Se busca nombre para crossover entre Invasor Zim y Liga de Super Malvados

yaoistas... Les presento a la hermana gemela de Frogg que vive en Paris, Froggette! (Disculpen que sea una foto y que no este muy bien hecho)
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“Dib, ya vámonos! Llegaremos tardísimo! Y la reservación es a las nueve!!” gritó Voltar y el chico se miró una vez en el espejo antes de correr a la sala, donde el impaciente bajito golpeaba el suelo con su pie, al ritmo de su gallinita cronómetro.
Estaba vestido con un traje negro, e incluso llevaba sombrero de copa.

A su lado derecho estaba Amenaza con un traje verde y Frogg aún no llegaba, pero en su lugar estaba una mujer de espaldas, con un vestido rojo de seda que llegaba al suelo, una estola de piel beige que le cubría los hombros y un pelo larguísimo, azul verdoso y ondulado que le llegaba a la cintura, que al agitarse brillaba y soltaba una nubecita de perfume francés que embriagó al adolescente.

Dib miró a la mujer de espaldas, sonrojándose y le preguntó con señas a Amenaza quién era. El pelirrojo le sonrió y le enseñó cómo había vestido a Apocalipsis, que estaba de malas enfundado en un traje café. Dib se golpeó la frente y señaló a la mujer, gesticulando un “quién es?” y el otro encogió los hombros y le dijo con señas que no le entendía y en ese momento ella volteó.

“Frogg?!!”

Dib miró con la boca abierta a su amigo, perturbado/horrorizado/shockeado, sobre todo ante el hecho de que de mujer no se veía lo que se dice mal…

El científico usaba sombra para ojos Explosión de Uva, delineador de ojos Black Shadows, rímel Cool Blue, labial tono Sexy Red y Lip Gloss Sugar Sugar.

“No preguntes” dijo, apretando los dientes, bajando la mirada, ruborizándose y jugando con el collar de perlas del que colgaba un dije de LOSE, que tenía en el cuello. “No hables, ni siquiera me mires”

“Ehh…. Voltar?”

“Es parte de una misión. Además a los meseros les gustará y me cobrarán menos, están cieguísimos.”

Era perturbador, pero Frogg de verdad era una chica linda.

“Como sea, estaré esperando afuera” agregó Voltar y salió.

“Amenaza, haz algo! No sabes todo lo que me hicieron! Las amiguitas aterradoras de Elizabeth me torturaron, me depilaron todo, TODO!!! Nunca había sido humillado así en toda mi vida, no puedo salir así, me van a reconocer!” Suplicó Frogg, recargándose en el hombro de su amigo para no romperse los tobillos con los tacones, con los ojos brillantes.

Amenaza lo miró, debatiéndose. No soportaba ver sufrir a una damisela en peligro,
pero…

“No lo sé, Frogg, Voltar necesita distraerse; siempre le duele la cabeza, tiene pesadillas extrañas y siempre despierta gritando…”

“No te pongas de su lado, mira lo que me hizo!! Tengo puesto un bra!!”

“Ok, no necesitaba saber eso.”

“Mírame!!” gritó y lo tomó de la cara con ambas garras para verlo, y el otro se quitó esas garras de encima.

“No sé de qué te quejas, te ves guapísima”

“No digas eso!!!” chilló Frogg sonrojándose.

“Vamos, será divertido! Piensa que después de esto comprenderás mejor al otro sexo! Ven, vámonos” Le dijo y lo tomó del brazo para ayudarle a caminar, pero el otro se soltó y lo fulminó con la mirada antes de voltearle la cara y golpearlo con su cabello.

Dib los siguió, un poquito perturbado aún.

Afuera, en el V-Móvil Voltar pitaba insistentemente.

“Ahh tardaron siglos!! Ok… Últimos detalles… Frogg, cuida la peluca, se la intercambié a Liz por la pistolita rara.”

“No me digas! La amarilla?” Voltar asintió con la cabeza “La misma pistola que LE ROBAMOS AYER A SU PADRE, GRANDISIMO IDIOTA?!!!”

“Decidí que no es tan necesaria. Ahora, qué nombre te pondremos, Frogg…ette? Froggette… Hummm, me gusta como suena, suena un poco francés, se supone que eres francesa y vamos a un restaurante francés… Ok, ahora te llamarás Froggette.”

“Eso no tiene sentido!!”

“No frunzas el ceño, se te correrá el maquillaje! Una vez allá más te vale comportarte como una mujer que NO está en sus días.”

