۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

-"Tengo la corazonada de que en esta catedral, al ser la mas importante del país, tenga alguna biblioteca o algún registro donde pueda encontrar información de mi amigo encapuchado"- Si esa información existía era poco probable que estuviera al alcance de cualquiera, pero una vez que identificara las entradas y las salidas podría volver después durante la noche.

-Podemos entrar ahora. A mi no me podrán negar la entrada hacia esos textos... si bien ellos tienen mucho poder , mi sangre la tiene aun más - Sonreí y me bajé de mi caballo. Entré a la iglesia con un paso lento , pero firme y elegante.

-"Dudo que admitan siquiera que esa información existe, pero si estas tan segura..."- le dije mientras seguía su paso

Tenía razón. Pero accedería a esos libros con otra excusa... aunque dudaba si tenían lo que estaba buscando.

El sacerdote se dio vuelta al escucharnos entrar y no tardó en hacer las reverencias correspondientes y demás.
Yo me hice la simpática , y antes que pudiera él pudiera hablar , yo solté las palabras.

-Quisiera que me mostrara la biblioteca. Uno de mis maestros me pidió un libro que solamente tienen aquí. Y la verdad que me sería muy útil que me lo prestaran para echarle un vistazo.

Sonreí adorablemente , lo cual fue suficiente como para entretener al viejo mientras mi prometido buscaba lo que necesitaba.

Pase de lado del aquel anciano  me adentre en la biblioteca de la catedral, podía escuchar a otra persona ahí dentro pero no le di importancia, la biblioteca era enorme, revisar cada estantería podia tomarme horas

-"Si hay información sobre ocultismo estará bajo llave seguramente"- pase completamente de los cientos de libros que había, fui a una puerta que había en un rincón, y como supuse; estaba cerrada.

-"Bueno, creo que no hay nadie cerca..."-

Tome uno de los candelabros y de un golpe rompí la cerradura de la puerta, una acción demasiado arriesgada, pues había hecho bastante ruido.

-¿Que fue eso? - Dijo el sacerdote mientras se paraba para ir en busca del causante de aquel ruido.

Casi me llevé la mano a la frente de una.

-El libro - Insistí. No tenía ni la menor idea de cuál podría ser... así que le dije sobre el primero que se me ocurrió - Creo que era "La divina comedia". También quisiera que me explicara más a fondo ciertos detalles que no terminé de comprender del todo. Y quién mejor que usted.

En eso , desistió de ir a buscarlo y se puso a revisar la biblioteca para agarrar el libro.

Entre en la habitación la cual estaba completamente a oscuras, a excepción de unas cuantas velas que iluminaban un escritorio, en el se encontraba un libro, uno que al parecer acababa de ser abierto.

Comencé a ojearlo, aunque no podía saber de que iba el libro pues éste estaba escrito en un idioma que desconocía completamente, sin embargo podía saber por los dibujos que era el indicado. Salí de aquella oscura habitación y cubrí el libro con la pasta de una analogía de cuentos sin titulo que encontré en el suelo.

No había mas que hacer, me eche el libro bajo el brazo y salí de la biblioteca para encontrarme de nuevo con aquel anciano, que seguía tan embobado como al principio.

-"Lo encontré, nos vamos ya?"-

-Quiero una copia de ese libro - Dije , haciéndome la interesada todavía - Muchas gracias por la explicación. Vendré otro día y para la misa del Domingo - Me despedí muy amablemente.

Al salir...

-¿Lo encontraste...?

-"Si... bueno, no lo se, no puedo leer lo que dice, pero es el correcto, lo se por esto..."- Le dije mientras le mostraba una pagina donde se mostraba el arma y la vestimenta que llevaba el asesino.

-Pinta de todo , menos bonito - Sonreí un poco nerviosa al respecto. Tenía que darle los ópalos a mis dos primas y ya se me había ocurrido la manera perfecta y el momento perfecto para hacerlo.

-Hubieras buscado algún tipo de diccionario. Si está ese libro ¿Porque no habría un libro que lo tradujera?

Suspiré pesadamente ante eso.

-¿No puedes siquiera usar un idioma como referencia para traducirlo? - Me pasé la mano por la cara - Supongo que es más que obvio que no...

Faltaba un poco para llegar al palacio.

-"Solo necesito ubiques a alguien que sepa leer esta letra, alguien fácil de manipular, y de lo demás me encargo yo"-

Ya estabamos a punto de llegar al palacio, así que le di el libro.

