۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

Morgana solo tenía un rostro totalmente inexpresivo. Pero cuando miró a esos hombres… simplemente estos se aterrorizaron al reconocerla.
Algunos de ellos habían sobrevivido del ataque de Morgana, pues ella no violó ni absorbió la esencia vital de todos. Solamente se encargó de torturarlos psicológicamente manipulando sus mentecitas al mostrarles aquellas atrocidades que solía hacer comúnmente.

—Mierda, supongo que esa vez debí partirles el cuello — Mencionó como si nada en voz alta — O seguir con mi acto.

Uno de ellos le apuntó a Morgana. Esta alzó una ceja, pues hacía falta más que una simple bala para matarla.

—La bala que contiene esta arma de fuego está hecha de plata fundida de la catedral principal del sur… súcubo inmundo.

Morgana se cruzó de brazos con indiferencia.

—Adelante, dispara, vuela todo y mueran — Ella no se preocupaba porque podía aparecer y desaparecer a su voluntad en menos de lo que canta un gallo.

—Si te mueves, lo haremos. Además, antes que vuele todo, la bala te alcanzará y será un adiós para siempre.

Ladeó el cuello.

—Pero que niños tan crueles — No se movió. Si hacía algo y lo captaban, el que podía morir allí también era el rey. Además que necesitaba tocarlos para que estos cayeran bajo su influencia, hipnotizados.

-Vaya... De verdad es necesario ponerse tan agresivos?, ahora escuchenme bien, que esto es lo que les ofrezco: una carta de perdón firmada por mi puño, un barco y una tripulación para que abandonen el continente y un medio de transporte para llegar a el, todo corre por mi cuenta a cambio de que se larguen y no vuelvan jamás... Se que probablemente trataran de escapar hacia alguna de las colonias, no me importa... Pero si en algún momento abandonan el barco antes de salir de las aguas de Yellow no me haré responsable de lo que les pase... Estamos claros?-

—No hay trato.

Aun le apuntaban a ella y la verdad es que comenzaban a exasperarla –muy a sus adentros-.

Morgana sabía que eso no iba a ir a ninguna parte.
Conocía a los hombres tercos y obstinados tan bien como a la palma de su mano.
Era obvio que estos hombres querían seguir manteniendo el control y no se iban a conformar con una cosa así. Preferían morir antes que renunciar.
La cosa era descubrir la manera de matarlos pero evitando que el palacio terminara volando por los aires.

-No van a conseguir nada mejor de mi, ya no tienen nada con que negociar, todos los que les seguían están: muertos, o encerrados.-

>> Sin embargo, si algunos de ustedes desean permanecer aqui hasta que la comida se termine, seguramente habrá algunos otros que usaran la razón y aceptaran el trato que les ofrezco... La oferta es individual-

La semilla de la discordia estaba plantada, si había por lo menos uno que temiera por su vida bastaría para ponerlos a todos en su contra, pues el resto no permitiría que los abandonaran y seria uno menos de que preocuparse.

-Vamos... Cuando tiempo creen que va a durar esto? De verdad pensaron que su pequeña rebelión duraría para siempre?-

Hubo un silencio general.
Eran tan cobardes, pero orgullosos al mismo tiempo. No querían dar el brazo a torcer, pero tampoco deseaban destruir de verdad el palacio aquel que tanto los enorgullecía, aunque les reventaba por la envidia que sentían por no haber sido ellos quienes hubieran tenido el privilegio de heredarlo.
Ellos amaban a su país, a su modo, pero lo hacían. Irse tampoco era una opción. Aun si fueran a las colonias.
Tan solo habían hecho un loco plan para sacar a Lucifenia del trono. La odiaban a muerte.

—No hay trato. Nacimos aquí, moriremos aquí. Y no por sus manos necesariamente. Aun tenemos orgullo.