“La única sangre derramada será la tuya cuando me quite estos incómodos zapatos y te ponga las garras encima!” chilló y luego soltó un blöd Hurensohn*[maldito hijo de...] en voz baja.

Frogg se subió al V-móvil, empujando al pelirrojo que ya iba a abrirle la puerta. Dib se sentó entre el perro demonio y el hombre humillado y fúrico, pues en un combate cuerpo a cuerpo quién sabe cual de los dos ganaría. Solo que al estar cerca del perfume francés se empezaba a atontar y sólo podía seguir viendo a la fúrica chica de vestido suave y piel de porcelana y ojos ocurísimos y labios rojos y brillantes...

“Froggette, cruza las piernas” ordenó Voltar mirándolo por el retrovisor y sacando de su aturdimiento a Dib, que rápidamente miró a otro lado.

“No me digas así!”

“Cruza-las-piernas. Ya.”

“Necesito espacio para mis… cosas!”

“Estás usando un vestido, más espacio no puedes tener, ahora cruza las piernas! No lo repetiré!” el otro gruñó pero obedeció y al cruzar las piernas el vestido se levantó un poco, mostrando uno de sus tobillos, y su pie en una sandalia de tiritas de cuero negro y tacón de aguja.

“Nos vemos tan guapos todos!” suspiró Amenaza, de buen humor.

“Por supuesto. Estaciónate aquí!” ordenó Voltar.

“Pero el estacionamiento está a una cuadra!”

“Pero si no pagamos valet parking todos comemos postre!” dijo el líder y con eso
lo convenció.

La pesadilla se convirtió en tortura y el pobre doktor travestido no pudo dar más de cinco pasos antes de caer al suelo.

“Froggette! Estás bien?!” preguntó Amenaza

“Ay no, tú también vas a decirme así? No, no estoy bien, van a tener que dejarme aquí, ya encontraré yo la manera de regresar a casa y pedir una pizza y hacer cosas masculinas como tomar mucha cerveza para olvidar lo que se siente traer vestido...”

“No seas ridícula, te ves bien, sólo quítate el polvo del vestido. Amenaza, cárgala.” Ordenó Voltar y siguió caminando.

“No te atrev… Ah!” el pelirrojo lo cargó hasta llegar al jardín del restaurant, luego lo depositó con cuidado en el piso y Dib le ayudó a caminar tomándole una garra.

“Como odio mi vida…” suspiró el doktor.

“Habla más agudo.” Replicó Voltar

“Muérete” dijo, agudizando la voz

“Mientras hables agudo, está bien.”

Dib siguió tomándola de la garra hasta llegar al restaurant, donde el mesero, Jules LeSimio, los vio y corrió hacia ellos.

Bueno, ella.

“Bonjour! Bienvenue sur Le Evil!” cantó tomando el sombrero de Voltar y la estola de piel beige de Froggette y colgándolos en un perchero, todo sin dejar de verla “A quien tenemos aquí?”

“Tenemos una reservación a nombre del GRAN VOLTAR” El mesero lo ignoró y se puso frente a Frogg

“Mon chérie, mademoiselle! Dónde estabas toda mi vida?” le besó una garra y el otro se contuvo para no sacarle los ojos, abriendo la boca para soltar algo sarcástico o venenoso, pero Voltar le interrumpió.

“Ella es Froggette, y viene de Francia, París, en realidad.”

“Oh, Pagui! La capital de l´amour…” se pegó a Frogg, quien apretó los labios (y el labial no se corrió, Elizabeth es buena en lo suyo!)

“Nos puedes dar la mesa, por favor?” preguntó Dib

“A qué hora es su reservación?”

“A las 9.” El mesero miró su reloj.

“Sacre bleu! Son las 9:01! Oficialmente han perdido su reservación… Al parecer aquí no hay lugar para una belleza como usted, mon chérie”

Frogg miró a Voltar, quien sacudió ambas manos como diciéndole “Órale, vas” y se aclaró la garganta.

“Bueno… Nos pgreguntabamos si pogía haceg una excepción, solo esta vez… Es que yo tenía tantas ganas…” El mesero se sonrojó, sin ignorar la insinuación y se aclaró la garganta nerviosamente.

“Eh… Síganme” dijo, la tomó del brazo y los guió a su mesa, entregándoles el menú. “Los dejo para que ordenen.” Dijo, e inclinándose sobre Frogette, le susurró “a votre service pour toujours, mon beauté”

Ella (él) se sonrojó de furia.

“Sí hablo francés!” chilló

“Qué fue lo que dijo?” preguntó Voltar para reírse más.

