YOUNG GUNS "II" [Tercera temporada : Desorganización o ... ¿Reorganización?]

*oye tu, vamos por un alcohol*
no bebemos recuerdas
*no*
*era de noche , la hermana de la chica de la taberna del tipo viejo qu obligo a Humberto a afeitarse, se habia quedad en la comisaria custodiada por los achichincles del sheriff*
El otro tipo- tu, vigilale de cerca debo ir al baño
*acercandose sigilosamente y con paso pesado mientras el otro corria y apretaba sus pantalones*

(sabes, esto es aburrido, tratar con gente aburre, y nuestras armas deben estarse oxidando dentro de tu asquerosa y pesada ropa)
.....

*La noche caia, no podia dejar a la niña , pero algo no andaba bien, o por lo menos eso creia sentir*

(eso quiere decir que no beberemos, cierto?)
Asi es.........

Unos dos meses más tarde de todo el suceso, las cosas habían estado bastante raras últimamente. Iban y venían carretas gigantes con objetos bastante pesados que los tapaban con unas sabanas.

Dentro de todo, no pasó nada fuera de lo común, con excepción de algunos duelos y por consiguiente, funerales de cuerpos que casi nadie iba a velar.
Se podía contemplar las fotos de los cadáveres en un tablón de madera vieja, pegadas allí como pinturas de exhibición. Obviamente, la funeraria se empeñaba en dar un aire siniestro al lugar (más de lo que era).
No le bastaban con fabricar ataúdes....

Mientras tanto, Humberto más o menos saltaba en una pierna al verse en un trozo roto de espejo de la comisaría que su barba estaba creciendo. Se lo había cortado por exigencia de una niña *mocosa* pequeña y él, por complacerla y sacársela de encima como un fardo pesado de paja, le dio el gusto.
Eso quedó en el pasado.

Matt aquel día, a pesar de todo lo sucedido últimamente tanto así como reciente, se sentía de buen humor.
No escuchó una sola queja desde que se levantó a las seis en punto de la mañana y lo único raro que pudo notar fue lo del tema del contenido de esas carretas.

Se bañó luego de una completa semana sin tocar el agua con un pie, afeitó su ya crecida barba negra, acomodó las barajas en su lugar y tocó los primeros acordes de su preciada guitarra.
De repente, con cierta pereza, sacó de adentro de una desgastada libreta una foto mas maltratada aun. Se trataba de una señora un poco gordita, de cejas espesas pero no en exageración, unos ojos penetrantes aguamarina y una expresión algo agria. Sonrió levemente, con algo de ironía. Volvió a guardar la foto.

Apartando la libreta verde inglés de la lista, entre algunas piezas de relojes británicos desarmadas, relucían dos placas plateadas, de la misma forma que la suya pero más pequeñas.

De repente, Marcus irrumpió en la sala tranquila, sin ningún tipo de preocupación.

-Tengo algo que darte- soltó de improvisto Matt, acompañando con un suspiro.

-¿Qué se le ofrece señor? – De repente, el sheriff le clavó una estrella de una manera un tanto brusca. Marcus chilló un poco con un tono agudo.

-Ya deja de llorar, niñita… - arrugó la cara antes de irse.

Pero no tanto como Marcus, ya que hasta le había pinchado la piel con esa cosa.

Lo mismo hizo con Humberto, nomás que la placa más o menos se la reboleó por la cabeza.

-¿Y qué es esto? *¿Se supone que es el sueldo del mes? No es más que simple trozo de metal inmundo que no sirve ni para chupar*

-Una placa.

-*Ya me di cuenta* ¿Y para que preciso una?

-Porque a partir de hoy, tu, Humberto el oxidado y el maricòn de tu compañero son ayudantes del Sheriff.

El alter de Humberto dio un vuelco en su cabeza.
-*Eso significa… aumento de sueldo!*

-Por cierto. No hay aumento de sueldo, pero si adelanto.

-*CARAJO* Bueno, no importa.

-¿Quieres salir a divertirte? Hoy tienen el día libre: emborráchense, apuesten todo los cacharros que tengan, salgan con las chicas que quieran, agárrense a las trompadas… ok, pensándolo bien, eso no.

De repente, además de las fotos de los difuntos, también se pegó otro cartel al lado, que era más llamativo: el recordatorio de la fiesta de octubre… el mes en donde caían las precipitaciones en abundancia.

