The Frontiers [PRIVADO YSY-Evil-perro-House]

-Que es?- Pregunto curioso. -Un regalo?-

Se aflojó la corbata y camino hasta la puerta de la recamara, donde se detuvo para contemplarla.

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-Y puedo saber por que debo preguntar a la milicia independiente por uno de mis soldados?- alego el vicealmirante. -Espero que esto no sea un encubrimiento, es contra la ley retener a un miembro de una flota aliada sin consentimiento-

—Si no te acercas, dudo que puedas averiguarlo— Se sentó encima de la mesa— Si te sientas en la silla frente a mi podrás apreciarlo mejor— Tomó uno de los recipientes con el postre de chocolate y comenzó a comerlo, aunque se hacía la torpe con la cuchara y dejaba que cayera parte del chocolate sobre la piel de su pecho.

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—Nosotros no lo retenemos. Se lo entregaríamos con moño y todo.

De repente, una mujer hermosa y lo suficientemente alta como para no ser humana, dio un paso al frente. Su cabello agarrado en un rodete, de color negro azulado, era bastante llamativo a pesar de estar impecablemente arreglado. Era la que daba la cara por Guiyd, la vocera, dado que por el obvio tamaño del gigante, no podía ingresar a los edificios comunes y corrientes, además que este prefería mantener su imagen en relativa discreción.

—Ha firmado un contrato con el SMI. El contrato no se puede anular y tiene validez para los próximos tres años. Una vez que el plazo termine, es libre.
>>El gobierno ya no tiene nada que ver en los asuntos del SMI. Están desligados completamente.

-Supongo que si-

Tomo asiento frente a ella, poniendo la silla y sentandose justo entre sus piernas, aprecuando desde un poco mas abajo como comia chocolate y dejaba caer un poco sobre su cuerpo.

-Entonces, cual es la sorpresa?-

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-Y no supusieron que Él ya tenia un contrato vigente con la armada de Universal?, no pueden solo tomarlo y decir que ya es de su propiedad, desertar de una flota oficial al servisio de la tierra es un crimen muy serio-

Le metió sus dedos endulzados con la mermelada en la boca para que los chupara.

—Come de mi cuerpo. Si te gusta el postre, te gustará más estando sobre mi tersa y suave piel— Se apartó el pelo y dejó caer todo encima.

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—Nadie lo obligó a firmar un contrato que no se puede anular. Incluso ya tiene su residencia oficial en Génesis y pronta entrega de documentación. Es uno más, solo que trabajando para el SMI. Los procedimientos del SMI son completamente legales.

Lo decía con el tono más neutro e inexpresivo del mundo.

Sven se puso de pie, acerco su rostro al de ella y la vio desde ahi hacia abajo.

Se despojo de su atuendo desde el cuello a la cintura y empezo a comer el dulce de su cuerpo, limpianto pacientemente cada centimetro de su piel hasta llegar a los pechos, que chupo y beso con lasciba ansiedad, mordisqueando suavemente sus rosados pesones, imaginqndo que pronto brotaria lexhe materna de ellos, que se incharian y se pondrian hipersensibles, siendo los instrumentos perfectos para su mutua diversion.

Siguio bajando a travez de su busto hasta legar a la zona alta de su vientre, el ombligo y la parte baja, ahora la mermelada era escasa, pero su exitacion estaba a tope, le intrigaba a la vez que le maravillaba el hrcho de que hubiera partes de su cuerpo tan blandas y a la vez otras tan firmes y duras, pero aun habia un lugar que no habia tenido tiempo de examinar con degalle, y a estas alturas no iba a contenerse.

Le saco las bragas con las manos, y empezo a besarle la entrepierna, para luego adentrarse a su zona mas intima y meterle la lengua lo mas profundo que podia.

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-Puede que sea legal para ustedes, pero aun debe responder ante nosotros-

Fue directo con la Gulliver, no queria tener que llegar a los extremos y arrestar a Sven solo para hablar con Él, pues en lo que quedaba de Universal se le consideraba un heroe, darle problemas es lo ultimo que queria.

