۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

-Hay que contarle. Pero debo advertirte que presionará por participar en esto con tal de vengarse.

-"Entonces cuéntale todo"- le dije mientras me ponía de pie -"al menos sus deseos de venganza le darán motivos para vivir"-

le acaricie la mejilla y camine hacia la puerta

-"Amaya no me lo tomes a mal pero creo que tu y yo ya tuvimos suficiente de asesinos del demonio por un día, igual si pasa algo sabes donde encontrarme"-

Pase por la cocina y tome una de las botellas que había seleccionado anteriormente para después irme a mi habitación a tomar un largo baño

Estaba muerta del cansancio y me dolía la cabeza. Aun así , me tomé la molestia de ir a la recámara de mi prima y con una sutileza que nunca había empleado con alguien , le conté toda la verdad sin tapujos y sin omitir absolutamente nada.
Esto hizo que una llama de intenso odio se asomara por sus ojos carentes de alma y reaccionara como nunca pensé en mi vida...

Me contó el sueño que había tenido con Ladelly. Cada vez que esta se dormía , Ladelly se encargaba de darle información. Finalizó la conversación con un : "Ladelly nos ayudará y protegerá , y luego descansará en paz".

También me fui a dar un baño. A pesar de la molestia en mi cabeza , no podía dejar de pensar. Y la ansiedad me carcomía por dentro.

Llevaba media botella cuando incontables epifanias asaltaban mis pensamientos, hundi media cabeza en el agua y comnze a hablarme a mi mismo

-"Recuerdas cual era el plan antes de venir aquí?... Formar un lazo de sangre con el norte y no morir en el intento. Nadie dijo nada de hacer que me matara un sujeto con poderes demoníacos, aunque creo que vale la pena, por ella, aunque solo juege conmigo... Joder"-

Cuando terminé de bañarme con aceites perfumados y pétalos de flores flotando por el agua caliente , me ayudaron a secarme y vestirme nuevamente (cosa que nunca me dejó de irritar en toda mi vida).

Era ropa de cama... como si yo quisiera dormir. Hasta mis camisones eran exageradamente voluptuosos en las mangas y zona del cuello. Suspiré pesadamente. Me invadía ese estúpido pensamiento si en verdad quería ser reina o una persona libre , pero muerta de hambre.

Salí de la bañera y me vestí para salir, ya había dormido todo el día y con todo lo sucedido me era imposible quedarme a esperar a que ese sujeto viniera a tomarnos con la guardia baja.

Salí por la ventana, pero esta vez por encima de los tejados y me senté en un de los balcones de los edificios mas altos.

No pude pegar un ojo en toda la noche. Lo único que hice fue pensar , pensar y pensar hasta que llegué a un punto en que la cabeza casi me explotó.

Esa misma mañana , me enteré que la organización del casamiento se había reanudado. Y que el vestido ya estaba listo (cosa que me llamó bastante la atención , pues generalmente el diseñador se tarda como un mes en hacer los del día a día y no una semana entera para el más importante) y debía ir a probármelo.

Luego debía ensayar los pasos de baile , a pesar de que no era muy agraciada haciéndolo y eso le ponía los pelos de punta a mis tutores. Aunque en parte lo hacía a propósito , por pereza.

Más tarde , tenía que fijarme si el diseño de la nueva tiara debía sufrir modificaciones , porque eso iba según a mi gusto personal también.

En fin , muchas estupideces.

Empecé por lo primero y me fui a probar el vestido. Me iba perfecto. Era realmente precioso , con detalles tan numerosos que no me alcanzarían las palabras para describirlo.

Cuando me miré al espejo , no daba crédito a lo que estaba viendo. Me entristecí enseguida , porque era el comienzo de mi condena y la casi renuncia a todos mis sueños.

La noche había sido devorada para dar paso al nuevo día y yo me encontraba en mi punto de guardia tratando de hacer que mi cráneo hablara conmigo, por alguna extraña razón se había mantenido en silencio toda la noche.