Matt engurruñó el rostro… se había acabado su buen humor por ese dìa




Mientras tanto, la cabellera oscura y ondulada de la mujer bailaba al compás del viento. Estaba frente a un pueblo pequeñito, pero bastante activo. Le recordaba muchas cosas, aunque su vida no se desarrolló casi en el exterior.

Ella se entendía.

Dejando atado su caballo, dio una gran bocanada de aire, como si quisiera tomar coraje antes de entrar a un lugar como ese. Al principio solo negó por unos segundos la cabeza, para después tratar de auto controlar sus alborotadas emociones.

Extendió la mano y metió de lleno todo su cuerpo, haciendo bailar atrás para delante la puerta del tipo vaivén.

Obviamente , dentro del lugarejo y el salón , que era extremadamente grande como para ser una pequeña posada , volaban botellas de vidrio por los aires , junto con varias fichas de póker tiradas en el piso que acompañaban el típico ambiente a “saloon” . Si, un saloon. Hasta a ella misma le daba vergüenza pensar tan solo en esa palabra, aunque allí no hubiese hecho nada malo.

Los hombres la miraron con mucha lujuria cargada en sus ojos y no faltó el representativo griterío con palabras soeces y halagos groseros de todo tipo. Incluidas las indecorosas insinuaciones.

Ante tanto escándalo, una mujer de unos cuarenta y tantos de edad, que parecía encargarse del lugar, salió a mirar quien era el causante de esa situación.
Con solo mirar los ojos de Shalonda, en seguida se dio cuenta de quién era. Su boca casi se cae al piso de la impresión.

-¿Faith? ¿Eres tú? – balbuceó la cuarentona.

-Oh Melody, veo que no te cuidaste nada- dijo dándose cuenta de lo reventada que andaba la mujer. La cual estaba vestida con unos vestidos que reconocía con solo echar un vistazo, aunque remendados miles de veces.

-Y veo que tú desarrollaste muchísimo – agregó en un tono juguetón y sugestivo.

-Solo vine a charlar un rato.


*Le tiran piedras a yosoyyo*
Perdònenme. T-T.

(entonces, vamos a embriagarnos, a golpear tipos....espera, eres ayudante del sherrif......a golpear tipos con falsos motivos ,mujeres....)
......
*va hacia un caballo y se sube*
iremos a otro pueblo
*de repente el sheriff lo baja bruscamente*
-oh no, si creias que armarias desastres en otro lugar donde no te tuviera vigilado , estas muy equivocado *le apunta con el rifle* estamos?

....si.... (tu p#$%&"&#$ pudiste avisarnos antes!!!!!!!!!!)

-bien , ahora si, continua con lo tuyo
*regresa de donde sea que haya salido*

(bien, que te parece si ahora si exploramos el pueblo....ahora que lo pienso nunca lo hemos recorrido observandolo a detalle*
Vamos a ver que encontramos..........

*recorren el pueblo intentando crear un mapa en su cabeza, se aburren e intentan regresar a la comisaria, pero ......*

(tu recuerdas como mierdas regresar???)
crei que era tu asunto
.....................

woooorale mujersuela te quedaron genialosos x3

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-con que el dia libre...eh (marcus se quito su gabardina debido al calor y salio a caminar un rato metio la mano en el bolsillo de su pantalon y saco una carta, la miro por unos segundos recordando lo que decia) descuide a pa´ todo mejorara y si no voy a casa es por que estando aqui espero hacerles un bien (suspiro, linpio el sudor de su frente y siguio caminando hacia el bar, necesitaba un buen trago, entro al bar y se sento en la barra) hola señorita Nikki
nikki: buenos dias Marcus que te voy a servir???
marcus: lo que sea que me refresque un poco...hoy hace demaciado calor
nikki: enseguida te lo sirvo ( se dio la vuelta para servir el trago)
zota: (se encontraba sentada aun lado de el con la cara en la barra golpeando suevemente su frente contra esta) que diablos traes en el pecho ¬¬?? (dijo deteniendose pero sin levantar la cabeza
marcus: prrrr (escupio su trago) estabas aqui??? (mira a nikki) estaba a qui??
nikki: todo el tiempo
zota: creo que te hice una pregunta ¬¬
marcus: (tapando con una mano la estrella) nada en especial (zota volteo a verlo sin levantar la cabeza y le arranco la estrella del chaleco) eeey!! ò_ó oye tu frente esta aalgo....o_o(hiba a decir roja, era obvio por tanto golpe que se habia dado pèro alver su cara mejor se quedo callado)
nikki: a estado asi desde ayer ¬¬
zota: (mirando la estrella) para ser el achichincle de un idiota te hubieras quedado en tu casa
marcus: no empieces a molestar quieres (le quita la estrella) diablos por eso no queria que la vieras!!!...(suspero) pero tienes razón
zota: cuanto faltaba para que te volvieras sheriff
marcus: un año
zota: y ahora aqui...moriras antes de eso (se incorporo)
marcus: see es muy probable...adonde vas??
zota: (caminando hacia la puerta) por ahi (se va del lugar)
marcus: como que a estado asi desde ayer (le pregunta a nikki)
nikki: bueno paso tener cara de indiferencia a una de pocos amigos pero tiene como 3 dias con mal humor creo que esta aburrida (sigue atendiendo las mesas)

