The Frontiers [PRIVADO YSY-Evil-perro-House]

Solo also la ceja al ver esa actuacion tan atolondrada. Se bajo del auto y camino hasta donde terminaba el pavimento, luego se quito las botas y se paro sobre la arena.

La sensacion era agradable, podia sentir como se hundian sus pies entre los diminutos granos tibios por el calor de ese sol artificial, se arremango los pantalones hasta las rodillas y se quito el resto de la ropa, luego empezo a correr detras de Geraldine.

Se habia olvudado por completo de la quemadura que tenia en el hombro.

Geraldine puso el mantel de la mesa sobre la arena. Luego colocó la canasta con todas las cosas.

El mar ese día estaba pasivo, nada revuelto o agitado. Gracias a la luz se podía apreciar que era de color verde mezclada con celeste… y si metías los pies allí, el agua resultaba transparente. Y si te adentrabas más al fondo, se veían algunas especies de pescados que nadaban hasta casi la orilla.

— ¿Te imaginas… nuestra boda aquí?— Se atrevió a preguntar con vergüenza, sin girarse a verlo. Solo le daba la espalda, mientras la espuma le acariciaba la piel de los pies.

-Me he imaginado muchas cosas desde que te hice esa propuesta...-

Se acerco a la orilla, para sentir también el agua en los pies.

-Pensé muchas cosas mientras volaba en esa nave por la Universal... no estaba listo para morir, en mi mente solo podía concentrarme en sobrevivir para cumplir mi promesa de que viviríamos juntos y formaríamos una familia, si es necesario celebrar una boda para poder estar lograrlo no me importa si es aquí o en un lugar pequeño y escondido... no tengo a demasiadas personas a quienes invitar de todas formas... si tiene que ser en dos años o en dos semanas... lo que quiero es pasar mi tiempo contigo, ir a lugares juntos, dormir abrazados en la misma cama, comer en la misma mesa... y no te ofendas pero tu enorme casa no se siente como un hogar... por que darte un hogar conmigo es lo que quiero-

Tomo su mano y entre cruzo sus dedos con los suyos.

-Si pudiera ahora mismo te haría un vestido con la ensenada del mar, te coronaria con flores silvestres y te proclamaría cono mi esposa ante los ojos del universo, te haría un anillo con la piedra mas brillante que encontrase y todo seria perfecto, mientras me dijeras que si-

Y fue en ese entonces que la logró conmover otra vez. Pasaron miles de cosas por su cabeza, todas fantasías rosadas de chiquilla enamorada, que volaba por los cielos de su imaginación y aterrizaba sobre una tierra de promesas de amor…

—Yo dije que sí me iba a casar contigo. Y estoy segura de eso, sin importarme ser aun tan joven para ello y que los demás consideren que pierdo mi tiempo o es anticuado. Aun si no tengo un padre que me entregue, una madre que llore por mí de la emoción, hermanos que me celen u amigos que vengan a verme...
>>Y con respecto a la mansión… no me importaría venderla, dejar todo lo que he ganado a base de sacrificios y dolor. Eso sería mínimo a lo que podría llegar a ganar u obtener estando contigo.

-No te estoy diciendo que la vendas... solo quédate conmigo de vez en cuando si te sientas sola, no se exactamente como sera el lugar donde voy a vivir pero haré lo que pueda para hacerlo cómodo... mi departamento en Universal no era grande, pero era intimo en su lugar, y eso es todo lo que quiero-

Se quedo en silencio, viendo hacia el mar mientras balanceaba la mano con la que agarraba la suya.

-Vamos a entrar al agua o no?-

—Igual ya tenía pensado venderla, solo que no me decidía.

Mantener ese lugar costaba un dineral, y ni hablar de todos los impuestos que debía pagar para tener todo en regla y así evitarse problemas legales.

—Entremos— Sonrió y lo miró al fin. Pero no le pasó por desapercibido la quemadura. Es más, se le deformó la cara — ¿Por qué no me dijiste? ¡Te hubiera llevado al hospital! — Estaba muy preocupada. Incluso tuvo una reacción muy exagerada, porque empezó a lagrimear, como si fuera a morirse.

-Hospital?- Arrugo la cara confundido. -Ah... se me olvidaba que aquí en génesis los curan en esos lugares... no serviría de nada, el tejido bajo mi piel tiene un injerto que se... mira para no darte la explicación larga y enredosa solo te diré que sanara sola en un rato y cuando termine solo me quedara una muy genial cicatriz que luego podre presumirle a las chicas- Habia dicho eso ultimo para hacerla enojar y se olvidara de esa preocupación.

