۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

-Entonces de eso se trata? o son también los deseos de la reina los que han de ser saciados... con lujuria- Puso sus manos sobre sus pechos y literalmente le arranco lo que traia puesto.

— ¿Quieres saberlo de verdad? Pues ven a comprobarlo— Susurró totalmente fogosa.

A diferencia de las mujeres de su familia paterna, ella había heredado los moderadamente grandes y redondos senos de su madre, la cual antes era conocida por la sensualidad de su apariencia por cómo le quedaban los escotes comunes de los vestidos de la época, además del corset que también le daban esa forma y los resaltaban.

Lucifenia tenía una terrible debilidad por los hombres bellos como Marcus, aunque nunca lo admitió y tuvo que reprimirlo por el carácter exigente de su padre. Y así fue creciendo, sintiendo un resentimiento hacia los hombres por hacer a las mujeres unas reprimidas en vez de tratarlas como personas apasionadas. Y también se le fue metiendo en la cabeza que el matrimonio apestaba.

Pero bueno, si ahora significaba que con el casamiento lo tendría para ella solita, estaba dispuesta a entregarse.

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— ¡Mami! ¡Mami! — Exclamaba Elizabeth con mucha emoción encima.

—Te prometo, no, te juro, que nunca más permitiré que te separen de mi lado ¿De acuerdo? Nunca más. Siempre me tendrás ahí para ti, cuando estés enferma, cuando quieras jugar, cuando comas, cuando duermas e incluso el día que tengas que casarte. ¿Me oíste?

—Si mami… Eres hermosa, como te imaginaba. Como una muñeca— Sonrió mientras su mami le secaba las lágrimas.

Amaya sonrió y le presentó a Isabel.

—Eli, ella se llama Isabel. Es tu hermanita menor… salúdala.

Eli también la abrazó, aunque Isabel la apartó inmediatamente de un empujón.

—Mami… — Chilló Eli.

—Vamos, Isa, que ella está dispuesta a quererte y compartir sus cosas contigo ¿Verdad?

— ¿Habla en inglés?

—Si… pero puedes ayudarme a enseñarle todos los idiomas que necesite aprender — Se sentó en el suelo con ambas. Le hizo una seña a su esposo con la mano para que se acercara.

Marcus no estaba acostumbrado a las mujeres, antes de Morgana había llevado una vida de castidad y pulcritud. lo mas lujurioso que había hecho en su vida fue hacer aquel desnudo de Amaya. Entonces esa idea le asalto la mente,¡¡¡La Estatuilla!!! la tiene Elizabeth, si alguien se enteraba de como la hizo tendría bastantes problemas, tanto con Lucifenia como con Andreas

Pero no tenia tiempo de preocuparse por eso ahora, tenia a esa jovencita frente a El, y estaba dispuesta a hacer lo que sea.

Solo la tomo sin pudor ni consciencia, como si fuera un animal, había esperado para este momento demasiado tiempo.

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Se puso a pensar por un momento lo que Amaya les decía, Si realmente ese mundo seria posible, con toda esta guerra y muerte alrededor, Malebolge avanzaba a paso lento, pero cada día que transcurría la sombra de su influencia contaminaba la tierra cada vez mas. y no estaba mas cerca de detenerlo, aunque ahora con Morgana cerca, tal vez tenia una posibilidad de encontrar a esos sujetos.

Solo me senté entre mis niñas ajugar con ellas, TODAS ellas.

Era de noche.
Lucifenia comenzó a vestirse como podía y arreglarse el cabello que era un gran desastre. Ahora que se había quitado las ganas, debía organizar la bienvenida de Amaya, en una reunión privada que siquiera estarían los nobles presentes. Más bien algo familiar.

—Salvaje— Comentó con cierta sorna- Cuando quieras más cariño , solo debes llamarme... Tal vez acceda a muchas más cosas... Estoy dispuesta a todo.

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Las niñas se cansaron de jugar con todo lo que encontraban a su paso, tanto que cuando cayó la noche, siquiera se acordaron de comer y decidieron apoyarse ambas en mi regazo, compartiéndolo. Les acaricié la cabeza hasta que finalmente se rindieron y sucumbieron ante el sueño.
Hacía tiempo no me sentía tan llena y feliz.
Ahora tenía todo lo que quería y había soñado, pero aun me faltaba algo y eso eran mis tierras de origen. No hay nada como el amor hacia la propia patria. Tampoco sabía que era lo que había pasado con ellas.

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Morgana estaba en una taberna de mala muerte en el puerto con todos los marinos, tomando unos tragos y tirándose al primero que cayera en sus brazos. Si bien no estaba para eso, lo necesitaba.
Estaba muy pensativa, reconsiderando si podía en verdad volver a su deseada forma humana… pero a la vez tenía que ayudar a encontrar a los oscuros y vengarse de todos sus descendientes.

