۩ღ Acacia Amarilla ღ۩ [Privado , Evil-Dog]

―Entonces no perdamos más tiempo.

El instructor volvió a retirarse, pero esta vez para hablarle al director sobre ese inconveniente que había surgido y también para informarle lo que había determinado.

―Toma el horario que más te convenga, o el que se te plazca, como quieras…― Le habló Ed a su hermano, resignado.

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―Claro, no queremos apurar las cosas― Sonrió con eso. Era la primera vez que se refería en plural, incluyendo al otro y no solo hablando por ella misma.

-Esta bien, yo vendré en la mañana... así puedo pasar las tardes con Elinor.

Su tono de voz era indiferente, suponía que él ya se había dado cuenta de que quería estar separado, quizás el sentimiento era mutuo.

-Te parece bien?

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-Quizás si, quizás no... algunas cosas podrían decirse que ya las hicimos antes de tiempo, pero no importa... cuando estemos casados nadie podrá decirnos nada.

Ed asintió. Le iba a decir que le daba igual, pero nada le daba igual.

Capaz el horario de la tarde para él era el mejor, así se centraría en ser alguien para Isabel, o tal vez Elizabeth, el reconocimiento de alguna de las dos. Trabajaría hasta tarde, aun si tuviera que pasar pena y miseria, o no las viera tan seguido. Ahora sentía que con esta nueva oportunidad sería al fin una persona de provecho.

El director entró de golpe, esta vez con un claro veredicto.

―No suelen hacerse estas cosas seguido… pero dado que superan las expectativas y tienen claro favor de su majestad, el rey, podrán tomar turnos diferentes.

―Entonces yo iré a la tarde.

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―Desde ya no deben decir nada de nosotros, cariño. Ah, pero eso es tan inevitable. Por fortuna nos resbala, ¿Cierto?

Pensaba en lo mucho que disfrutaría con él a su lado.

―Quiero ver todo lo que reservas para mí… y quiero mostrarte todo lo que yo guardo para ti. Aunque pareciera que he agotado mis recursos, nada más lejos de la verdad.

Tenía hambre. No había probado bocado desde que despertó.

-Entonces cuando empezamos? -Preguntó Alexander. -Usted hablo de dos meses, yo me considero por encima de un intermedio, pero me conformo con empezar en ese grupo.

No podia esperar para ver de nuevo a Elinor y contarle todo lo sucedido, al fin habia logrado lo que queria, y las cosas por fin iban a ser como habia soñado.

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-Bueno... no todo, Elinor es muy importante para mi y quiero que ella este de acuerdo con lo nuestro.

No queria ponerse a enumerar a las mujeres de su vida por inportancia, pero su adorada hermana era demasiado importante, Isabel podia llegar a ser su mujer pronto, pero ella siempre seria su hermana menor, a la que quizo y protegio por muchos años.

-Ustedes dos deben conocerse mejor, seguro se vuelven buenas amigas... seria muy importante para mi que se llevaran bien.

―Mañana mismo― Respondió el obeso hombre que apenas podía estar parado― Puede que con tu talento pases a un nivel superior enseguida… también depende de ti.
>>Lo mismo va para su hermano.

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Isabel asintió.

―Me gustaría que pasara lo mismo con mi hermana Elizabeth. Ella también es demasiado importante para mí. Ella y lo que hace es una de mis musas, no podría cambiarla, aun con sus defectos y su retraimiento― Sonrió― Gánate su favor. No digo su amistad. Solo una parte de sus sentimientos y la pureza que hay en ellos.

-Enronces mañana temprano!

Se puao de pie inmediatamente y le dio a Ed una palmada en el hombro.

-Vamonos, debo ir a ver a alguien..

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-Tenemos que aclarar todo esto... una vez que tu hermana vea que voy enserio conrigo va a convencerse, tenemos que juntarnos los cuatro para cenar, esta noche de ser posible!

Le tomo ambas mejillas con las palmas y le dio un gran beso.

-Eso me recuerda que debo alimentarte rapido... te comprare un baguette de camino, tengo aue arreglar algunas cosas.

―Ve, yo debo hacer unas cosas. Primero pasaré por casa.

