۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

Me quedé callada de una vez y terminé de enjuagarlo.

—Si quieres algo, solo debes pedírmelo ¿Está bien? No me negaré.

—Es posible. Tal vez me quede mirándote mientras duermes — Sonreí — Pero no me levantaré. Ah , y prometo que no trasnocharé hoy.

Miré hacia otro lado ligeramente avergonzada.

—Sí — Finalmente acepté.

-"Te ves tan tierna cuando te avergüenzas"- le dije mientras la ayudaba a pararse.

—Entonces muchas veces logro ser tierna— Ya habían pasado varios momentos en que no pude evitar ponerme roja por alguna u otra razón… y tampoco serían las últimas veces.

Me sequé el cabello con una toalla para no mojar la almohada, aunque me llevó algo de tiempo pues este estaba tan largo que me llegaba hasta por debajo de la cintura. Sin duda había pasado bastante tiempo desde la última vez que lo habían cortado y para ser precisos, eso había sido antes que mataran a Ladelly.

-"Ciertamente"- Le dije mientras me secaba con una toalla y me iba a acostar en la cama.

Una vez que terminé con mi cabello, también me fui al lecho a descansar. Estaba agotada y la carta del rey informándome de la causa de muerte de mi madre me había fulminado.

Ella no se veia muy animada, al menos no como esperaba

-"Estas un poco lejos."-

—Lo siento— Me acerqué lo suficiente como para ser abrazada , aunque yo le gané de mano y lo hice por mi cuenta.

-"Sabes, creo que me podría acostumbrar a esto"- dije mientras jugaba con su cabello

—Descansa— Cerré los ojos para dar paso a un sueño profundo.

esa noche tuve tuve pesadillas, como era costumbre cada vez que tenia que tomar la vida de otra persona por mano propia, al final, como era costumbre tuve ese mismo sueño recurrente de siempre.

Esa noche no dormí muy bien, pues no pude conciliar el sueño por el mismo motivo por el cual tenía cara larga aquel día.
Me dormí cuando amaneció… sin embargo no tardé en despertarme por otra clase de sueño, no aterrador, pero sí en el que hablaba con Lucifenia mientras esta estaba coronada y sentada en el trono del sur. No recuerdo que trataba exactamente esa conversación, pero yo me veía bastante enojada. Me vi tentada a levantarme, pero sin embargo mantuve mi palabra y me lo quedé mirando fijamente.

Justo antes de saber como terminaba mi sueño me desperté de golpe, sin saber que pasaba después conmigo. Era siempre el mismo sueño, era yo recargado en la pared desangrándome, y tenia en las palmas de las manos dos grandes cortes como siempre. Algo extraño es que de vez en cuando el sueño cambiaba, pero solo un poco... a veces llevaba guantes, otras era en un lugar diferente, pero mi situación era siempre las misma.

Mire hacia un lado y ahí estaba ella, despierta y viéndome con los ojos bien abiertos

-"No puedes dormir?"- le pregunte

—Algo así… Bueno, se podría decir que si — Supuse que esto me estaba pasando por trasnochar casi todos los días, además de la influencia de la carta. Pero bueno… Debía concentrarme en estar tranquila para mi hijo.

-"Sabes si me case contigo no es solo para ser el padre de tus hijos, o para ser el sujeto con el que te acuestas por las noches, también es para escucharte cuando tengas un problema, y de ser posible ayudarte a resolverlo... así que dime, que es lo que te acompleja tanto?"-

—La última carta que recibí del rey… Fue especialmente escabrosa como para perturbarme y no poder dormir. Es horrible que te describan la muerte de tu propia madre en unas cuantas líneas sobre el papel — Entrecerré los ojos.

-"Se que es difícil... cuando la gente a la que amamos nos deja se llevan con ellos un poco de nosotros"- Acerque un poco el rostro, quedando a pocos centímetros del suyo -"O un mucho según varié el caso, pero te prometo que encontraremos a los responsables de esto y los haremos pagar por sus crímenes"-

Tome un mechon de su cabello y lo deje caer sobre su cara

-"Traje de la oficina del duque algunos documentos, bastante extraños algunos de ellos... pero los revisaremos ya que duermas un poco, si?"-

—No dormiré ahora. Tal vez más tarde… Cuando empiece a sentir un poco de sueño. Por cierto ¿Cuándo nos vamos?

—Está bien… Si lo deseas , te acompaño.

Lo miré de tal manera que la respuesta tendría que ser un rotundo SI.

-"Pero yo no... Yo... esta bien"- me recosté de espaldas y me quede viendo al techo -"Igual no iba a poder hacerte dormir hoy verdad?"-

—Claro que no. Si no es por tus deseos de sexo, es por otro motivo. Pero bueno… — Tomé mi cepillo para el pelo y comencé a pasarlo por el mismo. Por dentro festejaba porque me había salido con la mía , una vez más.