۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

-Tsk , no nos subestimes. Es una tradición que iniciamos nosotros y la concederemos a nuestros futuros hijos , nos labramos un nombre y que nos hayan llamado no ha sido por nada. Te mostraremos de que estamos hechos!

-No te sulfures. Estamos perdiendo el tiempo haciendo esto en vez de estar vigilando a la princesa.

-"Ojala sean tan buenos luchando como lo son fanfarroneando"-

Tome el cráneo que se encontraba dentro de mi bolsillo y sin ponerlo a la vista hable con el.

-"Se que puedes sintetizar la magia del demonio que consumiste... Así que hay que probar algo nuevo... Vuelve a mi criatura invisible y etérea de forma intermitente, y veamos que tal les va"-

Los hombres ya se estaban retirando del lugar para ir a acampar a otro lado lejano , pero que a la vez fuera cercano para actuar más rápidamente.
Sencillamente les parecía una pérdida de tiempo hacer aquella prueba.

-"Castigalos un poco, pero no los mates"-

El golem emergió del suelo levantando una enorme nube de polvo, siendo apenas visible y corriendo como si pesara menos que una pluma tecleo a uno de los hombres que se encontraba relativamente distraído.

-"Nunca le des la espalda a dios..."- Dijo el cráneo hablándose a si mismo.

Gammón
Moses
Joshua
Octo


— ¡Le dio a Octo! ¡Le dio a Octo! — Gritó el rastreador, que se llamaba Joshua.

—Hijo de puta, justo a él — Murmuró Gammón. Siquiera habían tenido tiempo de reaccionar, pues todo sucedió en un mísero parpadeo — Así que les gusta jugar sucio.

Por fortuna, su compañero, el médico, pudo levantarse del ataque que había recibido de lleno. Sinceramente podría haber muerto por la fuerza del impacto, pero gracias a sus habilidades curativas, estaba sano y salvo. Aunque requirió concentrar bastante cantidad de su energía para curar sus heridas internas y eso les generó una cierta desventaja al grupo.

—No se preocupen por mí. Fue mi culpa, hagan su trabajo — Le echó una mirada a Gammón, una bien fija.
De un pequeño bolso que colgaba de su cintura, preparó unos vendajes a los que mojó con un líquido verde del que se desprendían trocitos de hierbas y se lo colocó el en brazo derecho para los raspones. Eso sería suficiente para calmar el ardor y no usar sus habilidades, puesto que estas tenían cierto límite y este había llegado casi al suyo por lo que tuvo que sanar internamente en él. Ahora solo debía esperar cierto tiempo para recuperar aquello y así su poder tendría intensidad a la hora de curar a sus compañeros… como también entrar en la lucha si era necesario; pero un médico siempre evitaba eso. Solo como último recurso.  Tampoco es que fuera una presa fácil si lo llegaban a atacar. Tenía sus trucos, no solamente los clínicos.

—Bien… Joshua, Moses, requiero de ustedes.

— ¿Y Octo?

—Octo ya está grande.

Entonces fueron los tres a la carga de ese monstruo metálico.  Gammón, Joshua y Moses lo agredieron de la forma que ellos sabían hacerlo.

Joshua no solo era un rastreador, sino que también era muy veloz.  Y esa velocidad causaba que hiciera cosas impensables.
Mientras que Moses tenía una fuerza inhumana impresionante, con la que de un puñetazo podía hacer volar a una guardia entera.  Además de tener un sexto sentido envidiable.
Gammón podía usar su energía como arma, gracias a un gran secreto que mantenía en silencio… se podría decir que también era una especie de “vampiro”, pues gracias a sus ataduras podía chupar la energía de su oponente, si es que lo quería así, disminuyendo su poder. También lograba hacer daño si así lo deseaba, pues las espinas de sus ataduras eran especiales por el objeto de donde provenían, el cual estaba dentro del cuerpo de Gammón, entre otras muchas cosas que estaban restringidas por niveles de poder que debía ir liberando.

