YOUNG GUNS "II" [Tercera temporada : Desorganización o ... ¿Reorganización?]

Matt alzò levemente la vista . Parecìa como si ocultara algo en sus palabras...

-Bien. Cumpliendo con mi trabajo... y preguntandole a todo el mundo si se encuentra bien - explicò con toda la normalidad del mundo.

-La proxima no se meta sin permiso a los negocios ajenos - le regañò ella.

Era su dìa... una niña lo retaba por algo tan trivial.

-¿Que me puede llegar a pasar? - preguntò con cierto aire sarcàstico. No le agradò para nada.

-¿Que insunùa?

-No tengo motivo para insinuar nada... pero por algo tengo esta placa - se la muestra - puedo entrar cuando quiera .

-A veces es tan insoportable.

Bah... no le afectaba en lo mas minimo. Escuchò cosas peores en su vida.


Mientras tanto , Maconli seguìa recordando la historia para despuès continuarla conversàndola con Nikki.

"Quick acelerò un poco el paso del caballo , hasta quedar posicionado frente a la figura femenina.
Glorianne se callò sentada hacia el piso del susto por la apariciòn tan repentina. Habìa oido el galope de un animal , pero no le dio la mas mìnima importancia.
Ahora se encontraba sobresaltada.

-Hola , ¿Como estàs? - preguntò con interès Quick Bullet.

-Supongo que bien...-contestò con aire tìmido en sus palabras. Cubriò un poco su cara con el velo negro que acostumbraba llevar puesto en la cabeza.

Quick se bajò del caballo para ayudarla a pararse.

-Lo siento. Espero que no te hayas lastimado.

-No... estoy bien. - volviò a responder , algo cohibida. No querìa que le viera el estado de su rostro... y menos de su cuerpo (en el caso que se quisiera acostar con ella).
Le daba verguenza ajena.

-Pues no te ves muy bien que digamos - Acercò su mano a la mejilla de Glorianne- se ve algo inflamada ¿Quien te golpeò? - indagò frunciendo el seño.

Ella lo mirò detenidamente mordiendose el labio inferior . Se le escaparon unas làgrimas rebeldes.

-Son... - no sabìa que decir exactamente - solo cosas comunes de rutina...

-Y aun asì sigues trabajando en ese lugar. ¿Por que lo haces?.

Quebràndose , le respondiò

-¿Que otra me queda? Soy solo una mujer pobre , sin familia y torpe. El gobierno no nos protege de los peligros , ¿Que puedo hacer yo?- otras làgrimas de deslizaron ràpidamente por su tez.

-Yo... yo lo siento - dijo bajando la mirada . Pasò su pulgar para limpiar la làgrima que caìa por su rostro.

-Se que nadie puede entenderme . Pero , si tan solo , solo una vez , pudiera caminar en linea recta , hacia el horizonte , siempre , toda mi vida... y poder gritar "¡Estoy viva!" , me sentirìa tan feliz. - Un brillo especial de esperanza iluminò sus tristes ojos azules.

Quick no supo que decir . Al ver el brillo en los ojos de Glorianne sintiò algo especial que queria contemplar siempre , asi de brillantes.
Asì que la agarrò del brazo y la monto en el caballo.

-Sè que no es lo mismo , pero... ¿Que tal si te regalo un paseo en este lindo caballo? ¿Que me dices? - y antes de que pudiera contestar , el caballo arrancò.

Con el corazòn en la boca , un ataque de pànico le estaba por nacer desde el pecho. El movimiento ràpido y brusco de ese animal le producìa cierto sentimiento de preocupaciòn.
Tratando de distraer su mente , que le jugaba varias malas pasadas , intentaba decir otras cosas mas.

-¿P-porque haces esto por mi? Mi inocencia me fue arrebatada y mi amor es comprado...

-Puede que si. Pero dicen que soy lo bastante loco o estupido para al menos hacer que te sientas mejor y darle una sonrisa a ese bonito rostro.

-Entonces lo haces porque estàs mal de la cabeza...

-Puede , pero mal de la cabeza por ti.

Abriò los ojos de repente. Y decìa ella que se estaba relajando... hasta que se llevò una gran sorpresa. Tenìa un ligero rubor en su trigueña piel.

-¡H-haz parar a este animal!

Detubo el caballo y se bajo de el

-¿Que pasa ahora?

