۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

—Necesito descansar mucho luego del parto hasta que cicatrice la herida… y luego a medida que vaya creciendo el niño — Me puse seria — Me llego a enterar que me engañaste con una prostituta en ese lapso de tiempo y te la corto en pedacitos.

Me rei un poco con eso ultimo, luego le di un beso

-"Esta bien... Cuantos meses después de nacido nuestro hijo necesitas de abstinencia?"-

—Aun no lo sé. Lo veré en ese tiempo. Según lo que tarde en cicatrizar y según el tiempo que el bebe requiera mis cuidados y atención.

-"Entonces supongo que no tengo otra opción mas que aceptar... Pero no pienses que vas a ser tu sola la que va a cuidar de el, tambien es mi responsabilidad."-

—Sí, pero tú no produces leche y seguramente llorará por querer sentir mi calor.

Me extrañaba el hecho de que me pidiera todo eso con tanta anticipación, pero acepte.

-"Las cosas que hace uno por amor"- dije mientras la recostaba de la cama, poniéndome encima de ella.

—No es nada del otro mundo— Aunque sabía que para él sí lo era — Pero mientras la panza esté pequeña puedes hacer lo que quieras.

-"No me digas eso... ahora tengo intereses encontrados"-

Le di la vuelta y la puse encima de mi.

-"Pero ya que lo dices así creo que aprovechare la oferta... Lo que quiero esta vez es que tu seas la que tome la iniciativa"-

-Maquinas demasiadas fantasías en tu cabeza ¿No crees?

-"No podría decir que son demasiadas, pues no tengo un punto de comparación entre pocas y muchas"-

Me hice a un lado y me recosté boca arriba

-"La razón de que lo intento tanto es que trato de hacer que te guste tanto o casi tanto como a mi, y que no solo lo hagas para tenerme feliz"-

-Entonces juguemos un juego muy sucio... Y luego podrás hacer lo que me dijiste el otro día , cuando me mostraste tal página del libro - Sonreí - Pero debes cerrar los ojos primero.

-"Tengo el extraño presentimiento de que vas a hacerme una broma..."- dije antes de cerrar los ojos.

-Nada de eso - Me bajé de la cama y empecé a buscar con la mirada algo para poder atarlo. Encontré unas cadenas y con eso lo amarré hasta asegurarme que no pudiera mover con tanta libertad sus manos - "Perfecto" - Sonreí y me le puse encima mostrando mis piernas desnudas - Puedes abrirlos~

Me mordí el labio inferior y sonreí -"Esto empieza a gustarme"-

-¿Nunca probaste el dolor como forma de placer? - Mi rostro se ensombreció. Metí la mano debajo de sus pantalones hasta llegar a su ... cosita y se la pellizqué.

-"Mmm.. no, jamas..."- Empezaba a ponerme nervioso.

—Bueno, probemos con eso entonces. Estoy segura que te va a gustar — Le aseguré, aunque tal vez eso no fuera cierto — Se llama masoquismo.

Los desnudé poco a poco, y cuando quedó todo afuera, comencé con mi labor… Empecé a morderlo de tal manera que quedara molida la piel, mientras lo iba tocando.  Pero luego dejé de hacer eso para tomar una cadena y azotarlo con ella.

-¡¿Te gusta desgraciado?! Ahora , reincorporate , joder , que no tengo todo el día.

-"De donde diablos sacas tantas cadenas?"- Le pregunte algo alterado, pues esto se me empezaba a ir de las manos

—Hay un baúl lleno de ellas — Me acerqué a su oído y le susurré — ¿O es que acaso el nene no le gusta lo que le estoy haciendo? Pues se va a tener que acostumbrar cada vez que tome la iniciativa, porque puedo ser una princesita muy ruda. Ahora ¡Te dije que te reincorporaras! — Le metí mi pañuelo hecho un bollo en la boca para que no gritara con tanta libertad y le di una palmada en el trasero... muy fuerte.

-"Bien... Que quieres que haga?"- Le dije una vez que me pude poner en una posición mas cómoda y escupiera el pañuelo.

— ¿Listo para el sexo anal? — Me mordí un labio intentando no reírme.

-"Solo si es tu trasero y no el mio"- le dije retrocediendo un poco.

—Estamos hablando de ti, no de mí— Me ensalivé el dedo índice y se lo arrimé a la cara — No dolerá~

-"Joder... no, es demasiado... apenas nos acabamos de conocer y ni siquiera me has invitado un trago"- metí su dedo en mi boca y comencé a chuparlo.

Sin embargo, mientras estaba distraído, se lo introduje con el dedo de la otra mano , de una manera tan sorpresiva y abrupta que de seguro debió dolerle como si lo hubiera empalado.