۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

-La estoy protegiendo de unos "sacerdotes" de una secta del Oeste que mandan demonios para atacar en sueños a Lucifenia. Quieren matarla de ese modo para que nadie se de cuenta ni entere de ello... Son los mismos que mandaron a ese hombre que me mató a mi. Ten cuidado con ellos , son muy peligrosos y cuida de Amaya. No sé cuanto tiempo más voy a poder evitar que asesinen a Lucy.

-"Lo haré... Estoy tan cerca de descubrirlos, y cuando lo haga te prometo que los detendre, todos y cada uno de ellos pagaran por sus crímenes"-

-Está bien. Gracias por haber sido tan bueno con mi prima y la tonta de mi hermana.

-"Ha sido un placer para mi"- dije despudiendoma antes de que Ladelly se desvaneciera con lo ultimo de aquel vapor.

Regrese a la habitación para buscar la mascara que Amaya me había conseguido, y fue para mi disgusto ver que lo que dejo era lo contrario a lo que necesitaba. La mascara seguramente había sido usada por Amaya en alguna fiesta, así que si me veían con ella inmediatamente la habrían de relacionar con nosotros, y eso era precisamente lo que trataba de evitar.

-"Tendré que buscar otra cosa... Tal vez pueda conseguir un uniforma de guardia"-

Salí de la recamara rumbo al sótano del palacio, donde los guardias dormían y robe un uniforme completo.

Mientras tanto , estaba muy concentrada en entretener al rey conversando sobre Eli y a la vez del tema importante en cuestión , todo para retrasarlo.

-Hay algo que debo decirte sobre la muerte del Duque... Y eso es que yo creo que fue él quien puso el veneno en la copa de la que bebió mi madre , la reina. ¿Quién otro habría de haber sido si ninguno más tenía la marca y al final acabaron muertos? Cosa que el destino del anterior duque no fue igual al de esas pobres almas infortunadas.

Tome los pasadizos secretos del palacio para salir y me escsbulli hasta las barracas a esperar a que empezaran con la distracción, y así poder meterme sin que se dieran cuenta.

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Marcus le habia hecho llegar sus comentarios al rey respecto a la posible infiltración entre las filas de su ejercito, y que era imperativo revisar cualquier irregularidad lo antes posible, pues si le daba mas tiempo al enemigo de reponerse de aquel golpe que recibió al perder a sus aliados en el consejo podía ser algo catastrófico.

El rey estaba hasta el cuello de los problemas y no sabía como reaccionar ante semejantes noticias , tanto las de Marcus como las de Amaya.
Por lo menos ya no debía preocuparse de buscar a un culpable por lo de su amada esposa. Ahora podría ir a dar la cara a su tumba en el panteón familiar.

Sintió por un momento que iba a colapsar , pero se mantuvo firme y dio la autorización para que revisaran las lenguas de los guardias.

Una vez que empezaron con la revisión me puse el uniforme para entrar sin llamar la atencion.

La vigilancia se había diezmado debido a que casi todo el mundo estaba formado y esperando ser revisado así que no hubo problema para llegar a aquel sótano. Pero una vez adentro me di cuenta que no estaba solo, y que aquella persona estaba muy ocupada quemando papeles.

Estaba tan concentrada en la tarea que estaba haciendo el mismo rey por su cuenta, debido a que lo quería ver él mismo, que no presté atención a nada más.
Eli comenzó a llorar de repente y cuando me quise dar cuenta, una lanza había pasado por al lado de mi mejilla, dejando un leve corte en ella que comenzó a sangrar. Y en vez de preocuparme por eso, inmediatamente busqué a mi padre, el rey.
Cuando vi lo que le había sucedido… uno de los guardias lo había traspasado, otro estaba siendo sujetado por otros guardias.

— ¡TRAIDORES! ¡DOS TRAIDORES! — Exclamaron de repente. Las órdenes directas ante una cosa así era matar enseguida a los atacantes. Y eso fue lo que hicieron, antes que yo pudiera decir algo.

Me temí lo peor: El rey ahora moriría sin antes hacer las leyes para que yo pudiera ascender al trono.