-"Entonces no vas a ayudarme... eh?"-

-"Quieres mi consejo? deja que ese asesino haga su trabajo"-

-"Y como podria eso ser algo bueno para mi?"-

-"Si sigues interponiendote en su camino solo lograras que te mate, crees que vale la pena morir por ellos? o por ella? Si ese hombre tiene éxito eliminando a la familia real tu rey no tendrá motivos para continuar con esta guerra, y ese, aunque parece que ya se te olvido, es nuestro objetivo."-

-"Y quieres que la deje morir..."-

-"Tu mismo lo dijiste, aquellos a los que intentas proteger mueren o tratan de matarte y si ella no muere ahora, solo sera cuestión de tiempo para que trate de deshacerse de ti"-

No respondí a eso, por mucho que me desagradara esa idea, el nunca se equivocaba.

Al final fui a ver como había quedado la tiara. Otra obra de arte.
Estaba rodeada de artistas. Sentía que yo no era capaz de hacer nada por mi misma , sin que vinieran a ayudarme. Siquiera sabía vestirme correctamente sola.

El mundo a mi alrededor solo se desmoronaba trágicamente. Y temía perder a mi familia , no como reyes ni nobles , sino como seres humanos.
Debía proteger a Lucifenia como fuera. Sentí que era lo único que me quedaba en el mundo...

Una vez que terminé la rutina y quedé libre de toda atadura , fui a hablar con el rey. Le dije que si quería mantener a salvo a Lucifenia , debía ocultarla en una de las tantos cuartos secretos del castillo. Seguramente hablé muy bien , pues me dio la autorización de hacer lo que se me plazca.

Así que ese día me dediqué a esconder a mi prima , esperando a que ese sujeto nos buscara...

Tenia que tomar una decisión y tenia que tomarla antes de encontrarme de nuevo con el, pero en mi cabeza no había nada claro.

Antes que nada tenia que hablar con ella, así que fui a buscarla, siguiendo la presencia del ópalo que le había regalado llegue a una de las tantas habitaciones que había en el palacio, sin embargo no entre ni llame a la puerta solo recarge la frente en ella, pensando en que hija a decir, y de paso esperando poder escuchar algo.

Las primas hablaban entre sí.

-Estaré presente en tu boda apoyándote. Debe ser difícil para ti... tal vez a mi me espere el mismo destino dentro de poco. Pero no hablamos de mi ahora ¿Ya está el vestido?

-Si , está. Me lo probé hoy.

-¿Que piensas al respecto?

-Miles de cosas , Lucy. Me gustaría que esté Ladelly en este momento , viendome crecer y convertirme en una mujer...

-Ladelly está con nosotras , ya te lo dije. Me habla todas las noches a través de mis sueños.

-Aun así no creo que me perdone...

-Se lo preguntaré hoy , durante la siesta.

Hubo silencio.

-Estoy confundida. Me siento agobiada y asustada. Por eso quiero protegerte ¿Sabes? Siento que eres lo único que me queda. La única que me entiende y no me prejuzga. Y a la única persona en quien puedo confiar plenamente. Pase lo que pase , estaré siempre aquí para cuidarte , como si yo fuera tu madre. No voy a dejar que ese tipo te haga daño y te arrebate de mi vida.

Lucifenia agachó la cabeza. Le extendió el ópalo que llevaba Ladelly.

-Yo no merezco esto. Quédatelo tu.

De cierto modo ya lo sabia, sabia que ella no quería casarse conmigo, que yo era solo una amenaza para su libertad y para la vida a la que estaba acostumbrada, pero lo que mas rabia me daba era que me tenia como idiota pensando en que valía la pena morir por ella, cuando solo me tenia cerca por que me necesitaba.

Tenia que tomar las decisiones acertadas, mi vida no era la única que estaba en riesgo, si ese sujeto me mataba eso solo le daría el pretexto perfecto al rey del Este para mandar a todas nuestras tropas a la guerra, tal vez sonara algo egoísta, pero comenzaba a pensar que hacer lo que mi cráneo sugería era lo mas sensato.

