۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

―Y eso porque no te pusiste a saltar encima del colchón― Le tomó ambas manos y lo invitó a pararse encima del mismo, para ella comenzar a saltar― Dime lo que quieras mientras jugamos.

--

Isabel pensó que era lo mejor. Además que ahora que estaba pasada de copitas, su actitud alegre era la que permanecía.
Acercó hacia ella una fuente llena de agua fresca y se lavó el rostro, así sacaba ese maquillaje corrido que la hacía ver horrenda. No quedó nada, más que la pigmentación que le había dado el labial.

―Esto me suena a cita. Pero está bien, acepto tu propuesta. Los jardines se ven bonitos, así que…

Aceptó de buena gana, contrastando con la apariencia berrinchuda que tanto se empeñaba en mostrar.

Al verla saltar lo que veia era esos dos pechos enormes sacudirse debajo de su vestido, si hubiera sido sincero lo primero que le habria dicho era que queria agarrarselos con las manoa y estrujarlos, pero era otro el motivo que lo habia llevado ahi.

Se subio a la cama y empezo a saltar.

-Es sobre lo de hoy... no pude evitar notar el interes del rey por mis primas... y su paredido que tienen en los ojos... nadie mas en el mundo tiene esos ojos mas que mi tia Amaya... ella y mi madre no hablan nunca de la familia y segun escuche a tu conservatorio lo llamaron asi por la hermana del rey que huyo con un amante hace casi veinte años... la razon por la que nos invitaron realmente es esa?, La tia Amaya es hermana del rey?

___

-Vamos entonces a que te de el fresco afuera, y podemos hablar alli.

No se atrevio a tocarla, parecia que eso no le gustaba, solamente le tendio la mano y espero a ver si la tomaba.

-Te puedo ofrecer el mejor vino que has provado en tu vida, solo por esta ocacion.

Dejó de saltar de repente.

―Es muy grave lo que estás diciendo, pero… Puedo averiguarlo, solo dame algo de tiempo. Tiene coherencia. Yo también creo que hay algo muy raro en todo esto.
>>Justamente estaba escribiendo una carta a mi madre por todo este asunto… Si todo esto llegara a ser cierto, si tu tía es la princesa, eso significa que tú compartes linaje. Si no me equivoco, no solo huyó Amaya Jarishmort, sino también Lucifenia Jarishmort con su hermana Ladelly Jarishmort. Fue un gran revuelo en su época y aún sigue siendo motivo de habladurías en todo el continente.

--

Sin embargo, era tan lanzada que no le tomó la mano, sino el brazo, como si fueran una pareja comprometida o unos amantes alocados.

―Solo si lo compartes conmigo.

-Yo no tengo dudas... Amaya, Lucifenia y Ladelly, son ellas... mi madre y mis tias... mi tio Andreas debe ser el hijo del conde Rothsik de Noctis en Söl Austan, y mi padre Marcus McGrat el antiguo conde de este castillo y mano derecha del padre de Raziel... son demasiadas coincidencias, no puede ser de otro modo, y eso significa que somos Jarismoth todos... somos hijos de princesas y nobles.

Lejos de alegrarse, eso solo le preocupaba, sabia que habia una razon por la cual sus padres nunca volvieron a Amaranto y sabia cual era.

-Elinor, antes de que otra cosa pase debo confesarte algo: Desde el primer momento en que te vi supe que eras la mujer mas hermosa que he visto en mi vida... y cuando hable contigo supe tambien que eras la de alma mas bella y bondadosa... y creo que estoy enamorado de ti.

___

La llevo hasta el jardin, donde se sento en una banca cerca del laberinto de arbustos que habia alli.

-Seguramente te preguntes lo de la carta de esta mañana. -De su bolsillo saco su baraja, tomando una carta, el rey de treboles y de esta sacando una botella de un vino especial que en la etiqueta decia "Vino de sangre afrutada", un vino fuerte en sabor pero no en alcohol.

-Es un secreto de familia... mi madre me enseño a guardar cosas en papel. -De la misma carta saco dos copas y las sirvio hasta el tope. -Es una bebida muy especial... la hacen con frutos de un bosque magico que hay en Amatista del Oeste, segun dicen la hacen los elfos, y cada sorbo sabe diferente al anterior.

Comprendía cuál era su preocupación. La situación política entre los países era muy tensa, por no decir un desastre… en parte causado por esas huidas repentinas de esos nobles.
Iba a comentar sobre eso, hasta que escuchó lo otro. No pudo desviar la mirada, tan solo atinó a ruborizarse toda y quedar paralizada. ¿Tenía miedo por esa revelación y por eso le estaba confesando sus sentimientos?

