۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

—Si tuviera, no dudaría en apostarlas. Pero ahora hay que conformarse con las de plata — Respondió.

Amaya no se sentía enojada, ni triste, ni nada parecido. Solo bastante preocupada y ya no sabía ni qué pensar al respecto.

—Supongo que no es necesario preguntar… — Pronunció solamente.

-Que mi hermana me odia? no, supongo que no...pero sus tonterías no son mi prioridad ahora, padre esta muy enfermo, tiene mucha temperatura y no se cuanto tiempo ha estado así, necesito que Morgana me ayude a tratarlo-

Tome a las niñas en brazos y las lleve para adentro, como siempre la casa estaba toda desordenada, con frascos llenos de líquidos fluorescentes y burbujeares por doquier, plantas exóticas y animales disecados hasta donde alcanzaba la vista.

—Estás de suerte, porque esto — Hizo aparecer entre sus manos un gajo de la flor de las mil vidas— Nunca se descompone ni aunque lo arranques. Y es lo último que me queda — Pensaba usarla en un experimento, pero ya que… Para lo próxima suponía que iba a poder pisar Amatista con tranquilidad si las cosas resultaban como se deseaban.

-Siéntete libre de usar lo que encuentre aquí... hay mas ingredientes en el sótano, aunque esta algo desordenado, pero seguro encuentras lo que necesitas-

>> Amaya, ya conoces la casa, llévate a las niñas y acomodarlas en alguno de los cuartos, iré con Morgana a ver a mi padre-

—Perfecto— Sonrió.

Y como también lo era muy curiosa, aunque a veces parecía que no se notaba, también le echaría un vistazo a otros ingredientes y plantas que en el Oeste y el Sur no tenían y que esta vez no usaría. Pero eso lo haría en cuanto hiciera la mezcla indicada para tratar al viejo.

Mientras tanto, Amaya fue a dejar a las niñas en la habitación donde había acomodado los juguetes que alguna vez fueron suyos tiempo atrás.
Vio la cuna que iba a ser para Elizabeth y sonrió tiernamente.

-Haz lo que puedas por El, no se cuanto tiempo ha estado enfermo y sin cuidado... -

Como era de esperarse, ella no se había preocupado por preservar la salud de nuestro padre, tenia todos los recursos para traer al mejor de los doctores, pero estaba claro que es lo que queria y no tenia intenciones de esperar mas.

Y así es como Morgana se puso manos a la obra después de no hacer absolutamente nada en un tiempo, cosa que la dejaba un poco “fuera de estado”, según ella.
Por fortuna tenía todo lo que necesitaba, aunque con tan poderosa flor, tampoco es que requiriera demasiadas cosas. Después de moler, sustraer ciertas sustancias y mezclar hasta que todo se volvió líquido y se enfrió, la puso en un frasco que no se hubiera usado antes y fue hacia Andreas para dárselo.

—Ya está. Con una gota de esto es suficiente… y hay mucho allí, así que tendrás para varios meses en caso de que haya una emergencia — El frasco era mediano, como uno de mermelada— Si le das de más o varias veces por día , hará el efecto contrario. Se sentirá bien en unos minutos o unas horas,dependiendo de lo que tenga.

-Entiendo... gracias por tu ayuda- dijo sin hacer ningun tipo de gesto.

Con todo el embrollo de su hermana, de su padre moribundo y para rematar Amaya estaba enojada con el.

-Yo me quedare a cuidarlo hoy... toma la habitacion que quieras, igual hace años que nadie las usa-

—Siquiera necesito descansar— Hizo un gesto con la mano como diciendo “No importa” y se retiró de allí para analizar algunas de las plantas que habían. Tomaría nota y las dibujaría.

Amaya estaba revolviendo entre sus pertenencias, aprovechando que sus hijas dormían profundamente.
Abrió uno de los baúles, en el que estaba su armadura. Suspiró tomándose la cabeza con cierto cansancio, pero sin renegar de nada.

—Me recuerdas mucho a la armadura que usé aquella vez, la que se heredaba de generación en generación entre los hombres jovencitos y príncipes de mi familia y se retrataban con él puesto — Sonrió con dulzura — Y tuve el honor de ser la primera mujer en estrenarlo, tal vez no para un retrato tradicional, pero si para una causa importante, como lo es preservar la vida de otras personas y defender la tierra en que crecieron. Lástima que me fue arrebatada y dada al rey del Oeste como trofeo de guerra — Volvió a suspirar — Mira nomás, hablando con una armadura cuando lo que estaba buscando era otra cosa.

-Claro... lo había olvidado-

Después de un rato de estarle cuidando y ver una leve mejora en su salud lo deje para irme a descansar.

Amaya estaba aun despierta, viendo dentro de un baúl y hablando sola.

-Es extraño no?, volver a este lugar después de tantos años y que este igual que cuando nos fuimos... solo nosotros cambiamos.-

Se dio la vuelta levemente, tan solo mostrando el perfil de su rostro brevemente. Sin embargo, no le respondió.
Cerró el baúl que contenía la armadura y abrió otro, en el que efectivamente sí estaba lo que buscaba: su cepillo del pelo. Comenzó a cepillar su lacio cabello, que estaba tan largo que prácticamente le llegaba debajo de los glúteos. Le seguía dando la espalda.
Al terminar, se sacó la llave del cuello y se la puso a él.

—Es cierto— Y sonrió.

