Este es uno de los mejores episodios de todo el FanFic.
2
El Sótano
Fue entonces que Johnny se sentó en el borde de una mesa ubicada a pocos metros de donde se había topado con sus viejos "amigos". Caminó unos cuantos pasos sintiendo sus ojos clavarse cruelmente sobre él y sin embargo prefirió hacer cualquier cosa que desearan para evitarse problemas.-Ahora Johnny, -Comenzó a decir Eff. –Cállate como hasta ahora y presta mucha atención, porque de esto depende tu futuro y el de tu querido amiguito.
-¿Ahora por qué van a meterlo a él? –Preguntó Johnny mirándolos exaltado.
-Escucha, escucha y luego hablas. –Dijo el chico masa. –Lo que queremos decirte es en serio y no vamos a permitir que cometas otra estupidez como siempre acostumbras a hacer.
-¿Entendido? ¿Sí? ¡Bien!
-¿Por qué diablos nos encerraste aquí y nos dejaste a oscuras? Eres un ser desalmado, tanto que hemos hecho por ti y así nos lo agradeces.
-Creo que el problema fue por que alguien se pasó de listo con él la última vez. –Dijo irritado el Señor Eff volteando a ver a su compañero.
-¡¿Qué? ¿Ahora me culpas a mí? –Preguntó el otro ofendiéndose. –Eres un pendejo, aquí el único culpable es este mequetrefe que nadie quiere y tú te atreves a decir que yo provoqué nuestro encierro. –Y de pronto se volteó de cuerpo entero escupiendo mientras se defendía.
-Yo sólo estoy diciendo que tú fuiste el que orilló a nuestro Johnny a hacer tal cosa. –Dijo Eff encarando al Chico Masa. Nny tan sólo los miraba con ojos bien abiertos esperando a que ambos se mataran entre sí y lo dejaran tranquilo de una vez por todas.
-Ah, oh, ya entiendo. –Dijo el Chico Masa en un tono como de quien descubre una mentira contra su persona. -¡Tú y Johnny están en mi contra! –Y señaló a Eff con ojos bien abiertos. –Se aliaron contra mí para destruirme y pasaron los últimos tres meses fingiendo no conocerse para que yo saliera dañado al final. –Una sombra malévola oscureció su blanco rostro haciéndolo lucir aterrador y posesivo. –Pero no les va a funcionar. –Dijo susurrante y dispuesto a sacarle los ojos a ambos de un jalón en cuanto se descuidaran.
El Señor Eff comenzó a reír como psicópata escupiendo hacia el piso: Una risa escalofriante y ruidosa salió del pequeño cuerpo de aquel adorno de pared.-¡Pero qué pendejo estás! ¡Claro que no! ¡A este payaso no le he vuelto a hablar bien desde que quemamos a la,
-¡BASTA! –Gritó Johnny exaltándose y ambos adornos lo voltearon a ver olvidando por un momento sus asperezas.
Ambos adornos miraron con semblante de incredulidad al pobre y loco muchachito.-Estoy tan harto. –Dijo Johnny intentando relajarse; respiraba bruscamente y los miraba con los ojos bien clavados en ellos. –Quiero saber, ¿Por qué me llamaron?
-¿Te llamamos? –Preguntó El Señor Eff.
-Sí, sí me llamaron, lo hicieron, me llamaron. –Dijo Johnny sonriendo de medio lado: Estaba volviéndose loco otra vez o más bien lo estaban volviendo loco, tal y como lo habían planeado y Johnny estaba cayendo directo en la trampa…
-Queremos pedirte perdón por la última vez. –Dijo el Chico Masa acercándose a Johnny y colocando sus manos sobre el muslo izquierdo del pobre chico desquiciado. –Sé que Eff y yo no nos portamos nada bien contigo… En especial Eff… Pero, perdónanos, de todo corazón lo decimos. –Lucía patético y más falso que nada. Tan hipócrita y soltando veneno en cada palabra… Qué mal que Johnny estaba demasiado confundido que por eso se seguía tragando el queso que le estaban dando por pedazos.
-Sí, él tiene razón. –Dijo el Señor Eff acercándose también y agarrando el muslo derecho de Johnny. –No quisimos portarnos así, por eso te llamamos desde hace días y tú jamás nos escuchaste.