-Orgullo? Creen que ustedes de verdad tienen orgullo? Enviar a un canalla a golpear a una mujer embarazada... Eso caballeros es lo mas cobarde que alguien pudiera llegar a hacer... No son mas que un puñado de ratas ambiciosas... Si pensar en que tienen una pizca de orgullo les consuela, allá ustedes... Pero ya veremos cuanto orgullo les queda cuando estén revolcándose en el suelo mientras mueren de hambre, o cuando uno de sus orgullosos compañeros les dispare en la cabeza mientras duermen para aceptar el trato que le ofrezco... Soy un hombre paciente y no me molesta esperar un par de semanas hasta que mueran de inanición-

Se dio la vuelta y camino hasta la puerta.

-La oferta seguirá en pie para cualquiera que desida aceptarla-

No tenia pensado seguir insistiendo, ahora que sabia como estaban organizados ahí dentro había pensado en otro plan, y este no podía fallar.

Morgana solo se quedó mirando con desprecio a esos sujetos.

“Si no fuera porque hay pólvora, les metería el arma por el culo” Pensó con una rabia infinita. Por culpa de ellos tuvo que retrasar sus planes, además que se había marchado la única esperanza que tenía de volver a recuperar su humanidad… y si tenía lo oportunidad de arrancarles la cabeza, lo haría sin piedad.

La actitud de ellos era bastante contradictoria.

“Hombres”

Volvió a pensar.

-No importa... Para mañana en la mañana estarán todos muertos.-

Camino por los pasillos contemplando las paredes que habían quedado intactas. Llego hasta la puerta principal y le dio una seña a la gente para que volvieran a tomar el palacio, pues esa noche pondría en marcha su nuevo plan.

Ahora que había estado dentro de la cámara, sabia exactamente donde estaba la pólvora, donde estaban ellos y que es lo que debía hacer.

Una vez que la noche llego a su punto mas oscuro, envío a sus hombres al techo del palacio, y con mucho cuidado y sin hacer ningún ruido estos hicieron una pequeña perforación justo por encima donde se encontraban los barriles de pólvora, y por el empezaron a vertir agua, un pequeño pero constante chorro estuvo callendo toda la noche sobre aquellos barriles, empapando toda la pólvora y haciendo que esta fuera imposible de encender.

-aun no amanecía cuando el rey preparaba sus a hombres para terminar esta batalla de una vez por todas, sabia que esos hombres ya no representaban un peligro, pero decidió darles la oportunidad de ver el sol antes de morir, pues en el fondo quería que ellos se entregaran, que fueran enjuiciados y que pasaran el resto de sus miserables vidas tragando tierra y picando piedras en la mas húmeda y sofocante de las minas de carbón.

El día anterior, desde donde estaba, Amaya pudo oír la semejante explosión.

Ahora estaba entre pensativa y nerviosa por el hecho de que si recuperaban el palacio, se harían los preparativos para: 1) Arreglar el palacio por completo, 2) Su coronación.
Ambas opciones la carcomían. Estaba consciente de que su vuelta a la nobleza, ahora como reina, sería el comienzo de una nueva vida y un cambio radical en ella. Pero había estado preparándose toda su vida para ello, ¿No? Pero ¿Por qué le asaltaban tantas dudas?

Ahora sus hijos crecerían en ese entorno, esperaba que todo fuera hacia delante y no fuera un revés, porque empezaría desde el día uno a construir el mundo ideal. No deseaba que tuvieran que aprender a ser superficiales y algunas cosas absurdas que ella sí tuvo que soportar desde pequeña ; solo complementar su educación con juegos , arte, amor y darles la libertad necesaria para que fueran ¡Libres!

Acomodó la ropa de sus pequeñas hijas, que continuaban dormidas. Solía vestirlas cuando ellas estaban en el cuarto sueño.

—Bueno niñas, más vale que no se conviertan en las niñas caprichosas, tercas y berrinchudas que fue su madre… O mejor dicho, lo que sigo siendo a veces. Pero bueno, van a ver como el mundo que siempre quiso mami se hará realidad. ¿Ustedes me ayudarán a construirlo , cierto?

Les hablaba mientras aspiraba aquel aroma a bebé que aun tenía Isabel y acariciaba el ahora lacio cabello de su hija mayor.

—Quisiera que Lucifenia estuviera en ese momento… Pero supongo que no vendrá porque yo no fui a su ceremonia aquella vez.

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Morgana solo esperaba una orden mientras leía su libro. Lo más curioso de este libro, es que no había nada escrito ni dibujado en él. Estaba completamente en blanco, aparentemente.

