—Una nueva etapa—

-Ni lo menciones... Las cosas serán muy diferentes de ahora en adelante ahora que estoy contigo, yo cuidare de ti y no voy a dejar que esa zorra siga chantajearte.-

Bajo la carta y volvió a ponerla en el pedestal en el que estaba. Junto los brazos encima de la mesa.

-Cuando volvamos a tu casa llamaras a tu prima y le dirás que le hiciste un deposito, claro que no vas a hacerlo, solo se lo dirás... cuando vaya al cajero yo hablare con ella, y tranquila no pienso lastimarla... solo cambiar un poco su mentalidad y darle algo en que pensar.- Sonrió con amabilidad.

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-El problema es que eres tu la que me confunde, pero no puedo dejar de pensar en ti... no se por que vine, me dije a mi mismo que no volvería a verte, por que parece que eres solo una fuente de problemas... y que lo mejor era solo alejarme.-

>> Escucha, no pienses que soy un mujeriego o que solo busco una tipa fácil para acostarme con ella y ya, pero cuando una chica da muchos problemas la solución mas lógica es irse mientras puedas pero tu... tu... eres extraña... en el buen sentido... creo...-

Eso la hizo sentir segura y reconfortada.

—No hará falta llamarla. Está esperando en mi puerta justo ahora. Pero puede continuar esperando — Hizo una mueca de medio lado algo sarcástica — No se irá… no hablemos de eso ahora, no merece ni cinco minutos de atención.

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—Bueno, tiene lógica lo que dices. Pero conmigo nada es lógico, nada es “normal”, nada dentro de lo común. Volviste porque tal vez sientas una atracción por mí, no lo sé… Tal vez ni tú lo sepas. Pero… ¿Y si yo te dijera que me siento así también? Las cosas podrían cambiar. Solo hay que dar tiempo a que todo se ponga en su lugar — Se acercó a él y le picó la frente con el dedo índice suavemente —Aquí.

Le sonrio algo nerviosa al otro chico, acaso le estaba invitando a una cita?

-podemos ir a un cafe no muy lejos del centro-se paso una mano por el brazo no sabia si estaba siendo muy atrevida

—De acuerdo — Correspondió a su sonrisa, muy amable, por cierto — No es necesario que lleves dinero, deja todo a mi cuenta. No me permitiría a mi mismo bajo ningún aspecto que una joven dama derroche su dinero. Y menos en un hombre como yo.

Él aun no se consideraba un hombre, solo un muchacho que le faltaba madurar y seguir subiendo escalones para avanzar en su camino a serlo.

—Solo dime hora y día y bueno… podemos llegar a una cuerdo — Le extendió una tarjeta donde tenía todos sus datos: mail y celular, entre otros.

-Es que no la quiero enfrente de tu casa, hablare a solas con ella cuando vaya al cajero... como sea, veremos eso después.-

>> Cuéntame algo sobre ti, la otra noche cuando me invitaste a tu casa y me agarraste me di cuenta que tienes bastante fuerza en los brazos, apuesto que podrías ganarme en un juego de vencidas.

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-Tal vez eso funcione para tu, pero para mi es diferente, cada cosa que haces la interpreto de un millón de formas diferentes mientras mas lo pienso... tal vez por eso es que vine, para dejar de hacer suposiciones y enterarme de una vez que es lo que pasa.

Chuck le mandó un mensaje a Alan:

"¿Ya vas saliendo de donde estabas o alguien más te detuvo?

Dime a qué horas nos vemos para hablar de la cosa importante que me decías."

Luego se puso a pensar en si realmente Maya tomó en serio su propuesta para lo del videojuego o si sólo lo vio como una elaborada y ridícula estrategia de conquista tipo Barney Stinson. No la culparía si fuese así, porque al fin y al cabo eso era lo que había estado haciendo con las chicas últimamente, buscando cualquier excusa para acostarse con ellas.

