Tema: Re: llamada de auxilio de una niña +18 Sáb Abr 09, 2011 4:23 am
[quote="Gabriel"]Una cosa te llevo a la otra tib. Al hacerlo revelaste sin darte cuenta tu concepción de psicología. Ahora debes redimirte.[/quote
Bueno quizas en parte, de hecho me gusta bastante la sicologia, permite darnos a conocer mejor la importancia de nuestro sistema nervioso y el gran rol que tiene en nuestra conducta , recuerdo el caso de un minero , que luego de un accidente una barrilla de 45 centimetros le atravezo la cabeza , despues de un tiempo se recupero fisicamente, y todos se sorprendieron tenia todas sus funciones motrices intactas , podia hablar , comer ,etc. Todos se sorprendieron y cuestionaron la importancia del cerebro , pero despues de untiempo se percataron del cambio real que tuvo, de ser un hombre recto, religoso, paso a ser un hombre desmoralizado que no podia controlar su conducta ?¿que paso?, pues creo que luego de su muerte , estudiaron el cerebro y se percataron que habia recibido un daño en un lobulo del cerebro ( no recuerdo cual) y que el resto se econtraba intacto, de ahy cmenzaron las investigaciones y bla bla bla.
En lo personal considero que todas las ciencias nos ayudan a entender mejor el mundo y en consecuencia a nosotros mismo.
Icl Mini Alce
Mensajes : 82 Fecha de inscripción : 08/03/2011 Edad : 34
Tema: Re: llamada de auxilio de una niña +18 Sáb Abr 09, 2011 10:09 pm
Una pregunta De donde salio esa grabacion? Y quien fue el responsable en subirla?
Esta raro que se repita...
No sé porque al principio pense que era una de esas bromas telefonicas que hace la gente estupida...
Ari Vortian Soldier
Mensajes : 187 Fecha de inscripción : 01/05/2010 Edad : 31 Localización : AQUÍ EN EL FORO!!
Tema: Re: llamada de auxilio de una niña +18 Dom Abr 10, 2011 8:38 pm
-en ningun pais de latino america se puede confiar en la policia mas bien aqui en Honduras asta los mismo policias matan gente en especial a las trabajadoras del sexo (por no decir otra palabra ¬,¬) en especial despues del golpe de estado y pos siiii amo esa muje era una inutil era ovio que nadie mayor contestaria por lo que se oia joder ¬,¬# vieja inutil
PD: este alguien sabe que le paso ala niña O_O
Icl Mini Alce
Mensajes : 82 Fecha de inscripción : 08/03/2011 Edad : 34
Tema: Re: llamada de auxilio de una niña +18 Dom Abr 10, 2011 10:31 pm
Citación :
Pues no se, pero que se repita no es raro tal vez asi la subieron osea repiten pero la situación nunca se repitió.
Eso lo entiendo, que lo sucedido ocurrio una vez, lo raro es que quien subio el video, hubiese repetido el audio...
Yo no se que tanto enfando con la mujer... yo le encuentro de lo mas normal que ella se portará con tal indiferencia.... lo que si me extraña es que ella no haya hecho nada para rastrear la llamada y tratar que la niña le diera indicaciones de como llegar a la casa...
------ Otro cosa, muchos aqui hablan sin conocer, y haciendo juicios de valor. Por favor, si van a definir conceptos, traten de ser objetivos en primer lugar, después hacen su comentario personal. Si, se lo estoy diciendo a aquellos que hablan de psicologia y psiquiatria. Yo estudio medicina, y no vemos a los pacientes como aqui alguien los describio. Por cierto, TiberiumDoom, el hombre fue lesionado en el lobulo frontal.
melody Blorch King
Mensajes : 716 Fecha de inscripción : 21/02/2011 Localización : ni cerca de ti....
Tema: Re: llamada de auxilio de una niña +18 Jue Abr 21, 2011 2:31 am
ejem...
volviendo al tema...
no me agrada...
que pongan información tan vaga....
eso implica que tenga que moverme yo para investigar n_n
estaba buscando algún noticiero o algo relacionado con un feminicidio en el salvador...
pero tengo tan pocos datos....
a lo mucho que llegue fue a esto...
ese video me hace pensar (si todo fuera real claro ) que.... no encontrare mucho....