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-gggg maldito calor (decia zota mientras caminaba pensaba en lo que hacia en ese lugar y orque se quedaba apesar de lo fastidioso y aburrido que era, no tenia encargos, y no nesecitaba dinero asi que no veia el caso de robar aalguien y lo peor era que se estaba acostumbrando al lugar) grrrrr* ruidos de estomago* tengo hambre ¬¬..(penso en voz alta cuando de repente vio un rostro demaciado familiar, por desgracia no era a alguien a quien deseara ver) pero que demonios esta haciendo el aqui.........??? O_O´

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es el momento..........
de un nuevo personaje

Spoiler:

Humberto, sin darse cuenta, se había alejado hacía un buen rato de la comisaría. Estaba aun en el pueblo, pero como se encontraba repleto de gente, era bastante dificultoso poder ver bien con atención ante tanto barullo generalizado; por no decir imposible.

Pero lo que más le molestaba, eran las miradas hostiles a él y su reluciente placa plateada que brillaba ante el contacto con la luz blanca del sol.

No podía creer que hubiese tanta gente poblando ese lugarejo, tantas personas que ni siquiera tenía espacio para pasar con su caballo.

-*No puedo creer que en un basural lleno de corruptos hayan tantos idiotas dando vueltas a esta hora del día* Entonces no te quejes. Aunque pienso lo mismo. - seguía tratando de recordar en su débil mapa mental

-¿Perdido, señor? - interrogó una voz femenina cercana, algo dulce y suave.

Humberto se volteó levemente. Un caballo un poco más bajo que el suyo estaba detrás de él , con una chica joven cerca de los veinte años , blanca como una hoja de papel o una perla en su máximo esplendor y un cabello rizado , anaranjado y atado en una coleta baja , pero discreta. Una sonrisa alegre estaba pintada en sus labios, como si a pesar de ese hacinamiento, ella no le incomodaba y continuaba radiante.
El pequeño caballo trotó un poco más rápido para ponerse a su lado, como si fuera necesario...

Él le echó un rápido vistazo, sin darle demasiada importancia.

-*¿Acaso este lugar está lleno de chicas bonitas? Porque si es así, es lo único que vale la pena* Si... - en realidad, esa afirmación era para la voz metida dentro de su cabeza.

-Entonces lo puedo ayudar. Claro , si me lo permite antes que de a rienda suelta mi lengua floja que todo el tiempo está dispuesta a charlar y darle mil vueltas a los asuntos , como si mañana fuera el último día que viviré - su sonrisa era más radiante aun. No la conocía, pero por deducción, llegó a la conclusión de que estaba de muy buen humor hoy.

¿Esa jovencita tenía que hablar tanto, darle una explicación a todo? No le veía necesidad. Por lo menos, él no.

-Me harìa un favor - fue lo ùnico que contestò.

-Ah, por cierto, me llamo Sarah Peyton. Aunque mi abuelo y mi tío me dicen Sarita - tampoco obtuvo respuesta. En vez de sentirse incómoda por el silencio, lo observó curiosa, como si su infancia hubiese retornado de un pasado y volviese a su cuerpo y mente, mirándolo con ojos frescos. Vio la placa y leyó lo que tenía tallado en ella. - ¿Ayudante de Sheriff? Así que trabaja para él, para el glorioso Matt. Wow, pensé que ese hombre trabajaba solo, pues tengo entendido que no le agrada mucho la compañía humana, o eso por lo menos dicen todos. Me gustaría tener la oportunidad de verlo trabajar, a usted y al Sheriff Matt Robinson. Sería muy interesante, como escuchar una y otra vez esa melodía que te hace inmensamente feliz.

¡Como hablaba esa niña!

-¿Y no me tienes miedo? - interrumpió a Sarah de repente. Le clavó la mirada.