Estaba pensando buscar un trabajo de medio tiempo para colaborar en el hogar, y de paso ahorrar un poco de dinero, fuera para gastos personales o comprar obsequios bonitos para sus primas.
No deliberaba darse por vencido ni aun vencido.

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―Está bien, amor. Pero hoy es lunes, no saldrán hasta el viernes por la tarde.

Y puede que en unos días o a mitad de semana ella dejara de holgazanear y se decidiera ir de una vez para obtener un título.

―Pero para ese momento vas a ver que mi hermana te aceptará en su vida. Vas a ver su lado dulce y bonito.

Lo bueno es que ya no se encontraba tan enojada con Elizabeth por el asunto de la bofetada. No sabía lo que le esperaba en casa cuando volviera.

Se fue del lugar a toda prisa y tomo un coche diligente que lo llevo hasta el otro lado de la ciudad, donde estaba el conservatorio de mujeres, pronto seria mediodía y sabia donde encontrar a Elinor a esa hora, en el pasillo exterior del conservatorio, la esperaría allí hasta el medio día.

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-Es enserio?, pero no puedo estar toda la semana sin verte...

Dejo de caminar por un momento, aun le llevaba de la mano.

-Si te quedas en el internado no podremos seguir con la pintura, ademas de que sera tan aburrido pasar el día completamente solo.

Una vez fue mediodía, las señoritas tenían una hora de descanso, para después seguir con la doble jornada.
Elinor salió de su salón con una gran cara de felicidad, había hecho un boceto que ella consideraba muy bonito y ese era motivo para estar contenta.
Era un retrato de Alex. Ya le daría un acabado más profesional, y sabía en qué: en tiza pastel.

Se preguntaba si estar enamorada influía en su arte.

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―Oh… tienes razón.

Se quedó pensando. Quería acompañar a su hermana, pero a la vez estar con su futuro esposo y pasar ratos pasionales con él.

―Buscaré un profesor particular reconocido, en un taller.

Fue su respuesta tranquila. No se hacía demasiadas complicaciones.

-Vaya cara de felicidad hay en tu rostro! -Dijo Alexander al verla. El la esperaba sentado en la barda exterior del conservatorio, paralelo a uno de los pasillos de los salones de artes manuales.

No se había atrevido a ir mas allá de eso, si algún docente lo veía lo echarían del lugar de inmediato.

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-Que dices... tu y un hombre solos en la misma habitación todo el día... imposible.

Siguió caminando en dirección a su casa, tenia otra cosa en mente.

-Debes seguir en el conservatorio, las oportunidades de exito son muchísimo mayores de ese modo... tendrás que escaparte por las noches para vernos.

Elinor buscó la dirección de la voz, y al verlo, no tardó nada en ir corriendo hacia él para lanzársele encima.

―Eres un loco. Te van a matar si te ven aquí… y no necesariamente las superioras― Sabía cómo eran algunas chicas y lo histéricas que muchas se ponían― Ahora que te veo me siento mucho más feliz. Pero lo importante es ¿Lo conseguiste?

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―Pude hacerme un nombre en Francia sin estudiar jamás ¿Por qué no lo podría hacer aquí? Además, ya sabes bien que logro todo lo que me propongo. O por lo menos debes imaginártelo.
>>Escapar por las noches es tentador... pero será mucho problema hacerlo todos los días.

-Claro que si... por eso vine corriendo a contártelo!

Bajo de la barda y se alejo un poco del pasillo con ella, no quería llamar demasiado la atención.

-Tenia que venir a verte y... hablar un poco de eso que paso la noche anterior, ya que no puedo hablarlo con nadie mas.

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-Tal vez digas eso ahora, pero ya veras que va a valer por completo la pena.

Tan solo la miraba de reojo, pensaba en todo lo que podia llegar a hacerle si la tenia a solas por las noches.

-¿O es acaso que no te emociona la idea de pasar toda una noche conmigo?

Se puso muy contenta por eso, pues se lo había confirmado. Pero esa sonrisa desapareció de inmediato cuando le mencionó lo de la noche anterior. Estaba tan avergonzada que no pudo mantener la vista ni un solo segundo, quería que ignorara eso que vio y no le preguntara cosas que ella no podía responder… porque había cosas que siquiera para ella había respuesta.