Andreas no pudo evitar reto con eso.

-Pues mas vale que no se conviertan en unas niñas caprichosas por culpa de la educación que recibieron por parte de sus padres, no me gustaría que les pasara lo mismo que a ti y venga un idiota con una torpeza encantadora que las enamore y las obligue a cambiar su forma de ser... Como a ti.-

>> Aunque como dices, a veces hace falta una dosis extra de encantadora torpeza para esos momentos en que te brota la vena Jarismoth... O no?-

No pudo evitar sonreí ampliamente con eso.

— ¿Es un intento tuyo para que yo de mi brazo a torcer? — Siguió acariciando a sus nenas, a sus amadas niñitas — Oh bueno, tengo que admitir que es totalmente cierto… a medias — Susurró esto último.

Suspiró.

—Te aseguro que no vendrá solo un idiota, sino varios. Porque si siguen manteniendo sus caritas de muñecas al crecer, tendrán una fila de hombres que querrán cortejarlas.
>>Y eso lo querré ver. Será divertido ver como pierdes la cabeza, mientras ellas se ponen coquetas para seducir a los chicos con sus encantos.
>>Aunque me preocupa más el hecho de que las cortejen solo porque serán princesas… Ahí seré yo quien pierda la cabeza.

-Te aseguro que nadie querrá tenerme como suegro, no importa que tan avaricioso pueda llegar a ser, se la pensara dos veces antes de venir a pedir la mano de alguna de mis hijas.-

>> Aunque quien sabe... Tal vez algún valiente se gane mi bendición, aunque seguramente no será alguien como yo.-

— ¿Y si es un malnacido que alguna de nuestras hijas ama con locura? Romperle la cabeza no será una opción, nuestra niña nos odiaría.
>>Igual te digo, alguien llega a lastimar a mis niñas de alguna manera, no importa cuál y pobrecito. Pobrecito.

Suspiró otra vez. Cuando suspiraba es porque sentía una gran preocupación.
Se frotó las manos, como si tuviera frío, hasta que estas se pusieron rojas.

Ser la reina le daría una gran ventaja sobre muchas cosas… pero… ¡El “pero” estaba allí! ¿Acaso no es lo que toda su vida había querido? No es que comenzara a arrepentirse tampoco.
Quería centrarse en lo positivo.

—Lo primero que haré al estar en el trono, será modificar ese absurdo protocolo que tiene este país. ¿Puedes creer que hay una ley que prohíbe a las niñas montar a caballo hasta la edad de 16 años? Y antes de esa ley había otra decía que no debían montar uno hasta después de casadas…
>>Recuerdo cuando mi madre me contaba cómo eran las cosas antes en Yellow del Sur. Le sorprendía que fueran tan o más estrictos que del país donde ella venía y que dentro de todo yo debía de estar agradecida a Dios de que hubiera nacido en el Norte, donde ya en ese entonces la mujer tenía un poco más de libertad; tanta a comparación del sur, que ya podíamos organizar eventos y fiestas por nuestra cuenta sin la supervisión o permiso del cónyuge. Aunque me confesó que ella tuvo que adaptarse de igual modo a las costumbres del Norte cuando pisó esas tierras para casarse con mi padre...

-Supongo que ahora tendrás todas las libertades de hacer la ley a como mas nos convenga, ya no hay un parlamento que se entrometa, aunque me preocupa que al crear nuevas leyes a tu antojo la gente pueda llegar a ver este nuevo gobierno como otro régimen autoritario.-

>> Debemos enfocarnos en reconstruir el país, ahora que tenemos al Este de aliados los de Amatista tendrán que tomar una posición mas defensiva, ya que podemos traspasar sus fronteras en cualquier momento.

Se puso de pie y fue hasta una ventana, la cual daba vista del palacio, el cual había resultado seriamente dañando.