Empezó a caminar hacia dentro del mar, llevándola consigo mientras chapoteaba, no fue muy adentro por que naturalmente no sabia nadar, ademas de que quizás era demasiado pesado para lograr flotar.

— ¡Eres un idiota!— Exclamó, efectivamente enojada. Se secó las lágrimas con el dorso de una mano, para volver a esa postura orgullosa— Podrás atraer a muchas chicas, pero ninguna será igual o mejor que yo— Con la mano libre le tiró agua en la cara a modo de venganza— Tampoco encontrarás pechos grandes naturales como los míos. Mis pechos le llevan ilusiones y esperanza a la gente, sobre todo a los hombres.

-Y crees que yo no podría conseguir hombres si quisiera? digo... que podría ser mas atractivo para ambos sexos que un diseñador de escotes con sensuales cicatrices de disparos con armas térmicas!-

La agarro de la cintura, y la repego contra su cuerpo.

-Pero estoy de acuerdo... no podría encontrar en alguien mas lo que tango contigo... no solo tus pechos-

—Sigues siendo un tarado… — Juntó agua en sus manos y volvió a salpicarle en la cara. De verdad se había preocupado y aun estaba resentida por haberse burlado de ella. No sabía tratar muy bien a las personas, estaba acostumbrada a ser hipócrita o distante, pero ahora que era sincera no medía lo que decía.

-Y aunque sea un tarado no dejaras de amarme... no puedes evitar que quiera hacer lo que pueda para no preocuparte o hacerte sentir triste, si te molesto un poco o te hago pequeñas bromas para lograrlo valdrá la pena que te pongas un poco molesta o quizás celosa... Aun hay mucho de ti que desconozco y hasta que no encuentre una forma mejor de alegrarte la existencia no te quedara mas remedio que soportarme por mas tarado que pueda llegar a ser-

Se puso a pensar un poco en ello.

-Tal vez haciéndote un hijo...-

— ¿Niño o niña?— Le siguió la corriente como si nada. No quería responderle a lo anterior, o moriría de una profunda pena. No entendía como hacía para resquebrajarle el orgullo, así tan fácilmente. Se estaba ablandando o en definitiva era blanda, más de lo que creyó ser.

-No tengo preferencia por ninguno... seré feliz con una niña mimada o con un niño curioso... o ambas cosas... o viceversa-

recordó lo de la gira, que aunque cancelada podría volver al trabajo en cualquier momento, y un embarazo no iba a tener cabida en esa vida tan agitada.

-Seguro que tu ya has pensado en algo... por lo menos un nombre-

—Brigitte si es niña, como la actriz Francesa. Eros si es un niño, como el cantante Italiano y su curiosa voz nasal— Se llevó las manos al vientre, como si de verdad estuviera esperando un bebé al que podría proclamar “hijo”. Su primogénito. Agachó la cabeza para poder ver su plano vientre, trabajado y fibroso… cualquiera que la viera de perfil diría que no le cabían los órganos.

Sonrió al ver que el enojo se le había pasado por completo, se había dado cuenta de algo; su temperamento de diva disminuía cuando empezaba a tratarla por periodos prolongados, pero cuando estaba sola parecía volver, quizás eran solo especulaciones pero por ahora la teoría tenia bases fuertes, le preocupaba que fuera caprichosa todo el tiempo, que no pudiera convivir con gente "no tan importante como ella", pero eso lo averiguaría si podía convencerla de que se mudaran juntos.

Ya era mas o menos tarde, la luz del sol ya se veía con un tono mas anaranjado y la temperatura empezaba a bajar, no estaba seguro de cuanto tardaría en anochecer pero podía intuir que aun tendría tiempo, también se estaba muriendo de hambre ya que no había comido nada desde que salio de la Universal esa mañana, ahora el recuerdo de la comida que estaba en la mesa de Guiyd le hacia rugir el estomago.

—No hemos tocado nada de lo que traje. Siquiera sé lo que traje— Ella también sentía hambre por haber estado toda la tarde nadando y jugando con el agua, sumergiéndose para ver a los peces y demás.
Cuando fue a revisar la canasta, había una planta de lechuga, tomates cortados por la mitad, un envase de kétchup picante y pan pasado de vencido.

—Diablos, soy tan mala para estas cosas— Chilló. Aun así ella tenía mala memoria: recordaba demasiado para su gusto. Y no le daba el cuero como para tirar todo eso a la basura… a excepción del pan. Así que tomó un tomate y comenzó a comerlo como si fuera la última comida de su vida— Volvamos.

