The Frontiers [PRIVADO YSY-Evil-perro-House]

-Genial, por que me estoy muriendo de hambre!-

Dio un vuelco en la cama junto con ella, para quedar encima esta vez.

-Hoy me paso algo gracioso en el cuartel... estaba en un ejercicio y me pidieron que sujetara unos huevos de gallina, pero me pidieron que lo hiciera de la forma en la que lo haría en la mañana para hacer el desayuno... obviamente yo nunca he hecho algo así, no se consiguen huevos en Universal... entonces pensé: "Tal vez debería pedirle a mi superiora llamar a Geraldine y preguntarle como me agarra los huevos en la mañana para que me diga como hacerlo"- Casi soltaba una carcajada mientras hablaba. -Pero creo que esa información es por demás confidencial-

—Ay, pero qué grosero cariño. Esas cosas siquiera se piensan— Se hacía claramente la puritana— ¡Directamente se hacen! A menos que quieras comer primero— Sonrió. Si quería sacárselo de encima, provocarlo no era una opción. Le tocó el labio inferior con el dedo índice e hizo un recorrido con el mismo desde allí… hasta sus partes bajas, pero por encima de la ropa. No pudo evitarlo. Se llevó la otra mano a la boca, para contener la risa picarona.

-Ahora mismo creo que estoy demasiado cansado para pensar en otra cosa que no sea comer algo y luego dormir un poco para recuperar fuerzas... pero no pienses que no vamos a salir y después de eso quizás te pida que me enseñes como "sujetar unos huevos antes de desayunaros"-

Largó una pequeña risita ante eso y sacó la mano de allí.

—Está bien, cariño, no debes preocuparte por otra cosa. Vamos a comer algo muy delicioso y luego te acompañaré a dormir. Seré tu osita de peluche— Sonrió y se lo sacó de encima, para después ponerse las pantuflas e ir al comedor para poner la mesa.
Una vez que todo estuvo listo, se quedó mirando todo con ternura y cariño, como siempre. También el ramo de flores improvisado que había hecho esa mañana, con apenas unos tres pétalos caídos encima de la mesa. Ese ramo le daba un toque especial y más romántico. Decidió que sería lindo poner otro detalle además de las rosas, así que sacó unas velas de los cajones y las encendió.

Puso la alarma para que sonara en un par de horas, y se fue a almorzar, esa noche tenia pensado probar algo diferente, no como esos lugares a los que habían ido ya, sino un lugar concurrido, tenia que saber como seria ir con ella a un lugar donde el que la reconocieran fuera algo latente, tampoco es como que esperaba pasar la noche alrededor de una muchedumbre.

Moto que nuevamente había puesto mucho empeño en hacer la comida, se preguntaba si se tomaría la molestia todo el tiempo, imaginaba que hacer tanta comida era estresante.

-Después de comer puedes ir alistándote para salir, tampoco quiero quedarme a dormir mucho tiempo, siquiera a dormir realmente... solo un pequeño descanso y nos vamos para aprovechar la noche completa-

—No, no, no, no. Descansarás lo suficiente antes de salir, que te quiero bien despierto y paradito— Sonrió y le corrió la silla para que se sentara. Quería devolverle por igual todo el cariño que él le brindaba a ella— Yo estoy casi lista, solo me pongo el vestido y el calzado y ya estoy— Esperaba sorprenderlo con el tipo de vestido que había escogido, fuera por lo corto o por lo escotado… aunque era escotado en la espalda, la cual dejaba toda al descubierto.

-Esta bien... jefa!!!- Sonrió y se quito el saco, colgándolo en el respaldo de la mesa y sentándose a comer.

-Pensé que hoy podría ser una noche de excesos... ya sabes, ir a divertirnos y no volver hasta tarde, recorrer los lugares nocturnos de Génesis, beber unos tragos o algo, algo prohibido para que me entiendas!-

—Tú lo que quieres es emborracharnos y terminar en una cama haciéndolo salvajemente. No sería mala idea, solo hay un pequeño detalle: No tomo siquiera té. Pero esta vez haré una excepción, aunque no prometo excederme— Tampoco sabía cuanta resistencia al alcohol podía llegar a tener, pues desde hacía tiempo que no bebía siquiera una copa de vino o una botellita de cerveza.

-Cariño, si ese fuera el caso te emborracharia aqui mismo y no iria a perder el tiempo afuera...-

Sabia que no necesitaba alcohol para perder la cabeza, y eso de cierto modo le preocupaba, habian pasado la mayor parte del tiempo teniendo sexo, mas que cualquier otra actividad.

-Aun asi no hace falta beber hasta atontarnos... podemos beber un poco y terminar aqui en la casa con lo que traje... de hecho, ¿por que no probamos un poco ahora mismo?-

Dio un bocado mas y fue por la botella y un par de vasos de cristal, sirviendo uno para cada quien.