―No pasará nada…― O eso quería creer. Había sido impactante esas palabras― Temo que si supieras varios secretos míos me odiarías…

--

No daba crédito a nada. Pensó que era su borrachera la que le estaba haciendo oír y ver cosas extrañas. Se refregó los ojos.

― ¿De verdad… existe algo como eso?― Había dibujado mucho arte erótico inspirado en mitología, y pensaba que por algo los antiguos creían en esas cosas. Se puso curiosa.

--

Elizabeth se había dormido. Ya no estaba más con fiebre, pero el calor de la nuca era insoportable. Sentía como si le hubieran vaciado una caja de hormigas rojas.
Se llevó una mano a ese lugar y presionó un poco para ver si se iba esa sensación. Cuando sacó la mano, pudo ver un símbolo complejo y extraño en la piel de la misma. Capaz la fiebre la había vuelto loca, pero no… la invadió un pánico terrible. Quiso borrarse ese símbolo, creyó que era brujería o algo así; recordó a Lis rezando y se arrodilló enseguida para hacer lo mismo, sin dejar de mirar. De repente, se desvaneció.

―Alguien me hizo algo…― Pensó, ignorante de lo que le había sucedido cuando aún estaba en el vientre de su madre.

-Jamas podria odiar un alma tan dulce como la tuya... pense que nunca emcontraria a alguien asi, y ahora que lo hice no quisiera perderte por nada del mundo, te prometo que nunca voy a odiarte, sino todo lo contrario... si me das la oportunidad.

___

-Es realmente algo muy simple... en la era del fuego cuando los magos eran abundantes en la tierra esto era cosa de todos los dias... lo impresionante era lo que algunas personas con dotes para la magia podian hacer... invocar criaturas muy poderosas de otros mundos, levantar montañas o hacer llover fuego, escarcha y relampagos... esa si era magia-

La epoca de la que le hablaba era mucho muy vieja, desde que supo la verdad se habia interesado en esas cosas, y con los recursos que tenia no fue demasiado complicado obtener informacion.

-Pero no es de esto de lo que quiero hablar...-

Se puso un poco mas serio, dejando las cartas en la banca donde estaban sentados.

-Estaba pensando que... bueno, si estas aburrida por las tardes y quieres divertirte, yo puedo conseguirte algo mas divertido que una botella de vino barata y unos postres decorados... si te interesa.

Le apenaba mucho porque no sabía cómo corresponder a sus sentimientos.
Se le vino a la cabeza el consejo de su hermano, el de buscarse un extranjero. Y ella quería alguien con quien compartiera cosas y la amara de verdad.
Estaba el tema de sus padres, de cómo se lo tomarían si se enteraban del linaje de Alexander. Eso la torturaba. Si ellos lo rechazaban como pretendiente, dado la situación política, la herirían de muerte.

―De acuerdo― Cedió al final y se acercó― No voy a desperdiciar esto. Te he estado esperando desde hace mucho tiempo, aun cuando siquiera lo sabía― Terminó por abrazarlo y darle un besito cariñoso en el cuello.

--

A Isa le entró cierta desconfianza. No entendía porque le mostraba todo eso y le decía esas cosas, como tampoco el hecho de que le ofreciera diversión. Incluso se tomó esa diversión con un doble sentido, un mensaje subliminal.

― ¿Me quieres llevar a la cama?― Preguntó con seriedad.

La verdad era que cada vez que alguien le ofrecía sexo, ella lo rechazaba rotundamente. Y si alguien la tocaba como se tocaba ella, no le permitía la penetración con los dedos solo por un motivo muy íntimo.

―Prefiero los postres y el vino barato― Arrugó la nariz.

-Lo dices en serio?- Preguntó. -Eso... eso es genial.

Recargo la cabeza sobre su hombro, y la abrazó.

-No molestara esto a tu hermano?, tal vez deberia preguntarle o algo antes de dar por hecho que podriamos estar juntos.

___

Maximilian casi azota la cara contra el suelo, habia entendido todo al reves.

-No me referia a eso... pensaba en cenas en lugares bonitos con comida deliciosa y musica alegre, champaña o algo mejor que ese vino barato... -

Dio un trago a la botella, un trago largo.

―Las mujeres en mucho tiempo hemos sido dominadas por hombres. Me han dado la suficiente libertad en mi vida como para reflexionar y decidir qué es lo que yo quería hacer con mi vida, independientemente de otros. Es mi vida, nadie tiene que meterse en ella e interferir con mis decisiones. Siquiera mi hermano― Le acarició el rostro con cariño mientras le decía todo eso y lo miraba a los ojos.

