The Frontiers [PRIVADO YSY-Evil-perro-House]

—He decidido que lo mejor por el momento es que deje de lado un tiempo el tema de las giras y todo lo que tenga que ver con eso…
>>La verdad es que desde los 14 años estoy así, sin tomarme descansos, escribiendo, componiendo, haciendo ensayos extenuantes y prácticamente sin dormir. Supongo que es para no pensar en… ciertas cosas. Siquiera soñarlas.
>>Yo no sé lo que es dormir temprano, en paz, sin ansiedad y miedo. Siempre espero que alguien salga de la oscuridad de la habitación y me haga algo.
>>Mi único deseo en toda la vida fue tener una familia a la que yo pudiera amar, me acompañara y apreciara — Desvió la mirada— No quiero posponer una cosa así, algo que significaría todo para mí. Siempre estuve esperando el momento, pero jamás tomé la iniciativa para buscarlo. Ahora es diferente— Entrecerró los ojos.

-Si de verdad eso es lo que quieres... entonces te daré la familia que tanto has deseado, tendremos muchos hijos que correteen por toda la casa, y cuando no quepan en la casa nos mudaremos a otro lugar... si no has vendido tu mansión para entonces te daré un hijo para poner en cada habitación!-

— ¡Hey! ¡Tranquilo! Pareces más emocionado que yo incluso— Rió. Se puso a pensar como haría para no trabajar en todo ese tiempo, pues no quería reconocerlo en ese momento, pero era una adicta al trabajo incurable. Su mánager tampoco se pondría muy feliz con la noticia; no sabía cuál sería su reacción; era mejor mantener todo en secreto, así no llegaba a sus oídos.

Todos pensaban que ella odiaba a los niños por su mal genio, pero era todo lo contrario, era lo que más le gustaba, por la ternura que le causaban. Así que cuando todos se enteraran de la noticia, más de uno se llevaría una gran sorpresa y hablarían semanas sobre eso en la TV. Le preocupaba que Sven no pudiera acostumbrarse a eso o siquiera tolerarlo, que quisieran sacarles fotos, hacer entrevistas, seguirlos hacia todas partes donde fueran...

-Eso ultimo era un broma... pero es que es genial pensar en ello, te imaginas?, un pequeño bodoque risueño de ojos bonitos como los tuyos... de voz angelical y rasgos delicados que nos alegre la existencia-

>>Solo imaginativo en tus brazos, buscando tus manos con sus delitos inquietos tratando de meterse a la boca todo lo que ve, imaginativo verlo crecer, caminar hasta la cama a mitad de la noche y meterse entre las sabanas, llevarlo a la escuela y recogerlo en la tarde, ir a la playa con el y verlo descubrir el mar y la arena, ver su reacción al comer cosas dulces y arrugar la cara cuando conociera los sabores ácidos... solo imaginarlo y dime si no es emocionante-

—Lo he imaginado todos estos años, cariño— Contestó tranquila. Tuvo que limpiarse los ojos porque sus lágrimas de emoción comenzaron a salir, sin que las pudiera contener de alguna manera.

Recordó como cuidaba de los niños más pequeños en el orfanato, llegando a muchos extremos para salvaguardarlos, incluso entregando su dignidad a cambio. ¿Por qué no habría de hacer lo mismo con su futuro hijo? O hijos.

Terminó la pequeña porción que se había servido en el plato.

-Ahora imagina que eso pronto dejara de ser un sueño, que sera realidad... después de casarnos en la playa, de haber pasado cientos de días conociéndonos hasta lo mas intimo, de haber hecho el amor hasta el cansancio innumerables veces y haber recorrido la Génesis de punta a punta juntos... te dije el día que nos conocimos que estabas equivocada cuando decías que ya nada te podía sorprender... te voy a sorprender todos los días, ninguno sera igual al otro, a veces ni siquiera sabrás que esperar!-

—Pero si me sorprendes desde el primer día, cariño— Contestó con una gran sonrisa. Por primera vez veía el futuro con gran optimismo y no debía hacer un esfuerzo titánico para divisar esas imágenes en su mente— Aun cuando no lo intentas, lo haces.

Hizo una pausa y recapacitó.

—Yo también debo cumplir con mi parte, supongo. No es que aporte demasiado con mis berrinches tampoco. Pero prometo que buscaré y encontraré la manera de no hacerte sentir mal con mi prepotencia. Quiero que esa sea mi sorpresa para ti… el día que no tengas que ver nunca más esa parte tan odiosa de mi personalidad. Ni tu ni nuestros hijos...

-No eres emberrinchada... no tanto- Le agarro las manos, para mostrarle sus propios dedos. -Hiciste berrinches al hacer la comida?, tal vez... pero la terminaste y te quedo deliciosa, creo que ese es un gran avance para haber sido la reina de las divas hace un par de semanas- Se llevo otro pedazo de carne a la boca, para demostrarle que le había encantado la comida.

