۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

-También es cuestión de tiempo para que mi padre se harte de esta pequeñaja y le declare la guerra al Sur. Pues si por algo mantiene la alianza , es más por la memoria de su hermano que por otra cosa.

Sonreí con ganas esta vez.
Ahora por fin me sentía útil. Después de todo, tantos años de estudio y entrenamiento mental debían de servirme para algo…

Me alegre al ver que la había hecho sonreír -"Ese es tu mejor rostro, lo sabias?"-

—Eso dicen… — Miré hacia el frente — Te contaré porque me pusieron Amaya… Amaya en realidad es un nombre oriental, que significa “Noche de lluvia” o “Noche lluviosa”. Mi madre estaba en el sur, cerca de tenerme y aun no tenía un nombre para ponerme. Mi padre tampoco se le ocurría alguno que lo convenciera. Entonces, en el castillo que está en la playa, había un libro de juegos en otros idiomas en el que podías descomponer las palabras para formar términos, nombres, frases… y esa noche llovió tanto, que mi madre decidió usar el libro para formar con kanjis mi nombre.  Tres semanas después , en el Norte , nací — Sonreí — Ella sabía de un principio que sería una niña. Hubiera pagado lo que sea al ver la cara de desilusión de mi padre.

—Aw~ Que lindo eres — Sonreí y oculté mi rostro detrás de Fir — Mis ojos… bueno, se lo debo a mamá. Y mi cabello a papá.

-"No seas tan consendiente conmigo, soy pésimo con las palabras (probablemente peor que Arjona), tan pronto se me acaben las frasecitas que me he estado guardando te vas a aburrir de mi"-

-Mientras yo sea tu fuente de inspiración , nunca se te van a acabar.

-"Espero que no... De lo contrato tendré que empezar a usar las palabras de otros. Pero como dije, espero no llegar a eso"-

Estaba decidido a hacerle llegar esa carta al padre de Amaya, pero como nadie se atrevía a cruzar la frontera le envíe una carta a Luna, para que organizara una reunión con el rey del norte y la reina del sur, en el lugar donde nuestras tierras convergen.

—No lo harás… — Igual no es que me molestara tampoco que utilizara frases de otros poetas o citas literarias.

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Lucifenia se enteró por algunos guardias sobre el viaje que estaba haciendo el Duque hacia la frontera. Debía pensar algo y rápido.

Asentí seriamente y me mentalicé para afrontar la situación. Ahora estaba mejor predispuesta.

regresamos al interior de las murallas y nos detuvimos en la entrada
-"Quieres plantar esa rama ahora?"-

-Claro ¿Porque no? - Sonreí y me hice una imagen mental de como sería el árbol cuando creciera.

Me arrodille en el suelo e hice un hoyo en el suelo con mis manos

-"Solo puedo revivirla una vez, pero te prometo que no dejare que muera"-

Puse la rama en el hoyo y me la quedé viendo con detenimiento , pensando miles de cosas al respecto... Solo esperaba que esa acacia no fuera la última que quedara con vida si fracasaba todos mis intentos por mantener la paz.

Enterré la vara en el suelo y con solo un toque de mi dedo y unas cuantas palabras esta volvió a la vida.

Luego me puse de pie frente a ella y puse mis manos sobre sus hombros

-"Vamos adentro... aun tengo que mostrarte la esfera..."- Tenia que hacerlo, pues podría ser la ultima vez que ambos la vieramos.

Haría el esfuerzo de verla junto a él. Por suerte ese día mis pies no estaban demasiado hinchados , era soportable.

Volvimos al interior de la ciudad y fuimos directo a la casa, yo sabia que subir tantos escalones seria un martirio para ella. aprovechando que estaba desprevenida, la levante en brazos y empecé a subir las escaleras.

-"No se si te moleste que te lleve de esta manera, pero tengo que aprovechar que puedo hacerlo antes de que la pequeña Elizabeth se vuelva mas pesada"-

—No me molesta en lo absoluto… Pero si me preocupa tu espalda — Sonreí y lo abracé del cuello — Si te cansas solo dímelo e iré por mi cuenta — Lo miré — ¿Estás tan seguro de que es Elizabeth y no Dante? Si he de confesarlo , yo tengo el presentimiento de que es ella también.

-"En primera no me molestaría que fuera un niño, aunque siempre e querido una niña, en segunda no voy a dejarte que des un solo paso, yo voy a llevarte hasta la cumbre de estas escaleras... Si es necesario me sentare un rato a descansar... Igua no tengo prisa."-

Llege a mitad de la escalera y como había dicho me sente a descansar, dejando a Amaya sentada en mis piernas.

—Pues te puedo asegurar que es una adorable y dulce niña… — Me puse a pensar que si salía parecida a mí en carácter, no sé si sería tan adorable — Tienes que estar conforme con el hecho de que yo sea relativamente liviana.

-"Pues la verdad si... Y es tambien por eso que me es tan fácil traerte de arriba a abajo a mi antojo"- Estaba hablando en doble sentido, pero no quería insinuarle nada, así que junte algo de fuerza y continúe avanzando a en mi camino hacia la cumbre de esas escaleras.

Tan solo reí ante eso, sin saber a lo que se estaba refiriendo realmente.
Guardé silencio , esperando a llegar hasta arriba de todo.