Ella poseìa ese leve y caracterìstico rubor rojizo en las mejillas , con un poco de verguenza. Se tirò en brazos de èl desde el propio caballo , tiràndolo al piso y dandole un apasionado beso.... cargado de ternura y amor.
Le correspondiò de igual manera , proporcionàndole un fogoso abrazo.

-Definitivamente , eres una mujer extraña.

-Y tu estàs loco... eres un tontuelo - se apoyò en su pecho , cerrando los ojos y quedando dormida profundamente al poco tiempo.




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Nic : Bueno... editè un poco el borrador para que quedara mas prolijo.
En verdad que le faltaba describir un poco las acciones y quedaba hecho un asco xD

Le tomò la muñeca con rapidez y fuerza. Querìa ver cual era su reacciòn ahora.

¿èl era el infantil? Dios mio , si ella era la que ponìa el cefro fruncido como una niña caprichosa.

-Mira niña... me han quebrado 7 veces las costillas a patadas durante todo mi servicio , me han quemado con un hierro en la espalda al rojo vivo , una vez le dispararon a mi antiguo caballo y como producto de esa caìda , mi maxilar se destrozò haciendome perder las muelas traseras del lado izquierdo , mi cuerpo tiene muchas marcas de balaceras de "BANG BANG BANG!" , aguantè las quemaduras de segundo grado provocado por el sol en el desierto , la sed , el hambre , el frìo y la soledad... ¿Y me vienes a decir que un sartenaso nokearà mis sentidos...?.

Matt si se habìa molestado. Bastante.
Le soltò la muñeca rudamente y colocò el sombrero sobre su cabeza. Estaba dispuesto a mas que irse.

-Cumplì con mi servicio - dicho esto , saliò hacia afuera , colocando nuevamente el tablòn de madera que bloqueaba el paso de la arena.

Matt la mirò indiferente. En un momento se sintiò insultado , pero ahora solo habìa descubierto que iriò su orgullo de macho.

-No, lo siento yo - pasò por al lado y siguiò caminando lo mas tranquilo de la vida , tapandose el rostro con un pañuelo para poder espirar como la gente.

Nikki se quedò media confundida.

Ese hombre era... raro.

Resignada , volviò a la taberna.

-No hay nada de que hablar... asi que si borras tu presencia de aquì me harìas un gran favor.

Leonardo no sacò el pie , sino metiò la pierna completa asì como el cuerpo.
Tenìa una mirada bastante enojada. Enojado con el sheriff y sus acciones asquerosamente corruptas.

-Escuchame , porfavor te lo pido.

Nikki , reboleando los ojos acompoñado con un suspiro pesado , le hizo un ademàn para que prosiguiera.

-El sheriff , Matt. Alèjate de èl.

-¿Otra vez con eso? VETE!

-NO! escuchame.. va en serio. Seguì al sheriff ayer... antes que se armara esta tormenta. Y lo vi , lo vi con esos bandidos buscados en los afiches.

Nikki casi se le cae la boca el piso.

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CONECTATE NIC XD

Tratando de sacar de tema , eso era suficiente como para esquivarlo . Le pegò un cachetazo , tan fuerte que hizo eco en el lugar.

Leonardo se quedò en la misma posiciòn de antes... con la boca estirada , haciendolo ver como un idiota.

-Parece que no recordaras nada ... - dicho esto , se retirò del lugar y dio un fuerte portazo.

FLASHBACK.

Un joven tonto e ingenuo , se encontraba de noche dentro de un brudel que tambièn era bar... por la parte de abajo , claro.
Mirando indeciso y un poco nervioso el anillo entre sus dedos , se armò de valor y llamò al tabernero.

-Una botella de whiskey.. porfavor.

¿Y esa era la manera mas valiente?

FIN DEL FLASHBACK.

