۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

-"Creo que la pobre chica se quedo muda"- Dijo riendose -"Vas a bautizarla ahora o después?"-

-"Después"-

La regla en esa ciudad es que cuando alguien entrara era para olvidar quien era en el exterior, sin importar que fuera un noble o un criminal, en ese lugar todo se quedaba fuera, pero para permanecer en ella debía usar un nombre nuevo, como un seudónimo mas bien.

Todavía trtaba de caer en la realidad...
No podía creerlo.

—Lo lamento— Balbuceé estúpidamente aun sin dejar de mirar todo.

Recorrimos las calles de aquella ciudad nocturna, la gente de aquel lugar no tenia una etnia propia, pues todos ellos venían de lugares diferentes, era también esa la razón por la que Noctis no tenia una lengua establecida, aunque el español fuera el que predominaba entre sus habitantes.

Fuimos en dirección hacia la torre mas alta, que era la que sostenía la esfera mayor, lugar donde viviríamos de ahora en adelante.

Parecía un muy buen lugar en donde crecerían y vivirían mis hijos. Aunque yo también tenía mis planes para la vida de ellos… a menos que fueran como yo o mejor dicho, quisieran ser como yo: Libres. Y de esa manera mis planes se caerían al piso, pero eso no es que me fuera a molestar tampoco, después de todo quería lo mejor para ellos y sus vidas.

Contaba los minutos y segundos para llegar a donde sería mi nuevo hogar.

No pude evitar notar como Amaya se perdía viendo hacia todos lados contemplando lo extraño que era aquella ciudad, una vez que llegamos baje del caballo llame a la puerta, sin recibir respuesta.

-"Desde que tu padre vive solo es algo retraído, no esperes que habrá la puerta"-

Me había olvidado completamente de mi padre, ya hacia casi un año que no lo veía, solo había mantenido contacto con el a través de cartas, y la ultima que le mande fue hace casi un mes.

-"Entonces entremos nosotros"- Dije mientras ayudaba a Amaya a bajarse.

Me bajé de mi corcel, esperando a que abriera la puerta.
Quien sabe que habría detrás de aquella puerta. Yo solo era una extranjera ahora, una extranjera con una curiosidad insaciablemente enorme.

Habri las puertas de la casa asegurándome de hacer bastante ruido como para que me escucharan adentro. La casa era todo lo que se podía esperar de la guarida de un mago; paredes tapizadas con estanterías llenas de libros, las mesas repletas de frascos con líquidos brillantes en ellos, tazones con ingredientes y condimentos extraños... Un completo desorden en todo caso.

-"Uno podría decir que mi padre se volvió loco y que haciendo toda clase de cosas extrañas aquí... Pero la verdad es que este lugar siempre se ha visto así... Consecuencias de vivir en un hogar sin mujeres supongo"-

Me pare a mitad de la sala y solté un chiflido para anunciar que estábamos aquí.

La verdad que sí, todo era un completo desorden. Solo esperaba que el nivel de desorden fuera mayor al nivel proporcional de suciedad.

-"Creo que no hay nadie en casa, tu padre debe haber salido a comprar o algo, ahora si me disculpan tengo que regresar al campamento antes de que los idiotas a los que tienes por ejercito quemen todo"- Dijo aquella mujer antes de irse.

Entonces nos quedamos solos en aquella torre, para ser sincero estaba algo nervioso por saber que impresiones tenia mi mujer sobre este lugar, pues si quería que se quedara conmigo, tenia que mantenerla feliz.

Empecé a reírme de la nada, con una risita completamente cantarina. Me llevé las manos detrás de la espalda y las junté.

—No debes estar nervioso. No hay motivo para eso — Dije algo luego de tanto silencio por mi parte — A pesar de ser princesa no tengo algunas de las pretensiones de una.

-"Cuando te pones así de tierna pareces otra persona"- puse las manos en sus mejillas -" Ahora que rompiste tu silencio, quiero que me digas cuales son tus impresiones de este lugar. Seguramente nunca has visto algo así en todo el mundo, pero... Te gusta"-

—Sí, obviamente. Es diferente a todo lo que he visto hasta ahora. Principalmente su peculiar orden — Sonreí — Aún así no importa. Si sufriera algún cambio, perdería toda su esencia.

-"Mmm... hablas de toda la ciudad en general o solo de este cuchitril?"- dine riendo.

Empecé a reír también.

—De este lugar al que llamas “cuchitril”. En sí en general todo es hermoso.

-"Me alegro"- Hice una pequeña pausa mientras la miraba a los ojos. -"Quieres ir a ver la ciudad desde su punto las alto? Solo hay que subir como un millón de escalones?"-

—Me gustaría, pero no creo que pueda. Ya sabes… pies hinchados, demasiado esfuerzo. Apenas me entran los zapatos.

-"Será otro día entonces... Quieres que te lleve a descansar? Mi... Nuestra habitación no esta muy alta pero aun tiene muy buena vista desde el balcón"-

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Pregunta: Cuantas paginas puede tener un mismo topic? Por que creía que lo máximo eran 67

—Está bien. Espero que mañana no tenga tan hinchado los pies para poder ir arriba de todo.



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No tengo idea.
En las reglas no se menciona nada sobre eso y tampoco nunca me dijeron que existía un máximo de páginas.

-"Solo espero que no te desepciones con lo que veas en esa habitación"-

Debo admitir que es un poco vergonzoso pero en mi tiempo libre yo era un ratón de biblioteca. Y en mi habitación esto se reflejaba. Aunque no por eso dejaba de ser una habitación de soltero, tenia toda clase de cosas ahi además de libros y pergaminos, incluso tenia un extraño instrumento de doce cuerdas que tocaba a veces, eran cosas que recolectaba cada vez que salía al exterior.

Sonreí dulcemente.
A mi realmente eso no me importaba… Lo único que esperaba es que hubiese el espacio suficiente como para que cupiera una cuna.

La lleve hasta una habitación adyacente que se conectaba a través de un pasillo dentro de la misma habitación, esta estaba vacía a excepción de una hamaca y un gran balcón que daba vista de la ciudad.

Esta vista desde ese punto revelaba que las calles de ese lugar no eran rectas, sino que estaban acomodadas en forma de espiral, cada una de forma paralela con la otra.

-"Sabes, habia estado evitando hacerte esta pregunta, pero... Cuantos hijos quieres tener?"-

Me sorprendió bastante aquella pregunta.

—Nunca había pensado en eso realmente. Ni siquiera había pensado en tener alguno siquiera. Principalmente se debe a que pensé que había heredado la dificultad de tener hijos de mi madre.

-"Pero ahora tienes uno en camino, y dices que quieres un niño... Pero si es una niña, vas a conformarte con eso o vas a embarazarte hasta darle un desendiente varon a tu varón?"-