro de Andy. Y la verdad es que le extrañó un poco el hecho de que la conducta de la gente hubiera cambiado un algo… como buena observadora , entrecerró los ojos y se puso a examinar lo que hacían los demás.

“Si te toca el trasero, tócaselo tú también”.

Se le vinieron las palabras “sabias” de su prima a la cabeza. Pensándolo bien, lo reconsideraría.

—Es extraño… — Murmuró casi incomprensible en un tono moderado. Luego dirigió la vista hacia el suelo para mirar los pies de su compañero de baile.

--

De repente, afuera se escucharon unas fuertes pisadas que se aproximaban muy rápido y resonaban por las paredes del pasillo. Acto seguido, un fuerte quejido, el sonido de un cuerpo impactar contra el suelo y signos de lucha.
Solo bastaba con fijarse lo que estaba sucediendo afuera: Un Alan todo sacado dándole la paliza de su vida a ese desgraciado. Sin duda se trataba de un pervertido que los había seguido.

El tipo terminó desmayado y con la nariz rota en el suelo.

—No puede ser…

--

—De acuerdo, Chris. Te doy mi palabra de que no soy una pervertida — Se puso la mano en el corazón, como si estuviera jurando algo en un juicio — Si lo fuera, ya te hubiera sacado los pantalones en la piscina sin importarme quienes estuvieran presentes ¿No? Pero yo no soy esa clase de chica. No estoy desesperada. Prefiero preocuparme por seguir estando despreocupada — Prendió la calefacción y se fue secando su desmechado cabello.

—¿Hiciste que dejara de estudiar para venir a una estúpida fiesta?
—¡Oye! Había escuchado que los Drotemont estaban armando una fiesta en grande y no quería que te quedaras en tu habitación sentado como pazmote... Además, es hora de que consigas nuevos amigos.
—¿Nuevos amigos, que a ti no te cae mal todo el vecindario?
—Casi todo... En fin, vamos allá.

Iban entrando a la casa de los Drotemont cuando de pronto escucharon como si hubiera una pelea adentro.

—Eh... Creo que yo mejor no entro...
—¡Vamos, vamos, no seas miedoso! ¡Hemos llegado los Flament! —Grito a todo pulmón para llamar la atención.
Acababa de decir esto cuando de pronto vio la escena que se estaba desarrollando frente a ellos.

Chuck entró a la habitación con aires de grandeza. Desde que dejó a su novia había cambiado, antes le importaba salir con sus amigos, ahora lo único que le importaba era conseguir chicas como trofeos, tener sexo con ellas y desecharlas como pañuelos.

Al principio buscaba a cada ofrecida, pero cada vez se volvía más testarudo y veía sus conquistas como un gran reto, poco le faltaba para querer desvirginar a una monja por el reto.

Pero por ahora "su reto" favorito era robarse novias, era genial cuando una chica llegaba con otro chico a una fiesta, pero saliendo con él. Le encantaba que empezaba a correr la voz de que todas las chicas que cruzaban las puertas con él terminaban en su cama, incluso si se tratase de un grupo grande (la verdad era que no había conseguido ni un trío aún, era otro de sus retos).

Al entrar en la fiesta vio que una pelea estaba en curso.

-¿Una pelea?- Pensó -No quiero meterme. Ya tengo suficiente con novios molestos que dirigen su ira a un lugar equivocado en lugar de aceptar que su novia es una puta.

Empezó a ponerse un poco nervioso, la música empezó a sonar y el seguía ahí parado... con un millón de cosas en la cabeza.

"Que se supone que haga ahora...?, ya se! mis manos...! donde debía ponerlas? seguramente no era en su trasero... como era? creo que era tomar su mano y sujetar su cintura... no, ese es otro baile... las dos manos en la cintura pero sin tocar su trasero... o sus caderas... ni tampoco ver hacia abajo, no quiero que piense que trato de ver sus pechos"

La tomo de la cintura con suavidad, sin ver hacia abajo, solo hacia el frente y a los lados... mas al frente que a los lados.

El tipo de enfrente ya no le tocaba el trasero a su compañera, ahora le daba nalgadas y le metía la mano por entre las piernas, pero a ella parecía no importarle.., ya ni siquiera parecía estar consciente, mas bien como un sonámbulo.

__

-En realidad me refería a que fueras de esa gente que secuestra personas y les saca los riñones y luego los deja en una tina con hielo en algún motel... de esos que van a fiestas y buscan gente que este sola... y los llevan a sus autos... y los envuelven en sabanas como estas para que no llenen de sangre los asientos...-

Entonces se dio cuenta que su loca historia se parecía bastante a la realidad.

-Dices que este no es tu auto... pero sabes cual es la combinación de la alarma... sabias de las mantas... y viste que yo estaba solo.-

Volteo hacia la puerta buscando la manija para abrirla, pero estaba demasiado oscuro, ahora estaba imaginando cosas.

Le causaba gracia que se pusiera así de nervioso, hasta le daba cierta ternura.

—No tienes porque sentirte nervioso conmigo— Por lo menos intentaba ser respetuoso y no pasarse de rosca con ella, como la otra pareja de atrás que podía ver por encima del hombro de él — Así que hablemos, de paso nos conocemos mejor. ¿Dónde estudias? ¿Qué te gusta hacer? No sé, cosas así…

--

Cuando “despertó” de ese estado, se dio cuenta de lo que había hecho y terminó sobresaltándose. Tenía los nudillos con sangre y antes que pudiera decirle algo y disculparse con Scarlet por sus impulsivas y violentas acciones, escuchó el grito de aquella chica entrometida. Quiso morirse, porque prácticamente creyó haber asesinado a ese sujeto al molerlo a golpes y lo que menos quería ahora era más problemas.

