۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

—Yo sé que te dije que no siempre se demuestra cariño mediante el sexo. Pero aun así… Las caricias son un paso antes de hacerlo — Le tomé una mano — Y si así lo deseas para finalizar esto , no me voy a oponer , ni me voy a enojar , solo lo disfrutaré.

—Ya ha quedado en mi memoria, marcado a fuego como muy pocas cosas. Y eso es todo un logro. Ya sabes que soy muy dispersa y que en realidad no le presto atención a casi nada si no quiero. Pero esta vez es muy diferente a otras situaciones… ya olvidé incluso que me hiciste llorar, porque me dijiste hace un momento lo más bonito y deseado que una mujer podría oír. ¿Que logro es más importante que una mujer se sienta amada...?

-"Que te sientas amada incluso cuando yo no este, aunque este lejos o simplemente ya no este, por que quiero que cada vez que cierres los ojos lo primero que se te venga a la mente sea este momento, que la oscuridad que proyecten tus párpados te recuerden que en esta habitación oscura había alguien cuyo corazón matiz al unísono con el tuyo y que se detendria si el tuyo lo hacia también"- hice una pausa y me acomode junto a ella de modo que pudiera sentir mi pulso acelerado -"Solo entonces me se tire satisfecho"-

—Entonces no tardarás nada en sentirte satisfecho…

Cada segundo que pasaba, me sentía más y más enamorada.
Era extraño, puesto que hasta hacía unos días seguía pensando en Marcus, pero esta vez era como si él no existiera, como si nunca hubiera estado presente en toda mi vida. Pero ahora ya no importaba… cumpliría mi promesa de no olvidarlo de todos modos, no a él por lo menos, pero sí lo que alguna vez sentí por él.

-"Quiero pedirte de nuevo lo que te pedí antes de venir al el Éste, quiero que mañana cuando despierte estés ahí... eaperandome"-

—Te esperaré, mi amor. Ten la seguridad de que lo haré. Ahora, descansa.

Me despedí de ella como si me despidiera para no volver a verla en mucho tiempo, aunque seguramente dormiría unas pocas horas, para mi en ese momento eta demasiado tiempo, solo me quedo de consuelo que la tendría entre mis brazos hasta que despertara.

Ese fue un día maravilloso que nunca pude olvidar.
Todo comenzaría a marchar excelente a partir de allí. Así que también decidí dormir, pero al despertar simplemente me quedé esperándolo, como se lo había prometido.

Eso sí, me quedé con una interrogante… ¿Qué había pasado que su padre aun no había venido?

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El rey estaba contemplando ese día el clavecín de Amaya. Simplemente extrañaba cuando ella se ponía a tocar aquel dichoso instrumento, del cual él siempre había renegado, pues le molestaba de sobremanera cuando ella pasaba horas y horas ejecutando las notas, a pesar de que el sonido emitido por sus delicadas manos era precioso.
Quería enviarle el instrumento a donde fuera que estuviese, solo que aun Amaya no había enviado ni una sola carta revelando donde se había ido.

Al día siguiente que desperté me encontré con que ella estaba ahí esperándome, como lo había prometido, con esos grandes y hermosos ojos viendome fijamente.

-"Hola"- Dije mientras sonreia, feliz de que había cumplido su promesa

—Te estuve esperando— Contesté con una sonrisa igual de feliz.

Le di un beso en la mejilla y luego metí la cata entre su cabello

-"Por que no es así todas las mañanas?"-

—Serán así a partir de ahora , querido.

-"Te siento aun algo aceitada, y debo aceptar que es por mi culpa, pero no te preocupes... Pienso dejarte muy limpia"-

-Como tu digas - No borré la sonrisa en ningún momento.

Puse la boca en su cuello y empece a lamer y chupar aquel liquido de su piel.

-"No es le método mas practico de hacerlo, ni tampoco el mas rápido, así que tenme paciencia"-

-Me recuerdas a una gata que tuve que hacía lo mismo con sus cachorros - Reí por la comparación.

-"Tu si que sabes como cortarle el rollo a un hombre"- Me detuve por un momento y luego trate de empezar otra vez.

Esta vez me callé la boca completamente y disfruté del momento.
Yo no podía emitir ninguna queja… cuando quería era igual de lanzada.

Trate de que me volviera la inspiración pero simplemente estaba fuera de tiempo, así que tuve que intentar otra cosa, Separe sus piernas y me puse en medio, mirándola directo a los ojos.

— ¿Qué haces? — Me quedé lo suficientemente intrigada como para preguntarle. Aunque la respuesta era más que obvia, pero no caí en la cuenta hasta unos segundos después de formular la pregunta.

-"Improvisando"- Estaba mas que claro que hacer planes no era lo mio, o al menos no cuando se trataba de Amaya. -"Es lo que he estado haciendo hasta ahora... improvisar"-

Le acaricié la cara con un pie.

—Entonces sigue improvisando.

Tome sus piernas y puse ambas en mi hombro derecho, luego acaricie sus pies desde sus tobillos hasta sus muslos

-"Espero no sobrepasarme con esto"-