— ¡Llamen a la guardia especial! — Exclamé recordando a ese sujeto que podía curar heridas con ese brillo misterioso que emanaba de sus manos. Me acerqué corriendo hacia mi padre. Aun estaba vivo y respiraba, pero la herida se veía bastante fea — ¡El que esté a cargo! ¡Siga revisando! ¡Y que nadie se mueva hasta que llegue la guardia especial!

Me acerque lo suficiente para contemplar que era lo que estaba sucediendo, y lo que encontré fue que aquella persona estaba tratando de incendiar todo el archivo.

Inmediatamente deduje que ese hombre era un infiltrado, y que lo que hacia era destruir toda la evidencia que pudiera llevar id hasta los responsables de todo esto.

El fuego ya había alcanzado tal intensidad que la sola idea de intentar apagarlo era algo imposible, pero no tenia tiempo que perder, tenia que sacar cuanto pudiera rescatar. Pero antes tenia que deshacerme de aquel sujeto, así que tome una las muchas armas que servían como ornamenta en las paredes de aquel edificio y le atravese el cuello a mi enemigo por la espalda.

El tiempo se me acababa, así que tome todo lo que estaba archivado en la letra "A", pues ahí debía estar todo lo relacionado con el reino Amatista, y salí de ahí antes de que el fuego consumiera todo.

Absolutamente nadie se movió de su lugar. Si había más traidores, no se arriesgarían a mover un dedo luego de esto. Ya habían aprovechado su oportunidad. Y también casi me mataron a mí.

En eso, vino el tipo de la guardia especial y comenzó a analizar inmediatamente la herida, aun sin haberle dicho nada. Puso sus manos y cerró los ojos.

—El daño es grave. Hay que llevarlo de aquí. Y usted con nosotros, es un peligro dejarla expuesta a usted y su hija… — Alzó la mirada y los observó descaradamente a cada uno de los nerviosos guardias — Quién sabe si no hay más granujas entre todos ellos, aun sin descubrir.

Se aseguró que cuatro guardias que no tuvieran la marca en la lengua cargaran al rey y se lo llevaran rápidamente hacia su habitación. Debían atenderlo con suma urgencia.
Yo fui a la par de ellos.

Una vez afuera me di cuenta de que había un gran revuelo en ese lugar, pero no podía arriesgarme a que me descubrieran, así que salí de ahi y regrese al palacio a través de los pasadizos.

Una vez adentro fui a la biblioteca y me tire en el sillón, para tratar de calmarme un poco, había matado de nuevo a una persona y eso significaba que tendría esas horribles pesadillas otra vez.

Tuvieron cuidado que la lanza rota que había quedado incrustada al costado de su cuerpo , justo por debajo de las costillas , no se moviera de su lugar , para , según palabras del tipo al que me dijo que se llamaba Octo , no se produjera una hemorragia masiva aun peor de la que ya tenía mi padre.

Al llegar a la habitación , lo acostaron , le quitaron la ropa para que Octo revisara mejor la herida.

-Princesa , usted que seguramente debe ser más delicada... necesito que vaya sacando la madera muy lentamente.

-¿Pero no dijo que no tocáramos aquello?

-Confíe en mi. Yo voy a poner mis manos alrededor de la herida. Le iré diciendo como debe hacerlo y cuando ¿De acuerdo? Y por sobretodas las cosas , no se asuste... y vomite.

Asentí , muerta del miedo , pues no era hora de torpezas. Debía hacerlo perfectamente si no quería que el rey pereciera.
Le di a Eli a una criada para que la sostuviera.

Los guardias sujetaron a mi padre para que no se moviera.

-Bien... Ahora debe ir sacando la lanza muy lentamente y cuando le diga que pare , lo hace.

Obedecí , pero me dio tanto asco la herida , la sangre y su olor que no pude evitar tener náuseas.

-Tranquilo papá , ya verás que todo saldrá bien - Arrugué un poco la cara , haciendo una expresión de dolor y llanto.

Como sospeché , Octo empezó a emanar un brillo blanco de sus manos nuevamente y la sangre poco a poco fue dejando de correr.

-Para... - Me dijo firmemente. La luz aumentó en intensidad y luego bajó - Sigue.

Así estuvimos hasta que finalmente el trozo de madera junto con la punta de la lanza salieron de una vez por todas.
A pesar de todo , Octo siguió curando la herida , pero se lo notaba exhausto. No debía hacer preguntas , por el momento.
Luego , de un bolsito que traía colgando de la cintura , sacó unos paños con los que limpió la herida y un líquido verde con trocitos de hierbas , medicinales seguramente , y se la puso en la herida que había dejado de sangrar.