-Eso doliò...- sobò su mejilla.

niki se bajo la mirada algo triste
-porfavor solo vete si-
leonardo no dijo nada solo se fue, niki se sento en una de las butacas del bar con aire mlancolico recordando cuando llego a este pueblo

era una noche tormentosa niki se enontraba sujetando las riendas de trormenta ase sentia cansada jessi se encontraba dormida sobre su espalda y se encontraban empapadas si no encontraban un lugar seguro pronto sufririan un cebero caso de pulmonia y lo peor es que ya no tenian comida ni dinero,Pronto , llegaron a un pueblo que tenìa apariencia pequeña... pero en realidad era mas grande de lo que todos creìan .
Mojadas hasta los huesos , encontraron todo el poblado abandonado. Solo podìa oirse los terribles truenos estallando como un gran cargamento de dinamita.
Paseando por ahì , y buscando un lugar en donde quedarse (ya con gran desesperanza) , se metieron entre los pasillos de los grandes negocios.
Al tratar de bajarse del caballo , Nikki , por la gran altura desde ahì hasta el piso , se callò de espaldas.
Se golpeò con una de las puertas , provocando un gran estruendo...
Que raro que no llamò la atenciòn.
De pronto , unos pasos acelerados desde adentro retumbaban desde adentro
niki se lebanto sobandose la cabeza y se sintio trnquila al ver que jessi seguia ariba del caballo pero de repente la puerta con la que choco se abrio y al votear a ver se encontro con un hombre de no mas de 60 años de edad
-quienes son ustedes-
Con una severa paralisis en el cuerpo , provocado por el enorme susto y desesperaciòn al ver el rifle en mano de ese señor , no pudo siquiera contestar.
Su vista estaba clavada en el arma.
(Al parecer , recordando al asesino de su familia con una pistola igualita)
-hey niña te estoy hablando-dijo jeycob mientras se asercaba a niki lentamente
-yo y yo no-
tratamudeo niki asustada
-hey calma no te are nada-dijo jeycob mientras bajaba el arma y la ponia en el suelo
-ves no les are nada-dijo mientras ponia sus manos en los hombros de niki y ella se destensaba-
-yo yo nesesito ayuda mi hermana-dijo mientras señalaba a jessi en el caballo
-no te preocupes yo-dijo jeycob mientras se asercaba al caballo y bajaba a jessi-tu pon el caballo en ese lugar-dijo señalando unos postes calbados al piso-y luego entra-
dijo cuando se perdio en la puerta niki iso lo que dijo y luegoentro corriendo por la puerta cerrandola de paso.
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Una semana despuès , de tanto estar encerrada en ese lugar , temerosa de que ese tipo se apareciera nuevamente en su vida para arruinarsela por segunda vez , se animò a poner un pie afuera... en terreno pueblerino.
Ahora era de dìa y habìa mas movimiento en la calle : mujeres que lavaban y tendìan ropa en las sogas de las partes altas de las posadas , los hombres que tiraban carretas con paja , acompañado por diferentes tipos de animales domèsticos , apostadores compulsivos sentados en la tierra , vendedores ambulantes buscando desesperadamente clientes ...
la rutina normal de todo dìa
niki se encontraba biendo todo con sumo interes era mucho mas vivo que el ultimo pueblo en el que estubo era muy grande mas de lo que logro ber en la noche que llegaron a ese lugar le parecia muy interesante y ala ves estab algo temerosa tan distraida estaba que no se fijo por donde andaba y tropeso con alguien.
-hay-se quejo al caer al piso
-te encuentras bien pequeña-
niki levanto la vista y se encontro conun hombre joven , bastante . Era muy alto , de contextura grande pero una musculatura aun no desarrollada , cabello negro despeinado y unos ojos aguamarina pequeños. Tenìa una gran sonrisa y le estaba ofreciendo su mano para ayudarla a levantarse.
-Me llamo Matt... ¿Y tu?
-eeemmm niki-
-meee llamo niki señor-
-Mucho gusto Nikki. Soy el sheriff del pueblo , no te habìa visto antes por aquì...-
-emm yo a-a-acabo de llegar-U///U ase una semana-dijo algo sonrojada
Bueno. Espero que disfutes tu estadìa. Luego necesitarìa que un mayor te acompañara para asì tomar tus datos... perooo... eso es lo mìnimo. - sonriò de manera amable - ahora tengo que irme. Tengo asuntos que hacer-y se fue