-Ahora mismo la reparación del palacio deberá quedar en segundo plano, la gente tiene hambre, y las cosas están aun muy caóticas... Hay mucho terreno que ha quedado sin dueño y mucha gente que se ha quedado sin hogar... Lo justo seria que repartieramos esas tierras y dejáramos trabajar a la gente en ellas a cambio de una parte de lo que produzcan... Devolverle a esta nación esa robustez y fuerza que ha perdido y dejar lo demás para deapues... A menos que prefieras que te coronen sobre una pila de escombros.

—La verdad es que no me molestaría que me coronen en una pila de escombros. De todos modos, las leyes no serán solo para la aristocracia, querido. Serán para todos. Leyes igualitarias, sin diferenciar a los hombres de las mujeres y viceversa. Sin privilegiar ni a uno ni al otro — Se quedó en silencio — No quiero ni ver como ha quedado el palacio.
>>Y con respecto a los de Amatista, no creo que quieran hacer algo luego de destrozarlos vía océano. Además que perdieron a su aliada más importante: a Morgana. Ella claramente dijo que no son nada, solo una bola de ineptos que son manipulados por esos… — No quiso ni mencionarlo. Tan solo desvió la mirada. Esa gente le había destruido la vida — Tendrán que tragarse la bilis de haberme perdido y a su vez también a su antigua gran duquesa.

-Solo espero que eso de que eres la nueva reina no se te suba a la cabeza... Igual creo que deberíamos posponer la coronación hasta que pasen los tres meses de riesgo... Aun debemos recuperar las colonias ademas de las tierras del norte, por lo que tendremos que estar separados un tiempo mas.-

>>Morgana puede encargarse de ir a la islas de sur a encargarse de los demás traidores, y de paso buscar donde se encuentra ese oscuro Archimond, yo por mi parte seguiré mi campaña en el norte y tratare de recuperar tantas tierras como sean posibles... Tu deberás quedarte aquí y empezar a tomar tu lugar como reina, aunque sea de forma extraoficial. Tenemos que buscar a Lucifenia y a Marcus, aunque seguramente ellos vengan a nosotros a su debido tiempo... En fin, hay muchas cosas que hacer, sin tomar en cuenta que pasados loa tres meses también vamos a casarnos.-

— ¿Cómo puedes pensar una cosa así de mi? Es más, hasta estoy bastante insegura con respecto a ser una reina — Bajó la mirada — Aparte, querido, ¿Piensas que organizar una coronación dura un día? Se debe planear con mucha anticipación. No se hará de un momento a otro… yo creo que en dos o tres meses eso se terminará de emprender. Y más aun ahora que todo está destruido y no hay demasiado dinero para financiarlo.

Casarse la llenaba de ilusión. Pero primero lo primero.

—Hablaré con Morgana en cuanto se aparezca, no te preocupes. Espero que puedas recuperar el lugar donde está mi querido hermano Razziel… no quiero saber lo destrozado que debe estar. Seguramente más que yo.

-Lo que quiero decir es que cuando seas reina no trates de llevar todo sobre tus hombros, lo importante es que te recuperes y que hagamos las cosas a su tiempo... Lo mas seguro es que durante estos tres meses no ponga un pie fuera de Yellow mas que para traer todo lo necesario para seguir fabricando esferas, aunque con el hechizo que aprendimos de Morgana podre venir a verte a ti y a las niñas de vez en cuando.-

A lo lejos, se escucharon las armas disparar desde dentro del palacio, lo cual significaba que ya habían logrado entrar a sala del trono.

Los doce sujetos que estaban dentro al verse sobrepasados trataron de hacer estallar todo el lugar, pero la pólvora estaba completamente humedecida, y no logro encenderse. Todos murieron casi al instante acribillados por las balas del Este, dando fin de una vez por todas a aquella sangrienta batalla.

Retomar la capital fue un gran triunfo, pero la guerra aun no terminaba, otros dos mil hombres se movilizaron desde el Éste, repartiéndose por toda la nación sureña y reestableciendo el orden hasta los poblados mas alejados.

Otra gran parte se desplazo hacia la costa sur, donde se unirían al destacamento que acompañaba a Morgana donde se harían de vuelta a la mar y desembarcarían en las islas donde se encontraban las colonias.

Por otra parte, en el norte las ciudades eran tomadas una a una de las garras de Malebolge. Sus criaturas se veían sobrepasadas por las tropas, que protegidos por aquellas luces doradas liberaban del terrible malecifio cada centímetro de la nación.