-Tendré que esperar mucho para que accedas a compartir la cama conmigo por las noches?- le dijo mientras buscaba algo con que taparse. -Aunque no me molestaría que pasemos un tiempo jugando a escabullirnos a la habitación del otro por las noches,-

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-No sabes cuanto me alegra que alfin seamos una familia unida otra vez. Tu, yo, las niñas y otro integrante mas que tal vez viene en camino- le acaricie el vientre así como solía hacerlo antes

—Rompiste una parte de mi vestido, así que lo ideal es que me quede aquí, esperándote desnuda para tal vez seguir toda la noche — Empezó a enroscar su cabello ondulado en un dedo de forma sugerente y juguetona. La verdad es que no le importaba nada, pero si llegaban a verla así cualquier persona del palacio, quién sabe qué es lo que podría llegar a pasar.

Se le acercó por detrás y lo abrazó, para luego pasar las manos por su torso hasta bien abajo… quería demostrarle que a pesar de ser una amargada , también lo era muy ardiente y que podía pasar más que placenteros ratos con ella. Como una relación de, más bien, amantes.

—Pero si prefieres el plan B, por mi no hay problema— Le susurró al oído.

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—Todo gracias al esfuerzo que pusieron todos en ir a buscarme; sobretodo tú — Me le arrimé y puse encima — Podemos seguir pensando en nombres , enumerarlos , hacer otras cosas como… jugar juegos de adultos aprovechando que las niñas están fundidas y nosotros no sabemos , por el momento , si viene alguien más. O dormir juntos muy abrazados, como prefieras— Le acaricié a los costados del rostro con ambas manos y mucho cariño , para luego besarle la punta de la nariz.

-Si la decisión esta en mi, entonces quédate conmigo toda la noche, por ahora me conformo con ser tu amante, pero no te prometo que me baste con eso para siempre.-

La tomo de las manos para que no se quitara.

>>Si no te molesta agarrarme ahí abajo, entonces supongo que no te molestara frotarlo tambien, solo un poco hasta que este listo para seguir.

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-Podemos hacer todo eso, no exactamente en ese orden pero si quieres, podemos hacer lo que quieras, mientras no te de por meterme nada en el trasero-

Lucifenia largó una pequeña risita.

—Por ahora eres mi amante, mi juguete… Pero pronto seremos marido y mujer y formalizaremos cualquier tipo de relación que tengamos ahora. Aunque en este momento sea clandestino —Le iba hablando pausadamente mientras efectuaba su erótica labor— Pero bueno, tú ya no puedes escaparte de mí.

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— ¿Lo hice el otro día? Nooooo— Me solté el cabello, más que nada por comodidad, pues ya estaba acostumbrada a tenerlo así, libre— Pero si un día se te ocurre pedírmelo, no dudaré en hacerlo, así como cualquier otra cosa.

Me tuve que morder el labio inferior para contenerme.

Me quité de encima y fui a arropar a mis pequeñas hijas.

Estúpido teléfono, me trolleo xD (ya no me acuerdo que había escrito )

iba mas o menos así...

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-Si te parece mas exitante así pues ni hablar, hasta que te dignes a darme un lugar permanente en tu cama tendré que conformarme con ser el juguete de su majestad, la gran Reina Lucifenia, fuerte como un roble y dura como una piedra-

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Ayude a Amaya con las niñas hasta llevarlas a la habitación de Eli, que ahora se había convertido en la habitación de las dos.

-A ti te parece gracioso, pero para mi es bastante incomodo, si no puedes evitar ser de manos inquietas por lo menos busca en que mantenerte ocupada...-

—No es hasta que yo me digne… Sino hasta que el protocolo lo haga — Le sopló en un oído— Aunque tal vez debamos apurar las cosas, quién sabe si a este ritmo no termino embarazada.

Se sinceró. La verdad es que no se sentía preparada para una cosa así, a pesar de sus veintidós años.

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—Con mis manos puedo hacer muchas otras cosas que te pueden llegar a gustar… Pero bueno , tú te lo pierdes — Sonrió pícara.

-Eso si que seria un escandalo, pero como dices, nadie se tiene que enterar, si quedas embarazada pasaran tres o cuatro meses antes de que se empiece a notar, y eso es tiempo mas que suficiente.-

Se dio la vuelta para tenerla de frente

-Eso te molestaría? Que te deje embarazada? De ser así podemos dejarlo hasta que nos cacemos-

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-No quiero perderme nada, cuando te dije que te amaba me refería a toda tu, incluidas tus manos-

—No es que me moleste— Entrecerró los ojos—Solo que se sentiría realmente extraño para mi tener un bebé. Aparte, por más que lo dejemos hasta la boda, probablemente yo en este momento ya lo estoy—Sonrió discreta a lo bajo. Parecía otra persona cuando lo hacía.