—Bueno… — Se aclaró la garganta y sonrió sincera por esta vez, dejando todo deje de preocupación de lado — Bueno, soy bastante deportista. Amo el deporte, tal vez más que dormir. Así que hace años me anoté en tenis y hace dos en judo… aunque lo último es una disciplina.
>>En tenis me estoy entrenando de hace tiempo y los de mi escuela están a punto de mandarme a competir por la copa de invierno este año, en la categoría individual femenina. Si gano o me destaco, puedo comenzar mi carrera profesional deportiva.

Se la oía muy emocionada.

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Maya suspiró y tiró la cabeza aun más hacia atrás.

—Puede ser que yo sí tenga en claro algo y eso es que siento una leve atracción por ti. Pero no es tu culpa, son cosas mías — Sonaba bastante apenada — Si te molesto o causo problemas , puedes irte , no te acosaré , ni seguiré , ni molestaré ni nada de esas cosas desquiciadas que hacen la mayoría de las chicas.

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“Después te cuento , cuando nos reunamos.
Ahora mismo ¿Te parece?”

-Quieres dedicarte a eso profesionalmente?, entonces supongo que ir a la universidad no esta en tus planes.-

>> Quiero decir... entrenar, ir a torneos, ir al gimnasio todo eso que hacen los deportistas absorbe mucho tiempo, al igual que la escuela.

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-Entonces tomemos esto con calma, olvídate de contar esto como citas, solo amigos que pasan tiempo juntos... pues eso, como amigos.-

Para el ese "Siento una leve atracción" sonaba mas como un "me gustas, pero como amigo",

-De acuerdo?-

—Lo sé, lo sé. Pero es lo único que me apasiona de verdad en la vida y a lo que quisiera dedicarme de lleno. No soy buena con los libros, solo con el físico— Hizo una pausa y perdió la mirada — En serio deseo ser tenista.

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Maya se quedó en blanco. No era para NADA lo que pretendía decir.

—Mira. Es complicado… demasiado para mí tener que decir esto sin ponerme a patalear en el piso o colocar una almohada en mi cara para que no veas lo mucho que me apena aclarar esto.
>>Uno: Amigos cero. No siento nada parecido a lo que se siente con una amistad con alguien. Dos: No me interesa ser tu amiga.

Comenzó a morderse el labio inferior mientras alzaba las cejas.

>>Tercero : No se puede ser amiga de alguien que te empieza a… gustar y… ¡No como amigo!
>>Cuarto : Hacía mucho no experimentaba algo así. Es tan confuso como la primera vez. No me malinterpretes.

Agachó la mirada y fue hacia la pileta de la cocina. Abrió el grifo y dejó que corriera el agua.

Chuck fue directo a la casa de Alan, estaba algo nervioso. Eso de hablar de algo tan en privado le sonaba como cuando te llaman a la oficina del director, nunca es para charlar sobre el clima y uno siempre se espera lo peor.

Aunque también entendía que todo el mundo andaba con situaciones graves últimamente. Él había embarazado a una chica, Alan se había peleado en una fiesta y lo habían grabado, cayeron los polis en la fiesta y habían encarcelado a todos los que no lograron escapar, muchos con fianzas muy elevadas, incluso para gente adinerada como ellos.

Chuck presionó el botón del intercom y esperó en la puerta.

-Tal vez deberías reconsiderar la universidad... jugar en torneos a nivel universitario puede ser una muy buena plataforma... ademas de que si tu carrera como tenista no funciona siempre tendrás un plan B...-

>> No es que quiera lavarte la cabeza para que dejes tu sueño, pero creo que de verdad deberías pensarlo.-

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-Vaya que te pusiste nerviosa... comenzaste a contar en ordinales después del dos... eso quiere decir que eres sincera.-

>> Supongo que si debemos dejar pasar un poco de tiempo, no es que yo lo quiera así, es que así son las reglas universales de romances adolescentes, no podemos decirnos que nos gustamos tan rápido, apenas es la segunda cita y casi ni nos conocemos, debemos hacernos los difíciles, no hablarnos por teléfono... por que tenemos que hacernos los difíciles, valga la redundancia, y esperar a que el otro nos llame, por lo que debemos estar pegados todo el día al teléfono... aunque ya nadie tiene eso, a esos solo llama el banco... mejor al celular, pasar todo el día con el celular en la mano pensando por que no nos llama y luego emocionarnos cuando suene y darnos cuenta que es el banco el que nos llama también, por que ahora también llama a celulares... pasar la noche en vela y... para estas alturas alguno tendrá que ceder y darse cuenta que esas reglas de romances adolescentes que salen en las películas son una mierda y que no vale la pena seguirlas... ir corriendo a la casa del otro y confesarse completamente.