-Entendíamos que estabas demasiado molesto por lo de la otra vez, por eso esperamos.
-¡Y aquí estás ahora! ¡Más felices el Chico Masa y yo ya no podemos ser por el momento! ¡Todo lo que queríamos era volver a verte y que nos siguiéramos hablando como siempre!
-¿Nos perdonas, Johnny? ¿Nos perdonas? –Pregunto El Chico Masa sonriente y Eff hizo lo mismo con una patética y falsa mueca de arrepentimiento.
-Anda, perdónanos…. Juramos no volver a pasarnos de listos.
-Está-está bien. –Dijo Johnny y meneó la cabeza hacia arriba y abajo asintiendo. Entonces ambos adornos comenzaron a carcajearse en el interior.
Sin embargo mantenían una sonrisa "honesta" en el rostro y miraban a Johnny con los ojos más "puros" que podían hacer.-¿Y a final de cuentas, qué quieren de mí? –Preguntó Johnny con ambos cerditos en sus piernas.
-Ya te dijimos que queremos seguir como antes. Que sigamos teniendo confianza y mucha unión. –Dijo El Señor Eff aparentemente entusiasmado, su colega asintió con la cabeza y ninguno dejaba de mirar fijamente a Johnny a pesar de imaginarse tantas cosas tan distintas en sus perversas mentecillas.
Simplemente el Chico Masa no podía dejar de imaginarse a Johnny matándose a sí mismo y luciendo espléndido sobre el piso de madera mientras su sangre manaba y hacía feliz a su señor dejándolo en libertad…
Y simplemente El Señor Eff no concebía mejor final para Johnny que verlo matar gente una y otra vez con esa sonrisa desquiciada y deseoso de hacerlo hasta que alguien más acabara con él o simplemente encontrara a alguien para sustituir al muchachito.-Pero ya que estamos como antes. –Comenzó a decir el Chico Masa. –Creo que ese niño, está de más.
-¿Qué me estás queriendo decir con eso? –Preguntó Johnny.
-Es obvio, muy obvio. Creo mi querido amigo, que debería irse. –Dijo el Chico Masa bastante decidido y con todo aconsejador y sabio.
-Y si no se va, al menos deberías hacer que se vaya. –Dijo el Señor Eff. –Tú sabes, el pequeño Todd no sería feliz aquí contigo.
-¿Por qué no? ¿Acaso ninguno de ustedes se da cuenta? ¡El realmente podría ser feliz conmigo!
-¿Como Devi? –Preguntó el Chico Masa con una sonrisa perversa en la cara.
Johnny se quedó callado intentando que aquel nombre no le produjera ninguna clase de incomodidad.-No me lo tomes a mal Johnny, comenzó a decir nuevamente aquel adorno blanco. –Pero creo que ese niño sería una molestia bastante grande en nuestra nueva vida juntos. Además yo creo que en realidad no le agradas.
-Tú lo que quieres es que me sienta miserable. –Dijo Johnny exaltado mirando al Chico Masa y de pronto se puso de pie apartando a ambos puerquitos.
-Por supuesto que sí, -Comenzó a decir el Señor Eff. –Él no entiende mi idea de deshacerte de ese niño. Yo creo que sí te quiere pero que no es feliz ni mucho menos lo será contigo. ¿Sabes por qué?
-¿Por qué? –Preguntó Johnny cruzándose de brazos.
-Porque creo que pase lo que pase, nunca podrá olvidar todo lo que le ha venido aconteciendo. Acéptalo Johnny, sus padres no lo quieren y por ello lo han abandonado contigo aún pese a lo que tú o cualquier otra persona le puedan hacer. Ese hombre al que llama padre es un hombre miserable que desearía dejarlo botado a su suerte en cualquier oportunidad y aunque bien ya lo hizo te apuesto se arrepintió de no haberlo hecho antes… Y esa mujer a la que llama madre es una pobre enferma que ni siquiera sabe dónde carajos vive. ¿Crees que eso ha sido fácil para él?
Johnny se quedó pensando un momento bajando los brazos y mirando al Señor Eff acercarse poco a poco a él.-Y eso no es todo, no te he dicho lo demás. Al parecer en su escuela tampoco lo tratan bien. Aunque el único aparentemente honesto es ese extraño niño demonio, pero te aseguro lo tratará mal al final o lo someterá a la fuerza… Y que decir de los que están con él: Terminan mal.