--

―Tú eres raro. Al principio te burlas de mí y después quieres divertirte conmigo… o a costa mía. ¿Qué es lo que realmente quieres? ― Le sacó la botella, esperando a que le respondiera y que la reclamara luego de soltarle la verdad. Igual no se la daría.

-Eres increible.

Nunca se imagino que se le iba a declarar en una cama, mucho menos que lo haria parado en vez de acostado, era un momento extraño, pero feliz.

-Entonces... puedo besarte?.

___

-Se que soy raro, pero lo que te propongo no tiene intenciones ocultas ni nada por el estilo, si no te convence puedes dejarlo y no te molestare mas, pero dame una oportunidad.

Empezó a reírse del nerviosismo.

―Si quieres hacerlo, adelante, no me opondré. Pero que sea bonito, es mi primer beso y quiero que sea memorable.

--

―No me convence, sin embargo, solo te daré una oportunidad porque quiero hacerlo― Mejor dicho, por lo que le había dicho Elinor esa mañana. Bebió de la botella también ¡Era cierto! Sabía distinto.

-No lo creo! Tambien es el mio... esta bien, aqui voy.

No tenia nada de experiencia en ese ambito, pero habia visto como sus padre lo hacian de forma tan apasionada, y sus tios no se quedaban atras.

Junto sus labios con los de ella y le dio un largo beso, con los ojos cerrados.

___

-Me basta con eso. -Respondio. -Mañana en la noche, ponte unos zapatos comodos, los vas a necesitar.

Elinor le siguió el beso. Estaba muy emocionada, el corazón se le saldría por la boca y explotaría como fuegos artificiales.
Se separó cuando requirió respirar.

―Ni siquiera saltar en la cama me agita tanto― Se tiró en el colchón y lo jaló del brazo, para que cayera también― ¡Imaginemos que el techo es el hogar de Dios! Con sus ángeles pintados…

Observó semejante maravilla. En todas las habitaciones los techos estaban pintados de esa manera, a veces con diferentes temáticas. Pero se rumoreaba que la más bonita era la de la princesa Amaya, que estaba clausurada y cerrada con llave desde hacía más de una década. Paredes rosadas, adornos de oro, retratos y pinturas de todo tipo colgados en los muros, cortinas damasco…

―En mi casa todo es más bien rústico y todo tiene adornos de piedras preciosas. Después de todo, es un castillo de piedra más viejo que mi tatarabuela… No puedo contemplar la maravilla que hay aquí, sino los tapices medievales y polvorientos, además de armas y armaduras.

--

―Una dama se ponga los zapatos que se ponga, jamás se los saca. Por más que pareciera que los pies están por explotar. Andar descalza no es propio de una señorita, menos de una señorita como yo. A nadie le gusta ver los pies de una chica― Estaba convencida de lo que decía. Nada era menos atractivo que unos pies descalzos, mostrando los juanetes, cayos y a veces el aroma a humedad que adquiría… aunque sus pies no tenían feo olor, siempre los cuidaba con aceites perfumados y de medio oriente.

-No quiero ver el techo... quiero verte a ti.

Al caer habia quedado con la cabeza sobre su hombro, podia sentir como su corazon palpitaba con agitacion, el suyo estaba igual.

-Mi casa tambien es de piedra, pero a medida que crecia la familia la cambiaba y adaptaba a nosotros, tambien tenia muchos adornos y eso... esculturas mias y de mi padre, cuadros de Isabel que dejaban ver cuanto mejoraba cada año... todo lo que habiamos logrado en estos veinte años, teniamos bastos campos verdes donde pastaban nuestros caballos, vuñedos huertos y hortalizas... todo lo que la empresa que regentaba papa producia y comercializaba, en eso no habia mucho lujo... solo trabajo duro.

La abrazo de la cintura, trataba de no repegarse mucho contra ella para que no lo considerara algo sexual, pues esa no era su intencion.

___

-Una dama no hace muchas cosas... una dama se pierde de mucho y vive bajo el yugo de un hombre controlador que le dice que es lo que tiene o no que hacer... puedes ser una dama o puedes ser una mujer libre, como tu madre lo fue...-

Le quito la botella en cuanto se distrajo y le dio otro trago, la botella sabia a su lapiz labial.

-Te diste cuenta por que Raziel se alegro tanto al verlas, verdad?

Paso el dedo por la boca de la botella, para quitar la pintura del labial de ella, no habia ninguna.

-Que raro... entonces era el vino lo que me supo asi. -Dijo extrañado, le habia sabido como al beso que le dio hacia unos minutos.