Respire por un segundo y llame a la puerta, intentando con todas mis fuerzas que mi rostro no reflejaran el odio y la amargura que la parte mas negra de mi alma podía expresar.

Me sobresalté bastante cuando tocaron la puerta. Suspiré por un momento y dudé si ir o no a atender. Sinceramente mi ánimo estaba por los suelos y sentía que solo era una pobre estúpida que estaba metida siempre en los líos de todo el mundo.

Me paré y abrí la puerta con la cabeza gacha.
Tenía el ópalo del golem de sangre en la otra mano.

-"Pareciera que estabas esperando a alguien"- Le dije sin hacer un solo gesto -"Supongo que en este momentos mi presencia nos es oportuna, pero es que el otro día olvide decirte que hicieras una barrera de sal y tierra de panteón en cada compuerta y ventana"-

No tengo ida de por que sigo ayudandola, sin embargo ya que estoy haciéndolo, mas vale hacerlo bien.

-"Y también para darte esto"-

Tome el ópalo del golem de fuego y se lo ofrecí.

-Está bien... - Acepté la sugerencia sin chistar y tomé el ópalo con suavidad. Ahora tenía tres para aguardar a que viniera el peor momento - No debes sentirte obligado a hacerlo - Ni siquiera se porque mierda dije una cosa así. Tenía un grave ataque de culpa en ese momento.

Me saqué el ópalo que colgaba de mi cuello y junté los tres , estiré mi brazo y se los di de nuevo. Una gran imprudencia , pero el tema del vestido y la tiara me hicieron sentir la peor persona del mundo , un ser asquerosamente egoísta.

Además quería valerme por mi misma una vez en la vida.

-"Te los aceptaré de vuelta en su debido momento, pero ahora necesito que los uses para protegerte, lo de las barreras también es necesario, así que quédate aquí y yo voy por la tierra, si?"-

Volví a asentir.
Pero antes de que se fuera , levanté un poco el tono de voz y prácticamente se lo ordené.

-Cuídate. A pesar de que aun no te amo , si te tengo aprecio. Así que quiero que vuelvas vivo.

-"Como lo ordene su majestad"-

Me hubiera gustado despedirme con una sonrisa, pero con todo lo que tenia en la cabeza apenas pude salir de ahí sin ir maldiciendo a diestra y siniestra.

Tenia que cpnsegir tierra de un cementerio genuino, donde almas inocentes hubieran sido despedidas con lagrimas sinceras, y para ser honestos quería evitar a toda costa el sepulcro de Ladelly, pues aun me sentía culpable de su muerte, así que tome un camino secundario y m dirigí a un cementerio no muy alejado del palacio.

-¿Como es eso posible , Amaya?

-Cosas que uno va desarrollando sentimentalmente con el tiempo. Quien sabe , uno nunca termina de conocerse siquiera a uno mismo - Me sujeté la cabeza - El problema es que no tengo la menor idea de como corresponder a esos sentimientos. Por ahora solo puedo sentir apreciación... y eso es suficiente como para quererlo vivo.

-Úsalo para lo que te sirva y se acabó.

-Digamos que esa Amaya está muriendo poco a poco. Y la nueva Amaya ve con malos ojos esas acciones - Sonreí - Tengo mucho que aprender aun si quiero ser una buena reina. No lo llamé idiota , es un buen comienzo.

Una vez ahí come se a llenar un saco con tierra de una tumba que había sido cavada recientemente

-"El familiar aroma de la muerte... Casi me siento como si estuviera en casa"-

Ese era probablemente el lugar mas seguro en el que podía estar, pues si lo que el libro estaba en lo correcto y el asesino estaba ligado a demonios, poner un pie en un cementerio tendría un resultado similar a haberlo metido a una cubeta con acido.

Debo aceptar que fui algo temerario al venir solo con el golem de hierro conmigo, pero igual dudo que el fuera tan tonto como para enfrentar a un nigromante en un lugar lleno de cadáveres.

Tuvimos una conversación aun más breve luego de eso.
Me comentó que hacía días que no comía algo, a pesar de que le habían servido la comida en la cama. Me vi obligada a llamar a una de las sirvientas y cuando esta vino, le pedí, obviamente, alimento tanto para mí como para Lucy. Y también la sal.