—Lo que pasa es que hacerlo afuera tiene cierto plus— Bromeó. Lo decía porque había visto a parejas del medio hacerlo y le llamaba la atención como se alocaban. Ella nunca había hecho eso, siquiera sabía lo que era embriagarse; en cierto modo era bastante inocente para algunas cosas que a cualquiera le hubiera podido pasar en algún momento de su vida— ¿Quieres brindar por algo, cariño? Yo quiero brindar por nosotros, para que lo nuestro dure para siempre…

-Que sea tan duradero como una estrella y tan ardiente como la misma...-

Tomo el vaso y brindo con ella, para luego dar un trago largo hasta dejarlo vacio.

Sven no era tampoco un gran bebedor, ese licor era como el que habia probado en el restaurant donde conocio a Geraldine, suave al gusto para acompañarse con comida, pero tambien muy fuerte, aunque no se sintiera por el sabor a frutas que camuflaba el fuerte alcohol en la mezcla.

Geraldine lo bebió de un solo trago. Aunque también se dio el tiempo para saborear… demasiados permitidos durante la semana, terminaría con la figura arruinada si seguía así y no completaba su exigente rutina de ejercicio físico.

—“Ah, pero engordar se siente tan bien”— Pensó en un divague con una gran sonrisa. Tenía que llegar bien para el embarazo, aunque estaba segura que tiraría todo por la ventana por el niño y la salud del mismo. Si por eso tenía que pesar 30 kilos de más, no le importaba. Se quedó mirando el cristal del vaso, con una expresión risueña y en completo silencio— Está delicioso. Engordar por esto suena fabuloso… quieres arruinarme.

-Pues yo creo que entre el sexo y los antojos que nos damos se compenza-

Sirvio otros dos vasos.

-Ahora que si piensas que no es suficiente ejercicio puedes ir arriba tu de ahora en adelante y hacer todo el trabajo por los dos, yo solo me voy a dedicar a decir si estas enflacando o no... aunque estando embarazada no se va a notar mucho-

Volvio a tragarse odo el vaso de una, y dejarlo sobre la mesa como reto, competir con ella se estaba volbie do un habito, sabia que no le gustaba perder, y hasta ajora él seguia invicto.

—Eso lo dices por perezoso. Y porque estás reconociendo que me puedo llevar todo el mérito haciendo todo el trabajo yo sola— Sonrió desafiante. Miró el vaso de nuevo sin borrar esa mueca desafiante, así que tomó de nuevo, sin tener consciencia de que eso le iba a afectar más de la cuenta. Tampoco pensó que si ya estaba embarazada, eso podría perjudicar a su hijo— Además siempre te vas a fijar en mis chicas, y nunca te darás cuenta si en verdad adelgacé, porque ellas jamás lo hacen.

-Ohh, ahi te equivocas... me fijo en ti de piez a cabeza- Dejo la bebida por la paz y se puso de pie. -Si de verdad engordaras o adelgazaras me daria cuenta por tus piernas, caderas, trasero, brazos, mejillas... claro que me daria cuenta, ademas de que toda tu ropa te queda a la medida, se notaria facilmente si haz cambiado una talla o dos-

Camino por el departamenro hasta encontrar por casualidad el vestido que iba a ponerse para salir, lo tomo con las manos y lo examino.

—Qué malvado eres— Se sopló un mechón de pelo que le caía en medio de la cara— Sin embargo no has notado un ligero cambio en mí y debo suponer que es así porque no lo mencionaste— Apoyó la mejilla sobre su puño cerrado. La había entrado un poco de sueño y se sentía un poco torpe. No se paró desde donde estaba sentada y hablaba desde allí.

-Pues... quizas sea algo que si note, pero que no mencione por que no estaba en la lista-

Dejo el vestido en donde estaba y volvio hacia ella la tomo de las mejiloas y le dio un beso en la coronilla de la cabeza.

-Me pregunto que tan sensual te veras con la cabellera rubia-

Sonrió con cierta ternura mezclada con profunda alegría. La llenaba de satisfacción que se hubiera dado cuenta de esa diferencia.

—Estoy dejando que se vaya para que vuelva a ser como antes. Hace años no veo mi color original… Creo que es hora que vuelva para que puedas disfrutar de ella. O mejor dicho, de mí con mi cabello rubio— Se agarró un mechón. Si no fuera por los tratamientos con shampoo y desenredantes caros, además de ciertas ampollas y vitaminas en pastillas, tendría todo estropeado por la tintura y el calor de la planchita o rizadora— Estoy algo ansiosa para que puedas contemplar cómo era en un principio.

Varias veces se había preguntado a quién había sacado su color. Pensaba que de su madre, tal vez, pues generalmente primero iba el apellido del padre y después el de la madre, y suponía que su padre había sido el del apellido oriental… y pues, no, nunca había visto un descendiente de oriental rubio natural.
Lo había pintado por una sola razón: Para tapar ese color que había considerado maldito, por el cual era tan solicitada para complacer a un montón de degenerados. Pero ahora era diferente… muy diferente. Solo lo dejaría ir, solo por él.