-¿Miedo? ¿Porque habría de tenerlo? Ayudante de Sheriff es un trabajo como cualquier otro. Aunque no deja de ser interesante. Miedo no, no señor, el miedo paraliza, impide moverte y disfrutar de otras cosas igual de interesantes que su trabajo. También amarga, depende en que situación, pero de igual modo lo hace. Supongamos que le tenga miedo a las abejas que están en las flores ¿verdad que no disfrutaría nada de oler la fragancia dulce de esas hermosas creaciones coloridas de Dios? Hasta tal vez saldría corriendo despavorida o evitaría aquella situación. Me perdería de aquel momento precioso, en que puedo apreciar, tocar y oler algo infinidad de veces. Todo por una simple abeja. Lo mismo pasa con su trabajo , si le tengo miedo por ser ayudante del Sheriff , por miedo a que me balee o algo así , no podría merodear por estos pueblos y tampoco mirarlo a los ojos , ¿verdad?.

Era cierto lo que ella decía. Aunque era una respuesta simple, también muy analítica.

No se dio cuenta, pero ya había llegado a la puerta de la comisaría.

-Supongo que es aquí donde trabaja. Si no era este el destino que deseaba, sepa disculparme. También sepa disculparme si resulté irritante o muy habladora. - sonrió - Ahora solo voy a refrescarme. Por cierto, no me dijo su nombre.

-Humberto.

-Oh... nombre raro por aquí. Bueno, no lo fastidio más señor Humberto. - se alejó unos metros, atando su caballo cerca del bar de Maconli y entrando allí.


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La mujer parpadeó los ojos levemente. Luego de hacer aquello, la tomó firmemente del brazo y la condujo hasta una puerta que estaba al lado de la barra que a su vez, se encontraba no muy lejos de la entrada principal.

-¿Te das cuenta de lo que haces? Eres una de las tipas más buscadas por estos lugares - su rostro mantenía una expresión de regaño, algo que Shalonda trató de ignorar.

-Como si eso me preocupara. Como dije, solo vine a charlar cosas... no lo sé, de repente me dio cierta nostalgia al acordarme cuando dejé... - fue interrumpida por melody, que se había enojado un poco.

-¿Cuando te fuiste de aquí? Quedaste como una mal agradecida. Ya sabes, la vieja estaba enferma, te dio todo, te crió como si fueras su segunda hija y tu ¡CARAMBA! de un día para el otro te borras de la faz de la tierra como si no hubiese nacido nunca-apretó un poco el brazo de Shalonda , sin darse cuenta de su acción. Andaba algo molesta, como recordando esa acción de parte de su compañera años atrás.

-Exacto. Eso era lo que quería, borrarme de todo registro humano. Pero no me reproches lo de la vieja; lo sé, habré quedado pésimo ante eso... pero no pude evitarlo. Tú quedaste a cargo y te conozco lo suficiente como para haber deducido que sin ninguna duda me ibas a prostituir. - Shalonda entrecerró los ojos, claramente fastidiada ante semejantes reclamos de su supuesta negligencia y abandono de hogar - ¿Y tienes el descaro de reprocharme estas cosas Melody? Sabías perfectamente que la señora no quería tener nada que ver con la prostitución, pero sin embargo, te dejaba acostarte con cualquiera en su posada, si, en esta antigua posada que solo le pertenecía a ella, aun habiéndote ofrecido un trabajo más decente que este. - y Shalonda tenía razón. La cuarentona tenía que reconocerlo.

Resignada, suspiró y la soltó. La invitó a sentarse en la silla que estaba junto a la pared de madera.

-Pero no sigue siendo excusa como para que la hayas dejado morir sola...

-¿Murió sola? - indagó sorprendida. Sabía que la anciana era de expresión dura, pero ni siquiera se había imaginado aquello.

-Nos pidió que nos fuéramos todas de la posada. Incluso nos dio dinero para alojarnos en otro lugar. Al día siguiente, la encontramos muerta con el pecho de su camisón blanco manchado de sangre. - No pudo evitar que se le escapara una lágrima rebelde. Apreciaba mucho a esa señora. - dejó una nota para mí y una carta.

-Que trágico. No sabía que eso hubiese pasado... - shalonda cambió de posición , un tanto incomoda. Comenzaba a sentir remordimientos muy fuertes.

-Si...

Un largo silencio tensó la habitación.

-Melody...

-¿Qué?

-¿Que decía la nota?