-aaa adios matt-O///O
dijo niki un tanto apenada al ver como se aleja matt y luego suspra-haaaaaaa-
-el se ve muy fuerte-
huuuuyyy niki tiene novio niki tien novio-
-haaa jessi que ases aqui ¬¬-
-no estabas con el señor maconli-
-naaaa me aburri y te segui jajaja eso es bueno ya te ebganchaste a uno jajaja-
-JESSICA NO DIGAS ESAS COSAS ¬///¬-dijo niki mientras lebantaba su puño
jessi se fue corriendo antes de que niki le pegar en la cabeza-
-jajajaja nilki tien novio niki tiene novio jajajaja-se fue cantando jessi asta que se perdio por unos puestos dejando a niki muy avergonsada

mientras tanto Leonardo se encontraba caminado entre la tormenta de arena con semblante triste recordando como conocio a niki

era un dia como cualquier otro se encontraba sobre su caballo dirigiendose al pueblo para darle el suministro al bar del viejo maconli y como siempre estaba de lo mas aburrido siempre era tranquilo ese pueblo sienpre debido al "gran sheriff",Una carreta gigante tirada por bueyes esperaba detràs. Hasta que vio salir a una jovencita de adentro , como lo hacìa casi todos los dìas de la semana , para ir a comprar viveres.

-haa los del licor ¡señor maconli los del licor ya llegaron¡¡¡-grito niki desde la puerta-leonardo vio aniki y la quedo viendo como un tarado La siguiò con la mirada hasta que se alejò un poco... olvidàndose de tener que entregar las bebidas , saliò mas o menos corriendo en direcciòn a esa mujercita.
No falta decir que se llevò a medio mundo por delante..niki se encontraba inspeccionanado unos pescados cuando de repente escucho todo el alvoroto y se volteo a ver encontrandose con el muchacho que traia el licor al señor maconli
-emm hola?-dijo niki
-Hola- sonreìa como un autentico idiota...se la quedò viendo fijamente con esa sonrisita boba. Lo mirò con el ceño fruncido , parecìa un acosador.
emm disculpa pero emm me das permiso nesecito pasar-
-he? a si perdon pasa pasa-dijo todo envobadol a seguìa desde atràs... hacia todos lados asta que niki derepente se canso
-hey que tanto me siges-dijo niki amenasandolo con el puño.
Espera... no me golpees. Solo querìa... - se hacìa el tìmido. Como si tratara de disimular la verguenza que sentìa. Mirò sus pies
-querias el que-dijo con desconfiansa
-si te gustarìa salir conmigo a dar un paseo-miedo al rechazo..
-emm-niki se sonroj un poco-emmm no puedo porque tengo que ayudar al señor maconli con el bar-dijo mirando a otrolado con un rubor en la cara-talve otro dia-
-Porfavor... estoy ocupado casi todos los dìas menos este - mintiò descaradamente , aunque ignorando su realidad de proveedor.
-este puedes ayudarme a llebar las compras asta el bar-dijo dicimuladamente mientras le pasaba parte de las compras.
Al acompañarla de regreso al bar , se dio cuenta que habìa olvidado entregar el cargamento ... y digamos que el viejo Maconli estaba en la entrada de su negocio con una cara de muy pocos amigos.
en ese momento matt salia de el bar y saludo a niki
-hola niki como esta-
-muy bien matt-
a leonardo no le gusto para nada la informalidad con la que se trataban esos dos
Me alegro mucho de que estès bien.
Una señora , de repente , llegò a los gritos , haciendo un escandalo y tirandole del brazo a Matt
-¡Ese! ¡ese tipo! ¡Hizo un desastre en el pueblo! Por su culpa , mis gallinas quedaron aplastadas bajo una rueda de carreta - la señora se cubre el rostro con las dos manos , llorando exageradamente.
-he? que yo que-
¿Que? ¿porque?
-Pateò las jaulas y estas se abrieron... se escaparon todas - llora mas apenada
un hombre se une a la discuciòn
-Y destrozò mis jarrones hechos a mano... tardè tres semanas en hacer esto para cumplir un pedido! - muestra los restos de una vacija de barro , furioso
Se unen otros vecinos..
y Matt se llena de quejas
todos apuntan como culpable del desastre a Leonardo
-Bien... tu jovencito , vas a arreglar todo este desorden. Es lo mìnimo que puedo hacer. Si no lo cumples y dejas reluciente este lugar , te espera una semana en la càrcel por rehusarte a la autoridad.
niki miraba todo muy sorprendida x extrañada pero lugo se puso a reir-jajajajajajaj jajajaja eso es es graciosos jajajaja-todo el mundo se quedo congelado cuando la oyeron porque dese que llego a este pueblo niki nunca abia reido
¿Que te parece tan gracioso? - interrogò Matt
-es es que todos se ben graciosos gritando al mismo tienpo la cara que pusiste tu y la que puso leo jajajajaja-se agrro el estomago de tanto reir
Todos se quedaron en silencio mutuo..