No sé cuánto tiempo pasó, pero fue el suficiente como para sentir un hambre intensa que se podría devorar hasta mi propio estómago. Y Lucifenia andaba igual.

Así que decidí salir a buscar, con todo el enojo del mundo, a quién se había permitido dar el lujo de desobedecer mis órdenes o directamente ignorarlas. Pero me llevé una desagradable sorpresa… a medida que fui caminando por los pasillos, las paredes estaban todas manchadas con sangre y una marca rara que formaba surcos que seguían de largo. Lo extraño es que no encontré ningún cadáver en mi breve paso por ahí.
Era obvio que mi querido amigo había vuelto.

Y estaba cerca. Estaba buscando a Lucifenia.
Alarmada y acorralada, me fui corriendo hacia la habitación de Lucy y le informé inmediatamente que debíamos ocultarnos en uno de los tantos pasadizos del castillo, puesto que estábamos frente a un inminente peligro.

En eso, escuché alguien que silbaba y se iba aproximando por el pasillo. Luego se oía una risa para nada normal, que arrastraba algo por el suelo y gritaba.

— ¿¡Donde se esconde la princesita!?  Quiero esta vez que el destino de la princesita del sur, la legítima heredera al trono, la única que queda, sea aun más terrible que el de su hermanita pequeña. ¡Quiero explorar tus vísceras, comérmelas, satisfacerme y luego tirarte a los animales! — Paró el paso por un momento — Sé que la princesita del Norte está jugando a las escondidas también. Vamos nena, sal de donde estés… para que pueda hacer lo mismo o mejorar mi precisión con los cortes en tu propia carne. Robaste el libro ¿Piensas que tengo miedo de lo que puedas hacer? No tienes poderes, no tienes tratos con espíritus, no eres bruja ¡No eres nada! Solo tienes una patética tiara que adorna tu cabeza y una sangre azul. Y un montón de estúpidos humanos que deben protegerte pero no pueden hacer nada contra mi — Largó una risotada.

Gritaba tanto ese tipo, que aun cuando ya nos habíamos ocultado en uno de los pasadizos, que me encargué de cerrar bien para que no sospechara nada, se seguía escuchando lo que decía.

—Comencemos a caminar. Debemos ir cerca de alguna salida de emergencia— Tomé del brazo a una debilitada Lucifenia y comenzamos a caminar a paso rápido.

Estaba preocupada de que esa persona traspasara las paredes y descubriera todos los caminos secretos y nos siguiera. Nos mataría a ambas si eso llegaba a pasar.

Seguramente muchas personas estaban muertas. Y si un guardia no pasaba por ahí por órdenes del rey del norte... mierda.

-¡También traje la espada para reventar a ese imbécil de tu "noviecito"! ¿Donde se encuentran todos? Deben dejar que cumpla con mi trabajo más fácilmente. - Se lo seguía escuchando.

Regrese al castillo para contemplar la matanza que había dejado ese sujeto, armado solamente con un saco de tierra y el ópalo del golem de hierro que le quite al Lucifenia. seguí el rastro de muerte que había dejado hasta dar con el, a pocos metros de la habitación de Lucifenia.

Corrí sigilosamente a sus espaldas y le di un golpe con el saco de tierra hacia su espada, provocando que este se abriera, desparramándose toda la tierra sobre el y sobre todo el pasillo.

Enseguida se dio la vuelta , con una sonrisita atroz y demencial en su rostro. Su rostro era blanco como la leche, con la diferencia que estaba lleno de escarificaciones con formas de símbolos extraños y algunos demoníacos.

-¡Viniste! ¡Que alegría! Pero temo que un saco con tierra es poco para hacerme verdadero daño - Empuñó la espada con sus manos enguantadas.

-"No era mi intención que eso te matara, solo es para que no escapes"-

Acto seguido transforme la espada en un golem de hierro, este por su apariencia, parecía haber obtenido las propiedades sagradas de la espada.