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—Bueno, mis manos traviesas te quieren mostrar todo el lugar. Ojalá algún día pudiéramos ir al castillo de piedra de la costa, estoy segura de que las niñas estarían encantadas. Además que hay lugares muy interesantes allí para… bueno, ya sabes— Me pasé una mano por el cabello.

-Entonces supongo que no hay mas que hacer, salvo divertirnos tanto como podamos hasta que tu vientre crezca y tengamos que posponer las cosas para después del parto...- dicho esto oa tomo de los muslos y la levanto para después recargarla contra la pared.

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-Lo se? De verdad? A veces pienso que no he conocido a la Amaya picara y lujuriosa que hay en ti, solo la he conocido en parte-

—Pues verás como crecerá— Esperaba no gritar demasiado por las dudas que alguien se pasara por ahí y así evitar un momento bastante bochornoso.

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Me di la vuelta y quedé frente a frente con él.

—Te aseguro que soy una bestia— Sonreí como si nada y continué caminando — A menos que tengas la valentía como para despertar aquello y luego enfrentarlo.

-Entonces dices que debo mantener a esa Amaya dormida toda la vida por miedo a no saber si podre soportarla? Si me atrevo a ir por ti y rescatarte frente a las narices de nuestro enemigo, entonces estoy dispuesto a liberar a esa Amaya...-

Pasamos por una habitación, que aunque estaba cerrada podía escuchar como retumbaba algo adentro y se escuchaban voces ldves que estaban gimiendo, no tenia idea de quien estaba dentro pero no le di importancia y seguí caminando.

-...A esa Amaya que tu misma te has encargado de reprimir-

Mi mirada cambió por completo. Lo tomé de la mano y comencé a correr como desquiciada por los pasillos, hasta llegar a la planta baja del palacio e ir por los jardines. A esa hora no había nadie allí.
Nos metimos por un laberinto, como el que había en el norte, solo que más pequeño. En el centro se encontraba un manzano.

—Con una condición: Tienes que provocarme — Comencé a comer una manzana que había arrancado.

-Provocarte? Juraría que estas a un rose de piel de explotar, pero si quieres...-

No tenia ni idea de lo que estaba haciendo o si lo que haría le habría de gustar, pero si me trajo a este lugar era por algo y lo aprovecharía.

-Voy a sacarte la topa y te date 10 segundos para que intentes escapar por este laberinto, y mas te vale ser rápida, por que cuando te encuentre no tendré piedad de ti..."-

—Eso será muy fácil— Yo me acordaba de memoria cada rincón de ese laberinto. A menos que él hiciera trampa — Verás que si me atrapas, se invertirán los papeles. Y haré lo que quieras~

-Entonces, si no hay ninguna condición mas de tu parte...- puse mis manos sobre su esoalda, buscando con el tacto la costura mas pequeña de aquel bello vestido floreado y cuando al fin la encontré, le di un fuerte tirón que lo desgarro por completo.

-Diez segundos..."-

—Adiós~— Me despedí traviesamente mientras me iba manoseando frente a sus ojos hasta desaparecer entre las paredes de hojas.
Eso era más fácil que sumar dos más dos… Con tranquilidad fui recorriendo hasta que faltaba muy poco para llegar a la salida.

Si por algo era conocido era por siempre usar magia para poner las cosas a mi favor, aunque para algunos ero fuera hacer trampa

Nunca perdí la noción de donde se encontraba Amaya, y no tenia pensado dejar que se escapara tan fácil.

Justo cuando estaba por llegar a la salida los arbustos que estaban a los lados crecieron de forma desproporcionada, tapando por completo su vía de escape

-No creerías que iba a ser tan fácil verdad?- Le grite y le arroje mi camisa por encima de los arbustos.

Empecé a contar los segundos que me quedaban hasta que el número fue un enorme cero.
Ya no tenía más salida y eso tampoco me preocupaba.

—Vamos a continuar lo que dejamos pendiente en la biblioteca la otra vez… y te confesaré otras cosas— Me puse en pose en el suelo y comencé a tocarme pensar "cosas" descaradamente.

-Que otras cosas?- Le pregunte mientras salia por entre los arbustos que habia hecho crecer.

-Vaya... que escena tan hermosa- la dije al verla en el suela, haciendo sus "cosas"

Con la misma mano con la que me había estado tocando, le hice una seña con el dedo para que se acercara y probara el fruto prohibido.

—Puedo tocarte a ti también… si tú también lo haces conmigo— Lo invité sin vergüenza a que lo hiciera como le placiera — No por nada mis manos son traviesas.

-Esta bien, sientate encima de mi y pongamos manos a la obra- Dije para luego tirarme al suelo a lado de ella.