te toca yo soy yo XD

Bien, *dijo el sheriff* yo ire a dar un rondin por haya, tu ve al bar y ve si se ofrece algo, si no, sigue dando vueltas por el pueblo

(a claro, y por lo menos piensas darnos un arma) ok..
Sheriff.- y utiliza tus armas que tienes guardadas y nunca te separas de ellas
(QUE!..PUTA "#%"#$&$/) O_O este.....
*se perdia entre las arenas*
(bien vayamos al bar)*solo entre rapido y dijo:*
Se les ofrece algo?
*a lo cual obtuvo una negativa y siguio con las ordenes del sheriff*
(como ese cabron supo de las armas, si .precisamente,nunca nos hemos separado de ellas, aunque no sabemos por que) recuerda, el es el sheriff y dicen que es el mejor
*zota miraba como hablaba solo ,creia que el calor del desierto y las arenas lo habian afectado*
(eh mira el hotel, no pasa nada)
*zota estaba detras de el *

yo continuo, es mejor que ...no se xD

Ya volví, por lo pronto ya pude volver a entrar al foro sin que me botara...

¿Cómo me uno a este rol? :p

HouseMDfan escribió:

Ya volví, por lo pronto ya pude volver a entrar al foro sin que me botara...

¿Cómo me uno a este rol? :p

¡House! Hace un siglo que no te veìa por acà.

Como dijo Nic , solo haz tu ficha , lee las 11 pàginas y ya , puedes unirte. Recuerda hacer una introducciòn de tu personaje de acuerdo a como va la historia y poner su ficha en SPOILER asì no molesta tanto a la lectura.


Otro anuncio : DESDE ACA EMPIEZA LA SEGUNDA TEMPORADA.
Si , asì como leen.

SEGUNDA TEMPORADA : Intenciones

Matt, procurando no chocarse con un objeto pesado y enorme de la manera más torpe posible, deambulaba por las calles de las tierras pertenecientes a diversos comerciantes (incluido el comprado político Mike "Rapidìn"), evitando que la arena dispersa en el aire le entrara en los ojos. O por lo menos, lograr respirar decentemente como todo humano salido del vientre de su madre.

Se quedó pensando un poco en la gran pequeña discusión que tuvo con Nikki en la taberna del señor Maconli, pues ahora que se le había bajado un poco los humos , se dio cuenta que era una verdadera estupidez insignificante. Pero se sentía fatal al responderle de una manera tan agresiva, descortés y despectiva a una mujer; ni hablar de la forma en que se disculpó luego.

Cumpliendo con su jornada laboral, tal como lo realizaba todos los días en su servicio, echaba un vistazo en todos los comercios por haber; ya sea gritando desde la planta baja, entrando a los lugares o ayudándoles a reforzar la seguridad en oposición a la rudeza de la tormenta.

En ningún momento notó a Humberto pasar por su lado (de hecho, así había sucedido). El ruido era lo suficientemente fuerte como para poder oír si una persona o animal se conducía directo hacia su persona.

Llegó hasta donde Rapidìn. Si, esa casona repulsivamente lujosa en donde habitaba ese ser tan horrendo.
Deseando estar en su amada comisaría, sentado, contemplando afuera mientras tocaba los primeros acordes de una canción con la vieja guitarra criolla, pateó la puerta de entrada para que el mayordomo saliera a abrirle.
De pronto, un anciano de seria expresión y considerable altura (calcularía como un metro noventa), vestido de traje negro y zapatos de igual color lustrados y relucientes, le pidió cortésmente que entrara rápidamente al establecimiento o sino un gran desastre se produciría dentro.

-¿Que se le ofrece señor?

-Dígale a su jefe que el sheriff le está esperando para arreglar unos asuntos - Matt se sacó el sombrero de la cabeza para darle pequeños manotazos y así sacar la arena pegada a la tela.

-En seguida vuelvo.

El mayordomo se retiró. Volvió en muy poco tiempo, con la misma cara de hoy.

-El señor dice que puede pasar. Pero por favor, límpiese los pies antes de entrar a la oficina del señor.