―Qué bonito… Me gusta que me cuenten de cómo es afuera. Ser princesa es muy aburrido. Madre siempre nos dejó hacer lo que quisiéramos, pero en el fondo me sentía obligada a comportarme como una señorita frente a los demás nobles, que siempre están vigilando cada paso que das para sacar las uñas. No salíamos a otros lugares fuera de los terrenos fértiles del castillo, a pesar que dicen que Amatista es como una vieja ciudad medieval, bien encantada.

--

―Pues yo nunca hago lo que me dicen. Solo hago lo que me conviene. Siempre obtengo lo que quiero solo con el poder de mis encantos, gracias y talentos. Que muchos tontos se crean que yo soy una hueca, es problema de ellos. Soy más inteligente― Se desarmó el peinado y tiró el cabello hacia un costado, como solía hacer siempre y miró hacia otro lado. Sus labios siempre sabían a alcohol y cerezas, según muchos, un dulce y adictivo néctar― No lo sé. Supongo que debe tener sus motivos. Tiene nuestros mismos gustos, y es un hombre encantador.

-Mi casa es tu casa... eres bienvenida cuando quieras.

Se giro para ver el techo con ella, no queria incomodarla viendola fijamente tanto tiempo.

-No hay mucho que hacer alla, salvo cabalgar por las praderas y playas que hay a los alrededores... Yellow debe ser mas entretenido.

___

-Bueno, es cierto que lo es...- Le sorprendia que no se diera cuenta de su parentezco. -Te comprendo mas de lo que crees, yo y mi hermana solemos fingir ser otras personas, cuando saben que somos principes empiezan a tratarnos diferente... Elinor tuvo que cambiarse de conservatorio por que sus maestros no le señalaban sus errores solo por no disgustarla, no progresaba y se quedaba en lo mismo, luego descubrio este exclusivo de mujeres... ya es su ultimo año y aun no la descubren.

Le regreso la botella, no le preocupaba que se emborrachara con eso.

―Suena bien… A veces un poco de relax es bueno― Estiró las piernas― Yellow del Norte es una ciudad alegre, festiva y llena de vida. Si sales un poco de las afueras del palacio, podrás ver la actividad. Nadie se acuesta antes de las tres de la mañana. Incluso en el pueblo es más o menos así, alejado de la capital por completo. Y aun así se levantan a las cinco de la mañana a trabajar.

--

La razón por la que Isabel no había prestado demasiada atención, era por un detalle: Los ojos de Raziel cambiaban un poco de tonalidad según la luz. A veces eran más violáceos y otros resultaban ser de un azul profundo. Aunque no podía negar que sentía una calidez familiar con ese misterioso rey.

―Eso es horrible. Interferir con el progreso de un artista… es como para partirles la cara de un golpe― Estiró las piernas y se echó un poco para atrás, sacando pecho― Pero bueno, en parte entiendo… mi familia está podrida en dinero. También le sucede algo similar a mi hermana Elizabeth, siempre la acosan y molestan, por eso ella se volvió más solitaria y tímida. Antes ella era todo lo contrario, tenía una actitud avasallante y yo… solamente miraba como se embellecía y desbordaba de talento. Todos adoraban a mi hermana, pero siempre otras familias quisieron comprometerla con los odiosos de sus hijos. Mi madre siempre los echaba a patadas, pues generalmente mi padre se ausentaba por sus negocios y viajes. Eli lo único que le interesaba era aprender a tocar instrumentos, y seguir con su meta de ser directora de orquesta, haciendo sus propias composiciones. En Francia la rechazaron… y vinimos aquí. Ella quería que no me estancara solo pintando retratos de gente odiosa. Y tampoco quería quedarse en un lugar donde la discriminaban por ser una mujer y a su vez la halagaban por su dinero.

Dio un largo suspiro.

-Pero bueno, hablé de más.

-Quieres salir alguna vez?, no se como exactamente se divierte la gente tan tarde... pero si vas conmigo estare encantado de averiguarlo, podemos hacerlo cuando quieras, o cuando no debas ir al conservatorio.

Con su mano le tomo la suya sin voltearse a verla, esperaba su respuesta.

___

-No me hables de esos matrimonios... la sola idea de una persona que se acerca a ti pensando en tu dinero y tu linaje me revuelve el estomago... sabes, a diferencia de lo que crees no soy un mujeriego, nunca he tenido una pareja de ningun tipo...

Max habia desarrollado una especie de fobia por el sexo con desconocidas, por las posibles enfermedades venereas mas precisamente, las razones eran obvias.