>> Podemos hacer eso o ir directo al ultimo paso... y dado que yo ya estoy en tu casa pues...-

—Está bien, lo voy a considerar. Pero verás lo malísima que puedo ser estudiando. No por nada me he llevado tantas materias el año pasado, además que tengo varias previas — Le daba mucha vergüenza tener que decirlo. Por alguna razón, no le quedaba lo que estudiaba — Me olvido todo a los cinco minutos de leer algo y tengo que volver a repasar al día siguiente como si fuera la primera vez que agarro una hoja. Y sí, uso cuadritos, subrayo y esas huevadas — Acordarse de eso la irritaba — Aunque el deporte tampoco es el camino fácil… hay que ser constante todo el tiempo y disciplinado.

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—Que te haya confesado lo que me pasa no quiere decir que voy a ir corriendo hacia a ti y lanzarme encima para que nos acostemos… A menos que me veas cara de fácil. Pero tampoco es que soy complicada — Se dio la vuelta y miró los retratos con cierta tristeza— Si quieres dar un paso más allá, tienes un abrazo, una caricia o un beso. O todo junto. Es ir más lento, pero es gratificante hacerlo.

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El que atendió fue el hermano menor, Lestat.

—Alan aun no ha llegado, pero puedes pasar.

Se oyó la voz del chico y luego el sonido característico de un portero eléctrico para que pudiera abrir y entrar.
Lestat se oía algo como... fumado.

-Genial- Pensó Chuck- Otra vez este chico se metió algo. Pensaba que tal vez la cárcel iba a hacerlo dejar la droga. Y con eso quiero decir asustarse y dejarla por un día- Entró, aunque dudando, se sentía algo extraño en entrar a la casa con sólo el hermano drogadicto presente.

Trató de no alarmar a Lestat- Hola, hermano. No hay problema, puedo esperarle-

-Tal vez solo necesitas cambiar tu método de estudio, estoy seguro que no eres tonta o algo por el estilo solo necesitas encontrar el modo adecuado.-
>> Yo me estoy preparando para independizarme el próximo año, cuando entre a la universidad; Ves el edificio de enfrente, el de los departamentos?, en el ultimo puso hay como una especie de desván, o mejor dicho una especie de Loft, pienso rentarlo y vivir ahí mientras estudio... Deberías verlo, tiene grandes ventanas por toda lados, tiene un tragaluz en donde va la cama, y es espacioso... Solo le hace falta pintarlo y ponerle algunos muebles,  pero estara listo para antes de empezar el semestre.
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-No me refería a acostarnos... Por que creíste eso?, Mira creo que no estamos en la misma sintonía, por mucho que quiera besarte no voy a hacerlo, y es por. Una muy buena razón; por que la vez pasada, cuando te besaba me di cuenta de que me tienes miedo, cuando estaba besandote entraste en pánico, y no solo los nervios normales que a todo el mundo le dan, a ti te paso algo diferente; te petrificaste... No se por que y no voy a interrogarte al respecto, solo asumiré que esto va muy rápido para ti y para mi... Y como es sumamente frustrante tomar la iniciativa y toparse con pared voy a dar un paso atrás, por ahora un trato de amigos es lo mejor que puedo ofrecerte, hasta que  tu y yo pensemos bien que es lo que queremos y... Que pase lo que tenga que pasar.
>> no pienses que me estoy acobardando y que trato de huir de ti, es solo que pienso que así es mejor... Por eso es mejor que me vaya por ahora y te deje tranquila-

—Sí, pero vas a esperarle dentro. No creo que te guste quedarte sentado del lado de afuera — Lestat alzó una ceja, un poco ofendido. Era de las personas que se tomaba todo personal — Ah, ya sé… es por “esto” — Tiró el porro por ahí — Bueno , un poco de desodorante y la cosa ya se soluciona.