...
sean amables y cómanse todas sus verduras
Rotten.n Vortian Soldier
Mensajes : 177 Fecha de inscripción : 05/01/2011
Tema: Re: llamada de auxilio de una niña +18 Vie Abr 22, 2011 11:10 pm
No se trataba de una niña?, o se refiere a ella como "niño" solo por decir?...
Investigando más sólo encuentro sospechas de lo que pudo haber ocurrido, un supuesto testimonio de la madre de la mujer asesinada que NADA tiene que ver con la grabación, algunas palabras de la policía y los encargados del sistema de emergencias lavándose las manos y más y más críticas, pero nada me lleva a lo único que me interesa, qué le pasó a la niña... o niño en todo caso, la pasó algo "malo"?
Última edición por Rotten.n el Jue Dic 19, 2013 4:55 am, editado 1 vez
Niyux! The Knight Freak
Mensajes : 968 Fecha de inscripción : 15/10/2010 Edad : 28 Localización : Sentado frente a mi pc
Tema: Re: llamada de auxilio de una niña +18 Jue Jul 07, 2011 6:12 pm
fuckin los gritos de desesperacion..... no me pondria en contra de la mujer no puede estar escuchando a la niña y hablar con la polisia al mismo tiempo esas personas estan especialmente para guardar la calma y trankilisar a las personas trankilisarlas para que se consentren en dar los datos que los ayudaran a localisarlos y proporcionarles ayuda puede sonar duro o frio, pero aunque esa mujer aya tenido un nudo en la garganta, devia guardar la calma y pedir los datos de la direccion de la niña u , u
Asuka Yagami Blorch King
Mensajes : 1072 Fecha de inscripción : 03/08/2010
Tema: Re: llamada de auxilio de una niña +18 Jue Jul 07, 2011 10:15 pm
Encontré esta información vagando en Google:
Spoiler:
A eso de las 3:30 de la tarde del 25 de diciembre, un niño de aproximadamente diez años llama al 911 para denunciar que un hombre quiere agredir a su madre.
El menor se aleja de la escena de violencia, pero sin perderla de vista. Toma el teléfono celular y advierte al operador del 911, del peligro que corre su madre.
"Venga por favor a mi casa... (entre llanto, miedo y voz entrecortada). Aló, venga a mi casa por favor", expresa aquel acongojado pequeño.
La operadora del 911 pregunta el número telefónico, desde el que está llamando el niño, "es un celular, es el 7030-70 ... (interrumpe)" mientras la policía, sigue su interrogatorio, pero al notar la angustia del menor, vuelve a preguntarle ¿qué le sucede... ? y él le contesta "un hombre está peleando con mi mami", expresa el chico en medio de un llanto ensombrecedor.
Interrogatorio
El diálogo entre la operadora del 911 y el niño continúa" ¿no hay un adulto contigo?, dame la dirección, ¿dónde vivís?, dame el nombre de la colonia". El menor, aturdido por el crítico momento que atraviesa, contesta que reside en la colonia Ticsa, cerca de una escuela, ya llegando a la Residencial Altavista en Ilopango.
Conforme los segundos pasan, el niño pierde el control de sí y desencadena en gritos, "déjela por favor". Por más que la agente le pregunta, el niño no deja de gritar y llorar, hasta que se oye que grita, "tía, la mataron".
Una patrulla del 911 se desplazó a la zona y verificó que una mujer embarazada había sido asesinada por su marido el 25 de diciembre en Ticsa.
Según la División del 911 metropolitana, un minuto fue suficiente para que la violencia intrafamiliar cobrara la vida de una mujer.
El subcomisionado Gersan Pérez, jefe del 911, manifestó que el personal de su División en la zona metropolitana acude al lugar de emergencia, en un mínimo de cuatro minutos, muchas veces ese tiempo es suficiente para que ocurra lo peor.
De acuerdo con estadísticas del 911 sólo entre la noche del 24 y durante el 25 de diciembre fueron registradas 311 llamadas de emergencia por violencia en hogares, a nivel nacional, nueve menos que el año anterior en las mismas fechas.