―Cuando quieras, cariño. Estaré encantada― Le llevó la mano hacia su pecho, a la altura del corazón― No importa el día, el momento o el lugar. Será divertido. Incluso dentro de todo este lujo protocolar hay diversión, te lo mostraré.

--

―Bueno, estamos igual. Soy más virgen que un convento de monjas― Había soltado eso sin pelos en la lengua― Incluso más que eso. El tema es que todos piensan lo contrario, que soy la putita que me la paso practicando felaciones y me dejo dar hasta por atrás. Incluso veo reflejado ese pensamiento en los ojos de mi padre. Pero bueno, en parte mejor.

-Seria mucha indiscrecion hacerlo ahora mismo, aunque me gustaria... pero que tal mañana? -Sugirío. -Vamos a pasear por la ciudad, será divertido.

No tenia demasiado dinero, pero veria como podia divertirla.

-Esta vez algo mas atrevido que unos ricos postres de colores, si quieres.

___

-Dale un respiro a tu padre, si lo piensa pero no te lo echa en cara puede que sea por que aun tiene un poco de fé en ti... y si tu dices que eres virgen yo te creo.

Eso para él era una exelente noticia, si aun no se habia desvirgado si que tenia absolucion, pero debia cuidar que siguiera asi y sacandola a divertirse no se aburriera y acabara llendose con algun borracho que le llamara la atencion, sabia que ese mundo era sumamente peligroso.

-Quiero disculparme otra vez, te juzgue antes de tiempo y estoy arrepentido...

―Bien, bien. Aceptaré tus términos, te aseguro que no me arrepentiré― Estaba un poco cansada. Demasiadas emociones para un solo día. Acomodó un poco la cabeza en la almohada y se aseguró de verlo en detalle antes de quedarse dormida, así tenía una buena imagen.

--

Isabel estaba borracha en ese momento y soltaba todas sus verdades. Probablemente no recordaría eso al día siguiente, su memoria se bloquearía y andaría haciendo de las suyas.

―Bueno, no te arrepentiste por besarme… ― Volvió a su actitud juguetona.

-Quieres que me vaya? -Preguntó, se dio cuenta que tenia sueño.

Le acaricio la mejilla y sonrio, no podia creer lo afortunado que era.

-Podria hacerse un escandalo si me encuentran aqui.

___

-Parece que te falla la memoria, la que me beso fuiste tu. -Se rio y se empino la botella, le seguia sabiendo a labial de cereza.

-Y me dejaste un sabor en la boca que se degustaba como el doble de prohibida... aunque ya no recuerdo exactamente que era, una era el alcohol y la otra estoy casi seguro que era lujuria... o el sabor del beso de una mujer que acaba de venirse, no hay diferencia.

―No quiero que te vayas, pero a la vez quiero dormir― Pensó por un momento en las consecuencias― Pero tampoco pretendo comprometerte… Así que solo te voy a pedir algo: tápame antes de irte ¿Si? Eso sería un gesto muy tierno.

--

―En vez de seguir saboreándolo sin nadie, podrías seguir degustándolo de mi boca todo el tiempo que quieras. Después de todo, las demás pueden tener labios de rosa, de rubí, de lo que sea… pero nunca de cereza como los míos― Hizo un movimiento con las cejas y sonrió.

-Esta bien, me ire pero solo despues de que te quedes dormida..-

Busco la manta y se tapó junto con ella, abrazandola y enredando su pierna con la de ella.

-No te enojes si luego de que caigas dormida me quede un poco mas, prometo no aprovecharme.

___

-No sabria igual... no son las mismas condiciones.

Esta clase de cosas eran las que queria evitar, pero se estaba dando cuenta de que era imposible, no podia pedirle que dejara de ser como era, seguramente lo mandaria al diablo. Con la botella de vino se dio cuenta de que lo mejor era darle por su lado y ya captada su atencion convencerla de no irse a los excesos, por lo menos le enseñaria a controlarse, pero una cosa era su gusto al alcohol, otra era su libido.

―Confío en ti, sé que nunca harías una cosa así― Volvió a acomodarse y se quedó dormida a los minutos, al respirar con lentitud. Ese calorcito le resultaba muy familiar, la reconfortaba y a la vez la relajaba de sobremanera.

--

Isabel perdió la mirada ante esa respuesta. No siguió insistiendo, solo se paró como pudo y empezó a caminar por el lado contrario al del laberinto, tambaleándose aquí y allá. Pretendía llegar al palacio de nuevo.

―Cuando te estés muriendo por hacerlo no te voy a dar ni la hora! Te vas a arrepentir― Le gritó a lo lejos, haciendo eco y retumbando su voz por todos lados.