En diciembre de 2012 y en el marco de la reunión anual de la Unión Geofísica estadounidense, la NASA, en colaboración con el Centro Nacional de datos geofísicos del NOAA, dieron a conocer la que es, hasta el momento, la imagen nocturna más espectacular de la Tierra. Este gigantesco mapa de la noche de nuestro planeta fue realizado a partir de los datos recogidos por el instrumento VIIRS (Visible Infrared Imaging Radiometer Suite) a bordo del satélite meteorológico Suomi NPP que se encuentra en órbita a 827 kilómetros de altura.
La calidad de la imagen está revelando aspectos que hasta ahora habían pasado desapercibidos. Detalles que vistos desde el espacio hacen que algunas cuestiones tomen una perspectiva preocupante. No hablamos de la enorme contaminación lumínica o de la cantidad de energía que muestra la fotografía sino de luces que no deberían estar ahí y que, en un primer momento, intrigaron a los científicos que examinaron con detalle los datos satelitales.
El análisis pormenorizado de las imágenes reveló algunas sorpresas como una alta actividad en zonas rurales de Dakota del Norte debidas a la industria de gas natural, o inesperados focos de luz en lugares despoblados de Australia que finalmente se debían a grandes incendios visibles desde el espacio…
Pero, sin duda alguna, el mayor misterio que el VIIRS ofrecía a los investigadores eran unas extrañas formaciones lumínicas en mitad del océano a unos 300 kilómetros de la costa de Argentina.
Muchos empezaron a preguntarse qué podrían ser esas agrupaciones de luces que se extendían sobre el agua llegando a alcanzar docenas y docenas de kilómetros. En teoría no debería haber nada allí excepto la oscuridad del océano Atlántico y como mucho, algunas luces en las Islas Malvinas.
La respuesta a estas “pequeñas ciudades flotantes” terminó siendo más inquietante de lo pensado en un primer momento. La propia NASA desvelaba el misterio:
“No son asentamientos humanos, no hay incendios ni plataformas o pozos de gas… pero hay una enorme cantidad de barcos. Miles de barcos pesqueros ataviados con potentes luces para atraer sus capturas a la superficie. Son tan potentes que los enjambres de barcos pueden detectarse desde el espacio”.
La solución a este misterio dejaba al descubierto un preocupante problema medioambiental. Las imágenes de la NASA muestran cientos y cientos de barcos pesqueros, acompañados de grandes embarcaciones de soporte, reabastecimiento y gigantescos buques frigoríficos para poder operar a grandes distancias y sin tener que atracar en los puertos cercanos.
En la imagen superior podemos comprobar la concentración de clorofila y nutrientes de la corriente marina y cómo los barcos la siguen con sus potentes luces para hacer que los calamares emerjan a la superficie.
Como digo el misterio de las luces se ha convertido en un gran problema internacional y medioambiental puesto que oficialmente solo se expiden licencias legales para pescar a un centenar de barcos cada año… y las imágenes de la NASA muestran una enorme cantidad de barcos… muchos más de cien.
La conclusión es evidente: Miles de barcos están pescando ilegalmente en la corriente de las Malvinas, esquilmando y poniendo en peligro una de los recursos intermedios sobre las que dependen multitud de seres marinos como las ballenas, las focas, los pingüinos y un sinfín de especies más.
fuente