De ese total unas 213 llamadas fueron registradas de la zona metropolitana de San Salvador, especialmente de Soyapango y Apopa.
Este año hubo ochos emergencias menos que el año anterior en el mismo periodo.
Los casos de violencia intrafamiliar representan la cuarta causa de emergencias que la División del 911 atiende en el país.
En su mayoría, los casos atendidos tienen que ver con agresiones físicas y psicológicas a la víctima, que frecuentemente son mujeres y niños, cuyo actor es el hombre.
Desobediencia
El maltrato entre pareja también ocurre por incumplimiento de medidas alternas impuestas por un juez de familia, como no acercarse más de cien metros antes de la vivienda de su ofendida.
El subcomisionado Pérez afirmó que es común que las mujeres llamen el 911 para ser acompañadas a la vivienda de su agresor para retirar sus pertenencias, ya que temen ser atacadas.
Las autoridades policiales estiman que las emergencias por violencia intrafamiliar con respecto a la época normal se incrementan en un 30 por ciento en periodos de vacación como festividades de Navidad y Fin de Año, fiestas agostinas y Semana Santa.
La criminóloga Patricia Márquez estima que este fenómeno ocurre porque coinciden varios factores como un tiempo más prolongado de descanso, hay un poco más de dinero en los bolsillos de la población y excesos en consumo de licor termina por desencadenar la violencia, no sólo en hogares sino de la sociedad en general.
También estiman que en un periodo de vacación la familia está más cerca y reunida lo que de alguna manera genera roces de cualquier índole que en algunos casos no se logran superar y terminan en tragedias.
Todas las emergencias registradas desde la zona metropolitana de San Salvador son atendidas por el personal de la División del 911, mientras en el interior del país la cobertura es de un 80 por ciento.
Respuesta del 911
El promedio de intervención de las patrullas del 911 en El Salvador es de cuatro minutos, 30 segundos menos que el estándar establecido a nivel internacional, destacó el oficial.
La saturación de calles en las "horas pico" y las pocas unidades disponibles para el sistema dificultan en algunos casos la respuesta al llamado de emergencia en el país.
"Casi todos los casos que recibimos en el 911 son repetitivos. La violencia doméstica es un ciclo que va agresión, arrepentimiento, reconciliación. Si eso no se le da tratamiento vuelve nuevamente", afirmó el subcomisionado Pérez.
La labor del 911 es preventiva. Cada lesionado que tenemos en San Salvador y lo trasladamos al hospital es un homicidio menos.
"San Salvador no tiene hospital en la zona norte, por lo que un lesionado de alguna de las colonias del municipio de Apopa podría correr la mala suerte de morir debido a la falta de ambulancia y de centros asistenciales cercanos", afirmó el jefe del sistema de emergencias policial.
Esta es una recopilacion de todo lo que investigue acerca del tema porque... me impacto demaciado. desgraciadamente no es "Falso" lo peor de todo es que es comun, cosas como esta siempre suceden en el salvador... no pongo las fuentes... porque son muchisimas ademas que tiene opinones mias pero una de las fuentes fue "Google" (no es por hacer burla).
espero que comenten al respecto y acepto criticas porque todos nos equivocamos en fin... el apocalipcis esta en marcha y como esta hay muchas señales mas... no digo esto para que te pongas a resar ni te arrepientas por lo que haces o ves o escuchas o piensas solo es algo de lo que me he dado cuenta... la civilizacion tiene que desaparecer... pero la humanidad NUNCA. trata de ser mejor cada dia, y vivelo como si fuera el ultimo.
Y un reportaje que salió en ElFaro.net
Spoiler:
Desde el año pasado, circula por internet la grabación de una niña que llama al 911 de El Salvador en busca de ayuda porque su madre está siendo asesinada por un hombre. La llamada ha sido cubierta por un muro de silencio de parte de las más altas autoridades de seguridad. ¿Realidad descarnada o una farsa bien producida? Esta es la historia. Carlos Martínez
"Esa fue la primera llamada que recibí" * * * Era diciembre de 2006 y Zoila Cisneros estaba un poco nerviosa. Antes de que dieran las 7 de la mañana entró en aquel edificio ahumado de tres plantas donde tenía algunas semanas entrenándose en el arte de contestar teléfonos. Pero aquel día sería especial, porque ella se convertiría, al fin, en una recepcionista del sistema de emergencias 911.