Pasaron casi tres meses y ya solo quedaba bajo la influencia la capital del norte, donde el demonio había consentrado a todas sus fuerzas, atrincherandolas detrás de los muros del palacio.

Durante esos tres meses la lluvia fue constante, los campos comenzaron a florecer de nuevo y junto con ellos las acacias que tanto los caracterizaban, ya de aquella maldición no quedaba nada salvo los destrozos que dejo en contrucciones y caminos.

Cuando no estaba en el frente Andreas volvía a la casa en la que se encontraba Raziel, la cual había permanecido casi intacta por dentro, pero que por fuera estaba tan desgastada como todas las demás, quito todos los cuadros de las paredes y los envió a la capital sureña para que los colgaran en el palacio, pues seguramente todos los que tenían allí se perdieron durante el golpe de estado, además de que así se libraba de ellos, pues seguían causándole pánico.

-Hace casi un mes que no veo a tu hermana.- dijo Andreas, que sabia que raziel podía escucharlo desde cualquier parte de la casa. -La ultima vez que hablamos seguía bastante emocionada con lo de la boda, y no es que no me emocione a mi también, pero quería darle una sorpresa e invitar a Lucifenia... Pero por mas que la busco no encuentro ni señas de ella, ni de Marcus.-

Por su parte, Amaya ayudaba a conseguir todo lo necesario para cultivar nuevamente los campos y reconstruir las edificaciones en donde vivían los ciudadanos, tanto de la capital como la de los poblados más pequeños. También incentivaba a las personas que se esforzaban mediante premios.
En poco tiempo, el Sur empezó de a poco a convertirse en un paraíso, con jardines y plazas públicas en las ciudades más importantes, lugares donde se podía ir a descansar un rato y continuar con la labor de reconstruir todo y devolver la gloria que alguna vez ese país tuvo.

El estilo predominantemente rococó fue desapareciendo de a poco de la arquitectura y el arte.
Ahora aparecía un estilo más neoclásico , de héroes , historias épicas ,leyendas , mitología y otras corrientes filosóficas y artísticas.

Las sonrisas volvían a los rostros de las personas.

Luego, todos los frutos y cereales que producían, se exportaban. Eso trajo bastantes ingresos.

Y su embarazo… bueno, avanzaba. Su panza comenzó a tomar otras dimensiones, aunque aun estaba pequeñita, pero era más grande que cuando lo estuvo de Eli o Isa.
Las niñas estaban entusiasmadas con la idea de tener otro hermanito y dormían con su madre para acompañarla, además que también colaboraban para que ella no tuviera que esforzarse demasiado, ya sea corriéndole la silla antes de sentarse o alcanzándole el tintero o un libro.

Isabel comenzó a hablar más fluidamente y practicaban caligrafía con su hermana. Su madre se encargaba totalmente de su educación, sin la ayuda de ningún maestro. Les enseñaba desde historia, cultura, arte, música e idiomas, entre otras cosas, pero sin sobre exigirlas.



Por su parte, Morgana, cada vez que encontraba a alguno de esos traidores, les daba la muerte más horrorosa y placentera que podrían experimentar en el último momento de sus vidas. Fornicaba con ellos hasta dejarlos como momias, literalmente, aunque no lo necesitara.
No dejaría que “vacacionaran” más, además que estaba llena de un odio indescriptible hacia ellos.

También continuaba con la búsqueda de ese oscuro, que ni rastros había de él. Siquiera sentía su presencia, pero tenía el fuerte presentimiento que pronto lo encontraría y que ese momento se acercaba para quedar cara a cara con él de una vez por todas.



Razziel daba vueltas por ahí, se aparecía acá en un segundo y allá en el otro.

—Debe verse hermosa con mi sobri ahí dentro. Como me gustaría verla en su vestido de novia… me sentiría tan orgulloso de ella —Se escuchaba la voz de él, hasta que apareció sentado en un sillón — Ellos ya aparecerán para esa ocasión, verás. Y aunque lleguen sin invitación, mi hermana los recibirá con los brazos abiertos. Ahora deben concentrarse en sobrellevar poco a poco esa pérdida, con su nueva vida. Si mi prima está embarazada en este momento también, sería una agradable sorpresa — Sonrió mientras se llevaba una mano a la cara — Todo se ve tan esperanzador, que me hace emocionar — Mencionó, como si quisiera llorar.