-"Debo admitir que ha sido la mañana mas emocionante que he tenido en mucho tiempo, pero ya es hora de separarnos... ah, y si te preguntan... tu y yo no nos conocemos"- Le dije riéndome mientras me ponía la capucha.

"Es un idiota"

Fue lo único que atiné a pensar.

Pasó una semana y yo aun no había conseguido a nadie que pudiera traducir semejante idioma o dialecto. Aparte no quería llamar mucho la atención del rey , así que me dedicaría a moverme más secretamente de alguna u otra forma...
Si bien yo sabía hablar varias lenguas con fluidez , no había podido descifrar ni jota del libro.

Pero sí pude regalarles los ópalos a mis primas en una tarde soleada. Les dije que era como una especie de amuleto , sin serlo , que nos conectaría y protegería a las tres de cualquier amenaza. Y que si repetían una vez ciertas palabras , podían llevarse una sorpresa... Pero que solo lo hicieran cuando estaban en sumo peligro.
Fue arriesgado de mi parte , aunque confío que no ignorarán mi "advertencia". Ellas tienen plena confianza en todo lo que yo diga.

Los preparativos de la boda habían comenzado.
Una mañana me tomaron las medidas para hacer el vestido que quedaría en manos del mejor modisto del reino.

Había pasado ya una semana, y por lo que pude oir los ataques de ese sujeto se volvían cada vez mas frecuentes, peor por ordenes del rey se mantuvo todo en secreto, para no alarmar mas a la gente supongo.

Sin embargo ya había encontrado a alguien que podría ayudarme a leer el libro que sustraje de la iglesia, pero necesitaba la ayuda de Amaya para poder hacer que me ayudara.

Cuando terminaron de tomarme las medidas , dejé inmediatamente el salón y a las cortesanas atrás , escapándome del lugar como una vil ladrona que acababa de cometer su crimen.

Miré hacia todas las direcciones , cuidando de que no me pillaran. Al no ver moros en la costa , decidí salir de esa ala del palacio para irme a la otra donde estaba la galería que contenía todos los cuadros de la familia real del norte (y algunas del sur) y mis antepasados.

Dudé por un momento. Pero nadie pasaría por ahí ese día , por lo menos.

La seguridad se había doblado y debía tener mucho más cuidado que de costumbre.

La busque por todo el palacio, pero no había ni rastro de ella. sin embargo tenia que estar cerca, podía sentir que uno de mis ópalos se acercaba.

Me quede observando los cuadros por un momento , pero sin apreciarlos con detalle en realidad.
Estaba organizando mis ideas en la cabeza y las actividades del día. Con los preparativos de la boda me harían hacer miles de prácticas interminables y otras idioteces que durarían horas. Y estaría muy ocupada como para poder encargarme de los problemas que ya habían.

-Maldición.

Abrí una de las puertas y allí estaba...

-"Oye Amaya necesito que me ayudes, estoy a punto de hacer algo muy estúpido"-

Sin embargo cuando se dio vuelta me di cuenta que no era ella, sino una de sus primas.

-Si fuera Amaya ya te hubiera echado a patadas. No entiendo porque aun no lo ha hecho, supongo que tiene sus razones. ¿Que estupidez te lanzarás a hacer ahora? - Era Lucifenia.

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Me dispuse a irme del lugar. No estaba muy lejos del salón donde seguramente se encontraba Marcus. Solo esperaba que estuviera allí.
Toqué la puerta , esperando una respuesta. Él merece el respeto que yo nunca le di a nadie.

-"Emm...Nop"- Dije mientras caminaba de espaldas y cerraba la puerta. -"Solo espero que no le de por seguirme"-

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-"Adelante!"-

-No , no. Ahora me dices - Abrió la puerta y se le puso en frente , encarandolo.

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-Lamento interrumpir...le - Dije con cierta timidez - Quería pasar... pasar el tiempo que me queda... con usted - Tragué duro.

-"Ohh nada, solo iba a... quemar bolsas llenas de excremento... es algo que hacemos en el Este..."- Me ponía nervioso cada vez que se me acercaba, tanto que hacia lo que fuera para que se fuera, tal vez era que se parecía demasiado a Amaya, solo que ella tenia el cabello diferente, aunque me gustaba mas de ese color.

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-"Paso mas de una semana, comencé a creer que nuca mas vendrías"- le dije mientras ponía su cabello detrás de su oreja.