El edificio que alberga la central de recepción de llamadas queda justo atrás del cuartel central de la Policía y su fachada no invita a la alegría. Es una estructura monótona surcada de cables, bañada a diario por las excrecencias de los escapes de miles de vehículos. Lo único bueno -o coherente al menos- es que la fachada anuncia con bastante fidelidad el ambiente interior: un conjunto de salones desolados y oscuros, como una especie de convento policíaco. Ahí estaba Zoila aquel día de diciembre, en absoluto preocupada por la decoración. En su cabeza había otras prioridades, como la de tener que lidiar con gente en problemas que esperaría que ella tuviera respuestas atinadas y ágiles, cabeza fría. Zoila aún no sabía que en El Salvador, cuando se atiende un teléfono de emergencias, se corre el riesgo de contestarle al horror, de escuchar lo abyecto, de oír la voz de lo oscuro. Pero ya lo aprendería. En realidad el entrenamiento que reciben los operadores del 911 no es muy diferente al de un operador de cualquier call center; de forma que saben lo básico como para reservar vuelos en una línea aérea, rentar un carro o mandar una pizza a domicilio. Aunque hay una diferencia importante: el software que utilizan los telefonistas de Pizza Hut es más avanzado. El subcomisionado Gersan Pérez, jefe del sistema 911, explica el procedimiento que se utiliza para elegir a los telefonistas de emergencias: primero pasan por un examen sicológico, luego por uno de inteligencia, después uno de cómo contestar el teléfono. Si aprueban, pasan dos semanas familiarizándose con la estructura jerárquica de la Policía y con el sistema técnico. “Bueno, últimamente se les ha dado también unos cursos de superación y de liderazgo”, anota el oficial. Faltando algunos minutos para las 9 de la mañana, luego de las últimas explicaciones sobre su trabajo, Zoila se sentó en el cubículo número 4. Quizá le designaron ese sitio para que la novata pudiera estar más cerca del supervisor. El cubículo número 4 queda justo frente al puesto de mando de la central de llamadas que en ese momento ocupaba un cabo de apellido Rauda. Zoila tomó asiento, se colocó la diadema con el micrófono y los audífonos y esperó la primera llamada que atendería en su primer turno de trabajo. El teléfono no tardó en sonar. La grabación de la primera llamada de Zoila circuló meses después por internet, viajando por el carril del morbo a gran velocidad. Fue enviada en cadenas de correo, colgada en varios blogs y dramatizada con fotomontajes: sólo en Youtube hay cuatro vídeos en los que se ilustra la pista de voz. Hasta el cierre de este artículo habían sido reproducidos 206 mil 765 veces. La llamada la perseguiría desde entonces, pero en aquel momento Zoila no tenía forma de saberlo. Apretó el botón para recibir y escuchó en sus audífonos la voz rota de una niña que sollozaba al teléfono:
Niña: Aló, buenas, vengan por favor a mi casa. Zoila: Aló. Niña: Aló, venga a mi casa por favor. Zoila ¿De dónde estás hablando? Niña: De celular. Zoila: Dame el número Niña: ... De celular... 703070... Zoila: ¿Qué te pasa? Niña: Un hombre está peleando con mi mami. Zoila: ¿Dónde vive? ¿No hay nadie adulto que te pueda ayudar? Niña: No. Zoila: ¿Dónde vivís, en qué colonia? Niña: Por Ticsa Zoila: ¿Por dónde? Niña: Por la escuelita de Altavista... ¡nooo, nooo!
Es en ese momento cuando todo se sale de control, cuando el horror brinca como una alimaña corrosiva y se transforma en la voz de una niña que grita un grito torturado, como si se lo arrancaran de la garganta con un instrumento afilado. Cuando aquella niña grita “nooo”, la voz se le derrumba y se le muere. Luego grita sin decir nada, como gritaría un animal.