"Y yo, yo no quiero que tú termines mal… Yo te aprecio mucho y creo que lo mejor que podrías hacer por él, si es que realmente lo aprecias como dices, porque no dudo que lo hagas… Es… que le quites el dolor…
"Que lo hagas ir sobre las estrellas….
Johnny se quedó pasmado mirando la pared… -¿Sobre las estrellas? –Repitió susurrando y bastante pensativo.
El Señor Eff asintió con la cabeza y el Chico Masa aunque si bien no estaba complacido de que Johnny siguiera sin deprimirse; al menos estaba complacido de verlo bastante confundido y dispuesto a ver un espectáculo muy interesante…-Sobre las estrellas…. –Dijo Johnny y comenzó a sonreír.
-¡Nooooo! –Escuchó un grito que lo liberó de aquel tentador maleficio. Ambos adornos entonces sintieron las entrañas arder de rabia. -¡NO JOHNNY NO LO HAGAS! –Johnny meneó los ojos y pudo ver clavado en la pared a un conejo muerto.
-No te metas, no te metas en esto. –Dijo El Señor Eff mirando agresivamente al cadáver de aquel corrompido animal.
-Por favor Johnny, no lo hagas, escúchame te lo ruego.
-¿Conejo? ¿Eres tú? –Preguntó Johnny esperanzado y caminando hasta el cuerpo del animal.
-Sí Johnny, soy yo. No los escuches, a ninguno, a ninguno. Ellos sólo quieren que cometas más atrocidades, sólo quieren que eches a perder tu vida, que arruines la poca o mucha felicidad que tienes y que dañes a tu amigo. ¡Ellos quieren que tú y Squee se separen!
-¿Por qué habríamos de querer tal cosa? –Preguntó ofendido el Señor Eff. –Lo único que estoy haciendo es que Nny le quite el dolor a ese pobre niño. ¡Eres un maldito conejo egoísta que sólo quiere a Johnny para sí mismo!
-¡No lo escuches Johnny! ¡Tú no quieres que Squee sufra!
-Claro que no quiero que Squee sufra, es un Squee, mi amigo Squee. –Dijo Johnny pegándose a la pared y bien pegado al conejo.
-Entonces hazlo feliz, si está contigo es porque eres el único que puede darle una vida feliz ya que no la ha tenido. ¡El destino ha querido que terminara contigo y no con esos malos padres que tenía!
-¿Tú crees? –Preguntó Johnny.
-Claro que lo creo, ahora, ignóralos y escúchame solo a mí.
-¡No, no, no, NOOOO! –El Señor Eff se encolerizó por completo y despabiló de golpe a Johnny haciéndolo estremecer y volver la vista al adorno de pared.
-¡Hazlo ir sobre las estrellas! ¡Si tú no puedes entonces haz que el pueda hacerlo! ¡No seas egoísta! ¡No seas egoísta como sus padres! ¡No escuches a ese maldito conejo putrefacto que sólo quiere tenerte como títere! ¡Escúchame a mí y verás como Squee es feliz!
Eff se acercó nuevamente a Johnny y éste lo miró más confundido que nunca.-Si lo haces ir… entonces verás al fin un bonito semblante de paz en su rostro… te lo juro… verás como aquel pequeño niño se siente aliviado y agradecido de que su mejor amigo Johnny lo haya hecho dejar de sufrir… Tú, Johnny, eres el único que puede hacer que deje de sentirse miserable… Hazlo por él… ¿Qué dices, eh?
Johnny alzó la vista agarrándose el brazo izquierdo con la mano contraria.-Entonces irá sobre las estrellas….
-¡NOOOO! ¡NO! –Gritó Conejo de Clavo desesperado. -¡Hazme caso Johnny tú no eres malo, no lo mates, no lo mates!
Sin embargo Johnny caminó hasta una esquina y tomó del mango un hacha que estaba recargada en la pared.
Ambos adornos de pared comenzaron a reír estruendosamente dejando ver sus perversos deseos.
Y Johnny simplemente salió del sótano rumbo a la habitación de aquel niño dejando atrás a un conejo desesperado que le imploraba regresara a la normalidad y a dos maléficos cerdos llorando de risa…