۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

Lucifenia se quedó pensando en que extrañaría mucho a la pequeña Elizabeth a partir del momento en que se fuera.

—Tú eres el padre y decides que hacer con ellas… Y si Amaya también lo aprueba, entonces por mí no hay problema. Accederé a todo.
>>Como le he dicho a esos viejos: No gastaré ni un solo centavo en hacer una lujosa boda para mí. Así que puedes llevarte todo ese dinero para los materiales que necesitas, que es más importante que satisfacer los caprichos de una reina. Principalmente si de Yellow del Norte se trata.

-No estoy pidiéndote nada regalado... mi Amaya ni yo queremos ser una carga para ti, tan pronto como vuelva del este pagare todo lo que tengo que llevarme-

—No es necesario. Lo recuperaremos de algún modo, eso es seguro.

Llevó las manos a su vientre y se la acarició inconscientemente.

-Como sea... pero no quiero que tengas mas problemas por culpa de nosotros, ya suficiente tienes con que tarde o temprano se darán cuenta de que estas embarazada-

Se llevo las manos a la nuca y se recargo en el respaldo del sillón

-Como me di cuenta? Amaya hacia el mismo movimiento de manos sobre el vientre cuando estaba en cinta, y parece que no solo se parecen en apariencia, sino también en costumbres.-

Lucifenia largó una pequeña risa a lo bajo, corta pero expresiva. Luego se mordió el labio inferior.

—Nada de problemas y cargas. Ha sido un gusto para mí tenerlos aquí, a pesar de todo lo que ha sucedido en todo este tiempo… Supongo que es hora de pedir perdón por todas las estupideces que he dicho y hecho— Se dio la vuelta— Esto es un hasta luego.

Se quedó pensativa.

—¿También se le hinchaban los pies?

-Si, los tenia hinchados todo el tiempo... y cada vez que trataba de masajearlos parecía que era inútil, solo le dolían mas-

>>En fin. nos iremos mañana al amanecer, también nos llevaremos a Morgana... para unas cosas, se que puede ir y venir a su gusto en cuestión de segundos pero pensé que seria bueno que te lo dijera.-

—Bien… Cierra la puerta en cuanto te vayas.

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Amaya estaba tratando de empacar lo principal, pero se le complicaba porque ella era el tipo de personas que cuando ejercía esa labor, metía de todo y encima hecho un bollo.

— ¡Agh! ¡Odio esto! Siquiera sé doblar ropa— Hizo un puchero.

Miró a todas partes asegurándose de que no hubiese nadie y se comió los papeles de algunas traducciones que estaban a medias o fallidas, así no había ningún tipo de referencia. Y la traducida completamente, se la metió entre los pechos.

— ¿En serio piensas que nadie meterá la mano ahí? — Se burló Morgana, hasta materializarse en su cuerpo humano de mujer. Esto sobresaltó a Amaya — Tradujiste esa cosa más rápido de lo que esperé.

—No lo habría hecho sola sin ayuda de mi esposo— Ahora no sabía dónde meter aquella traducción.

—Puedo hacer pasar ese ordinario papel por uno más insignificante aun. A menos que tengas desconfianza y no me lo quieras dar.

-Vaya... Así de fría? No nos vamos a dar la mano ni nada?, esta bien, te dare los planos de lo que necesito esta noche.- Salió y cerro la puerta como le había dicho, pero después la abrió de nuevo y asomo la cabeza -Por cierto, cuando estés lactando y te empiecen a doler los pechos dile al aburrido de Marcus que te ayude a sacar la leche, si tu y Amaya se parecen tanto como creo, te va a gustar-

Esa vez si cerro la puerta completamente y se fue a buscar a su mujer, de cierta forma se sentía como si hubiera hecho la buena acción del día, pues si Lucifenia le tomaba la palabra, Marcus se iba a divertir bastante.

Mientras caminaba por el corredor que da hasta la habitación de Amaya y mia Marcus salió de su oficina bastante emocionado -"Lo encontré"- exclamaba. Había descubierto lo que era ese trozo de metal, y mejor aun, como utilizarlo con Morgana.