Niña: (Gritos agudos). Zoila: Espérese, hijo. Niña: (Gritos). Zoila: Aló. Niña: (Se escucha su voz alejada del teléfono) ¡Déjela, por favor! Zoila: ¡Ay, Dios mío! Niña: (Gritos) ¡Déjela, por favor! (Llanto) ¡Ayúdeme, ayúdeme! Zoila: ¡Ay! Hay un niño pegando unos gritos... Niña: ¡Ayúdeme! Zoila: Aló. Niña: Es que mi mami está peleando. Zoila: Por eso: ¿dónde estás? Niña: (Gritos y llanto) ¡No, no, no, noooo! ¡La mataron, la mataron, la mataron! ¡Mami, mami, mami! (llantos y gritos) ¡Mamita, no te mueras, mamita...! (Suena otra voz de niño: ¡La mataron, la mataron! ¡Tía, la mataron! Llanto.
De entre los 13 operadores que cada turno atienden el sistema simultáneamente, esa llamada fue desviada precisamente al cubículo 4, donde la nueva. Zoila, la recepcionista novata, no supo cómo actuar y ella misma cortó la llamada. Después se quedó con un retumbo en la cabeza, con el eco que deja una bomba que explota cerca. Le comentó a su vecino de cubículo lo que acababa de escuchar y este hizo un gesto como quien oye llover. Total, los niños son traviesos y hábiles maestros del engaño. “Hay que saber porque los niños lo engañan a uno”, le recomendó, a partir de su experiencia. Pero él no había oído esos gritos, él no había escuchado la muerte por el auricular, él no había tenido esa voz al teléfono pidiendo misericordia. Zoila comenzó entonces a entender su trabajo y a contestar las llamadas con el aliento contenido. ¿Qué le pasaba a esa niña? Evidentemente Zoila no tenía la más mínima idea de dónde estaba Ticsa y mucho menos la escuela de Altavista. Al verla dudar tanto, su compañero de cubículo le recomendó que se curara en salud y que le comentara lo sucedido al cabo Rauda, el supervisor.
“Me levanté y le fui a decir al supervisor que acababa de recibir una llamada y que el niño gritaba y que yo creía que quería ayuda y que yo tenía el número y entonces él marcó el número de celular y le contestó un señor, le puso el altavoz al auricular y le dijo: ‘Hemos recibido una llamada pidiendo ayuda’. El señor le dijo que no, que no habían llamado al 911. El supervisor le dijo: ‘Cómo no, un niño está diciendo que le están golpeando a la mamá’. El otro: ‘No, aquí ha habido un pequeño problema entre hermanos, pero ya pasó todo, los niños son escandalosos’. Y entonces el supervisor colgó”, recuerda Zoila.
Zoila entendió que sus compañeros del 911 no iban a comprender su angustia porque ellos no habían escuchado aquella voz al teléfono. “Los compañeros que tienen experiencia me decían: ‘A todos nos pasó el primer día, uno se asusta, pero los niños son excelentes para fingir’. Pero yo entendía porque ellos no escucharon a ese niño. Cuando yo le fui a decir al supervisor, él creyó que yo estaba por primera vez impactada por lo que escuchaba, y yo le digo: ‘Yo de lo único que estoy segura es que ese niño necesitaba ayuda’. Es una angustia terrible. Después, cuando el supervisor habló con el señor y le dijo ‘los niños son bien escandalosos’, en ese momento a mí se me olvidó ya ese evento”.
Zoila se tranquilizó y siguió haciendo su trabajo y volvió a escuchar a otros niños que hacían bromas y fue adquiriendo pericia y familiarizándose con las direcciones, con las calles y con las esquinas. Así siguió una semana. Así hubiera seguido de no haber sido porque un operador del sistema, husmeando entre los archivos en busca de grabaciones que pudieran ser empleadas con fines didácticos, escuchó aquella grabación y la rescató del olvido, quizá más de lo que él se imaginó.
“Todo cambió cuando a la semana llegó uno de informática y me dijo: ‘¿Qué tal?’ Yo le dije que bien. ‘¿Y el primer día?’ ‘Bien’ , dije. ‘¿Segura?’ Entonces me llamó y me llevó a que escuchara esa grabación. Él me dijo: ‘¿Sabía que a la mamá la estaban matando?’ ” Y entonces todo volvió a aparecer y lo que estaba sepultado como una broma, reapareció como una niña que miraba cómo agredían a su mamá, quizá hasta la muerte. Zoila reclinó la cabeza y lloró amargamente.