Moses identificó la distancia, entre todo ese polvo, de donde se encontraba el golem. Gracias a eso, Joshua agarró a Moses y Gammón de los brazos y con su velocidad los condujo hacia la criatura, donde los soltó para que hicieran su ataque. Estos cayeron encima de este, donde Gammón utilizó su técnica secreta para envolver nuevamente al golem con los tallos espinosos que salían de su mano derecha, pero esta vez los tallos se hicieron más numerosos y se volvieron más gruesos; acto seguido, en un milisegundo, Moses golpeó con el puño al golem, con más fuerza que la última vez, logrando que este saliera volando, aun envuelto con las espinas que intentaban suprimir su poder. En eso, en el otro extremo, lo estaba esperando Joshua, que con su gran velocidad había llegado hasta allí, y terminó por agarrar al golem para acelerar su atroz caída en el suelo, lo soltó y se apareció nuevamente al lado de sus otros dos compañeros.

La criatura se rompió en mil pedazos al tocar de cabeza el terreno.

Gammón retiró los tallos con las espinas. Su mano quedó con la herida abierta y chorreando sangre.  Octo , al haber recuperado su energía , fue a curar la mano de Gammón apoyando las palmas de las suyas , de las cuales emanó un brillo blancuzco y cerró inmediatamente el agujero de la mano de gammón.

— ¿Alguien más? — Preguntó este demasiado tranquilo, como nunca antes lo había estado en la vida, cuando generalmente era el que más puteaba.

— ¿Ya podemos dejar de jugar? —Preguntó Moses con fastidio— ¿Nos vas a dejar trabajar?

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En ciertas partes del castillo se escuchaban temblores. Pero no eran terremotos, puesto que no era zona. Todos estaban muy asustados y las exclamaciones no tardaron en llegar a los oídos de la princesa Amaya, del Rey e incluso de Marcus.

Amaya ya se pudo imaginar de donde provenía todo eso y de quienes.

Camine hacia los restos del golem los cuales pasados unos pocos segundos se convirtió nuevamente en una moneda, la cual junte y metí en mi bolsillo.

-"Por supuesto... ya me doy una idea de que son capaces de hacer."-

-Bien , ahora seguramente hemos llamado la atención de todo el mundo y yo no pienso arreglar este desastre.

-Yo menos.

-Dejen de ser tan quejicas y volvamos a nuestro puesto. Aquí no pasó nada.

-"Tu lo dijiste, aqui no paso nada..."-

Metí las manos en los bolsillos y me di la media vuelta para regresar por donde vine.

-"Lo siento por lo de la tacleada, por cierto..."-dije una ez que ya estaba algo alejado.

De vuelta en el palacio me di cuenta que aunque estábamos bastante lejos, la gente del palacio alcanzo escuchar, sin embargo unos días atrás había comprado unos petardos en el mercado, y los usaría como excusa si es que alguien llegaba a preguntar.

Yo estaba en la biblioteca con un enorme , enorme , pero enorme facepalm.
Por fortuna ya me habían traído un carrito en donde poner a ELi. Estaba tranquila conmigo , a pesar de todo. Le fui leyendo a pesar de que tenía que hacerme increíblemente la tonta como si no supiera nada.

Al final decidí entrar al palacio a través de los pasadizos pues quería evitar cualquier tipo de interrogatorio por parte de la guardia.

-"Oye cariño, escuchaste todos esos ruidos extraños de hace rato"- dije como si no supiera que rayos estaba pasando.

-Obvio. Y sé que estuviste involucrado , lo puedo sentir desde aquí. ¿Eres imbécil o te haces?- Estaba molesta , demasiado. Ahora yo no sabía ni como tenía que dar la cara para dar las explicaciones que de seguro el rey trataría de evitar , pues se lavaba las manos y eso quedaba como mi responsabilidad por ser la única idiota disponible.

-"No me vengas con eso ahora, que tu estuviste de acuerdo con que los probara hace unos días..."- Me senté junto a Eli me lleve las manos a la nuca -"Y si soy algo idiota"-

-Aun así eso no significaba que llamaras la atención de todo el mundo. Aish , hombres - Me paré y me fui a buscar algo.

-"Tenia que saber de que eran capaces de hacer... en fin, parece que ya estas mejor, te parece si nos vamos en una semana?"-

-NO. Tengo que resolver un par de cosas antes de irme... Además que aun le debemos el viaje a Lucifenia para ir a buscar los objetos.