-Crees que a ella le gustaría hacer la boda aquí?, podríamos incluso arreglar la casa...-

Aunque por fuera la casa era un desastre, solo le hacia falta un poco de trabajo para dejarla presentable, arreglar un poco los jardines y reconstruir las cercas.

Aunque aun estaba el asunto de encontrar a Lucifenia, esa seria el mejor regalo que podía darle.

—No lo sé. Deberías preguntárselo.
>>Yo estoy tan emocionado que podría decir que sí, aun “conociéndola”, cuando tal vez es solo un disparate. Tal vez ella prefiera otra cosa, aunque no creo que muy lujosa… Siguen siendo divagues míos.

Su pecho estaba que reventaba de infinita felicidad. Estaba ansioso de ver a su hermana de nuevo, más crecida, con sus sobrinas, su pancita pequeñita, un vestido de novia… Lo que hubiera querido en vida al crecer , como todo hombre.

-Sabes, a veces pienso como podrían haber sido las cosas contigo entre nosotros... Ya sabes, vivo.-

Sin duda las cosas habrían sido completamente diferentes, pero quería pensar que de un modo u otro Amalla y El habrian acabado juntos.

-Como sea... Lo haré a tu manera-

A estas alturas, ya no necesitaba pronunciar las palabras del hechizo para ir de un lugar a otro, pues en la base del bastón que usaba para apoyarse al caminar había grabado cuidadosamente el símbolo que Morgana había dibujado cuando les enseño el hechizo, solo bastaba con que se marcara bien en el suelo para que surtuera efecto.

Dio tres golpes sobre la madera con la que estaba recubierto el piso y desaparecio al instante.

Ahora estaba en el Sur, y las cosas estaban bastante diferentes a cuando estuvo ahí la ultima vez. Se introdujo dentro del palacio por detrás, como siempre lo hacia y empezó a escabullirse entre los pasillos, hasta llegar a la sala del trono donde estaba casi todo el tiempo.

Amaya estaba en el centro de la sala, viendo los resultados de las pinturas en el techo. Eran simplemente geniales… mezclaba la cotidianeidad con la mitología y los colores resultaban ser pasteles (a lo rococó) u opacos y oscuros (neoclásico). Una perfecta combinación que la llenaba de lindos recuerdos y a su vez hacía que plantara los pies en la realidad.

Ese día estaba esperando a que la llamaran para ver el vestido de bodas, en el que el diseño se había basado en uno de los tantos dibujillos que Isabel dejaba desparramados por allí.
Mientras tanto, mataba el tiempo curioseando el nuevo movimiento artístico. Acariciaba su pancita con mucho cariño.

Sus ropas ya no seguían aquella moda absurda y recargada, sino más modesta pero igual de fina y elegante.
Las pelucas se habían dejado de usar , al igual que los corset , el tontillo y todos aquellos vuelos.
La prioridad ahora era ser mucho más natural y libre.

Se acerco por detrás sin hacer ni un solo ruido y sin que se diera cuenta la rodeo con los brazos a la altura del vientre, poniendo sus manos sobre las de ella.

-Me gusta como esta quedando... Aunque si me hubieras preguntado yo habría preferido que te pintaran a ti, de cuerpo completo, desnuda, y a mi a tu lado de rodillas... Como esa pintura de venus y marte... Aunque quien sabe, soy demasiado celoso y acabaría sacándole los ojos a todo aquel que te mirara demasiado.-

Se quedó dura cuando sintió que la abrazaban así y luego, cuando le habló de esa manera que ella consideraba cautivadora, relajó los hombros.

—Es una buena idea, pero como es como tú dices. Aunque yo me moriría de vergüenza si alguien que no es tú me mirara así… incluso si fuera una mujer — Debía admitirlo — Te extrañé tanto, cariño… Nuestra pequeña está creciendo y es más grande de lo que fueron sus hermanas.