Tenía que, de alguna manera, sabotear la fiesta sin terminar lastimando a alguien o rompiendo las cosas… o perder su infinita paciencia.

Miró hacia atrás y comprobó que estaba aquel par de hermanos mirándolo. No sólo a él, también al “cadáver”.
También otro chico que parecía querer ignorar la situación.

--

— ¿Eh?

Alzó las manos, un poco hiperactiva y comenzó a agitarlas de un lado para el otro.

— ¡Espera! ¡No es lo que piensas! Esas son solo leyendas urbanas… No te haré nada. Sabía la combinación porque soy siempre la conductora designada.
>>Verás, tomé un poco, pero no suelo hacerlo demasiado porque soy cantante y a la larga se engrosan las cuerdas vocales y no quiero que eso suceda. Además que no quiero que pase una tragedia en el camino (lo principal). Ahora estoy haciendo tiempo para que me baje un poco el alcohol.
>>Pero si te quieres ir, adelante, no voy a poner resistencia.

Prendió la luz para que viera que adentro no había nada raro.

-Estudio en la Estatal... Y me gusta salir a cualquier parte, enserio... Tengo tarjetas de puntos para el café y otra para el cine y en ambas tengo como un millón en crédito por que voy con mi hermano todo el tiempo y es lo único que le gusta hacer, aunque hay un monton de lugares a los que  quisiera ir... Pero no sin compañia.-

Empezo a ponerse mas tranquilo, el sujeto de enfrente ya se iba, probablemente a revolcarse con la tipa que lo acompañaba, pero se iba al fin y al cabo.
-Disculpa si me pongo algo nervioso, es que nunca hago esto... Y como era la primera vez esperaba que me saliera todo mal.-
__
-Entonces si no eres traficante de órganos supongo que acabo de hacer el mayor de los ridículos.- Dijo esta vez un poco mas calmado.
-Lo siento, entre en pánico... Es solo que me pareció muy extraño que alguien tan linda llegara de la nada y me llevara a jalones a su auto, digo... Es como el sueño de cualquier tipo soltero, demasiado bueno para ser cierto.-
>> Pero no es que piense que eres una tipa fácil que trata de acostarse conmigo! Solo viste que tenia frio y por eso me dejaste subir, verdad?-

—Oh, tienes un hermano. Qué lindo, yo soy hija única y parece que eso no va a cambiar. Han pasado demasiados años ya… Y bueno, te puedo acompañar a los lugares donde quieras ir — Si seguía siendo tan encantadora como hasta ese momento, tal vez tendría una oportunidad de no estar enclaustrada en su casona casi todo el tiempo o desperdiciar tiempo con una prima a la que odiaba y consideraba estúpidamente superficial —Tranquilo , no te voy a comer. Tal vez haya sonado algo intimidante al principio, pero bueno.

--

—Take it easy. Efectivamente es lo último… lo de que tenías frío y eso.
>>Discúlpame a mí, a veces puedo aparentar ser algo extraña. Supongo que soy bastante ingenua o demasiado infantil en ocasiones.

Tiró el asiento hacia atrás y apoyó los pies encima del volante, llevándose ambas manos detrás de la cabeza.

—Oh, en verdad te asusté. En realidad no podría matar una mosca.

Si fuera un poco más consciente de las cosas, definitivamente no dejaría subir a un extraño a un auto que siquiera era de ella y menos estando sola. Pero no tenía aquella “maldad” incorporada en su personalidad. No era mal pensada ni nada por el estilo. Como una niñita en un cuerpo de joven adulta.
La que tendría que tener miedo , era ella , pero no era el caso.

¡Vaya! había escuchado que Alan Drotemont era una persona muy tranquila — Dijo Emily en tono de burla acercándose— No sabía que pudieran llegar a ser tan salvajes, hasta lo has matado ¿Ves?—Señalando al cuerpo inmovil que se encontraba en el suelo— Pero bueno, no pueden llegar a ser más que bestias —Soltó una gran carcajada cuando dijo esta última frase.
—Silencio por favor. No quiero que me metas en problemas como siempre. —Dijo su hermano mientras le tocaba el hombro por detrás.
—Cállate hermanito, —Dijo soltándose de su hermano—sólo estoy bromeando, obviamente Alan no hizo nada ¿Verdad que no niño r-u-b-i-o?
—Disculpa a mi hermana, no quiso decir eso... —Dijo éste mientras se arrodillaba en el suelo para ver que tan mal estaba el joven inconsistente.

Miro irritada a la chica que se reia con tanta petulancia digana de una niña rica o de una chica popular hizo una mueca con los labios
-El tio optubo lo que se merecia por intentar meterse donde no lo llamaban, asi que no veo nada de malo en su castigo, si alguno de mis primos lo hubiera visto le abria ido peor-

Froto los nudilos de alan con cuidado mirando que no se los hubiera fracturado o algo
-te duele mucho Alan?-le sonrio agradecida por la salvada-gracias por ser mi heroe je-

—Disculpa hermosa, yo jamás dije que no se lo mereciera, ¿Por cierto cuál es tu nombre?—Dijo esto mientras la miraba de arriba abajo.
—No se preocupen, no pasó nada grave aquí. Sólo está inconsistente—Dijo el joven de lentes mientras se levantaba de nuevo— En cuanto a ti ¿Cuantas veces te he dicho que no hables de más?
—Por favor, sólo me estaba divirtiendo...
—Disculpen si mi hermana los está molestando por favor.