-Decía que el día que te viera, te diera la carta que dejó firmada y sellada junto a su mesita. No la abrí jamás desde entonces. Quería que se la dieras a un tal... no lo recuerdo, pero sí recuerdo que se trataba de un hombre. No tengo idea quien será.

-¿Yo? Bueno, después de todo, algo tengo que hacer para compensarla.

-¿Cumplirle la voluntad después de muerta? Creo que te lo agradecería desde el cielo. Dios quiera.

Shalonda formó una cara agria.

*oye, ya llegamos, ya puedes dejar de pensar en ella, cuando tu piensas es como si me gritaras*
pero(de repente Matt ve a Humberto y camina hacia el)
-que hace tu aqui
me perdi
-Como que te perdiste!? eres ayudante del sheriff no puede ser eso!
una chica me trajo de vuelta (Matt reflexiono)
-ya entiendo, te "perdiste" jaja, ya me habias asustado chi (le dio un golpe en el hombro, ninguno de los 2 se inmuto) bueno, y donde esta la chica?
su caballo esta haya (señalo el bar del señor Maconli)
- y que esperas hombre ve haya,recuerda que este podria ser el ultimo dia de tu vida
* ok, o este tipo nos quiere matar, vamos a hacer algo completamente peligroso pronto , o guarda alguna relacion con la chica aquella *
le invito un trago y luego?
*no solo podias asentir con la cabeza?*
-bueno, pues, pasara lo que tenga que pasar
( camino hacia el bar)
- que hare con ese tipo....es raro, y no se nada de el, ni siquiera se de donde es.....

Sarah se sentó en la barra, acomodándose para el bien de sus moreteo nadas piernas. El trabajo había sido muy duro ese día, pero no tenía de que quejarse: estaba rodeada de naturaleza, animales que amaba y un paisaje que contemplar.

Nikki se acercó y le saludó como a todo cliente. A esa chica no la veía muy seguido, pero tenía un cierto registro de caras conocidas.

-Hola linda, ¿qué te sirvo?

-Agua linda - sonrió algo bromista.

-¿Agua?

-Sí. Tengo mucha sed y no quiero terminar perdiendo mis sentidos - continuaba sonriendo. Sintió una mano que le tocó el hombro. - Oh, ¡Hola señor Humberto! Veo que pasó por aquí para revisar si estaba todo bien. Después de todo, es su trabajo. Y como todo trabajo, hay que hacerlo bien, con cautela y sobretodo, disfrutarlo. Bueno, lo último suena un poco difícil, pero después de todo, distraes la mente y sigues entretenido con algo - dio un profundo suspiro. Parecía haberse fatigado de tanto hablar.

-¿Ah, sí?

-¡Claro! -soltó una pequeña risita- Ahora, luego de haber cumplido mi rutina laboral junto con mi abuelo y mi tío, decidí venir a tomar agua. No es algo de lo que tenga que tener vergüenza, pues desde las más remotas civilizaciones bebían este líquido transparente y no alcohólico. Prefiero hidratarme con esto. Es curioso pensar que esto no tiene sabor, tampoco olor ni color, pero si es más necesario de lo que se cree. - ladeó la cabeza suavemente- Oh, lo siento, hablé mucho. Me emociona encontrarle la complejidad a las cosas, aunque sean sencillas. Es un pasatiempo cautivador. - tomó firmemente el vaso y se tragó el contenido a fondo - ¿Que le trae por aquì?.

este yo....vine por un trago, nikki , me das por favor un ron
*mmm, ron, espera, como sabemos que nos gustara?*

-usted toma? bla bla bla bla bla bla bla positivo de la vida bla bla bla bla bla bla problemas bla bla bla familia bla bla bla bla relajarse bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla sherrif bla bla bla bla bla bla trabajo

*bebelo de un maldito trago, de una maldita vez*
gulp..ñam, no sabe tan mal,

(nikki lo mira)
-claro que no sabe tan mal, es buen licor, por cierto, tienes con que pagar o sigues en tu periodo de auteridad?

Si, el sherrif nos pago

(de repente por alguna casualida la chica de la cual aun no sabia el nombre asi que la nombraron chica linda y habladora, hizo lo que parecia hacer mejor y el solo pedia mas ron)


bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla

y de donde eres, yo no llevo mucho tiempo aqui pero no te habia visto? *cuatos ron llevamos?*

Sarah veía como la botella de Ron se iba vaciando. Por unos momentos, le parecía rápido y por otros, lentamente.
Se acomodó un poco los chaps de cuero.