―Solo dime…― Murmuró.

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―Yo no dije que no me emocionara. Al contrario, se encienden todas mis fantasías y empiezan a dominar mi mente por completo, para terminar transformándome en una bestia.
>>Peeeero… siempre hay un pero, y eso es que no se puede hacer todo junto― Alzó ambos brazos, estirándose, y negó con la cabeza―. O voy al conservatorio, me escapo por las noches, pero no podré terminar la pintura dado que necesito el mismo espectro de luz a la misma hora… O no voy al conservatorio, pero sí a un taller y tendré más tiempo para estar contigo casi toda la semana. Aunque probablemente para llegar al rey me tarde un poco más de tiempo― Murmuró eso último con la mirada perdida.

-Es Elizabeth, ella era a quien buscaba, incluso cuando llegamos todos los demás no le quito la vista de encima, y le veía con una expresión... creo que ella esta en peligro.

Trataba de recordar esa escena con cuidado, pero todo había pasado tan rápido y estaba tan asustado al ver esa cosas que no podía pensar con claridad.

-Ademas no parecía ningún animal conocido... no parecía algo de este mundo.

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-Es verdad... pero eso se puede solucionar, me colare al conservatorio en las noches al volver... y seguiremos con la pintura por las mañanas antes de que empiecen las clases, no quiero que dejes la escuela ni tampoco a tu hermana, es mejor que te quedes.

― ¿Te digo la verdad? No tengo idea de qué podría llegar a ser. No sé de dónde salió y no sé por dónde se fue. Y lo que me preocupa es que tampoco sabemos dónde podría estar en este momento… pero tranquilo, hoy seguro debe estar aquí, en su dormitorio asignado. No pasará la noche sola si es lo que te preocupa. No creo que esa cosa se acerque cuando hay un montón de gente, pues la atacó cuando pensó que estaba sola.
>>Después la busco.

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―Bien, haremos eso.

Solo esperaba aguantar el ritmo.

― ¿Quieres que esté con mi hermana por esa cosa de anoche, cierto? En caso que vuelva a aparecer, no podré hacer mucho― Sacó el tema de repente.

-Si, pero no puedo evitar sentirme preocupado, ella no debería estar sola en ningún momento hasta que sepamos lo que esta pasando... si su conservatorio fuera un poco mas flexible con el tema de dejarlas ir a sus casas por las noches... pero creo que aquí estará mas segura al fin y al cabo.

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-Las razones son muchas... la emoción de meterme a hurtadillas para verte por las noches es una de ellas.

>> Ademas este lugar puede darte muchas oportunidades, el museo pronto se fijara en tu trabajo y exhibirá tu trabajo en sus galerías, es lo mejor para ti.

―Podría hablar con el rey sobre eso. Pero no quiero que después las demás se la agarren con la pobre Elizabeth por creer que está acomodada. No sé cómo serán en la parte de música, pero aquí en artes plásticas son bastante crueles si se lo proponen.

Suspiró.

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Isabel solo sonrió en respuesta.
Continuó caminando como si nada, tratando de no pensar demasiado en esa bestia horrenda que creyó ver a pesar de la oscuridad de las calles.

―De todos modos, esta semana me la tomaré.

-Espero que no digas eso por experiencia Elinor.

Lo ultimo que él quería era provocarle problemas a Elinor por estar en ese lugar, y con lo que había pasado hace unos días cuando su hermano la visito estaba claro que solo con dejar que lo vieran seria suficiente.

-Aun asi, si consiguiera algún permiso para salir esta semana seria genial... ademas, ahora que al fin estoy en la escuela de arte quiero mas que nunca hacer esa escultura tuya, así que si consigues un permiso para ti también seria estupendo, así podría empezar cuanto antes.

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-De verdad?, bueno... entonces tendremos toda esta semana para nosotros.

De camino a la casa compro comida para ellos en un puesto ambulante, el desayuno afuera se había arruinado por culpa de esos sujetos, pero aun así comería con ella en casa, aun tenia ese plan del lago para la tarde y debía arreglarlo pronto para que estuviera a tiempo.