-Bueno, no del todo... las acacias son nuevas-

Su sonrisa aunque a veces era mas que suficiente para hacerlo levantarse cada mañana no era reconfortante en ese momento.

-Ya tuviste el placer de conocer a la reina del Este... tan agradable como siempre, no?-

—Claro , principalmente por lo que me dijo… y con respecto a eso , sea lo que sea que haya hecho o dicho y lo que haya pasado , tengo solo una cosa que decirte : Pelea. Lucha.

Sabía que algo iba a suceder y que esa mujer era capaz de cometer una barbarie, además que por su tono parecía querer algo.

-Ojala fuera así de fácil. Ella quiere pelea y si no se la doy vendrá por ustedes... no quiero lastimara, por que al fin y al cabo es mi hermana, ademas de que en este momento necesitamos de la ayuda del Este y matar a su reina es lo que menos necesitamos... tampoco pienso entregarme en bandeja de plata... si padre sobrevive entonces no habrá pelea y por ahora esperar es lo mejor que puedo hacer-

-No me refería en sentido tan literal... Solo en el sentido de "No te rindas"- Volvió a sonreír. Ella estaba ahí para animarlo aun en las peores circunstancias - ¿Ha mejorado? - Preguntó por su padre.

-Si, esta un poco mejor, aunque sigue muy delicado-

Se sentó en uno de los baúles y dejo escapar un pesado suspiro.

-Es difícil no ser pesimista en situaciones como estas, pero es que las cosas no pudieron haber estado peor.-

-Sí , entiendo...

Suspiró y también se sentó , pero en la cama con las niñas.

-Pero estoy segura que saldremos de esta. Hemos salido de tantas... ¿Porque no ahora? ¿Porque perder las fuerzas y esperanzas en este mismo momento...? Aun si todo es difícil.

--Se que lo haremos...- Aunque no sabia como o si para bien o para mal.

Se froto los ojos con somnolencia, aunque no tenia sueño si estaba bastante cansado.

-Me siento tan raro hablando así contigo, anoche te fuiste a dormir enojada, y hoy si apenas me hablaste.-

— ¿Se puede saber en qué momento me enojé?—Sonrió— Solo que como no podías hacer nada más, opté por dormirme. Y sabes que no desperdicio esas oportunidades apenas se me dan. Además que luego tenía que ir a preparar a nuestras hijas y el resto del día estuve mentalizándome. Imaginas demasiadas cosas.

-Claro, seguro me lo imagine...- dijo con sarcasmo tirandole una almohada en la cara. -Pero esta bien, supongo que a veces tengo que dejarte dormir tus ocho horas diarias... pero bueno, tu te lo pierdes--

—Lo decía completamente en serio— Hizo un puchero, abrazó la almohada y se dejó caer de espaldas hacia atrás— De verdad no lo estaba… lo siento — Se disculpó por si la había malinterpretado y por cortar todo el rollo.

-La verdad no hace falta que te disculpes, sabes bien que soñi no quieres no tienes por que hacerlo, de hecho creo que un poco de abstinencia nos vendría bien... Un mes o dos tal vez quien sabe, puede que hasta nos acabe gustando y nos volvamos celebra los dos... Luego empecemos a dormir en camas separadas y al final acabaremos por vernos tan poco que se nos va a olvidar que estamos casados... Pero eso si, dormiremos toda la noche como dios manda- Se recosto encima del baúl, como si de verdad fuera a dormir.

Esos comentarios le dolieron en lo profundo del corazón. Tal vez era ella la que estaba malinterpretando ahora, la que estaba siendo una hipersensible de primera, pero si de algo estaba segura, es que no contestaría nada ante esos dichos y cerraría la boca para no empezar a discutir, pues no tenía la más mínima gana de hacerlo y además la situación no lo ameritaba.

Tan solo se metió dentro de la cama con las niñas y se tapó hasta la cabeza como solía hacerlo para no perder el calor corporal.

—Si necesitas algo, dímelo… — Fue lo único que pronunció en un susurro.

-bueno, en realidad si necesito algo, necesito que no creas nada de lo que te acabo de decir- se paro de donde estaba sentado y fue hasta donde estaba recostada ella y la tomo de los tobillos, tirándola de ellos y poniéndola en una posición de por demás sugerente

-Necesito a mi esposa, la salvaje y alocada que me recuerda cada vez que la miro que en esta vida todo es posible, que no importa que tan prohibidas, incorrectas o difíciles puedan llegar a ser las cosas.-

>Recuerdas lo que me decías hace tiempo? que estando el uno con el otro podíamos hacer lo que sea? que nos complementábamos y sacábamos mutuamente lo mejor del otro?, yo aun creo firmemente en esas palabras, y ahora necesito que saques lo mejor de mi, que me complementes y me animes en mi hora mas escura, no se que es lo que pueda pasar mañana, pero se que si te tengo conmigo, aunque sea el peor de los escenarios posibles, de algún modo o de otro hallaremos la forma de salir bien librados-

—Yo también sigo creyendo con convicción lo que dije aquella vez y nunca sería capaz de dudar de ello… Pues es la verdad. A mí me tendrás siempre, porque yo estaré eternamente a tu lado— Sonrió. Ahora si hablaba completamente literal — Nunca sería capaz de dejarte solo, después no tendría cara para mirarte si hiciera eso, pues lo consideraría un grave error y tendría gran vergüenza de mi misma.
>>Al casarnos hice un juramento: que estaría en las buenas y en las malas ¿No se trata de eso todo esto también…?

Estiró sus brazos para que le correspondiera.