Disfrutó cada momento, todas las sensaciones placenteras que le brindaba su traviesa y exploradora boca.
Sin embargo, no fue hasta que hundió la cara ahí abajo que no sintió una especie de escalofríos y electricidad recorriéndole la espalda por completo. Incluso esa acción provocó que diera un salto y casi cayera de la mesa. No se lo había esperado para nada.
Empezó a respirar de manera agitada, inhalando y exhalando aire con violencia, retorciéndose en su propio ser de forma exagerada, tratando de resistir y aguantar todo lo que podía para que la cosa no acabara ahí.
Empezó a gritar su nombre a diestra y siniestra, con mucha intensidad, rogando sin decirlo que parara un poco para permitirle respirar con relativa normalidad. Su cara estaba completamente roja, fuera de la excitación o la pena que le causaba.

La última vez que se lo habían hecho, le habían hecho escocer. Pero era más que nada porque el tipo no había tenido ni la más mínima consideración; confiaba que él fuera más cuidadoso.

Aun así, continuaba sin respirar bien.

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—Eso no lo puede impedir nadie— Le dio la razón. Aun así, el contrato estaba firmado y punto; llevárselo no era una opción para el SMI.

-Que pasa?- Preguntó luego de escuchar tantas veces su nombre. -No me digas que es demasiado para ti-

Le dio un ultimo beso entre las piernas y volvió a erguirse frente a ella, se abrió los pantalones y la repago contra su cuerpo bajándola de la mesa.

-Eso era solo para que entraras en calor... si vamos a hacer bebes entonces los haremos con amor-

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-Entonces exijo que sea citado el día de mañana a las 800 horas en el hangar de la Génesis, hablaremos con él y decidiremos que es lo que se hará a partir de entonces-

Le costó un mundo recuperar el aliento para lograr responderle con normalidad. Una vez que no estuvo tan agitada y pudo articular una palabra, le dijo:

—Más te vale absorber hasta mis últimas gotas de energía y fuerza, porque ese niño no se hará solo a menos que pongamos todo de nosotros… Y con poner me refiero a…— Sonrió y calló la boca ante eso último. Le dio un beso y saboreó su boca.

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—Se lo informaré al señor Guiyd para posteriormente informárselo al susodicho— Respondió otra vez con esa característica inexpresividad y seguridad.

Nunca se esperó que tuviera que enfrentar a alguno de Universal, pues estaba ahí para discutir por el asunto de la nave Gulliver que apareció flotando en el vacío, a la deriva.

-Cuidado con lo que pides, para cuando termine contigo ya no sabrás que hacer con tanto "amor" que voy a darte-

Sus manos inquietas recorrieron su silueta y se posaron sobre su cadera, luego tomándola del trasero y levantándola en brazos para ponerla nuevamente sobre la mesa.

Su boca rosando a la de ella oscilaba en pequeños besos que poco a poco la empujaban hacia atrás, inclinandola al tocarla delicadamente en la espalda, recorriendo el perfil con la boca yendo hacia abajo de sus labios, cuello y terminando en el área plana que hay entre ambos pechos, ahora en posición horizontal se preparaba para empezar con la verdadera tarea, entrando con cuidado por sus rosadas cavidades, buscando los puntos sensibles con los dedos pero mirando fijamente los puntos azules de su rostro, con serenidad mientras el pendiente que colgaba de su cuello empezaba a golpear el pecho por el movimiento intrínseco de la penetración, acompañado de los gemidos de la estimulante y el pesado exhalar de la demandante actividad física, la temperatura subía y el aire se cargaba de humedad por los cuerpos sudorosos que copulaban en tan pequeña habitación, al cabo de unos minutos después de muchos gemidos gritos y caricias pudorosas la parte masculina de Sven cedió a la excitación y descargo sobre ella toda esa tensión acumulada, exhausto y tembloroso se inclino sin mas fuerza sobre el abultado busto de su compañera buscando consuelo en el pecho de ella, unas palabras de animo o de felicitación por un trabajo bien hecho, cuando aun se mantenía dentro de ella, no se desprendería hasta que la ultima gota inundara su vientre y se mantuviera ahí.

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-Supongo que también seria conveniente hablar con este señor Guiyd, me interesa saber que es lo que pretende reclutando a uno de nuestros muchachos-

Geraldine pudo sentir que su corazón se llenaba de una tranquilidad absoluta, a pesar de que ella creía firmemente que solo uno podía encontrarla, por los propios medios. Pero ahora comprobaba que sin ayuda no podía hacerlo… y estaba feliz de que él la hubiera ayudado a eso, aun si no lo supiera, si no decía nada para informárselo, si él no estaba consciente de aquello.