“A vuestro servicio para siempre, belleza mía” recitó Amenaza y todos lo vieron raro “Qué? Suena lindo.”

Frogg chocaba sus garras con ansias, la mirada fija en el mantel rojo.

“Voltar, por favor, te lo estoy pidiendo, vámonos de aquí! La gente me está mirando muy raro, sobre todo los hombres…. Es en serio…”

“Es que les gustas! Es genial! Una miradita como la que le mandaste al mesero, y la cena me saldrá gratis! Ahora, tienes que comportarte aun mejor que eso, porque va a venir alguien que…”

En la entrada, alguien gritó:

“Liga de Súper Malvados, ahí están!” los ojos de Voltar se hicieron enormes mientras se acercaba el dueño de esa voz, Comandante Caos “Me enteré de lo que hicieron con el internet de toda la ciudad, una jugada buenísima! Qué bueno que no estaba ahí, yo sin internet habría muerto…” apretó las manos de todos –los que parecían hombres- con bastante entusiasmo, y se detuvo.

“Oigan, no falta alguien?”

“Sí, Doktor Frogg, pero en cambio vino su hermana gemela Froggette, que vive en Francia y vino de visita” explicó Amenaza como si de verdad eso fuera cierto.

La aludida, que se estaba cubriendo la cara con el menú, lo bajó un poco y levantó la mirada.

Desde la perspectiva del Comandante, Froggette agitó su brillante pelo, provocando que una ola de delicioso perfume golpeara al villano; después parpadeó muchas veces, agitando sus largas pestañas y sus delicados párpados morados, y lo miró con unos hermosos ojos azul oscuro, y él miró embobado esa piel de porcelana que invitaba a tener pensamientos sucios y esos labios rojos y brillantes que se abrieron un poco para mostrar una boca perfectamente húmeda que invitaba a besarla…

Claro que en la vida real, Frogg sólo lo miraba con desprecio, anticipándose a la estupidez que diría, segurísimo de que lo iba a reconocer, y de que esto sería humillante, tan humillante…

“Mamma mia!” suspiró el villano, contra todo pronóstico, sin reconocerlo.

“Eso es italiano” señaló Frogg

“Por ti, baby, todas las lenguas que quieras…”

Dib y Frogg, los únicos que entendieron el doble sentido, lo miraron con asco.

“Este… voy al baño” Un pie lo golpeó debajo de la mesa “Digo, tocador! Vuelvo enseguida.” Dijo Frogg y se fue caminando como pudo. Mientras, el Comandante se había sentado al lado de Dib, con una sonrisa nada inocente.

“Ese fue su amor por mí inundando el piso” le susurró y Dib soltó un gruñido de asco.

Pasaron cinco minutos y las miradas de competitividad que se dirigían el
Comandante y Jules habrían podido matar a una vaca.

“Donde demonios se metió es…a tipa?” gruñó Voltar en voz baja “Eh, empiecen a ordenar, voy a buscar a Froggette.” Dijo y fue al baño, donde Frogg llevaba cinco minutos…

Decidiendo a cuál de los dos baños entrar.

“Qué haces?!”

“Intento decidir de qué lado salgo de aquí!”

“No seas tonta! No ves lo que pasa?”

“Veo que te detesto, veo que te mataré, veo que odio ser mujer y seguir todos tus caprichos, eso veo!” Se levantó el vestido un poco más arriba de la rodilla para sacar un arma con la que apuntó a Voltar

“Ok! No te precipites! Juro que es la última vez que pasa esto, pero no lo entiendes! Siempre hablas de ser el mejor villano del mundo, y cuando tenemos la oportunidad de serlo, te haces para atrás! Ese tipo enamorado de… tu versión femenina es Comandante Caos! Lo recuerdas? El decide quién es quién y quién no es nadie! Si con tus encantos femeninos lo convences de nombrarnos los mejores villanos, le estaremos cerrando la boca a quienes dudaron de nosotros! Y lo único que necesitas para tener el mundo a tus pies es un bra con relleno!” Dijo Voltar

El efecto fue el esperado, y el otro bajó lentamente el arma.

“Está bien… Pero si intenta pasarse conmigo, juro que me largo!”

“Sí, si, seré el primero en ayudarte a salir, pero por favor, piensa en el equipo!” suplicó Voltar y Frogg suspiró.

“Está bien…”

“Entonces guarda tu arma de donde sea que la hayas sacado -no quiero saber- y vámonos!”

Llegaron de regreso a la mesa y el Comandante se apresuró a pegar su silla con la de Froggette.