-Por fortuna no atravesó ningún órgano vital , pero casi. Lo peor fue detener el sangrado , pero ahora ya está bien. Solo hay que cuidar que no se le infecte la herida y limpiarla regularmente con mucho cuidado para que la sangre restante no se pudra. Luego colóquenle esto - Me dio un tubito de vidrio con la solución - Ah , princesa - Apoyó su mano en mi mejilla y curó el cortecito , el cual se cerró completamente - Ahora debo ir a descansar.

-¿Como puedo agradecerle! - Exclamé un poco alterada.

-Cuidándose - Sonrió y se fue.

Quería esperar hasta que Amaya estuviera de vuelta pero la ansiedad me gano y empecé a leer lo que había en aquel archivo, que para mi sorpresa, era mas de lo que esperaba.

Como sospechaba, en menos de diez años la corte real del oeste había sido... "relevada", pues por alguna u otra razón los miembros o habían muerto o estaban en prisión, todo hasta llegar al miembro mas importante, El rey.

Otra cosa que pude notar y que llamo mucho mi atención era que entre los miembros de la corte había un apellido bastante recurrente, pero lo que mas me llamo la atención fue uno de los nombres que ostentaba ese apellido... Una mujer llamada morgana... Una coincidencia así a estas alturas era imposible.

Le pedí a la criada que trajera lo antes posible la carreola de la pequeña Elizabeth para colocarla allí. Una vez pasado un minuto, llegó con la misma y puse a la niña allí y me eché a correr como una desquiciada por los pasillos hasta llegar a mi habitación.

— ¿Dónde se habrá metido? ¡Biblioteca! — Sin cambiarme ni enjuagarme ni nada, volví a reanudar mi rápido paso con Eli llorando a diestra y siniestra. Entré a la biblioteca… no quiero imaginar mis fachas, pero eso sí, estaba toda ensangrentada — Nos quisieron matar a mí y al rey.

Al verla toda ensangrentada casi me da un infarto, el solo pensar que algo le hubiera pasado... -"Están bien? Estas herida?"-

-Estoy perfecta... Luego te cuento ¿Encontraste algo?

-"Encontré algo... Mas bien a alguien"- fui a los archivos y le mostré todo lo que había descubierto.

-¿Morgana? ¿Pero ella no era...? ¿Entonces eso quiere decir que...? ¡Y encima la dejaste ir! ¡Idiota!

-"Como diablos supiste que la deje ir?"- que yo recuerde nunca le mencione tal cosa, ni siquiera hable del tema.

-No lo sabía , quería confirmarlo. ¡¿LO HICISTE EN SERIO?!

-"No..."- ciertamente estaba en un predicamento, pero aunque tratara de ocultar la verdad no había modo de evitar dar explicaciones.

Sabía que me estaba mintiendo. Así que no valía la pena seguir con eso , por lo tanto me fui de la biblioteca a la habitación para preparar mis cosas para bañarme y cambiarme.
Obviamente , le dejé a Eli allí en la biblioteca a propósito.

-"Espere a que Amaya saliera de la habitación y fui a recoger a Eli.

-"Parece que hicimos enojar bastante a tu mama Eli... Pero ella no sabe que hago las cosas con un fin, y lo único que podia ganar asesinando a esa mujer es que despues de matarla enviarian a otro demonio peor a completar el enviarían, pero a tu madre no le importa eso, ella solo quiere verla muerta por que esta celosa de ella, no crees?, ya sabes por lo que le hizo al escultor ese... Yo se que me juro amarme solo a mi... Pero aun tengo mis dudas.

Elizabeth tan solo se limitó a mirarlo. Siquiera chilló o lloró.
Un tiempo más tarde Amaya volvió nuevamente a la biblioteca , pero esta vez presentable y limpia.

-Bueno... Lo que te iba a decir - Me aclaré la garganta - Si había guardias traidores , puesto que aprovecharon la oportunidad que se les dio al estar mi padre expuesto revisando , por caprichoso , personalmente las lenguas de ellos. Lo atravesaron con una lanza y casi muere desangrado , pero gracias a Octo de la guardia especial pudimos estabilizarlo.