Cuando se recargó sobre ella, le acarició la cabeza con cariño, teniendo cuidado de no rasguñarlo sin querer con sus medianamente largas uñas esculpidas, todas bien arregladitas para completar sus apariencia atractiva. Curvó sus labios hasta arriba y no pudo evitarlo, pero comenzó a llorar de la emoción que le causaba que alguien la tratara así, con cariño y sinceridad.

—Sí, definitivamente sabes cómo llenarme de amor. Y cómo complacer los caprichos de una mujer… Bueno, pronto ya veremos el resultado.

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—El señor Guiyd está muy ocupado en este momento. Pero se puede programar una cita si lo que quiere es hablar con él— Eso no sería problema… el problema sería tirarle de la lengua al jefe. Ese hombre siempre tenía sus motivos, pero era difícil saber lo que pensaba realmente, principalmente porque no era de hablar mucho si veía que eso no respondía a sus intereses. Aunque fuera generoso y fácil de tratar, había situaciones que parecía ser una persona distinta y se tornaba todo lo contrario.

-Pero eso no quiere decir que dejaremos de intentarlo hasta estar seguros, verdad?-

Levanto la cabeza un poco para ver su reaccion, feliz de que habia logrado complacerla.

-Cada vez que tenemos intimidad es siempre mejor que la vez anterior... por que parar ahora que estoy descubriendo nuevas formas de hacerte explotar-

Se puso erguido una vez mas y la tomo de las manos, levantandola y poninendola de pie tambien, la abrazo de la cintura y la encamino a la cama.

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-Seguro que encontrara tiempo-

Fue lo ultimo que dijo antes de salir del lugar.

El vicealmirante volvio a su nave y regreso a su flota, impaciente del dia de mañana arreglar aquel asunto.

Geraldine tan solo se dejó llevar por el momento.
“No adelantar ni atrasar nada”, era algunos de sus dichos más frecuentes. En esta ocasión también se aplicaba.

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La señorita Iris, vocera de Guiyd por excelencia, se comunicó con su imponente jefe una vez que salió del edificio. Se limitó a hacer su trabajo, informar lo que sucedía, y evitar dar opiniones personales.

—Así que quiere recuperar al muchacho… Bueno, el contrato que firmó el chico limita bastante su proceder. Pero bueno, si quiere tener una afable conversación, dile que mañana a las 600 estaré disponible para él. Que lo acepte o lo deje, porque de lo contrario no estaré dispuesto a tener otra charla.
>>Por cierto, tranquila. Has hecho un buen trabajo. Del resto me encargo yo… personalmente.

Fue la respuesta de Guiyd.
Entonces, Iris procedió a informarle lo del horario al vicealmirante de la flota hermana.

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Guiyd tomó el tubo del semejante teléfono que había comprado especialmente para sus enormes manos. Había dejado pasar tiempo y era bastante tarde.
Empezó a llamar al número de teléfono que correspondía a Sven.

Despues de eso el resto de la noche fue mas tranquila, solo acostarse un lado del otro para conversar y regalar una caricia de vez en cuando, justo antes de caer rendido el telefono empezo a sonar, ni siquiera reconocia el timbre, era la primera vez que sonaba.

Sven dio un giro sobre la cama, tenia un brazo debajo de la cabeza de Geraldine apenas dando un estiron logro alcanzar el telefono, por supuesto que no le parecian horas de llamar, pero se lo hacian seguramente era importante.

-Si, diga...-

Geraldine ya estaba durmiendo.

Guiyd sonrió.

—Sigues despierto… interesante— No daría demasiadas vueltas — El vicealmirante Golduv exige que te presentes a las 800 horas en el hangar de la Génesis.

Fue todo lo que dijo. Tampoco esperaba una gran respuesta.
Mientras tanto, veía el informe que le habían pasado en el SMI, por el incidente ocurrido con Nana Ronoa a causa del capitán Illie. Negó con la cabeza varias veces.

-QUE!?- Dio un pequeño grito de la impresion -El vicealmirante sigue vivo?, maldicion los daba por muertos a todos... cuando entre al edificio de mando... no importa, supongo que con el habra otros mas de la Universal... por que nadie me habia dicho nada!-

Se dejo caer sobre el colchon, aun con el telefono pegado al oido.