—Querido, aun sigo siendo una diva— Sonrió— Bueno, tal vez no tanto ante ti, pero tenía que saber lo que era ser una y sacarme el gusto— Hizo una mueca de dolor por los dedos. Le dolían y ardían a la vez— Qué bueno que te gustó. Hacía mucho no cocinaba algo, siquiera para mí misma… Todo me resulta tan curioso y desconcertante a la vez… Al mismo tiempo que me sorprende volver a efectuar viejas costumbres que creí que nunca más iba a hacer, por un motivo u otro.

Clavó los ojos en el techo.

— ¿Disfrutaste de mi arete? ¿No sentiste “algo”?

-Ahora que lo mencionas... tu arete al hacer contacto con un mineral combustible hizo reacción y provoco que el mineral se calentara a los pocos segundos y luego ardiera... si sentía algo después de eso... no podría asegurarlo pero a veces pareciera que tiene luz propia, cuando menos lo pienso se siente también como si estuviera caliente e incluso creo que salen ciertos sonidos de él... muy tenues y difíciles de escuchar... tal vez es solo mi imaginación-

Se saco la cadena de entre la ropa, del cual colgaba el arete junto con su identificación.

-No olvide lo que tenia que darte... de hecho esta aquí, dentro de mi placa-

La identificación que universal le daba a sus soldados era una especie de disco duro, que cuando se aprobaron los implantes rastreadores se dejo de utilizar como eso y paso a ser solo una credencial, Sven había abierto el suyo para convertirlo en un relicario, donde guardaba su posiciones mas preciada.

Separo la placa y la dividió en dos, sacando de su interior una fotografía impresa en un método antiguo, en papel plástico.

-Vez este de aquí, soy yo- Le mostró la fotografía, que tenia muchos dobleces y empezaba a desgastarse en ellos, formando cuadros blancos donde la película se estaba cayendo. La fotografía era de un muy joven Sven, de entre seis y ocho años acompañado de una mujer cuyo rostro no se veía completo, pues la fotografía solo abarcaba hasta la barbilla y parte de la boca, estaba sonriendo, ademas de que se veía la sombra del fotógrafo. -Yo no recuerdo cuando fue tomada, no recuerdo nada de mi infancia... pero creo que ella es mi madre, y el que tomo la foto es mi padre... no veía esta foto muy seguido por que temía que me la quitaran, ademas de que cada vez que la doblaba y la desdoblaba la desgastaba mas... quiero que tu la tengas, así te das una idea de como puede ser nuestro hijo si resulta ser un niño-

Ahora tenía que pensar la manera de guardar esa foto para que no se arruinara por completo. La cuidaría con su vida, y la haría preservar a través del tiempo. Quería que durara tanto como fuera posible, así sus niños tendrían la posibilidad de verla también.

—Gracias por confiármela, cariño. Te prometo que la cuidaré con mucho amor… y qué lindo sería que nuestro hijo sea igual de guapo que tu— Comentó riéndose, mientras observaba la fotografía con lujo de detalle.
>>Por cierto, ahora que me das esto… No quiero que me devuelvas el arete. Mi deseo es que lo lleves siempre contigo. Gracias a él podrás escuchar el sonido de mi voz aun si estamos a miles de kilómetros de distancia, mientras yo tenga puesto el otro también. No sé por qué sucede eso, pero es un secreto que siempre me lo guardé para mí y que esperaba el día en el que pudiera contárselo a alguien. Suena muy loco, pero es verdad. De alguna manera, hace que se amplifique el sonido también… es tan extraño. Lo que si noté es que el cuarzo reacciona ante los estímulos, principalmente sonidos. Pero bueno, tal vez es solo yo y mi gran imaginación.

-Si no te importa que lo use para espiarte...- bromeo. el hecho es que le sorprendía que esos aretes tuvieran esa clase de propiedades "mágicas". -Tendré que perforarme la oreja... o el pezón... ¿Que es lo que esta de moda ahora?-

—Ponérselo en los genitales— Bromeó. Aunque era verdad que había gente que se ponía cosas ahí abajo— En realidad no hace falta que lo tengas en la oreja, basta con que lo poseas y ya está. Ya entenderás lo que te digo cuando lo experimentes, guapo.

Se paró para recoger los platos vacíos e ir a buscar el postre.
Se quedó pensando, en cómo podía ser posible que un simple cuarzo pudiera hacer eso… aunque ese cuarzo siquiera estaba registrado tampoco en ningún lado. No sabía ni de quienes los había heredado, posiblemente de su madre biológica, pero no quería pensar en eso si era así, pues acabaría tirándolos a la basura por el mismo resentimiento que le tenía si descubría eso.

-Esta bien, sin perforaciones...- Dijo resignado -Pero siempre esta el riesgo de perderlo en un movimiento brusco, es un arete a fin de cuentas y los aretes tienden a caerse y perderse-

Se quedo pensando un momento en ello.