“Por qué tardaste tanto, corazón?”

“Es que la pobre aún no distingue entre los baños de hombres y mujeres…” explicó Voltar con una sonrisita tonta.

“Me acostumbgué a homme y femme. Que tonta soy” rió ella

“Te ves tan bonita cuando te avergüenzas…” murmuró el comandante y la miró a los ojos por unos instantes, antes de que ella bajara la mirada, sonrojándose un poco y soltando una risita.

Desde otra mesa, Jules soltó un gruñido y corrió a la mesa donde estaban todos sentados.

“Mademoiselle! Sólo usted falta de ordenar!”

“Tiene razón, Froggette, ya todos ordenamos! Pero no importa qué pidas, te
aseguro que todo se ve buenísimo” dijo Amenaza, con una sonrisa radiante ante la mirada de ternura que le dedicó la chica.

“Gacias, cogazón… huh, pego el menú es tan extenso!... que debegia pedig? Tú que me gecomiendas?” le preguntó al Comandante haciéndole ojitos.

“Eh….”

“Ah! Ya sé! Quiego… las vieigas con vino blanco… pego tgae dos tenedogues, paga compagtig”

“Las vieiras son afrodisiacas, sabías?” le dijo el Comandante con una sonrisa de galán.

“De vegdad? Jo! qué veguenza! Espego que no me pase nada… pego si algo pasaga, tú me salvaguías, no es así?”

“Eh… Frogg…ette, las vieiras no son muy baratas…” le dijo Voltar, mirándola un poco feo. Y la otra pasó una garra por la garganta del comandante, que soltó una risita tonta y le aparecieron corazoncitos flotantes.

“Oh, pego mi buen amigo aquí no pegmitigá que muega de hambgue, vegdad?”

“Eh… S-sí, claro que sí, yo pago todo lo que pidas, nena!”

Jules estaba verde de celos

“Y de tomar?! Mademoiselle?” preguntó Jules

“Oh, sólo un poco de limonada, nada segio… Y tú, mon coeur, qué peguiste de tomag?”

“Eh... Pues te estaba esperando a ti…” replicó el Comandante y le pasó disimuladamente su bebida a Dib que lo miró con suficiente desprecio como para que Zim se sintiera querido por él.

“Excelente! Uy sabes qué considego genial que pidan los hombges integuesantes? Tequila…”

Voltar, que empezaba a ver para donde iba el plan del doktor, le dio un trago a su refresco de uva para no soltar la carcajada.

“Tequila?!! No es…un poquito fuerte, cariño?”

“Me encantan los hombgues fuegtes…” replicó la otra pasando una garra por su mano, y el tipo se sonrojó totalmente.

“Eh…, me traes un shot de tequila, por favor?”

Amenaza estaba totalmente feliz, Apocalipsis estaba en algún lugar espantando gente y Dib estaba totalmente extrañado del paso de Frogg de asqueado por tanta atención a absolutamente deseoso de ella.

Así pasaron la noche, entre insinuaciones, y shots de tequila más y más continuos, comida francesa, celos y frustraciones, y cuando ya habían pedido el postre, Apocalipsis había regresado y Amenaza trataba de distraerlo, pues ya estaba ansioso.

Comandante Caos, que ya estaba más que ebrio por causa del tequila que tomaba para “impresionar” a Froggette, se levantó y tomó el micrófono de la cantante, en el centro del restaurant, llevándose a todos en la mesa con él.

“Gente del mal!!!” gritó y por ser el Comandante Caos, todos lo miraron. “Quiero dceirles que *hip* Estos chicos que etsán aqupi [no son errores tipográficos, así de borracho estaba] conmigo, mis amigos, mis mjores amogos!” abrazó a Dib, quien lo empujó totalmente asqueado “Son de la Liga de Súper Malvados y son los mejores! *hip* y esta mujer, esta hermosa mujer que ven aquí” Pasó un brazo por los hombros de Froggette “Es la más hermosa, y estoy totalmente *hip* enamorado de ella.” se hincó y le tomó una garra “voulez-vous coucher avec moi ce soi?*[En pocas palabras: Quieres coger conmigo esta noche?]”

Todos ahogaron un grito, y Froggette se apartó lo más rápido que pudo. Ahí estaba. Había cruzado la línea. Pero aún no decía todo lo que necesitaban que dijera, y Voltar se acercó

“Dime, crees que somos los mejores villanos de todo el mundo? Dilo!!!”

Apocalipsis, harto de los juegos que Amenaza creaba para distraerlo, presintió el aroma del miedo mezclado con perfume francés. La francesita tenía miedo. Y el miedo era delicioso.