Al llegar a la casa se dio cuenta de que la puerta estaba abierta, el ruido de Elizabeth limpiando se escuchaba desde la entrada, nunca pensó que la encontraría ahí, cuando recordó lo de la pintura casi se queda sin aliento.

-Parece que tu hermana llegó antes...-

―Ah, ya no importa esa experiencia.
>>Procuraré conseguir ese permiso. Tendré que rogar y arrastrarme por el suelo, pero lo conseguiré, ganaré por insistencia.

Se sonrojó al pensar en lo de la escultura. Se preguntaba cómo quería que ella estuviera. Un desnudo sería bonito, solo le traería ciertos inconvenientes, pero podría hacer una de pequeño tamaño para ocultarla con mayor facilidad. Le diría que hiciera otra aparte, como un regalo de parte de ella hacia él.

―Será divertido― Le dio un beso en la mejilla.

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― ¿Cómo? Si tenía que estar en el conservatorio hasta el viernes. No me digas que se arrepintió― Algo olía mal y no era la basura que Eli estaba sacando.

Al entrar, un poco temerosa a decir verdad, vio a su hermana mayor arrodillada en el piso limpiando el suelo con un trapo húmedo y una cubeta de metal al lado, llena de agua.

―Hola…― Saludó.

Elizabeth tan solo alzó la mirada, la ignoró y continuó efectuando su labor.

―Quítate los zapatos, por favor― No quería que la mugre de afuera se pegara en los sócalos del suelo.

―Eli, no me ignores. Me matas con tu indiferencia. Sé que estás molesta, no te voy a preguntar nada, siquiera qué haces aquí. Desayuna con nosotros, ¿Si? ― Le reventaba un poco tener que casi rogarle.

Elizabeth fregó un poco más y paró su movimiento frenético.

―De acuerdo. Quiero hablar contigo.

-Maravilloso!, he estado pensando mucho en ello y quiero emular el estilo del maestro Antonio Corradini, aunque se que sera un gran reto... y me da un montón de vergüenza, no se como podría pedírtelo sin que pienses mal de mi así que solo le are de una forma simple... quiero esculpir tu cuerpo cubierto de un velo o prenda delgada... se que esa clase de ropa siempre es muy translucida y a veces es como no llevar nada puesto, pero es lo que deseo hacer.

No le habría propuesto un desnudo, no se atrevería ni tampoco era lo que quería, el pensaba que crear la ilusión de un cuerpo desnudo vagamente cubierto era mas atractivo que simplemente formar un cuerpo sensual al descubierto, las figuras veladas de su mas grande inspiración le habían dado ese empujón hacia la escultura que su hermano nunca tuvo, llegar a ser así de bueno era su meta en la vida, y ahora que tenia la habilidad necesaria y la modelo perfecta era el momento que no podía dejar pasar.

-Yo me encargare de todo, el vestuario, los adornos y el lugar para trabajar... se que modelar es muy aburrido pero te prometo que lo haré lo mas entretenido y menos tedioso posible.

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-Menos mal que traje bastante... -Dijo Maximilian en voz baja.

Llevaba todo en una bolsa de papel, los emparedados tan característicos de Francia eran también muy comunes en Yellow, la descendencia cultural francesa era evidente en ese sentido.

-Todos queremos hablar, esta situación se ha convertido en un enorme malentendido, y justo veníamos hablando de eso en el camino... queremos arreglarlo lo antes posible.

―Todo sea por ti y tu arte, querido mío― Sonrió amorosa, aceptando su propuesta de buena gana y sin rebuznar― También tengo algo para ti… oh, arruiné la sorpresa. Qué torpe. Pero bueno, no importa, te la entregaré cuando la tenga lista. Lo importante es que llegues al museo y a hacer una muestra, es lo único que importa ahora.

Muchas veces anteponía los intereses de los demás por encima de los suyos. No faltaba el que se quería aprovechar de su dulzura.

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Elizabeth continuó sin decir nada. Tan solo se llevó todas las cosas que utilizó para limpiar y las dejó afuera, en el jardín del fondo.
Secó un poco el sudor de su frente y puso el agua a calentar.