-Sera tan importante el color de tu cabellera cuando por las mañanas me despierte con la cara metida entre tus mechones... tal vez un poco, pero hay otras cosas que quizas sean mas importantes... su aroma por ejemplo, por que es lo primero que noto antes de abrir los ojos... su suavidad cuando esta oscuro y estoy lo bastante lejos como para solo ppder tocarlo con la punta de mis dedos... lo largo de él cuando lo sueltas para pasear desnuda por el cuarto y cubre tu pecho... como combina y se funden los tonos rosas de tus pechos con los de tu cabello...-

Dio un par de pasos hacia atras, para verla concuidado.

-Disculpame si hablo demasiado... esas copas me estan pasando factura-

—Pero si lo que dices es hermoso… Tienes que hablarme así de bonito al oído antes de dormir, hará que quiera descansar más temprano y me relaje en unos segundos, claro, sin antes abrazarte como a mi osito de peluche. Porque eres mi peluchito— Sonrió. Decía tonterías y se ponía de “mente rosada” por culpa de esa bebida.

Se paró y se le colgó del cuello.

—Vamos a descansar, peluchito. Y te dejaré apreciar mi cabello, olerlo y tocarlo como quieras.

-Solo espero que no trates de mantenerme ebrio para sacerme cosas asi-

Sonrio y empezo a caminar de espaldas, endireccion a la recamara.

-Entonces vamonos a descansar... te dire algo lindo cuando lleguemos a la cama-

No trnia pensado dormir demasiado, no era costumbre dormir cuando no era hora, incluso despues de quedar agotado ppr el entrenamiento, que en Universal era inhumano.

—Estaré esperando algo lindo, entonces…— Se tiró encima del colchón con muy poca suavidad, y después se tapó con las sábanas y una colcha liviana. Le gustaba tener los pies calientes, hiciera calor o no. También sentir el lado frío de la almohada, poniendo un brazo debajo, amaba esa sensación de frescura, aun si durara apenas unos poquitos minutos.

Acomodó la cabeza y aguardó para oír esas palabras que tanto quería escuchar.

Le parecio bastante gracioso verla como se acomodaba ahi, como una niña pequeña esperando que le contaran un cuento.

-Bueno, tampoco es como que tuviera algo listo... mas bien es que esperaba que saliera solo una vez que me recostara y empezara a apreciarte mas de cerca-

Se sento a un lado de ella.

-Podria empezar por aqui...- le puso la mano en la mejilla y le paso el pulgar por los labios. -Con tus labios de frambuesa, los que no hacen falta endulzar con nada para que sean una probada de cielo-

No despegó su mirada de la de él en ningún momento y bajo ningún aspecto.
Solo era capaz de sonreír como una tontita, una adolescente que moría de amor por cualquier palabra bonita que recibiera de la persona que le gustaba, haciendo que su corazón subiera y bajara como en una montaña rusa.

—Mis labios de frambuesa están dispuestos a regalarte un besito. Uno chiquito, para empezar.

--

El mánager de Geraldine estaba decidido a que esta volviera al trabajo durante esa semana y la próxima. Ya tenía todo programado, desde los días de ensayo, tanto de canto y baile, hasta la construcción de la puesta en escena. También varias presentaciones de TV, para ir tirando durante los meses venideros y ese año. Sí o sí tendría que reprogramar la gira, de lo contrario todo se iría al demonio.
Tenía una fecha para ese concierto solidario. Y era para el fin de semana. Todo lo recaudado se dividiría a la mitad, siendo una la para la caridad y otra para Geraldine, y a su vez, los ingresos que tendría Geraldine, la mitad de eso iría para él.

Había subestimado a la nueva pareja de Geraldine. En serio había pensado que solo era un tipo más con el que ella se acostaría esporádicamente, pero no… La cosa parecía ir para rato. Tenía que destruir esa relación ¿Qué mejor que poniendo a trabajar como a una burra a Mashiro, amenazándola con chantajes si no lo hacía? Además que, buscando nuevas maneras para extorsionarla, había encontrado algo muy interesante que tenía que ver con la infancia y las memorias perdidas de ella, la punta de un iceberg. Era su deber llenarla de trabajo para poco a poco ir alejándola de Sven y que lo que estaban construyendo juntos se desmoronara y desgastara.

Le envió un mail a Geraldine, informándole sobre los horarios y la nueva agenda que había hecho para ella.

--

El celular de Geraldine vibró. Estaba en silencio.

-Solo un besito?, por que me habria de conformar con una probada si puedo comermelos enteros-

>>Ademas dijiste que serias como mi osa de peluche... y no es que sea experto en osos pero se que nos para acompañar a la vez que se acarician y se aprietan.

Se empezo a quitar la fopa para meterse a la cama, no usaba pijama y dormia solo en ropa interior, y no iba a cambiar ahora.