۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

Mientras estaba durmiendo, sentí una especie de escalofrío en todo el cuerpo que me obligó a querer abrir los ojos, pero terminé por ignorar aquella sensación y seguí con los ojos cerrados.
Pero luego de un tiempo, unos minutos, podría asegurar que me surgió un sentimiento de terror e inseguridad de la nada.
Después abrí los ojos lentamente, luego de debatir si hacerlo o no… y me llevé una muy desagradable sorpresa: Había una figura humanoide completamente negra, de unos dos metros de alto, “mirándome”, pues siquiera tenía cara, solo como una especie de nubes en lo que sería su rostro, sentado en el borde de la cama. Se movió tan rápido que siquiera tuve tiempo de reaccionar… incluso podría decir que de alguna manera u otra me quedé paralizada de la misma nada. Solo podía mover los ojos.

La criatura se sentó sobre mis piernas y se dirigió a mi vientre. No sé que hizo, pero sentí que algo me quemaba intensamente… Hasta que de repente esa criatura desapareció como un chispazo en el aire, pero aun continué paralizada, transpirando y respirando dificultosamente.

Mantuve la mirada en alto mientras Ese sujeto me amenazaba, luego le respondi:

-"Es cierto, estas no son mis tierras... aun"-

Ellos empezaron a verse entre si, empezaban a deducir el porque había venido

-"Hasta donde sabemos, lo único a lo que eres pretendiente es a una soga al cuello"-

-"Por eso es que necesito de sus servicios"-

Ellos empezaron a reír, Todos menos el sujeto con el que mantenía esa conversación

-"Y que pueden hacer los lobos de hierro por ti?"- Me pregunto aun serio

-"Necesito información, necesito saber quien fue el autor de la matanza que hubo en el palacio"-

-"Solo necesitas ver un espejo para saber la respuesta a eso"-

Hice una expresión de disgusto a ese comentario.

-"Bien... preguntaremos por ahí, pero no te garantizo una respuesta satisfactoria"-

-"También necesito algo mas... necesito poder moverme por la ciudad sin que los guardias me estén fastidiando"-

El sujeto le hizo una seña a uno de sus subordinados y este me trajo una maleta con uno de sus uniformes y un velo negro.

-"Usando eso ningún guardia con mas de medio cerebro se atreverá a ponerse en tu camino, pero recuerda... tendrá que haber una retribución después de que consigamos la información"-

-"Si es que la consigues"-

-"No te preocupes por eso, somos expertos en averiguar los sucios secretos de la gente... nigromante."-

Se me escapo una pequeña risa al oir eso, creo que di con la gente adecuada.

A las afueras de la ciudad, en la capilla, mi cráneo, al que me habia dejado al salir, se limita a contemplar esa escena...

"Vaya vaya... mira nada mas niña, parece que acabas de ser poseída por un demonio"-

Escuché angustiosamente la voz de aquel cráneo.
No sabía qué hacer, porque tampoco es que pudiera hacer demasiado en ese momento. En vez de derrotarme y seguir con esa actitud, intenté mover los dedos de la mano, sin éxito. Aunque era extraño que los párpados si pudiera moverlos, abrirlos y cerrarlos respectivamente. Esa criatura quería infundirme más terror.

Intenté hablar para contestarle, pero solo me salió una voz sobrenatural.

—“Mierda” — Pensé y cerré los ojos para ver si algo pasaba.

En ese mismísimo momento que lo hice, sentí como ALGO salía de mis propias entrañas. Observé de inmediato la zona de mi vientre y estaba ahí de nuevo… solo que estaba vez, con su dedo, dibujó algo por el costado del ombligo y ahí si desapareció.

Cuando deduje que se fue, pude moverme y respirar. Tosí fuertemente y empecé a sacarme la ropa para ver que mierda había dibujado. Un símbolo extraño que al verlo con mis propios ojos, se fue desvaneciendo a una velocidad rápida, como si lo estuviera absorbiendo.

Regrese a la capilla sin problemas gracias a la vestimenta que esos mercenarios me habían proporcionado, y entre por la misma ventana por la que me fui, una vez adentro note que Amaya estaba despierte... y completamente desnuda, estaba a punto de hacer un comentario fuera de tono cuando note que en su mirada había una expresión de angustia.

Me levante el velo y la capucha para podre verla bien

-"Amaya tu ropa... que te paso?"- le pregunte preocupado.

nueva vestimenta:

Le conté lo sucedido con un tono muy grave de preocupación.
Solo pude agachar la cabeza.

Una vez que termine de escuchar lo sucedido tome un poco de tinta y una pluma y comencé a dibujar en una hoja de papel.

-"Este es el símbolo que la criatura dibujo en tu abdomen?"-

—El mismo — Me puse la bata encima.

El cráneo comenzó a reír siniestramente

-"Fabuloso"- exclamo

-"No tienes de que preocuparte entonces, nuestro hijo y tu están bien"-

—Explícame — Fruncí el seño.

Puse la mano debajo de mi oreja derecha por unos segundos y cuando la quite el símbolo que había dibujado en el papel se revelo en mi piel.

-"Es una historia muy larga y difícil de contar, te haría cuestionarte si todo lo que has creído en tu vida es cierto... aun así quieres oírla?"-

—Claro, si eso me da una explicación.

—Te creo porque nunca creí ni en el cielo ni el infierno. Solo los utilizaba por el mismo propósito que (casi) todos: Infundir miedo — Suspiré.

-Quiero creer que si...

-"Magos, hechiceros, brujos... incluso algunos sacerdotes son reclutados por ellos, lo raro es que lo hacen cuando estos alcanzan cierto control sobre sus habilidades... a mi me paso cuando tenia unos 12 años, pero es muy extraño, nuestro hijo aun no nace y ya fue apartado..."- Mire hacia el cráneo parlante esperando que me diera alguna respuesta. pero este se quedo en silencio.

—Ya veo… — Me empecé acariciar el vientre lentamente, sintiéndome ya orgullosa de alguna manera de mi hijo, aun sin “conocerlo” personalmente.

—Me asustó más el hecho de que no pudiera moverme y que le hicieran daño a mi bebé que otra cosa. Pero está bien… ahora ya se me fue el sueño por completo.

—Lo que te dije antes de echarme a dormir — Comencé a vestirme — Me debes un polvo de arroz nuevo. Tus chupetones pasaron de ser rojos a morados. Y ya me gasté todo mi maquillaje tratando de taparlos — Terminé de cambiarme y me senté en la silla, arrimando la pluma y el tintero hacia mí.

-"Pensé que te gustaba ese color"- le dije sonriente. -"Ademas me gustas mas cuando estas sin maquillaje"- (o sin ropa), pensé..

—No te pases conmigo — Puse un tono más firme, pero eso luego decayó — Me hace demasiado blanca ¿Cierto? Supongo que sí, no lo necesito… soy blanca. Muy blanca. Pero lo requiero cuando ¡ME HACES SEMEJANTES MARCAS! — Y volví mi vista al papel y comencé a escribir una carta para el rey.

-"Dices que no valieron la pena?- Fui y me recoste en la cama, con los pies colgando por el borde de esta -"Tendré que hacer un voto de celibato entonces, por que parece que no te complazco con nada"-

—Yo no dije que no me complaces en nada. Solo mencioné lo de los chupones — Mientras iba hablando, iba escribiendo la carta — Pero debo admitir que me fueron, no agradables, sino muy agradables — Mostré mi cara de costado y sonreí.