The Frontiers [PRIVADO YSY-Evil-perro-House]

-Es que realmente de no haber sido por eso no se donde habríamos terminado... si hubiera sido un código de castidad lo que hubiera leído antes que al marques, no me habría siquiera atrevido a darte ese beso-

>> Te hubiera pedido que fuéramos a la iglesia o algo asi... o peor, puede que ni siquiera hubiera aceptado salir del restaurante contigo, solo digo que las cosas se dieron y puede que haya sido el destino, no habríamos logrado salir de Universal de no ser por ti, jamas nos hubiéramos dado cuenta de que era lo que planeaban hacer si no me hubieras dado tu arete, no hubiera ido a tu concierto y no hubiera sacado a esa gente de la nave, y no estaría aquí hablando como un tonto dando largas para no decir que no me habría enamorado de ti y estaría haciendo una vida contigo... al diablo el Marques, si hubiera sido cualquier otro autor habría sabido igual que hacer al solo verte, y habría sido perfecto-

—Está bien, ya me convenciste— Le sacó los lentes de sol y se los puso ella— Ahora conduce antes que me baje del auto dando un portazo y me vaya caminando con estas fachas hasta la mansión. Y sabes que soy capaz de hacerlo si me sigues dando motivos para ello.

Necesitaba un par de segundos de silencio para reacomodar las ideas en su mente y dejar pasar toda esa molestia tonta que se había formado en su interior.
Tan solo apoyó el codo en el borde de la puerta del auto, mirando para el lado contrario, oyendo la música pero ignorándola a la vez.

—Bien que te gustó que me abriera de piernas— Murmuró a lo bajo.

Guardo silencio luego de eso, mejor quedarse callado antes que empeorarlo mas.

Encendió el auto y condujo de vuelta a la zona de las mansiones, yendo un poco mas lento de lo que ella lo hacia.

No dijo una sola palabra en todo el camino, en vez de eso pensaba si esto era por algo en especifico que había dicho o era algo que iba a pasar con frecuencia.

Una vez que el guardia de la entrada los reconoció, abrió las imponentes rejas de la entrada para pasar. Al llegar a su hogar, fue a buscar algo qué ponerse. Estar así le enfermaba… como una pobre tonta que no tenía nada.

En la habitación, tomó unos bolsos enormes, en el que fácilmente se podría meter un cadáver si fuera una psicópata, pero que empezó a llenarlos con la ropa del placard francés, doblando todo con sumo cuidado y a lo último ya haciéndolos un bollo por falta de paciencia.
Aun así y todo, no le alcanzaba para llevar todo lo que poseía. Ni la mitad de su ropa de diseñador, de sus zapatos de marca, bolsos de vestir, lentes de sol, bijouterie, maquillaje, ropa interior y un larguísimo etc.

—Podría subastarlo y ganar más dinero— Pensó. De alguna manera debía cubrir los gastos que no podría pagar con la gira cancelada.

Suspiró y armó un conjunto de verano para el día. Después se lo puso.

Spoiler:

Ella debía hacer hasta lo imposible para estar bella. Por un momento se había olvidado de su propia imagen... así que se quedó viendo en el espejo otra vez, hipnotizada.

Le quedó resonando en la cabeza lo de abrirse de piernas. ¿Y si la consideraba una facilona...? ¡Le demostraría todo lo contrario para que cerrara la boca! Si, eso haría. O no, mejor no.

Decidió dejar de pensar en eso que le provocaba tantos estigmas y volvió a su labor, comenzando a arrastrar los pesados bolsos por el camino hacia el auto.

Sven se había quedado en la sala de la mansión, contemplando con detalle cada uno de los detalles de esta.

A pesar de que estaba tan decorada y llena de color, no podía imaginar vivir en un lugar así, tan vació y grande, incluso le resultaba incomodo pensar que tenia que caminar tanto para ir de un lugar a otro, cuando vio a Geraldine regresar por el pasillo se acerco a ella y tomo las bolsas.