Morgana que enviar encontraba en nuestra habitación hablaba con Amaya de quien sabe que cosa, solo la mirabamos del otro lado del marco de la puerta, era una mujer bastante grande (por no decirlo de otra manera) tanto que vista desde nuestro ángulo dejaba completamente a Amaya fuera de nuestra vista.

-Esa mujer es enorme... Con razón te gusta tanto- le dije a Marcus para fastidiarlo.

-Ya te dije que ella no me gusta- dijo molesto

-Solo su trasero- agrege, aunque este solo lo miro con mala cara -y sus tetas- Dije para rematar

-Sabes que puede oirte verdad?- dijo con seriedad

-Que mas da, todos sabemos que es cierto, que la miras indiscretamente cada que tienes oportunidad.-

Morgana largó una risa disimulada al oírlos hablar. Sin embargo, decidió que lo mejor era ignorarlos y pasar de esos comentarios, por el momento.

—Bien niña, te doy un consejo: No puedes llevar bolso, bolsazo y bolsito. Así que más te vale meter la ropa interior, algo para varios días y un abrigo por si hace frío. Y ya. Y eso se dobla así — Con unos rápidos movimientos lo dejó listo para empacar.

Amaya hizo un puchero más grande. Se sentía terriblemente bruta.

—Ya sé que están espiando — Se tiró en la cama de Eli, cruzada de piernas y las manos detrás de la cabeza, totalmente relajada.

-La costumbre es que cuando alguien entra a la habitación se le reciba poniéndose de pie, no hechandose a la cama.- Alego Marcus

>> Como sea... Te estaba buscando por que creo haber hecho un avance en lo que respecta a encontrarte una cura.-

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Andreas solo se mantenía apartado, le parecía tan gracioso ver discutir a Marcus y a la sucubo, pues ella siempre traba de voltear la conversacion a una de índole sexual, y aunque el pobre de Marcus lo negara, el también estaba que se moría por tirársela.

—Recibirte en la cama es más entretenido. Da paso a la imaginación y al ratoneo ¿Qué te parece? — Se le estaba burlando prácticamente en la cara— Está bien, te permitiré que me lo expliques… en la cama — Le sacó la lengua.

Amaya no pudo evitar reír.

Marcus solo volteo los ojos y se recargo en la cabecera de la cama y de su bolsillo saco el trozo de metal que Andreas le había dado.

-Este trozo de metal sagrado es la clave para limpiar tu cuerpo de la maldición del sucubo... Usando los materiales adecuados podemos crear una especie de filtro que absorba la energía oscura que circula por tu cuerpo de una forma no tan agresiva, y sin llegar a ser tan invasiva, pensaba en fundirlo y forjar un anillo, aislarlo con marfil para que no te queme al entrar en contacto con tu piel e incrustarle una clase especifica de cuarzos para que absorban la energía... Eso o directamente juntar todos los materiales y metertelos muy al fondo de tu vagina, así de paso evitamos que sigas consumiendo la escencia vital de mas hombres.

Morgana no pudo evitar echarse una carcajada con eso.

—Buena broma, pero opto por la menos dolorosa, obviamente — Se reincorporó y le pegó un fuerte manotazo en la espalda, donde más o menos le sacó los pulmones por la boca — Manos a la obra entonces, que no veo la hora de ser de carne y hueso.

-Bien, pero te advierto que el proceso será lento, podría tardar meses antes de que el tratamiento diera frutos... Y también tendrás que dejar de fornicar con cuanto hombre se te cruce enfrente, de lo contrario esto no servirá para nada-

Trato de no quejarse por el golpe, pero era una mujer extremadamente fuerte y ese manotazo casi lo tiro al suelo, pero se mantuvo de pie gracias a que se sostuvo de la cabecera de la puerta.

—Será tan difícil como lo imaginé. Pero está bien si eso significa volver a ser lo que era antes de la hoguera. Todo es mejor que la hoguera — Sonrió, agradecida — Ahora ve a fornicar con tu mujer, que lo mereces y yo no puedo darte esa recompensa si tengo que empezar con una especie de celibato — Volvió a llevarse las manos detrás de la cabeza.