-Nadie de por aquí me ve muy seguido. Mire, trabajo en el rancho que primero pertenecía a mi bisabuelo, luego a mi abuelo y por último a mi padre. Tal vez en un futuro, cuando mi abuelo y tío mueran, yo seré la propietaria de dicho lugar. Pero es otro tema. -se aclaró la garganta- pero sí, soy de por aquí. Casi siempre me la paso leyendo, cuidando a los animales del campo y curando sus heridas, trabajando y haciendo la rutina normal de todo un día: comer, beber y dormir. Así que rara vez la gente me reconoce - se señaló a sí misma. - Por cierto, si me lo pregunta, me especializo en domar a caballos salvajes - sonrió.

-De hecho, no te lo pregunté *y creo que tampoco nos importa, vayámonos de aquí* No, no lo haremos.

-¿Eh? Ah si... - por un momento, cuando iba a empezar a hablar de vuelta y dar uno de sus mega discursos, lo miró atentamente - ¿tu también?

-*Nosotros que* ¿Qué?

-Tú también piensas. Todo el tiempo. Y tienes una voz fastidiosa en la cabeza que te dice "haz esto, haz lo otro" y te vive regañando o haciendo trabajar ese cerebro que está en nuestra cabeza.

-*¿De qué putas está hablando...?*.

-Sí. Se llama conciencia... creo. Yo la tengo, todos tenemos. Pero generalmente terminamos obedeciendo la voz de nuestra inconsciencia, ya sabes, aquella que nos perjudica continuamente todo el tiempo. A veces me gustaría eliminarla por completo - suspiró y apoyó su codo en la mesada, aplastando la mejilla contra su mano, un tanto pensativa. Pero le daba un aire tierno.

Humberto levantó el dedo índice. Antes de poder decir algo, comenzaba a ver todo borroso.

Terminò por desplomarse como una bolsa de papas en el piso.

-Oh Dios mio... tendrìa que haberle parado. ¿Pero quien soy yo para prohibirle el regocijo a un hombre que quiere experimentar el placer del beber? Ahora yo tendrè que ser ayudante del ayudante del sheriff. Oh , perdoname nuevamente , se que hablo mucho innecesariamente - se mordiò el labio inferior.

Los efectos del alcohol. Hubiera tomado agua.

*que hago yo aqui*
no se...pepepepro el cuerpo es mio wuju!!!!!!(se caen)

estas bien bla bla bla bla bla bla tener cuidado bla bla bla bla bla no tomar vbla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla te acompañare bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla debi detenerte bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla

Espera, soy completamente capaz de llegar a la carcel y encerrarme ahi
*gracias por la oferta,vamos dilo ¬¬*

(todo el mundo estaba sorprendido , caminaba, relativamente normal, tomando en cuenta que siempre caminaba como si estuviera ebrio, ademas de que jamas lo habian visto ebrio)

bla bla bla bla bla bla ten cuidado bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla estas bien? bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla mi padre y mi tio dicen bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla

(te atrevez a decir algo y te mueres ¬¬)
blargh ah gasg ashg assg hasg e *el quizo decir muchas cosas*

*llegaron a la celda y se autoencerraron*

-Oh, que pobre hombre tan desdichado. Los efectos de la borrachera, aunque antes parecía haberlo visto caminar de manera extraña... Creo que soy muy habladora e insoportable como para que alguien me aguante - hablaba sola.

Se sintió algo frustrada y se sentó a beber más agua. Por un momento, giró la cabeza y notó que a Sota le temblaban las manos.


Matt lo vio encerrarse en la celda.

-¿Tan fulminado quedaste? En tan corto tiempo... - se refería a algo más, obviamente, con un tono malicioso y de doble sentido en sus palabras.

Siguieron conversando un buen rato sobre el tema. A Shalonda no le agradaba para nada tener que recordar ciertas cosas de su pasado y adolescencia reprimida, pues eso era como tocarle la fibra sensible reiteradas veces.

Algo tenía claro: se sentía culpable de haber dejado morir así a la mujer que la "crió" (o por lo menos, le dio lo necesario para llevar una vida normal), sola como un perro sin una compañía al lado.
Se imaginaba que la mujer se resignó a pasar sus últimas horas así, con el único consuelo disponible en ese momento, como lo era el poder de la escritura.

FATAL.
Tenía que dejar de pensar tanto. Le afectaría a la memoria o a su autocontrol emocional.

Prefirió cambiar de tema y seguir con otro; simplemente dando vuelta la página.