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—Oh, qué lindo. Puedes llamarme cuando quieras pintarlo, así te ayudo— De paso era un buen entrenamiento para su escasa paciencia y brazos — ¿Y ya decidiste que es lo que quieres estudiar?

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Sabía. Sabía que la principal razón era porque estaba comportándose mucho más extraña de lo usual, que era por ella, por sus modos insólitos potenciados por ese sentimiento tan confuso que la estaba volviendo completamente loca. Aunque él le dijera que no, tenía en claro que todo apuntaba a esas conductas muy propias de sí misma que había adquirido después de todos esos confusos episodios de un pasado que recordaba a la perfección por fragmentos y a la vez no.

Tan solo lo miró, se dirigió a la puerta en silencio y la abrió. Si se quería ir, que lo hiciera en ese momento.
Los hombres siempre la hacían sufrir. Siempre.

-No lo dije en ese plan, sólo es que no quiero malograr tu viaje- sabía que a veces Lestat terminaba teniendo "malos viajes", en parte por eso lo habían atrapado tantas veces- además, siempre ha sido incómodo ir a visitar a alguien y que no haya llegado a casa-

Se preguntaba que hacía Alan que lo detuviese tanto. Le preocupaba que ya le hubieran salido más problemas por la pelea que hubo, tal vez una demanda del tipo que golpeó, o tal vez de parte del dueño de la casa donde fue la fiesta (era común que los padres de los fiesteron intentasen demandar a los invitados por arruinar "una simple reunión de estudio con soda y papitas", en un intento desesperado de sacarle provecho al asunto).

También pensaba en qué le habría pasado a Scarlet en la cárcel que andaba tan mal que ni le reconoció.

Por último, le daba miedo pensar en su exnovia, en parte él era responsable por el embarazo, pero por el otro lado estaba loca. Podría llegar con un arma o algo así.

Louis se presentó en la escena. Sabía que su hermano Lestat le enfermaba que lo interrumpieran en su faena fumona y que hasta se podía poner bastante agresivo (además que a veces le pegaba tan fuerte que siquiera sabía dónde estaba parado).

—Alan se está tardando ¿No lo crees?— No sabía cómo diablos debía romper el hielo. No era muy allegado a los amigos de su hermano Alan, pues él era bastante solitario en todo momento, no en algunos, como el mayor de los Dotremont.

—Oye, Lestat el vampiro — Le hizo una pequeña broma que Lestat se lo tomó a mal, pues se giró para mirarlo de una manera de todo menos bonita — Puedes continuar tus… cosas. Yo me encargo de este pillín — Decía pillín a Chuck porque se había enterado lo del embarazo de su ex novia por distintas fuentes, además de suposiciones propias y sus investigaciones personales — Alan ya debe estar por llegar. Dijo que tenía que arreglar unas cosas y que te diera algo en su ausencia. El muy puto me lo escribió todo en una nota.

-Seguro... si quieres también te puedes ofrecer voluntaria para cargar los muebles por las escaleras.- Bromeo. -No, ya enserio... quieres ir a verlo?-

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Camino hacia la puerta pero no salio, se paro frente a ella y le dio un abrazo. apoyando el mentón sobre su hombro.

-No pienses que es tu culpa, yo se que tratas de hacer que esto funcione, pero es que por ahora eso no es posible.-

>> Tu problema es que estas herida, me di cuenta cuando te bese y lo comprobé cuando te quedaste viendo fijamente los cuadros de tu cocina con esa tristeza... estas herida emocionalmente, y hasta que no sanes no puedo intentar nada contigo por que la posibilidad de fallar es casi absoluta y si lo intento seré yo quien acabe herido también y no quiero terminar odiándote... solo hasta que superes eso seremos solo amigos.-

La solto saco de su bolsillo las entradas que Andy le había dado,

-Son par ti y tus amigos bomberos... son pases completos con lugar reservado para acampar, si decides ir yo estaré en el lugar de al lado.-

—Bueno, no es mala idea. Lo hice con mi cuarto ¿Porqué no puedo hacerlo con el tuyo? — Era cierto, la ubicación de los muebles eran actualmente así porque ella los había corrido sola al mudarse — Está bien, acepto.