-Déjame ayudarte-

Geraldine no le contestó nada. Se limitó a darle las cosas para ir a buscar las otras. Antes de volver a su habitación, de debajo de un sillón de la sala, sacó una caja llena de polvo que contenía álbumes. Álbumes con fotos de ella: Que en su primera clase de danza, en canto con sus profesores, actuando en el teatro, con sus mascotas...

—Míralas mientras tanto, si quieres… — Le alcanzó la caja. Para que viera que no solo era una facilona, sino que también se había formado y preparado mucho para llegar a donde estaba y que todo lo demás era secundario.

Y volvió con lo que estaba haciendo.

Dejo las bolsas sobre el sillón y se sentó a ver que era lo que había en las cajas.

Se puso a ojear las fotografías, le daba algo de ternura verla de niña, con la cabeza rubia y su cuerpo aun en formación.

-En que momento te convertiste en la mujer que eres ahora?-

Se preguntaba que hacia esa caja ahi en la sala, por que no la guardaba en un lugar mas seguro, o mas intimo.

—“A los cinco, te recuerdo…”— Fue lo primero que se le pasó por la mente— Desde el momento en que empecé a cumplir los sueños que formaba de niña. Ahí me convertí en mujer. Demasiado pronto, tal vez.

En el álbum no había fotos de sus padres adoptivos. Tampoco en los otros. Los odiaba también y le alegraba lo que les había pasado.

Se sentó a su lado en el sillón, dejando todo de lado otra vez.

—Compré este lugar a los 17, con mi propio sueldo, para cumplir la fantasía de vivir en la casa de una princesa y como una princesa. O mejor aún, como una reina. Apartada de todos y todo, así nadie me volvería a molestar jamás…

Apoyó la cabeza en su hombro.

—Todo lo que quería y cuando quería— Miró la foto en la que sostenía un conejo grande y alargado con una gran sonrisa. Eso causó un efecto contagioso y también sonrió un poco— Eso es lo que mi sentido de independencia me decía.

Dio vuelta la página y estaba tocando el piano. Solo sonreía en las fotos que hacía algo que tuviera que ver con sus habilidades artísticas y lo que era estar acompañada por animales.

-Te veias muy feliz viviendo sola... estas segura de que no vas a extrañar eso?-

Puso la mano sobre la suya por encima de las fotografías.

-Si un día te dieras cuenta que la vida en pareja no es lo que esperabas, y decides que quieres volver a lo de antes... ganando millones haciendo lo que te gusta sin que nadie te diga lo que esta bien o mal...-

Si eso llegara a ocurrir probablemente no podría soportarlo, peor si para entonces ya tenían hijos.

-Ha sido muy poco tiempo el que llevamos juntos, y esta discusión de hace un rato me ha hecho darme cuenta de algo, que un malentendido o una palabra de mas es suficiente para prender la mecha... si esas peleas se hicieran demasiado frecuentes? si en un futuro se convirtieran en rutina?-

—No será así. Estas tonterías en un futuro próximo no tendrán cabida. Te dije que algún día te iba a sorprender dejando de hacer este tipo de cosas, o pensando estupideces que solo echen más leña al fuego.
>>No quiero volver a estar sola. Toda mi vida lo estuve, facturando millones o no. Ahora que sé lo que es la compañía y dormir de noche a tu lado, no puedo volver atrás, a eso otra vez. Puede que vuelva al trabajo, pero a la soledad… lo dudo. Y mucho.

A pesar de su autonomía económica, en parte era muy dependiente emocionalmente. No soportaba la idea de perder algo que amaba con locura. En este caso, a alguien.

No pudo contener de darle un pequeño veso en la sien por encuma del cabello.

