۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

La verdad era que estaba esperando que me trajera la comida y me la sirviera, porque si he de ser sincera, no tenía la menor idea de que hacer… y no sabía si estaba mal o no lo que yo pretendía hacer también.

-"Oye, se supone que cuando vienes a uno de estos lugares eres tu la que decide que va a comer y te lo sirves tu misma... y no tienes que comerte todo lo que escojas, si no te gusta solo lo haces a un lado y ya"-

Me puse roja de la vergüenza. Me sentía como una ignorante, la verdad. Y si, estaba siendo una en ese momento.
Me acerqué y comencé a elegir lo que más me llamaba la atención. Todo se veía tan delicioso…

-"Sabes en este lugar nadie tiene ni idea de quien eres"- Dije una vz que mi plato estaba lleno -"Lo cual podría ser tanto una bendición como una maldición para ti"-

— ¿Por qué maldición? ¿Piensas en verdad que me voy a pasear por todos lados cuando lo mío es estar encerrada, sentada y pensando tonterías? Y a veces no tan tonterías tampoco…

—Bien, pero te estaré molestando todo el tiempo para que me ayudes con ciertas…cosas. — Agarré una cosa que era toda gelatinosa y me la tragué de una. Una delicia para mi paladar. Rico.
Elizabeth o Dante parecía haber despertado. Estaba muy animad@ ese día.

Al escuchar eso no pude evitar escupir el agua que estaba bebiendo, pues en ese momento se me vino a la mente la vez que púso su dedo dentro de mi trasero.

-"Eh...?, si, esta bien"-

—No quiero saber que interpretaste de mis palabras — Entrecerré los ojos y seguí con lo mío. No alcanzaba siquiera a sentarme porque me era inevitable engullir todo lo que caía en mis manos como una desesperada, y, lo peor, es que tampoco me llenaba fácilmente. ¡Culpo a las comilonas de las que estuve presente durante muchos años!

Me senté a verla como se tragaba todo lo que tenia a la mano, era extraño pues lo que comía no correspondía a lo delgado de su figura.

Encontré lo que por fin andaba buscando: Chocolate. Chocolate del amargo.
Me empezaron a doler tanto los pies de tanto estar parada, que tuve que irme a sentar.

—Dante/Elizabeth está inquiet@ hoy.

-"Supongo que tu estado de animo influye en el de el/ella también"- Estire la mano y robe un poco de chocolate de su plato.

-"Te gusta este lugar? Los fines de semana hay música en vivo, por si quieres volver"-

—Ya la sola idea de comer me parece divertida, con música más — Seguí comiendo el chocolate y al ver mi mano, pude ver el anillo de bodas que era de mi madre, lleno de piedritas de zafiro y un diamante principal en el medio, discreto también, pero con un valor desmesurado.
Eso me puso un poco triste. Siquiera había podido verme casarme y mucho menos podría disfrutar de sus nietos. Aun así , me di otro atracón de chocolate por los sentimientos.

Ya me había dado cuenta del anillo desde que fue a ver a su padre el día que nos fuimos, no sabía que era o para que Serbia, pero no quería preguntarle, pues sabia que tendría algún lazo sentimental con su familia y con lo que había dejado en Yellow del norte, y lo ultimo que quería era que empezara a sentir nostalgia.

Una vez que me asegure que había saciado el hambre de mi esposa la lleve de nuevo a casa, los pies le solían así que la cargue de nuevo.

-"Supongo que ahora te debo algunas respuestas"-

Empece a escudriñar entre mis cosas y saque un pequeño marco con el retrato de una mujer, esta era extrañamente parecida a Amaya, solo que algo mayor.

-"Se parece a ti no? Es mi madre"-

Contemplé el cuadro con detenimiento. Pues también era muy parecida a mi mamá. Después de todo, yo era la viva imagen de ella también.

-"Cuando me mostraron una imagen tuya lo primero que se me vino a la mente fue el enorme parecido que tenias con ella, erabastante extraño, pues en el momento que me dijeron; "te vas a casar con ella" lo único que respondí fue; "Esta bien" "-

Ahora también me parecía a la madre de alguien más. La vida está llena de misterios y sorpresas.
Tanto que enterarte de algunas cosas a veces te deja sin palabras , como en mi caso.

-"Al viejo se le va a caer la barba cuando te vea"- Dije al recostarme en la cama

-"Me parece bastante extraño que hayan conseguido un retrato mío, pues hasta donde yo se nunca me he hecho uno"-

— ¿Pero te harás uno conmigo?— Me atreví a preguntar. Tan solo quería un lindo recuerdo.

-"Contigo?"- solté una pequeña sonrisa -"Contigo haría lo que fuera, con tal de hacerte feliz, tal vez suene un poco cursi, pero es para mi un orgullo y una alegría poder llamarte mi esposa, aunque no seas muy afectiva conmigo"-

Sonreí.

—Si supieras lo cariñosa que puedo llegar a ser… me querrías lejos. - Me senté encima de sus piernas - Ahora no te podrás escapar de mi~

-" Emm... Recuerdas loque dijo el doctor...?"- Creo que desperté algo con lo que no estoy preparado para lidiar.

-Ahora no quieres mi tormenta de cariño - Me puse seria - Pero no importa... ¿Sabes? No siempre demostrar amor y cariño es hacerlo. También puede ser tomar las manos de tu amado - Eso hice - Y acariciarselas. O arrimar el oído a su corazón para escuchar sus latidos - Hacía todo lo que le iba diciendo - Como también besarlo muy suavemente.

No estaba preparado emocionalmente para ese tipo de afecto, no era muy común en ella, pero quería esto desde hace tiempo.

Corté todo el rollo de repente y me alejé. Me hice a un lado.

—Pero si no lo quieres…— Empecé a enredar mi largo cabello en mi dedo índice.