-Esto cambia muchas cosas... esta bien, ire a verlo a las 800-

La razon por la que Sven se habia unido a SMI era por que daba por perdida la Universal, al ver a todos esos muertos sabia que los responsables no eran realmente los lideres ni los altos mandos, sino que habia sido aoguien mas, cuando vio a Petrenkov dedujo que era un motin y que solo los habia quitado del calino.

-Eso es todo?- pregunto esperando que saliera el tema de la pelea.

—Lo que ha sucedido en el cuartel. Se tomará las medidas necesarias para disciplinar a Bukowski y darle una lección que no olvidará. No te preocupes por eso, no volverá a pasar— Sabía que eso era lo que quería escuchar, aunque tampoco permitiría que alguno de sus empleados manchara la reputación y dejara por los suelos a su institución. Un castigo ejemplar no venía nada mal y más para alguien que venía haciendo lo que quería a sus espaldas sin él saberlo— También recuperamos el caza.

-Señor, con todo respeto no puedo imaginar donde me deja a mi en todo esto-

Volteo a ver a su dormida Geraldine, no queria perder lo que estaba contrullendo con ella.

-No tengo problemas con seguir ordenes, pero esta claro que no hay ni habra confianza entre este sujeto y yo...ya he desafiado su autoridad y puesto en duda la eficacia de su liderazgo, llegara el momento en el que las circunstancias haran que tengamos que confiarnos la vida del uno al otro, no puedo confiar en él despues de esto-

>> No tengo duda de que sus pilotos sean habiles y cuenten con tecnologia de punta, pero esta clase de roses se van a repetir en el futuro... no puede evitar que me vean como un extranjero, un novato a sus ojos... con lo de hoy solo se ensancho esa brecha y ningun castigo va a cambiar su frma de verme... y no hablo de bukowsky, sino del resto del equipo... le aseguro que no van a ponerse de mi parte si el esta del otro lado.

—Cuando digo que todo se va a arreglar, es porque todo se va a arreglar.  El resto del equipo… no te preocupes por eso. Después de todo, se hace lo que yo digo… No volverán a molestarte, siquiera se atreverán a mirarte mal.
>>Ya estuve organizando un par de cosas y vamos a cambiar un poco tu entrenamiento, mejor dicho, con las personas con quienes te prepararás. Haré una excepción e incluiré al escuadrón de mujeres, ellas ayudarán todo lo posible; no son ni de lejos lo que te ha tocado ver. Además que pueden aportar cosas que en “Leia” tal vez no. Por cierto, Nana está bien y te manda saludos.

Se rascó la cabeza.

-Eso es Genial... lo de Nana... y lo demás también- Suspiro aliviado. -Supongo que entonces no estaré libre el día de mañana después de ver a Dolguv... habrá que empezar con el entrenamiento lo antes posible... Geraldine se va a decepcionar, pero el trabajo es el trabajo-

—Dependiendo de cómo se den las cosas… Sí, empezarás con el entrenamiento— Él sabía porque lo decía. Era muy probable que ese sujeto intentara alejar a Sven del SMI y no se veía de la clase de tipos que se pudiera persuadir tan fácil— Así que Geraldine era tu prometida. El día que te cases te haremos una fiesta.

-Gracias... se lo diré a ella en cuanto despierte-

Le acaricio la cabeza suavemente.

-Entonces supongo que es todo, lo veré luego jefe.-

Corto la llamada y colgó el teléfono, aun le preocupaba que fuera lo que quería Dolguv, pero seguro ya estaba enterado que trabajaba para el SMI, ¿Lo trataría como un desertor? o estaría dispuesto a escuchar sus razones para firmar aquel contrato.

Geraldine solo se movió un poco, nada como para despertarse. Estaba sumergida en un sueño profundo, en el que solo podía divisar cosas bonitas; nada de cosas raras y horribles, como solía suceder cada vez que cerraba los ojos en medio de la oscuridad, con miedo a que le pasara algo otra vez…
Durmió toda la noche.