-Entonces hagamos esto: un traro, una tregua automatica cuando haya discuciones... Si ambos diafrutamos nuestra conpañia mutua al dormir declararemos la cama como zona neutral, no habra gritos, ni insultos ni indirectas en la cama, todo se hara con tranquilidad hasta resolver el asunto, y no saldremos de ahi hasta llefar a un acuerdo-

—De acuerdo, acepto el trato, cariño.
>>Yo soy Geraldine, y Geraldine siempre cumple con su palabra aun si resulta ser un suplicio para ella y tener que dejar el orgullo de lado aunque sea cinco minutos.

Cerró el álbum fotográfico.

—Ahora vámonos. Otro día vengo a buscar otras cosas. Si quieres, podemos cambiar de auto por alguno más conveniente.

-Bueno, uno en el que no nos vean tan facilmemte y que no sea tan obvio que pertenece a una celebridad seria perfecto... y que le quepan muchas cosas para ir al supermercado o llenarlo de cosas para ir de paseo-

Lo que tenia en la cabeza era una camioneta cerrada, de color oscuro para no llamar demasiado la atencion.

-Quizas un 4x4, o como se llamen esas cosas-

—Bueno, sí… Elige lo que tienes en mente, porque las pocas que tengo así, son gigantescas. Tal vez no parezcan de una celebridad, pero sí de alguien que tiene dinero— Se paró, tomó algunas cosas y empezó a caminar hasta ir a donde estaba el garaje— Yo de esas cosas solo entiendo como pisar a fondo el acelerador.

-Se pueden hacer muchas cosas con los autos... Como ir de campamento-

Por supuesto que nunca había hecho algo como eso, solo la vez que durante un entrenamiento se instalo en la superficie de un asteroide para pruebas de combate en gravedad cero, no fue muy divertido.

-Haz pensado en que vas a hacer con todos tus autos?-

—Pensaba venderlos… Necesito reponer de alguna manera el dinero que me faltará. Pero creo que vendiendo todo desde ya eso pasará a ser una preocupación secundaria. Aunque lo principal es conseguir a alguien que quiera comprar la mansión con casi todos los muebles y otras cosas; lo que me convendría sería una subasta.

Llegó al garaje y prendió la luz.

—Aparte, todo lo que tenga mi nombre es caro.
>>Ya después no tendré que preocuparme por pagar impuestos, abogados y tonterías así.

-Espero que tu manager no tarde demaciado en aceptarlo... o que trate de hacer algo alocado para impedirlo-

No es que supiera demasiado de esas cosas, pero normalmente los managers se llevaban un buen porcentaje de lo que sua cliebtes producian, asi que ese tipo debia ser muy rico tambien.

-Haz pensado en como se lo vas a decir? Por que puedo imaginar que la idea no le va a gustar nada... y no parece de la clase de gente que se de por vencido facilmente-

—No es como si me vaya a retirar. Solo haré una pausa y punto, nada por lo cual hacer berrinches.
>>Es obvio que se disgustará, me insultará, querrá golpearme y sacudirme por los aires. Pero bueno, se quedará con las ganas. Y ya lo descubrirá por sí mismo, ya debe de estar haciéndose la cabeza y haciéndose la idea de que no verá llover dinero por un tiempo. Te puedo asegurar que será él quien me llamará por teléfono primero.

Aunque Geraldine decía eso por fuera, muy adentro tenía miedo que el tipo tomara ciertas represalias para extorsionarla y que volviera a producir. Pura mercadotecnia, como la calificaba él a ella. De alguna manera, la tenía bastante manipulada y ella no sabía qué hacer para sacárselo de encima; tenía que esperar un milagro, como que le pasara algo y se muriera, llegando a esos extremos.
Rogaba porque las cosas no se salieran de control y se le escapara de las manos.

— ¿Ya elegiste alguno?— Se refería a los autos de todo tipo que tenía allí. Algunos eran coleccionables, por su antigüedad. Tenía tres deportivos, los tres de color rojo. Pero había un Land Rover verde oscuro enorme al fondo de todo que era ideal para lo que necesitaban.

-No pero tu ya lo hiciste por mi-

Tomo las bolsas y fue hacia la camioneta verde.