―Entonces soy todo oídos…― Luego la tendrían que escuchar a ella.

Se sentó en una silla del comedor.

-No es solo por el arte... es por ti, quiero que veas mi trabajo y te sientas orgullosa de ello, que te emociones al verte inmortalizada en piedra.

Alexander estaba decidido a dar su mayor esfuerzo por hacer que eso le gustara, no estaba pensando en una escultura a escala, sino en algo a cuerpo completo, algo ambicioso si debía ser franco, pero eso era lo que mas le gustaba.

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-Mis intenciones son completamente serias con ella, le he pedido que me acepte como su prometido y ella me ha dicho que si, se que puede parecer muy impulsivo por mi parte, pero como ya te dije es completamente en serio... conmigo Isabel no carecerá de nada en la vida, y ustedes que son sus seres queridos serán como de mi familia.

Tomo la mano de Isabel, pero sin cortar el contacto visual con Elizabeth.

-En cuanto ella tenga tiempo para viajar le pediré su mano a sus padres...

―Quiero que sepas que yo estoy orgullosa de ti aun antes de que empieces a trabajar. Porque siento admiración por ti… y un gran amor.

Sonrió de forma dulce.

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―El problema no es solo eso… El problema es que Isabel sabe a la perfección él porque está aquí― No mencionaría que se habían escapado, pero si lo otro― La conducta de mi hermana en nuestro día a día allá en Francia ha sido muy reprochable, y nuestro padre me encomendó la tarea de cuidarla y que no gastara nuestro dinero en vicios, y que tampoco adquiriera nuevos.

Isabel agachó la cabeza.

―Padre no te castigó, pero entiendo lo que hizo: te está probando. A ti y tu independencia. Y si soy sincera, pienso que esto es otro de tus caprichos para zafar de esta prueba. Y sé que no eres nada tonta. Llegué a esa conclusión después de mucho meditarlo, lo siento si no es así.

― ¡Pues no es así! Me casaré, Maximilian es el amor de mi vida. No puedo explicarte el amor con palabras certeras como pretendes, solo lo siento a punto de explotar en mi pecho… aun si no me creas.

-A veces no se como es que estas tan orgullosa de lo que hago con apenas conocerme... pero me alegra que sea así. -Sonrió tiernamente. -Antes de esto yo... yo apenas me quería a mi mismo, no me gustaba la persona que era y pensé que nunca encontraría a alguien que pudiera hacerlo, al menos no como tu lo haces.

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-Solo te pido el beneficio de la duda, deja que el tiempo demuestre que esto es de verdad, he jurado a Isabel y a mi mismo que ella llegara virgen al matrimonio... si esto no es real como tu piensas su honor no se vera perjudicado y podrá casarse con otra persona después sin problemas.

―Pero eso ya pasó. Ahora estás aquí, haciendo lo que soñaste y emprendiendo un camino del que no puedes retroceder. Y acá me encuentro yo para apoyarte en todo…― Le acarició el cabello― Estoy orgullosa porque puedo ver la esencia de las personas, y en ti veo una pureza y potencial excepcional.

Se acercó para darle un beso.

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Elizabeth no podía dejar de pensar en el día anterior, cuando la había encontrado así, y tampoco en el retrato de arriba en el cuarto.

―Está bien. Pero de ahora en más Isabel hará las cosas bien. Tienes que decírselo a nuestros padres, tarde o temprano. Si vas a beber, lo harás adentro aquí en la casa. Prefiero verte haciendo el ridículo aquí antes que afuera― Arrugó un poco la nariz― Y dejarás de holgazanear, vendrás al conservatorio conmigo y te quedarás allí por las noches hasta el viernes, que es cuando debemos irnos. Vas a estudiar y no quiero enterarme de que contradices a tus maestros o te metes en líos. ¿Entendiste? ― Hablaba demasiado en serio. Se lo decía porque la amaba mucho y se preocupaba por su bienestar.

―Entiendo…

―No es que quiero controlarte la vida. Quiero que logres lo que te propusiste cuando vinimos aquí― Sonrió un poco― Y madures― Miró a Maximilian― También dependo de ti para que eso suceda.