Amaya había terminado de empacar y doblar lo necesario en lo que hablaban, tal y como se lo había enseñado Morgana. Y se sorprendió al ver que había ahorrado mucho espacio.

-Si con esa excusa te vale para dejarme en paz, por mi no hay problema-

Marcus se despidió y se fue a visitar a su prometida, habían pasado quien sabe cuantas noches desde que habían tenido intimidad, pues como estaban las cosas era mejor seguir durmiendo en camas separadas

— ¿Y bien? ¿Algo que decirme?— Esta vez se sentó bien, como toda una señora.

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Lucifenia estaba sentada en su escritorio, pensando en miles de cosas, en cómo haría ahora que Amaya no estaría para poder compartir con ella su embarazo y que probablemente tal vez hasta se perdiera su parto. Qué cara pondría cuando tuviera que enfrentarse a la horda de gente indignada por su conducta amoral. Si exportar sus productos textiles a otros continentes sería lo mejor. Si sus sospechas de que tenía gemelos era cierta, puesto que el tamaño de su vientre era anormalmente un poco más grande; el nombre que le o les pondría.
Demasiadas cosas, pocas soluciones. Necesitaba mucha más paciencia.

-No... no creo que tenga que pedirte que te prepares para salir mañana-

>> Pero tengo una duda... puedes sobrevivir sin "ordeñar" hombres? no dudo que el método que planeo Marcus sea efectivo, pero tienen todas las áreas cubiertas?-

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Marcus dio dos toques a la puerta de Lucifenia y después entró.

-Escuche que tuviste un día difícil- Dijo mientras se acercaba -Se que las cosas parecen difíciles, y que los problemas no dejan de aparecer, pero pronto las cosas mejoraran... lo presiento-

—Hasta no probarlo no puedo decir exactamente que el método funciona. Tal vez funcione, tal vez no. Y si es un no, y bueno, a resignarme. Mil años de estar así es suficiente para comprender que todo puede ser y no hay que descartar ni una posibilidad.

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—Yo presiento todo lo contrario. Que algo va a empeorar y puedo ver como poco a poco la tormenta se acerca. Esos viejos están tramando algo y no creo que sea algo necesariamente bueno.

Tal vez... pero cuando empecemos a recuperar las tierras del norte y comerciemos con el Este las cosas mejoraran bastante... ademas no creo que esos viejos se atrevan a algo tan atrevido como un golpe de estado, aunque de ser así habrá que tenerlos vigilados, sugiero enviar a la guardia especial a espiarlos... si conseguimos descubrir cualquier sucio secreto de uno solo de ellos nos bastara para apasiguarles, aunque sea solo por un tiempo.

—El tema es que si están planeando un golpe de estado, no creo que ellos se ensucien las manos, no al menos directamente — Lo miró a los ojos — No por nada reparten esos panfletos en la calle sobre mí. Quieren generar descontento general, público, entre los plebeyos.

-Igual debemos vigilarlos, si de verdad planean un golpe de estado deberán financiarlo de algún modo... si desvían dinero del propio estado o están recibiendo ingresos de alguien mas, alguna evidencia tendrán escondida por ahí-

>> Pero no hablemos de eso ahora... como te sientes? tu embarazo esta empezando a hacerse notar, aunque a penas llevas pocas semanas tu vientre esta empezando a hincharse, tarde o temprano sera evidente.-

—Me siento terrible. Estoy abrumada y siento que cada día que pasa solo soy capaz de atraer más problemas y no poder resolverlos como yo quisiera.
>>Y creo que se está comenzando a notar más rápido porque creo que no es necesariamente un solo niño… No es normal que a esta altura esté tan abultado si se trata de un bebé.

-Entiendo... y de verdad lamento que te sientas de esa manera, pero recuerda que no estas sola, puedes contar conmigo para lo que sea, lo que quieras o lo que necesites.-

Se arrodillo sobre ella y recargo la cabeza sobre su vientre

-De verdad crees que pueda ser padre de dos niños?-

— ¿Y porque no lo creería? Si eres tan dulce y comprensivo como conmigo y lo sigues siendo, no veo la razón por la cual no puedas serlo con ellos.


Se acercó a su oído.

-Duerme conmigo hoy.