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Agarró con cierta suavidad los pases y luego cerró la puerta con muy poca delicadeza.
¿Cómo… cómo podría decirle que nunca iba a sanar? ¿Qué jamás iba a poder superarlo? ¿Cómo podría contarle esa aberración que le habían hecho entre aquellos dos y por separado al mismo tiempo? Y su propia madre… Maldición, maldición, ¡Maldición!

Se puso a llorar como una niña pequeña, desconsolada.
Fue hacia la cocina e hizo lo que en mucho tiempo no: dio vuelta los cuadros. Aun no tenía el valor de tirarlos, siquiera de venderlos para tener una entrada extra temporaria.
Lo siguiente fue tomar un blíster de clonazepam que tenía escondidos dentro de un guante de cocina y tomarse dos o tres. Esperó a que le hicieran efecto. Cuando comenzó a sentir que se relajaba, se sentó contra la pared antes de romperse la cabeza. Seguro dormiría bastante, por lo menos hasta que se hiciera la hora de ir a buscar a esos idiotas.

Chuck se incómodo un poco. Lo menos que quería hacer era molestar a los hermanos de Alan y hacer un escándalo. No sabía cómo iba a reaccionar su abuela.

Contuvo la risa con aquel chiste, era algo viejo, pero seguía aún dando risa, porque el nacimiento de Lestat concordaba casualmente con el estreno de cierta película.

-Louis, ¿se puede saber a qué diablos te refieres con pillín?- dijo, imaginándose lo peor. Sabía que él era muy chismoso. Encontraba los más oscuros secretos de la gente y los andaba por ahí contando. Algunas personas lo apodaban "Gossip Girl".

-No lo decía en serio... lo de cargar los muebles, no hace falta, los subiré por el elevador.-

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Tenia que ser franco con ella, Maya tenia demasiados problemas y El no estaba dispuesto a involucrarse en una relación así, si no podía dejar eso en el pasado y seguir adelante no había nada que hacer.

Fue hasta su casa caminando, no tomo el autobús, pues tenia mucho en que pensar.

De algo estaba seguro, si no la veía mañana en el festival, no volvería a verla otra vez.

Almendra soltó una risa, una risa que no pasaba por desapercibido.

—Bueno, bueno. Tan solo quería alardear sobre la fuerza que tengo en mis brazos — Se besó el músculo con un orgullo propio de un camionero que ganó un campeonato de vencidas — ¿Sabes algo? La otra vez que dormimos juntos… probablemente casi te rompo las costillas. Tiendo a dormir con peluches y tú eras como uno gigante, solo que de carne y hueso. Pobrecillo.

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Los amigos de Maya se volvieron a enfadar con ella. Iban discutiendo por el camino si debían quitarle o no las llaves del auto, ya que manejaba el auto como si fuera propio y hacía lo que quería, abusando de la confianza del grupo.

—Últimamente me parece que está algo rara. Tal vez hay que charlar con ella…

— ¡Pamplinas! Mi auto, mis reglas. Ahora iremos todos juntos a su casa y verá. Le cantaré las cuarenta — Habló uno de ellos totalmente enfurecido. Era el dueño del vehículo.

—Lo que sucede es que escuché que la otra vez se fue con un chico… de nuestra escuela, pero de diferente división. No sé quién será. Capaz la tiene algo tontita y ya sabes cómo Maya se puede llegar a poner si pasa lo que tengo en mente — Comentó preocupada.

Los otros tres la miraron, también alarmados.

—Mierda — Agregó otro — No sería conveniente. Tal vez la esté pasando muy mal. Vayamos rápido.

Maya, en su cocina, no podía levantarse del suelo. Apenas si alzaba los brazos hasta la altura de sus pechos. Mantenía una sonrisa intranquila en el rostro, una que parecía maniáticamente feliz, pero totalmente falsa.