-"Oh sí, lo haré y todo" - pensó Matt por dentro, aunque sabiendo que eso era una reflexión patéticamente infantil como para venir de él.

Matt estaba en la puerta de la oficina, cuando Marcus abrió la puerta y salió... se encontró cara a cara con Matt, poniendo una mirada algo preocupada. Matt ni se inmutó, pero rogaba que Rapidìn no se hubiera dado cuenta de ese vistazo cómplice.
Prestó atención al paso acelerado de Marcus que se alejaba de escena. Algo le dijo ese bastardo que se auto proclamaba alcalde. En todo un día había estado lo más normal y ahora, sin más, huía casi disparado .

No se volteó, temeroso que el corrupto que tenía sentando en un escritorio de roble, se le prendiera la lamparita y descubriera todo el complot contra su persona.
Precauciones.

-Verlo por aquí es muy interesante, Sheriff - comentó rapidìn con una sonrisa maquiavélica, con los brazos apoyados encima del escritorio.

Robinson se limitó a poner pie dentro, sin limpiarse los zapatos como le rogó el mayordomo en la sala de estar, esperando obtener la atención del viejo entre sus manos. No era nada tonto (ninguno de los dos).
Matt quedó apoyado en el marco de la puerta, simulando solo estar de paso. No respondió a Mike.

-Supongo que se le ofrece algo, ¿verdad?

-Así es - largó un sonoro suspiro- es mi trabajo.

-Todos dicen lo mismo. Van, vienen, disparan y luego largan cosas relacionadas.

Matt arqueó una ceja, molesto.

Aclaró un poco su garganta, para después articular sus palabras con fluidez.

-Reconozco el hecho de que el niño ese, Marcus, el que me envió usted, es un gran oficial de policía, a pesar de ser tan joven. Agradezco ese hecho, pero antes de incorporar un policía cercano a mi persona y a mi comisaría - sonaba un poco rudo y agresivo, pero trataba de controlarse antes de mandar a volar algo de allí - tiene que llenar el formulario y enviármelo. O cuanto menos, avisarme por cualquier medio.

Rapidìn se sonrió mas, bebiendo su típica sangría de paloma. Rió un poco y del movimiento que hizo con el brazo, casi tira al suelo la botella cara de whiskey inglés que adornaba su despejado escritorio de roble.

-Mire Sheriff... en este condado, las cosas se hacen a mi manera, como yo digo. No me importa si hiero sus afeminados sentimientos de ama de casa, pero aquí, todo se mueve según mis palabras lo dicten. ¿Quien se cree usted? No es nadie; solo es un tipejo cualquiera con un viejo tapado negro y la insignia de Sheriff que está incrustado en su patético abrigo - explicaba con exceso de sorna, como si el alcohol lo hubiera desinhibido por completo. Aunque no hacía falta , ya era así de despreciable.

Matt entrecerró levemente los ojos.

-¿Patético yo? No soy la clase de persona a que todo el mundo quiere ver su cadáver pudriéndose en la arena del desierto. Al contrario, me parece que está mirándose al reflejo de su propia bandeja de plata.

Rapidìn enseguida borró su sonrisita fastidiosa. No le gustó para nada los dichos de Matt Robinson, iban en contra de su inflado ego de macho depredador.

-No se haga el moralista sheriff. ¿Es cura acaso? Vaya a lamentarse con las viudas, a dar sus sermones para otra parte - le hizo un ademán con la mano, demostrándole el desprecio que sentía por él.
Desprecio mutuo, claro.

-¿Sabe Sheriff? No sé como lo hace, pero su simulación de estar tan helado como las gotas de lluvia en una tormenta poderosa, va a correr por el suelo. Todas sus desgracias van a ser como el sexo: placenteras. ¿Alguna vez te acostaste con alguien? - observó atentamente a Matt , que no movió ni un músculo desde que entró , tomándolo por un rotundo no - es un proceso lento , satisfactorio , divertido, a veces agresivo , y cuando logras tu cometido , parece que fuera el fin del mundo - Rapidìn se paseaba por alrededor de la mesa , haciendo gestos con la mano , como si tratase de explicar una teoría obvia ; o simplemente , demostrar que tenía toda la razón universal.

Robinson lo contemplaba pasearse así nomás, largando palabrerío al aire. Le enfermaba. Sobre todo, irritaba.