-En Universal son muy fanaticos a meterte cosas dentro del craneo para que no se te pierdan por accidente... ahora que lo pienso no es tan mala idea-

Se paso el aprete por la nuca, como si tratara de calcular donde tendria espacio para otro implante.

-Pero asi cuando hablara contigo frente a frente te escucharia dos veces... mejor no, buscare como hacer para que no se caiga, tal vez me haga otro relicario... deberia tener tambien una fotgrafia tuya para ponerla dentro tambien!-

—Recuerda que solo reacciona ante estímulos fuertes. Aun así, no quisiera que te metieras otra cosa en la cabeza…— Lo decía en serio— Pero supongo que un relicario está bien. Y me tomaré una fotografía para que la lleves a todos lados y me tengas contigo.

Abrió el refrigerador y sacó los postres, para después ponerlos encima de la mesa.

-Es muy temprano para el postre, no crees?- Le dijo con una pequeña sonrisa en los labios, tenia otra cosa en mente. -Por que no aprovechamos el dia para ir por tus cosas y de regreso ir a hacer algo... no se... podriamos ir a recorrer la ciudad, algun lugar que quieras mostrarme-

>>Hay que hacer todas las cosas que no puedas hacer despues, si no es ahora cuando?

—Como quieras. Tengo tiempo y energías de sobra para hacer lo que sea y para llevarte a los lugares más hermosos que Génesis nos permitan ver— Recogió la playera del suelo y se la volvió a poner, pues andar en topless no era una opción de un barrio de militares y familias. Igual se robó una galleta que había hecho y puesto en la panera y se la llevó a la boca— Te aseguro que puedo hacer hasta lo imposible incluso muriéndome.

La costumbre de hacer uso y abuso de su buena salud física.

-Oye, oye... nadie te esta pidiendo que hagas nada complicado, se supone que hacemos esto para divertirnos... Si no es para relajarte entonces es que estamos haciendo algo mal-

Se puso de pie y empezo a caminar hacia la puerta.

-Te importa si condusco yo esta vez?-

—Mientras no nos pare la policía para pedirte el carnet de conducir, todo bien— Comentó bastante divertida. Aunque le llegaban a multar y sacar el auto por eso, lo mataba. Ese auto había sido uno de los primeros que compró con mucho esfuerzo, el tercero tal vez. No era un modelo muy reciente, pero fue lo suficientemente lindo a su gusto como para gastar en él.— ¿Te quieres hacer el galán conduciendo un descapotable? Vaya, vaya... a cuántas les habrás hecho lo mismo.

-Cariño, un descapotable en Universal es como una bicicleta en el espacio exterior y lo único que habría logrado subir al auto serian toneladas de ceniza de los hornos-

Tomo las llaves y abrió la puerta.

-Pero si tenia una moto... a cuantas logre llevar conmigo lo dejo a tu imaginación-

Frunció un poco el seño cuando escuchó aquello último. Decir que era celosa y algo posesiva, era poco. Y que no le dijera que lo pasado era pisado.

—Esas cosas no funcionan conmigo— Fue lo único que dijo y se cruzó de brazos por un segundo. Luego se subió de un salto al auto y empezó a mirar hacia otro lado, ignorándolo.
Prendió el estéreo y empezó a sonar pop del año verde.

-Oh vamos, solo estoy jugando contigo-

Encendió el motor y se puso los lentes oscuros de ella, sabia que se vería ridículo y afeminado con ellos, pero solo quería hacerla reír.

-Ya te dije que no tenia experiencia real con mujeres antes de conocerte... había leído el Marques de Sade y eso era todo el conocimiento sobre sexo que tenia... muy extenso y detallado en teoría, pero nada de practica-

— ¡Eso es aun peor!— Exclamó. Nunca había terminado un libro del Marqués de Sade… se sentía mala persona cada vez que trataba de sumergirse en ese mundo que para ella era algo retorcido— Utilizaste tus conocimientos perversos y sádicos para acostarte conmigo. Mira de lo que me vengo a enterar— Dio vuelta la cara otra vez, para solo sonreír. Quería ver que le decía.

-Lo dices como si hubiera usado una especie de artimaña, o truco mental... mis "conocimientos" como los llamas, no los utilice hasta que no estabas boca arriba en un colchón con las piernas abiertas-

>> O es que de haber sido como piensas habría alguna diferencia?, no hubiera valido la pena si te hubiera seducido con los conocimientos de un pervertido muerto hace cientos de años?.

—No, ¿Sabes que no? Aun siendo un virgen no me hubiera importado que te acuestes conmigo usando lo que tenías, como te hubiera salido, más que como sabías según lo que dijo un viejo perverso del año del queso… Pero bueno, ya déjalo ahí— No quería profundizar en el tema. Ahora sí estaba molesta de verdad. El tema del sexo para ella era muy delicado aunque pareciera que siempre se lo tomaba a la ligera.