-¿Que es de tu vida, Melody? - estiró un poco las piernas. Se le estaban acalambrando luego de tanta tensión.

-Nada interesante - encendió un cigarrillo. Largó el humo en el aire del ambiente, elevando un poco la cabeza, como si quisiera darle su estilo propio a la exhalación - tengo siete hijos. Bueno, tenía - se cruzó de brazos.

Shalonda deformó la cara. Por alguna razón, le fastidiaba tremendamente las mujeres con manadas de hijos. Y eso que a ella le agradaban los niños.

-¿Siete? Me pregunto para qué tantos.

-No te atrevas a juzgarme, después de todo, lo habrás hecho en algún momento de tu vida. Ya sabes, es vivir o morir, no importa de la manera en que subsistas solo el hecho de que aun estás caminando y no reposando la cabeza en unas tablas de madera - se refería al cajón funerario. Se sabía que el cajón común era bastante precario... y ni hablar del entierro.

-En parte es cierto lo que dices - reflexionó un rato con la mirada perdida. Ella era catalogada como zorra, perra y otros calificativos groseros respecto a su persona - pero no en todos los casos es justificable. Estamos hablando de niños Melody. A mí no me hubiese gustado recordar que mi mamá era una prostituta, años posteriores a mi niñez.

Melody se la quedó mirando con una cara como diciendo: "¿Y?".

-Recuerda lo que eres TU Shalonda - le recalcó.

Eso la hizo pensar seriamente.

¿Que había sido de ella?

Recordaba que de niña era una pequeña alegre, vivaz, curiosa, como todo infante. Admiraba a su madre, era su ejemplo como mujer.
Quería ser igual a ella: pura, de conducta intachable.

Pero todo se había ido al demonio.

En parte Melody tenía razón: a veces se hace cualquier cosa para subsistir.

Y la única manera de seguir manteniéndose con vida y a la vez buscar a esos mal nacidos que le arrebataron parte de sus años de juventud, era actuando con el papel de una persona que sencillamente no era.
No sabía si estar desilusionada de si misma... o ya ser un caso perdido a los ojos ajenos de cualquiera.

________

Sarah se quedó meditando en la barra del bar. Pagó mucho más de lo que valía dos bazos de agua y salió casi disparada hacia afuera.
Por un momento, parecía estar comunicándose con su caballo, al que le hacía morisquetas para que no se alterara al estar fuera de su rango visual.

Se hubiera peinado mejor esa mañana...

Entró a la comisaría, buscando al sheriff.

-¿Hola? ¿Hay alguien aquí? Porque si no hay nadie, me voy un rato y luego vengo... claro, si es que dispongo del tiempo necesario para hacerlo nuevamente. De igual modo, repetiría el proceso quebrantando los horarios establecidos en mi rutina - su voz parecía hacer eco en la entrada.

Matt abrió la puerta que conducía a las otras celdas. Se la quedó viendo fijamente.

Lo primero que notó, fue el cabello despeinado de la muchacha.

-... Aquí estoy - no sabía como contener la risa. Y eso que no era de reírse, pero como estaba de buen humor, todo contaba. Se imaginaba las miles de cosas que Humberto le pudiese haber hecho. Seguramente, ahora, esa niña vendría a hacer una denuncia, furiosa del supuesto estado en que la dejó, desquitando su amargura y veneno de cobra.

-¡Oh! sí que es usted el sherrif Matt Robinson, pocas veces tuve oportunidad de verlo cara a cara... o por lo menos a unos escasos metros. ¿Sabe? Mi tío es admirador suyo, le encanta como maneja esos trozos de metal que siempre lleva puesto...

Matt miraba como hablaba animosamente. Algo andaba raro... no parecía estar enojada, para nada.

-¿Viene a ver a Humberto? - la niña dio un respingo. Lo sabía. Algún que otro pensamiento de doble sentido le cruzó por la mente otra vez.

-Eh... si. Bebió bastante alcohol, considerando que yo fui muy irresponsable al no pararlo y quedármelo viendo como una tonta mientras hablaba al mismo tiempo como una tonta. Una tonta con todas las letras - sonrió.

Redundancia.