-¿Y sabe cuáles son los riesgos? Sífilis. Así que no se meta conmigo sino desea pudrirse de la manera más asquerosa y dolorosa existente. - Dicho esto, se puso el sombrero en la cabeza, dispuesto a irse. Apenas dar la espalda, un disparo le fue dado, impactando contra el marco de la puerta. Salía una pequeño humo con restos de aserrín.

-Su jueguito no me divierte Sheriff. Mejor juguemos el mío a partir de ahora.

Matt ni lo miró. Pero abrió bien las orejas. Reanudó su paso, un poco más pesado de lo normal.









Marcus volvió a la oficina del sheriff. El lugar estaba completamente oscuro, y la soledad iba acompañada con los chirridos típicos de la madera vieja y crujiente.
Dio un respiro. Se acercó a la mesa del sheriff, donde manoteaba en el aire vanamente para encontrar las velas, que, de alguna manera, se desparramaron por el tablón.

Por suma curiosidad, se sentó en la silla que ocupaba Matt todos los días desde que lo vio por primera vez. Se sentía algo raro, como si un sentimiento de superioridad le desbordara el ego.

Encontrando la caja de fósforos, por fin, y las velas, también por fin, las encendió.

Detrás, a unos metros, estaba Shalonda parada viéndolo fijamente y bien calladita. Se le acercó por la espalda, abrazándolo de una manera muy provocadora. Marcus podía sentir como los pechos de una mujer eran aplastados contra su espalda. Se enrojeció y comenzó a transpirar del nerviosismo.

-¿Q-quien eres?

-¿No me reconoces? Soy yo, la princesa de tus sueños. Aquella que alguna vez soñaste en tu infancia. - le habló despacio en el oído , muriéndose de risa por dentro.

Marcus enseguida se dio cuenta quien era.

-¿QUE QUIERES?! - cerró los ojos fuertemente, como si todo fuera una pesadilla interminable. No podía ni hablar, porque tartamudeaba.

-Nada... solo vine a sorprender al sheriff, pero como él no estaba... tu eres el idiota - sacó un arma de atrás suyo y antes de ponérsela en el ganglio situado cerca del maxilar, le depositó un rápido beso en la mejilla - No te rehúses cariño, solo necesitaba unos papeles...



Recuerden que ella roba documentos oficiales

Pido un parentesis
yo se que no soy el gran dibujante que todos ustedes son, asi que dejo en spoiler mi aberracion y asi quizas no les mate la curiosidad

Spoiler:

No hace que me chupes la medias , Brydo (?).
Aunque si se que Zota se agarrò a un hombre barbudo (lease "barba masculina").

Mas tarde publicarè mis dibujos , eso lo aseguro.

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El sol de la mañana traspasaba las cortinas púrpuras de la lujosa habitación. No había mas remedio que hacerle caso al horario: levantarse temprano para comenzar la odiosa rutina.
Revolviéndose en la acolchada cama de presumible calidad europea, un hombre se quejaba entre dientes, mascullando cosas incomprensibles incluso para su compañera de vida que estaba al lado suyo.

Sin más remedio, se levantó de un muy mal humor. Luego de hacer la típica rutina normal mañanera, salió a trabajar como todo hombre de negocios que era.

La mujer, al apenas oír que su marido puso un pie fuera de la casa, abrió sus ojos con una gran sonrisa: otro feliz día.
Frente al espejo, peinaba su cabello lacio y castaño oscuro como toda buena dama de época.

Linda ciudad era Nueva York.



En Arizona, un lugar desierto en el que abundaba la paz, el viento jugueteaba con los collares tallados en madera que colgaban desde una cruz, el signo del cual no se tenía ni una duda: una tumba.
Fuera quien fuera el que descansaba allí, no podía preocuparse por su obvio estado. Igualmente, antes de morir le aquejaba el pequeño legado que dejó antes de estar enterrada bajo unos metros de arena.

-Hasta los perros mueren acompañados...- y dicho eso , una mujer de mala fama depositaba una pequeña flor arriba de las piedras que cubrìan lo que serìa un cajòn.

Ya había pasado una semana de lo sucedido con el corrupto de rapidìn, y nuevamente había problemas de por medio en el pueblo... bueno, dentro de todo, últimamente estaba bastante tranquilo, así no tenía porque quejarse.

Pero si, igualmente le molestaba.