-No puedo creer que en esa enorme nevera solo hayas agarrado eso...- Dijo, no como una critica sino como si fuera una especie de logro, un logro a lo despistada. -Puedes llevarme por algo de comer?- Dijo como si fuera un niño pequeño hambriento. -Encontré unos billetes en el abrigo que Guiyd me dio... no creo que los extrañe- A veces hablaba con cierto grado de inocencia.

—Claro. Pero déjame invitarte… Te dije que todo correría por mi cuenta mientras te mostrara Génesis— En realidad nunca dijo eso, solo poniendo palabras aquí y allá, cambiando un poco el sentido de la oración original— Vamos a ir a un lugar que me gustaba mucho ir cuando recién comenzaba con mi carrera. Es un lugar sencillo y bonito, nada ostentoso, pero acogedor.

Agarró todas las cosas y las llevó al auto.

-Suena bien- se volvio a poner la ropa, que habia quedado sebre el pavimemto y subio al auto. -No sera un poco extraño que vayamos a comer y lleves eso puesto? Ni siquiera llevas zapatos!-

El tampoco estaba muy comodo, tenia ls pantalones mojados y llenos de arena, aunque tampoco es como que tuviera algo mas para ponerse.

—Tranquilo, ese lugar queda por aquí, cariño. Y es lo más normal del mundo ir vestidos así e incluso hasta mojados a restoranes que están en la playa. Nadie te dirá nada ni mirará extraño.

Empezó a conducir de nuevo y fue hacia las playas donde había más gente, pero estos se estaban retirando ya dada la hora. Muy pocas personas quedaban dando vueltas. Era seguro que estuvieran en la ciudad próxima, en el centro, donde estaba la concentración con todos los negocios.
Nadie se daba cuenta que era ella porque se había recogido el cabello en una coleta baja y llevaba los lentes de sol puestos, los cuales eran bastante grandes y oscuros.

Las personas cruzaban las peatonales como si nada. Muchos estaban en sus trajes de baño, sin vergüenza. Las luces artificiales empezaban a encenderse para iluminar las calles. Y también habían hoteles que sus pisos eran tipo escalonados, llenos de gente en sus balcones mirando la actividad de la avenida principal.

Geraldine conducía un poco más lento para que su prometido tuviera tiempo de mirar todos esos detalles y más, porque de seguro nunca había visto cosa igual en su vida. Además que no quería atropellar a nadie.

—Es temporada alta— Comentó.

-Y eso es bueno?-

Volteaba en todas direcciones, veia a las mujerer Gulliver que caminaban por el lugar en traje de baño, era facil diferenciarlas de entre las humanas.

-Estos Gulliver... son tan diferentes a los humanos? -

Si habia algo que le llamaba la atencion eran las coloridas cabelleras.

-Pasarian facilmente por humanos si no fueran tan altos... cuesta creer que son ora raza-

—Depende como veas el vaso… Aunque para los comerciantes es el vaso medio lleno— Sonrió y siguió avanzando lento debido a que se había formado una fila algo extensa por los semáforos— Pues por fuera se parecen bastante a nosotros si no fuera por su altura y cabellos de colores. Yo me tengo que teñir con tintura de colores artificiales para tener el pelo como lo tengo ahora… ¡La envidia me corroe!— Se rió. Geraldine era naturalmente rubia, pero vivía en la peluquería para pintárselo de rosa, su color favorito— También tienen una fuerza incalculable… y los hombres pueden llegar a medir metros de altura, pero no todos. Las mujeres generalmente se estancan en el metro setenta, aunque también hay excepciones monstruosas.

-Como la mujer que te escoltaba!- Le recordo. -Ella media mas del metro con ochenta... y la otra mas o menos lo mismo... pero su jefe si que era enorme!!!-

Recargo la cabeza hacia atras, viendo hacia el techo del domo, era casi de noche.

-Hay algo que deba saber de ellos?- Pregunto. -Si voy a trabajar codo a codo con ellos no quisiera ofenderles por hacer o decir algo inapropiado.-

—Bueno… Los Gulliver son una raza originalmente guerrera. Así que si la mayoría se muestra algo rudo contigo, no es que lo hagan a propósito, sino porque ya es una cultura propia de ellos. Los que viven en esta flota están de alguna manera “domesticados”, como se le dice popularmente por aquí. Pero están adaptados a vivir en sociedad con los humanos. Incluso hay gente que es mitad humana y mitad Gulliver.

-Ya veo-

Le empezó a rugir la panza otra vez, solo que ahora si se encorvo y subió los pies al asiento, se moría de hambre.

-Me pregunto que interés tendría Guiyd como para mandarme llamar... me pregunto que tanto sabrá...-

Quizás lo estaba sobrestimando, era imposible que supiera todo lo que hizo estando en Universal, o quizás no.