“Por *hip* supueto!! La Liga de Súper Malvados es la más malvada de todo el mun…” empezó, y un gruñido y un grito horrible lo interrumpieron, e incluso le quitaron la ebriedad del susto.

El perro demonio se había tragado a su chica.

En cinco segundos Amenaza sacó a la mujer del estómago del perro, totalmente empapada, pero con el maquillaje intacto. Pero Frogg había recuperado su antiguo yo y, consciente de lo que acababa de hacer -de decir, retrocedió asustadísimo, avergonzadísimo, tropezó un par de veces y corrió al baño.

Voltar le lanzó una mirada de pánico a Dib, quien corrió detrás de él.

Dib llegó al baño justo cuando Frogg acababa de limpiarse los ácidos gástricos y ahora intentaba romper el vidrio de la ventanita del baño, a unos dos metros del suelo, con un zapato de tacón.

“Qué haces?” preguntó Dib.

“Huir” Replicó el otro y el vidrio por fin se rompió, intentó subir de un salto pero el vestido hizo que se resbalara y cayera al suelo de espaldas.

Frogg soltó un gemido de dolor y suspiró.

“Por supuesto, justo cuando iba a proclamarnos los mejores villanos del mundo, cómo no lo vi venir?” se tapó la cara con las garras y cerró los ojos “Ya veo a Voltar disfrazándome a cada rato para que el idiota diga lo que tiene que decir, y yo aquí perdiendo mi dignidad coqueteándole como un imbécil, no puedo creer que haya tenido que coquetear tanto… Argh, que voy a hacer con mi vida?!!!” soltó y suspiró

“En mi opinión, el coqueteo era demasiado realista” replicó Dib con una voz suave. “No me gustó para nada…”

“Lo sé, exageré.” Gruñó Frogg

Mientras tanto, fuera del baño, un hombre medio borracho y un mesero enamorado se gritaban cosas, mientras Voltar seguía lamentanto que el plan no estuviera saliendo bien y Amenaza seguía regañando al perro demonio, que estaba lo que se dice muerto de risa

"Apocalipsis! Nunca lo imaginé de tí! Pobre Froggette, no puedes meterte con una dama! No es nada educado. Voy a ir por ella y más te vale pedirle perdón, ok?" El perro demonio puso los ojos en blanco y le hizo cara de perrito tieerno "Awww... No puedo enojarme contigo... Pero más te vale pedirle perdón. Ya vengo."

El pelirrojo escapó de la confusión y corrió al baño, tocando la puerta

“Dib? Estas ahí?” preguntó, y cuando nadie respondio, abrió la puerta. Sentado en el piso, recargado contra la pared, Dib lo miraba con aire de aburrimiento.

“Ahí estas! Y Froggette?”

“Este… Creyó que venía el Comandante y se encerró. Intenté hacerla salir del cubículo, pero no quiere! Es demasiado necia”

“Froggette, quieres salir?”

“No!” gritó una voz desde el cubículo

“El Comandante dice que lo lamenta mucho. Por favor, Froggette, sal.”

“Váyanse, en un minuto voy!” gritó ella.

“Quién entiende a las mujeres?” suspiró Amenaza y sacó a Dib del baño “En fin, vamos a decirles.”

Caminaron al restaurante, donde el Comandante parecía estar al borde de un ataque de nervios.

“Y mi chica?!!”

“Viene enseguida, está un poco avergonzada” explicó Dib y justo cuando decía eso Froggette salió, ligeramente roja y con el labial ligeramente corrido.

“Cariño! Estás bien! Oh, se corrió tu precioso maquillaje!!”

“Es que tenía que tapagme la boca con un papel paga no gitag de la humillación!” Exclamó Froggette “Estoy tan avegonzada! Hasta me puse goja! Que hogog que hayas tenido que veg eso!”

“Ayy no te preocupes, linda, te lo compensaré. Por qué no vienes conmigo a mi casa a tomar un café o lo que quieras?”

“Con todo respeto, Comandante, creo que lo mejor es que cada quien regrese a su casa” comentó Amenaza

“Además su vuelo a París es mañana por la mañana, y es mejor que duerma temprano” agregó Dib.

El comandante pareció entristecerse.

“Bueno… Este es un hasta luego… Cuando regreses de París, preciosa, no dudes en buscarme”

“Lo hagué.” Replicó ella y el Comandante se inclinó para besarla, pero los otros tres la jalaron rápido y salieron del restaurante.