-"Con lo de irnos me refería al sur... pero bueno, que son esas otras cosas que tienes que hacer?"-

Eli parecía que se estaba enfadando de estar en su carreola asi que la saque y empece a pasearla por toda la biblioteca.

-Debo hablar sobre algo , más bien sobre algunas leyes. Volveré en unos minutos.

Me fui de la biblioteca.

-"Sabes Eli, tu madre ha estado un poco fría estos días, como si estuviera molesta... crees que fue por algo que hice o es solo mi imaginación"-

La niña solo hizo una mueca , muy parecida a una sonrisa. Luego empezó a babear.

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Me dirigí a la oficina de Marcus. Esto lo tendría que haber hecho en un principio , desde que llegué , porque el futuro de Eli también dependía de esto.
Toqué la puerta.

-"Que se supone que significa eso... que si?, no importa lo que sea ya se le pasara... pero tu, aun no entiendo por que esa entidad vino a visitarte cuando aun no habías nacido... sera que heredaras los poderes de tu padre y levantaras a los muertos para que cumplan tu voluntad...?, de ser así te advierto que no vale la pena... yo a veces quisiera haber nacido como una persona normal"- Me recosté en aquel gran sillón con la niña descansando en mi pecho y seguí hablándole -"Pero tu seras una niña buena verdad? no harás tratos con señores del infierno, no son tan buenos como parecen..."-

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Mientras tanto, miraba a travez de la ventana de su oficina hacia los campos que rodeaban el palacio, en los cuales se podia ver a las fuerzas especiales levantaban un nuevo campamento.

-"Adelante"- Dijo al oír sonar la puerta.

Volvió a hacer una mueca , pero esta vez de desagrado. Hizo un puchero y se largó a llorar, como si entendiera todo lo que le decía.

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—Soy Amaya — Dije con una voz tranquila y entré al lugar. Ni esperé a que corriera la silla para que me pudiera sentar, directamente lo hice yo misma — Quería hablar de algo que tal vez el rey te haya mencionado, aunque sea, indirectamente. A mi me había insinuado algo que me dio a entender que iba a trabajar en ciertas leyes... ¿Sabes cuales son?

-"Bueno bueno, haz tratos con quien quieras... pero te vas a dormir antes de las 10"- Me levante y la arrulle de nuevo por la biblioteca, sin darme cuenta que mi cráneo se había salido de mi bolsillo.

-"Crees que tendrías algo de lo que tienes ahora de no ser por mi? y dices que no ha valido la pena?, solo piénsalo por un momento... que estarías haciendo ahora mismo si no hubiera llegado a tu vida? Estarías muerto seguramente... todos lo estarían...

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-"Hablas de la ley que evita que te conviertas en reina... si, lo ha mencionado un par de veces, pero no ha tomado cartas en el asunto, al menos no de lleno."- Dijo estando un de espaldas.

Los llantos de Elizabeth recrudecieron.

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-Ya veo... Bueno , tal vez por algo la vida no quiere que sea reina. Soy tan torpe a veces que podría echar a perderlo todo - Esbocé una sonrisa , pero por dentro me había lastimado con mis propias palabras.
Seguramente ni mi propio padre tenía fe en mi , en lo que yo era realmente capaz de hacer. Y eso que le había demostrado muchas veces a que instancias podía llegar por mis tierras.

-"No le hagas caso... se que tu harás grandes cosas  y que no cometerás mis mismos errores... que seguirás mis pasos en donde pise firme y harás tu propio camino donde tambalee... ya lo veras"-

Puse al cráneo de vuelta en mi bolsillo.

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-"No pienses mal de tu padre... si no lo ha hecho aun es por que al hacerlo ahora mismo caería un gran peligro sobre ti, y sobre tu hija"-

Allí finalmente se calmó y preparó para dormir.

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-Hacerlo ahora o más tarde será lo mismo mientras existan estas personas tan dañinas y maléficas. Antes tal vez tenía la ambición de ser reina porque quería y punto , ahora ya no... quiero serlo para proteger a los que más amo y que luego mi hija suceda con la misma voluntad , con la misma intensidad.