El software de la Policía permite contestar una llamada y poco más. El comisionado Gersan Pérez, jefe del 911, envidia a los despachadores de pizzas, porque estos, con su tecnología pueden crear una base de datos. Así, cuando un hambriento llama por segunda vez a la misma cadena de comida rápida, se sorprende cuando la recepcionista le saluda con su nombre y apellido. La Policía no puede permitirse esos lujos y se conforma con grabar cada llamada. Cada vez que suena el teléfono es un misterio, y la pronta ubicación del lugar de los hechos depende del conocimiento que los telefonistas y los despachadores de unidades tengan de la nomenclatura urbana. Y, claro, desde luego, el archivo no guarda automáticamente delicadezas como el día y la hora de cada llamada. Por eso, cuando un bromista entra al sistema, ocupa una de las 13 unidades durante el tiempo que dure la broma. Y si vuelve a llamar no hay forma de reconocerlo. Así que los policías salen a la calle a hacer conciencia de la necesidad del buen uso del 911. ¿Y qué mejor manera de explicar lo importante de tener las líneas despejadas que la primera llamada de Zoila?
Así que ese archivo circuló entre el cuerpo de agentes, pasó de computadora en computadora, de memoria en memoria, hasta que una vez, casi dos años después de la llamada, luego de un curso de formación con personal policial, un sargento consideró que la llamada ameritaba ser compartida con el público y la subió a internet. Lo que se escuchaba resultó tan atroz que de inmediato comenzaron a aparecer muchas preguntas al respecto. 2006 no fue un buen año para la Policía ni para la política de seguridad del presidente Saca. Ese año se batió el récord de homicidios y El Salvador encabezó en violencia todo el continente. Durante los años que siguieron, la política de “mano dura” hacía agua por todos lados. Era obvio que la llamada de una niña a la que no se le pudo dar respuesta no ayudaba mucho a mejorar la imagen de la PNC ni colaboraba tampoco con la campaña presidencial que se avecinaba.
Según unos agentes del sistema 911, se involucró a la División Anti Homicidios (Diho) y a la División de Investigación Criminal (DIC) para dar con la identidad del agente que había subido el archivo a internet. Estos investigaron diligentemente hasta dar con el malhechor cuya identidad guardan con celo. Después de eso, ¿qué hacer con la llamada? Simple: mentir. Mentir a quien hubiera que mentir. Pasara lo que pasara, esa llamada no había existido, era falsa. Y así fue creciendo y creciendo un curioso muro de mentiras y silencio.
* * * Me subo al vehículo y veo de reojo la esquina donde hace tres años terminó muerta Clara, tirada en el charco de su propia sangre, a menos de una cuadra de la casa de Luz, su madre. Al día siguiente marco el teléfono que Luz me dictó con sigilo y quedamos de vernos en el interior de una estación policial, que es el único lugar donde se siente segura para contar su historia, que es en realidad la historia del asesinato de su hija. Conseguí llegar hasta Luz gracias a una diligente gestión del departamento de comunicaciones de la PNC. Un procedimiento simple, un trámite de unos minutos. Yo que pregunto por la grabación que circulaba en internet y Wendy -la chica de comunicaciones- que me contesta en unos minutos para decirme con detalle la dirección de la víctima. Llego a la estación de Policía que habíamos pactado y Luz ya está esperándome. Ahora no va descalza, se ha puesto elegante. Lleva un vestido café, unas sandalias y un toque ligero, casi imperceptible de maquillaje. Se hace acompañar por una de sus cuatro hijas que aún viven. La chica permanece en el más absoluto silencio mientras nos presentan. Se limita a mirarme con desconfianza y a extenderme la mano. Conseguimos que los policías nos dejen utilizar