-Lo vi en tus ojos!- Le grito cuando ya estaba junto a ella. -Parece algo con lo que irías a recoger a tus hijos a la escuela... supongo que es perfecto.-

—Es algo que usaría que pasar por encima al primer idiota que me insulte y se ponga en frente… O para maridos infieles que coquetean a las chicas con cicatrices o una motocicleta— Metió el dedo en la llaga a propósito. Luego se subió a esa cosa enorme y tan imponente— Conduce tú. A menos que no quieras que atropelle a alguien o nos saquen multa por exceso de velocidad.

-Entonces voy a tener que aprovechar mientras sea solo tu prometido y no tu marido... a menos que quieras apresurarte con lo de casarnos.-

Se subió al auto y encendió el motor, por suerte este era un modelo nuevo y encendía con un botón en vez de una llave.

-Aun no tengo a nadie para invitar... salvo por Van y la otra chica-

—Ay, mi amor, lo mejor es dejar que las cosas transcurran como se den. No atrasar ni adelantar nada. Y por supuesto que no te atropellaría con la Land Rover… mientras seas fiel, o infiel y que yo no me entere— Le puso una mano sobre la pierna y se la acarició— No te preocupes por los invitados. No importa la cantidad— Solo dijo eso, no quería entrar en detalle. Ella no tenía a nadie quien invitar y para una fecha tan importante, no le enviaría la invitación a cualquiera. Suspiró.

-Basicamente me estas dicendo que esta bien si llego a la casa con el pene lleno del lapiz labial de otra mujer siempre y cuando me lo lave bien primero?-

Le puso la mano encima de la suya, mientras sonreia.

-Aprecio que confies en mi por que jamas te haria eso, no buscaria en otra lujer lo que se que encuentro contigo... no me arriesgaria a perderte solo por probar algo nuevo-

Puso en marcha el auto y empezo a conducir en direccion al centro.

Eso que dijo la llenó de una profunda satisfacción y tranquilidad. Eso había apaciguado un poco los celos que la carcomían cada vez que su fallado radar sentimental detectaba algo extraño.

Buscó entre las bolsas de atrás un sombrero y lentes de sol que hicieran juego con su atuendo. Una mujer jamás tendría que dejar de ser coqueta, y menos si se era una Diva. Salir hecha un esperpento lo consideraba un gran pecado, por más harta que se estuviera del maquillaje y las horas que una tenía que dedicarle para estar arreglada; no había excusas. O eras estrella y te lucías o eras una enana blanca con el brillo a punto de extinguirse.

“Como ven te tratan, si te ven mal te maltratan. Si te ven bien te contratan.”

La regla de oro del espectáculo.

Lo había escuchado de su padre adoptivo, y luego se enteró que pertenecía a una antigua actriz argentina.

—Un día podríamos ir a las cabañas al pie de la montaña a acampar. Hay un lago enorme cerca del complejo donde tengo la casa... Así que ir y venir no será problema. Podemos ir con tus amigos, seguro les gustará mucho.

-Ahora que lo dices... no he visto a Van y a la otra chica en todo el dia y tampoco los vi ayer despues de volver de tu casa, me pregunto que estaran haciendo-

Mientras conducia, Sven no podia dejar de pensar en todo lo que se podia hacer en Genesis, el simple hecho de recorrerla a pie ya sonaba emocionante.

-Seguro se estaran divirtiendo por ahi... aunque no se que puedan hacer sin dinero, pero creo que Van se las ingeniara-

Recordaba la vez de la tarjeta clonada, siempre podria hacer eso pero tendria que desecharla en el momento que la usara, de lo contrario lo atraparian facilmente. Tambien le inquietaba la chica, que no sabia nada de ella.

-Entonces que va a ser lo primero que me vas a mostrar... seguro estas acostumbrada a ir a lugares caros y lujosos, y yo ni siquiera tengo ropa para algo asi... solo la ropa que me dieron del SMI-