Con la espalda hecha trizas de tanto cabalgar por día (solo por el motivo de alcanzarle un dinerillo a un rico hacendado), les apuntaba desde atrás.
A uno, por instinto, le pegó un culatazo en la cabeza, provocando que los otros tres reaccionaran de un salto, sobresaltados y temerosos de que algo les ocurriera.

Con el sheriff no se jugaba…

-¿No escucharon acaso? Hablen en inglés imbéciles, o sino uno de cada cuatro terminará muerto… y así sucesivamente hasta que la cifra sea un enorme cero.

La gente del pueblo corrió a refugiarse, por las dudas que un accidente pasara; capaz a alguno se le ocurría disparar al aire, y quien sabe, podría herir a un niño.

Antes que un maleante desenfundara un arma, Marcus y Humberto llegaron a tiempo para apuntarles desde atrás también. Algunos curiosos observaban con lujo de detalle desde el lugar en que se escondieron.

-Es lo justo, ¿No crees? – afirmó Marcus, en un tono un poco burlón.

Una vez que los tuvieron a los cuatro enfrente desarmados hasta los dientes, le seguían apuntando, amenazando con gatillar si alguno se le ocurría hacer una soberana estupidez.

-Bien… si alguno se voltea siquiera a mirarme, no duden que les meteré plomo de lleno en la cabeza. Ahora escúchenme atentamente: salgan corriendo, lo más que puedan hasta que sus pies no les de mas y hasta yo no pueda seguir su sombra. Los llego a ver por aquí y ya saben lo que les espera…

Dicho esto, los 4 salieron corriendo a todo dar.

Nikki no quería saber nada con que la asistieran. Enojada e impotente consigo misma, entró al bar y se encerró bajo cuatro llaves en su propio cuarto.

Le sorprendió ver que junto a una vela usada arriba de su pequeña mesita que estaba ubicada al lado de su cama, hubiese una nota escrita en un trozo de cuero marrón oscuro.



No tenìa firma.

Y eso era todo. Claramente estaba amenazada.


Más tarde, cuando llegó el señor Maconli, encontró a Matt esperándolo fuera del bar.

Matt le explicó detalladamente cada una de las cosas que había podido contemplar al llegar de su fastidioso viaje y la reacción de Nikki.

El local estuvo todo el día cerrado y Jessie estaba en la comisaría entretenida con las canciones que le cantaba Marcus desafinadamente con la guitarra (obviamente, amenazado a muerte por Matt y vigilado eternamente por Humberto, para disfrute de él).

La insistencia de Maconli fue en vano. Nikki, ni siquiera le respondía. Por un momento creyó que le había pasado algo... pero justo cuando iba a decirle algo convincente según la personalidad de la chica, escuchó que alguien entró aun estando el local cerrado.

Afuera, una carreta elegante abría paso en la multitud. Mientras el cochero disimulaba su mal humor debido a tener que soportarse los rayos ultravioletas del sol que le calcinaba el cerebro, tres personas estaban sentadas dentro, tratando de ocultarse de la mirada ajena.
Bueno, ni tanto, las dos jóvenes mujeres menores iban peleándose por un collar.

El viejo, padre de las dos jovencitas, estaba hastiado. Todo el viaje estuvo así.

El hombre, de elegante vestir, traje negro, zapatos lustrados de igual color, camisa blanca con un pañuelo sobresaliendo del cuello y la cadena de un reloj inglés de oro colgando del bolsillo, pelo peinado hacia atrás, blanco como la nieve dando a entender que ya estaba bien entrado en años, un poco panzón y de abundante bigote, miró a las dos "niñas".

-Rachel... Hailey. Dejen de pelear. En un baúl tienen un montón de esas cosas para elegir. Si siguen discutiendo por tan poca cosa como un collar de perlas, las haré caminar hasta la posada solas. - el hombre se mostraba sumamente tranquilo, pero sus palabras eran firmes y un poco toscas.

Las chicas se dieron cuenta y en un santiamén, se quedaron quietas.

-¡COCHERO! Para aquí por favor...

El hombre se bajó de la carreta. Se despidió de las muchachas y le ordenó al cochero que buscara hospedaje para sus hijas y las cuidara bien, ya que, quién sabe? , algún mal intencionado querría hacerles daño.

-Así que es aquí... - se dijo así mismo , entrando a la taberna de Maconli.