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Vandeveer y Ornella llegaron recién a la madrugada. Trataron de hacer el menor ruido posible.
La habían pasado bien en la ciudad, a pesar de que Ornella había estado algo paranoica por el asunto de los traficantes de implantes de la Génesis. Veía a esos sujetos por todos lados, y era comprensible, si solo era una niña. Había que agregar el incidente de la alarma, y que no los dejaron salir durante horas, además que perdieron tiempo en el que podrían haber seguido buscando trabajo.

Ornella había preguntado por el cartel de mesera en el vidrio de entrada de un bar, pero debía presentar una fotocopia del documento de identidad, cosa que en ese momento no tenía. Si no, la tomaban enseguida por ser joven, fresca y bonita. Además que tenía una muy linda sonrisa.
Vanderveer le pasó lo mismo, solo que él no tuvo tanta suerte y su trabajo consistía en lavar platos… una cagada, según él. El sueldo era muy inferior al de Ornella, por lo que estuvieron comparando.
Solo quedaba esperar a que pasaran algunos días más y le llegaran los documentos.

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Guiyd se preparaba para salir. Hacía muchísimo tiempo no lo hacía, ni siquiera para dar un paseo por la zona de las mansiones.
Se metió dentro de una especie de cápsula gigante, donde causó que inmediatamente su altura disminuyera de forma notable, midiendo ahora dos metros. Igual demasiado alto, pero no lo suficiente como para poder caber dentro de un automóvil.

El reloj apenas marcaba las 5:30 de la mañana, pero Sven ya estaba despierto. Era la costumbre que se levantara a las 5:00 para hacer su rutina de ejercicios, no podía arriesgarse a perder la forma y acabar con un montón de implantes, perder esa costumbre seria difícil.

Estaba algo nervioso por la reunión que tendría mas tarde, en parte eso le impedia volver a dormir.

Se limito a quedarse en la cama viendo el techo, no quería despertar a su prometida y preocuparla a ella tambien, esperaria a que lo hiciera ella sola para contarle lo que estaba pasando.

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Dolguv acudió puntual a su cita, llego media hora antes de lo acordado y junto con el un par de oficiales, uno de ellos un hombre joven, un poco mayor que Sven, pero en su atuendo se podía diferenciar que tenia un alto bastante alto, en su camisa el apellido Petrenkov bordado que se mantenía escondido bajo su abrigo.

Geraldine siempre había sido de dormir poco. Solo que cuando agarraba el sueño, descansaba profundamente, tanto que podría decirse que parecía haberse tomado un tranquilizante más un miorelajante juntos. Sin embargo, también era costumbre despertar muy temprano a pesar de todo, como si ya tuviera un reloj despertador incorporado en el interior.

Abrió un poco los ojos y buscó la mano de Sven para entrelazar sus dedos con los de él, como ya había adquirido por costumbre. Era su forma amorosa de decir “Buen día”.

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Guiyd llegó en una limusina de color negro y blindado. El chofer se encargó en abrirle la puerta.

Lo primero que se vio fueron unos pies gigantescos, calzados con zapatos de vestir de cuero negro. Cuando salió, esa intimidante altura fue lo segundo que más llamaba la atención, a pesar de haberse disminuido gracias a esa máquina que habían construido sus empleados. Llevaba un pantalón negro formal, y encima algo muy parecido a una bata de médico, solo que con el cuello alto y los botones a un costado de su cuerpo, sin perder la discreción. Seguía con su parche en el ojo y la cadenita con el dije de ese cuarzo tan raro.

—Buenos días— Saludó como si nada, con todo el desenfado del mundo. En eso, hizo como si se hubiera acordado de algo— Me presento. Soy Antoine Guiyd, el dueño de SMI.

-Buenos días princesa... bella durmiente... como se llame- Dijo en voz baja tratando de sonar romántico, el hecho es que no recordaba el nombre de la princesa de ese cuento. Para compensar le lleno de besos la mano con la que entrelazaba sus dedos mientras la veía fijamente a los ojos.

Se giro levemente para estar frentea frente con ella, acomodo se apreton de manos sobre su propia mejilla, embolsando una pequeña y discreta sonrisa.

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Se pusieron todos de pie para recibirlo, esperando que él se sentara primero.

-Un placer conocerlo al fin señor, Mi nombre es Aleksander Dolguv, vicealmirante de la flota terrícola Torii Universal, tome asiento por favor, sabemos que es un hombre ocupado y no queremos quitarle mucho tiempo-