(disculpa, por que ahora tu ee, estas en el cuerpo y yo tengo que estarte gritando desde adentro!!!!)
asaran h ar iuv iasrt
(claro eso tiene mucho jodido sentido, apartate)
**se caen de donde sea que estaban y azotan en el suelo*
(que se siente, idiota, jajaja)

*esta desorientado mientras escucha la voz de la chic ay de Matt, *

ooh mmmmmierrrrrrrrrrda
(por que carajos tu si puedes hablar ! mal pero a ti si se te entiende,)
shhhhhhhhhhh noo grrrrites
(GRITARE TODO LO QUE QUIERA!!!!!!)
auuu *comienza a caminar hacia afuera*

Matt condujo a la chica a la celda donde estaba tirado Humberto, pero resulta que no había nadie allí , las rejas estaban abiertas.

-Espérame un momento - Matt salió por la puerta trasera y vio a Humberto gritando como un loco desaforado - ¿Se puede saber que haces? Vino a preguntar por ti la chica pelirroja y tu estás en esas fachas!

Humberto se volteó y lo miró.

-¿Y? - siguió gritando.

-Eres... ¡UN COMPLETO IDIOTA! - Antes que Matt pudiese estrangular a Humberto por dar esa apariencia, la voz de la joven lo distrajo.

-Se ve simpático haciendo eso. Me hizo acordar a una bailarina de ballet que vi hace tiempo en la capital - dijo algo triste, porque se creía responsable de ESO que tenía enfrente.

-...- Se golpeó la frente.

-Igual solo vine a dejar invitación para una cena que mi abuelo y tío están por hacer en el rancho , solo porque ellos le gusta recibir gente todo el tiempo y ... no sé , tal vez le gustaría conocer al ayudante del sheriff - pensó por un ratito - ¡Habrá mucho TEQUILA!.

(esta chica te quiere ebrio, muy ebrio diria yo)
grrrrraciasssssssssss*intenta acer un ademan de agradecimiento agachandose y cae de bruces*
auch dorrmirrrrrr
*se duerme*

Matt lo dejó toda la tarde ahí tirado (para disgusto de la muchacha, la cual le reclamó su actitud de salvaje insensible). Luego lo despertó echándole una cubeta llena de agua mezclada con escupitajos en el rostro.

-Levántate idiota. Ya es hora de tu cita.

Mientras tanto…

( si eso, ahora te fastidiare, estas consiente-inconsiente estas en mis dominios novato ven aqui y pelea)
*cae el agua con escupitajos*
eh eh e , gracias,
Matt- de que idiota
por que no me habia encontrado con gente desinteresada por la gente, ahora se que a la gente no le importa la gente
- je, apresurate, no quieres dejar esperando a esa chica
podrias prestarme algo de ropa, por favor?(por favor?, tu pidiendo cosas a el? que te pasa!!!?!?!)
.....
*el silencio parecia eterno*

Mientras tanto, en el rancho que no estaba muy lejos del pueblo, la familia de tres integrantes trataban de acomodar todo para la cena de esa noche (sin saber que Humberto vendría, pues Sarah no les había dicho nada para que ese acontecimiento fuera una sorpresa para su abuelo).

A Sarah se la veía bastante contenta de lo normal.

-¿Y a ti que te pasa?-sonrió el anciano, mostrando uno de sus tantos dientes de oro.

-Hay abuelo, ya verás, ya verás – redujo sus palabras esta vez. Definitivamente estaba rara.


Matt tuvo que hacer el trabajo de una mujer: abrir el baúl de madera que tenía escondido en la comisaría y entregarle ropas a Humberto para que se las probara. Obviamente, casi todo le iba grande, puesto que el sheriff tenía una altura considerable y una ancha espalda de toro.

Perdiendo la paciencia, le terminó dando unas prendas que usaba él en la juventud. Aun así, le iba un poco grande, pero no en exageración.

-¿No te piensas afeitar? – genial, se le estaba contagiando lo gruñón de Nikki.

(o genial ropa holgada y comoda, esta no esta tan holgada asi que .....por que mierdas el tipo duro tiene un baul, creo que el si sabe de su pasado y tu no, lara lara lara)
Gracias ,Señor
-No se te olvide, mañana al amanecer, debes presentarte aqui, si le haces algo a mi ropa, te mato

Claro que si,señor ( ay si, que miedo, oye hazme caso, quiero molestarte y se que te duele tu cabeza LARARLARL ARL ARLA RAL RLR ARLA RALR A!!!!!!!!!)
*se sube al caballo con sus revolvers guardados *
No necesito que hables, esa chica habla demasiado, si no te quedas en silencio, volveremos al desierto a buscar quien carajos somos y tu no resistes los viajes
(tienes una noche chico! te molestare el doble por la mañana!)
*mientras iban camino al rancho que apenas podia recordar como llegar y eso preguntando a algun otro ebrio que iba pasando*