las bancas de madera de la cafetería que está en la estación y Luz busca la más apartada, aquella donde nadie puede oírnos. “Lo que le voy a contar no se lo he contado a nadie, a nadie, ni a la Policía y usted tiene que prometerme que no se los va a contar tampoco”. Lo prometo y Luz comienza a pronunciar la historia que la quema por dentro. Clara era la cuarta de sus hijas, tenía 23 años y dos hijos de padres diferentes: una niña de 10 años y un chico de 8. Clara poco a poco comenzó a andar en malos pasos, a desaparecer noches enteras, luego por varios días y luego apenas visitaba a su madre. Bebía mucho y cuando bebía no medía sus palabras. Eso la mató. Un día ofendió a aquella mujer que descubrimos sentada a la entrada de una tienda. Fue un insulto serio. Al parecer Clara le sabía algunos secretos a aquella mujer, secretos que cuestan la vida y Clara los gritó en público. La tipa era miembro de la pandilla y desde aquel agravio estaba obligada a hacer correr sangre para limpiar su honor. Unos días después, Clara estaba recogiendo agua en una cantarera y un desconocido se acercó a hablar con ella. Dos tipos más se aproximaron y le pidieron al muchacho que les mostrara su torso desnudo. Buscaban tatuajes. Clara intervino y los pandilleros le dispararon a quemarropa. Quedó tirada en el suelo con cuatro balazos en el cuerpo, sucia de sangre y de tierra. “Como una empanada en azúcar”, recuerda Luz, su madre. Esto es todo lo que se puede decir de la muerte de Clara sin poner en riesgo al resto de su familia. Luz decidió no hablar, no confía en nadie. El lugar donde ocurrió es una de las tantas y tantas comunidades que quedan entre Ticsa y Altavista. Pero la historia no cuadra. Cuatro tiros a quemarropa no dan espacio para que nadie haga una llamada al 911. Ninguno de los hijos de Clara estaba en casa en ese momento y de haber estado ninguno tenía un celular del cual llamar. Además, a Clara no la mataron a las 9 de la mañana. Unos días después del asesinato de su hija, un investigador de la Policía se presentó a su casa comentándole algo sobre una llamada al 911 hecha por un menor. A Luz sólo le importaba que ese señor se fuera, así que le dijo la verdad: no sé nada sobre ninguna llamada de ningún niño. Asunto cerrado. Ningún policía ha vuelto a llegar jamás a casa de Luz. Lejos, muy lejos de aquella casa sencilla, en la cuarta planta de un edificio en la lujosa colonia Santa Elena, alguien más decidió investigar. Karla de Varela, especialista de políticas públicas de Unicef, quedó impactada cuando el año pasado alguien le hizo llegar la grabación que ya circulaba en internet. Decidió hacer algo y sus contactos le permitieron indagar al más alto nivel. Ella llegó en calidad de funcionaria de Naciones Unidas hasta el ex ministro de Seguridad Pública, René Figueroa, a quien preguntó por la veracidad de la llamada y Figueroa se comprometió a investigar. Días después, Varela y otros funcionarios de Unicef volvieron a reunirse con el ministro de seguridad y este les tenía una noticia tranquilizadora: todo era una falsa alarma. Una mentira muy bien orquestada. “Una leyenda urbana”, fueron sus palabras. A esas alturas conocían sobre la veracidad de la llamada, como mínimo, una operadora de teléfono, uno de sus compañeros, su supervisor, el grupo de soporte técnico del sistema, un sargento aficionado al internet, varios grupos de oficiales que utilizaron la llamada para dar cursos, varios agentes que recibieron esos cursos, un grupo de oficiales que -según Zoila, la telefonista- se reunieron para evaluar su caso... y el comisionado José Luis Tobar Prieto, director general de la Policía. Pero René Figueroa, con su sonrisa de cortesía, le aseguró al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia que todo era una leyenda urbana, un mito.