El pan ya se había quemado hacía rato. Salía humo del horno.

—“ ”El amargo final”… Yo pensé que iba a ser dedicado a él, y terminó describiendo lo que pasa con este otro… ¿Y si le cambio el nombre por “EPÍLOGO”? Bueno, NARE NO HATE puede significar muchas cosas dependiendo como se escriba”— Hablaba consigo misma dentro de su mente.

Escuchó con debilidad como sus amigos tiraban la puerta abajo. Sus reflejos estaban al cero por ciento.

— ¡OTRA VEZ! ¡JODER! ¡MIERDA! — Exclamó uno, sosteniéndola para que no se golpeara.

—Nare no hate, kimi o warau… — Empezó a balbucear.

—Sí, otra vez…

Suspiró la otra chica que iba a buscarle el pijama, mucha agua y el resto.
No era ningún secreto entre todos que Maya era adicta a los tranquilizantes y ansiolíticos recetados por su psiquiatra, así como ellos a la marihuana. Pero en el último tiempo había estado controlando bastante su adicción gracias a narcóticos anónimos donde daban charlas grupales. Pero ahora… había recaído.

— ¡LA PUTA MADRE! ¡Deja de cantar, carajo! ¡Y dejá de drogarte, la concha de tu madre! Vos, haceme el favor de apagar el horno. Larga un tufo terrible. Esta chica necesita descansar.

—Descansar las pelotas. Mañana iremos al festival y fin de la discusión.

Todos se quedaron con cara de interrogación. Esperarían a que se le pasara el efecto de los fármacos para preguntarle.
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—Bueno, por la misma razón que Alan me dejó un mensaje. Solo dijo: “Conseguí un abogado que te puede ayudar”. Y como no tienes problemas familiares, me imaginé que sería con algo relacionado con tu ex. Y bueno… así es como llegué a ciertas conclusiones.

-No te preocupes, en realidad podría decir que eres muy tranquila para dormir... compartiría una cama contigo cuando fuera... en el buen sentido.-

>> Eso me recuerda... tienes algo con que dormir a la intemperie? me prestaron una carpa tipo casa de campaña, como las que usan en el ejercito y esta seccionada en dos, si quieres disfrutar el festival al 100% tendrás que quedarte a dormir... si no, con la pulsera que te di puedes entrar y salir a tu gusto.-

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Chuck tuvo una sensación extraña que no supo explicar, pero lo dejó pasar y respondió- No es nada que no se resuelva hablando, igual todo tiene solución menos la muerte- Entró a la casa y se sentó en la sala- Por cierto, ¿planean ir al festival de música?- Dijo, en parte para romper el hielo, aunque también porque le habían dado pulseras al último momento y pensaba que tal vez sería divertido ir con Alan y Louis, aunque sabía que también eso posiblemente significaría llevar a Lestat, y no le agradaba llevar a un drogo al "Festival de la marihuana".

—La he conseguido. Mis padres ex hippies tienen cientos de ellas… tengo para elegir. Debo ver el tamaño, porque algunas parecen de la época hebrea donde tenían a toda su familia allí dentro — Rió de nuevo — Será algo desastroso. Si bien están metidas en sus cajas , debo buscarlas entre otras pilas de cajas que hay en el enorme garaje.

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—Je… eres experto evadiendo temas. Pero respondiendo a tu pregunta: Claro que iremos. A Alan lo llevaremos a la rastra, ya lo tenemos todo planeado. Lestat (el vampiro) nos acompañará a ambos. ¿Y tú? ¿Qué onda? ¿Te quedarás a aburrirte, como siempre? — Se sentó a su lado , todo despatarrado.

— ¡Ay! ¡Hijito! Me pregunto si será buena idea usar esta rara lechuga para la ensalada… — Se escuchaba desde la cocina la voz de la viejecilla.

—Eh… abuela… Sería genial que la usaras — Le respondió Lestat como si nada.

Era la planta de marihuana que había plantado Lestat y había crecido como una enredadera en el jardín de la señora.