* * * La primera vez que hablé con Gersan Pérez, jefe del sistema 911, el presidente de la República aún era Antonio Saca y el jefe de la policía Tobar Prieto. Faltaba una semana para que las nuevas autoridades asumieran sus cargos y a Gersan el tema parecía resultarle incómodo. Me recomendó que hablara con la unidad de comunicaciones y le conté el periplo que me había supuesto valerme de la información que esa unidad me había proporcionado. “El director nos ha pedido explícitamente que no hablemos de ese tema. Te prometo que vamos a hablar, pero esperame después del lunes”. El lunes al que él se refería era el 1 de junio, día en que la administración Saca entregaba el poder. Días después, sentado en su despacho, Gersan explicó la razón del silencio: ni la Policía, ni la Fiscalía habían podido nunca ubicar el origen de la llamada. En parte debido a que Zoila nunca generó “evento”, que en el argot policial quiere decir que, en el rudimentario sistema informático de la Policía, la recepcionista jamás consignó la fecha ni la hora de la llamada, de manera que, al cabo de los años, esos datos naufragaron -quizá para siempre- en la memoria de la PNC. A pesar de que se trató del primer día de trabajo en cabina de Zoila, y de la primera llamada que recibió, ella no recuerda la fecha exacta. Y no hay registros. El sistema tampoco archiva automáticamente el teléfono del que proviene la llamada y este aparece en la pantalla de la recepcionista justo el tiempo que tarda la llamada, como en cualquier teléfono. Si este no es anotado a mano, el número también dejará de existir. En la llamada, la niña que denuncia la muerte de su madre está a dos dígitos de pronunciar el número celular del que habla, cuando Zoila la interrumpe. Nunca la policía dio con el caso y en lugar de asumirlo decidió guardar silencio o, simplemente mentir. “Claro que afectaba a la Policía, por el mismo desgaste que esto ha generado”, explicó Gersan. En un país donde el promedio de asesinatos diarios fue de 9.5 en los últimos cinco años, no es difícil encontrar un cadáver que coincida con la ubicación espacial entre Ticsa y Altavista. Otro cadáver al que, por cierto, tampoco se le ha hecho justicia. Sólo en Ilopango, durante el año 2006 murieron 15 mujeres. El rango de edad en que la muerte reclamó prendas va desde menos de un año hasta los 54 años de edad. 11 murieron asesinadas a balazos, una murió estrangulada, dos fueron muertas con instrumentos afilados y de una más no se detalla el instrumento que le quitó la vida. La lista de circunstancias de las muertes que detalla el archivo del Instituto de Medicina Legal entraña algunas anotaciones inverosímiles: “Atada de todo el cuerpo; se hacía pasar por hombre; semienterrada; plancha de pupusas...”. Quizá nunca sepamos qué fue de aquella niña que un día de 2006 tomó un teléfono y compartió su suplicio con una recepcionista novata del 911. Ahora su voz circula en internet. Ahí, en Youtube, donde se puede encontrar la constancia de su terror, en la lista de opciones que se llama “videos relacionados” aparece el video de otra niña que también le habló al mundo, sólo que ella era de Vancouver, Canadá y al mundo le habló desde el podio central en una reunión de Naciones Unidas. Su nombre: Severn Cullis Suzuki. A los nueve años de edad, Suzuki fundó una organización de niños por la defensa del ambiente y a los 12 se dirigió a los representantes de distintos países del mundo reunidos en la Cumbre de Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro. Ahora ella es una prestigiosa bióloga graduada en Yale. Pero cuando tenía apenas 12 años así le habló Suzuki a los adultos del mundo: “... Perder mi futuro no es como perder unas elecciones o unos puntos en el mercado de valores. Estoy aquí para hablar en nombre de todas las generaciones por venir. Estoy aquí para hablar en defensa de los niños hambrientos del mundo cuyos llantos siguen sin oírse... En mi país derrochamos tanto… Compramos y desechamos y aún así, los países del Norte no comparten con los necesitados. Incluso teniendo más que suficiente, tenemos miedo de perder nuestras riquezas si las compartimos. En Canadá vivimos una vida privilegiada, plena de comida, agua y protección. Tenemos relojes, bicicletas, ordenadores y televisión... No puedo dejar de pensar que esos niños tienen mi edad, que el lugar donde naces marca una diferencia tremenda. Yo podría ser uno de esos niños que viven en las favelas de Río; podría ser un niño muriéndose de hambre en Somalia; un niño víctima de la guerra en Oriente Medio, o un mendigo en la India...” Quizá si Suzuki, la niña, o la bióloga de Yale, escuchara a aquella otra que aparece en un “video relacionado”, podría agregar: “... o una niña que le grita y le suplica a un teléfono mientras a su madre la matan ante sus ojos, en El Salvador”.